Desempolva tu ¡®loro¡¯, la casete est¨¢ volviendo
Despu¨¦s de los discos de vinilo las cintas piden paso para volver a la vida. Los viejos formatos plantan cara a Spotify.
Encontrar una canci¨®n en las casetes de m¨²sica es tedioso, se terminan rompiendo cuando las usamos demasiado, su calidad de sonido no es muy buena y a pesar de todo eso en los ¨²ltimos meses hay se?ales que indican que est¨¢n volviendo. Este revival es un fen¨®meno bastante peculiar, pues aunque los discos de vinilo viven una nueva juventud su retorno se explica mucho mejor que el de las viejas cintas.
De momento apenas se dejan ver en las grandes tiendas de discos, pero cada vez hay m¨¢s grupos y peque?os sellos discogr¨¢ficos que las est¨¢n redescubriendo. En Estados Un...
Encontrar una canci¨®n en las casetes de m¨²sica es tedioso, se terminan rompiendo cuando las usamos demasiado, su calidad de sonido no es muy buena y a pesar de todo eso en los ¨²ltimos meses hay se?ales que indican que est¨¢n volviendo. Este revival es un fen¨®meno bastante peculiar, pues aunque los discos de vinilo viven una nueva juventud su retorno se explica mucho mejor que el de las viejas cintas.
De momento apenas se dejan ver en las grandes tiendas de discos, pero cada vez hay m¨¢s grupos y peque?os sellos discogr¨¢ficos que las est¨¢n redescubriendo. En Estados Unidos se puede citar los casos de Burguer Records, con m¨¢s de 200 t¨ªtulos en su cat¨¢logo, y en Espa?a el de 8eminis, una peque?a discogr¨¢fica cuyo cat¨¢logo se compone de casetes personalizadas artesanalmente.
El sonido lo-fi de las cintas tiene el encanto de lo imperfecto y de lo azaroso. Pues la m¨²sica registrada en ellas se mezcla con un velo de sonidos imprecisos. Algo parecido a lo que sucede con la im¨¢genes de baja definici¨®n de las fotograf¨ªas hechas con una Polaroid o las pel¨ªculas filmadas en Super 8.
Por eso el retorno de este formato no es comparable al del LP. Pues los discos de vinilo planta cara en calidad de audio a los formatos digitales. Adem¨¢s, el gran tama?o de sus car¨¢tulas hace que sean mucho m¨¢s atractivos para los coleccionistas. Aunque los dos principales musicales formatos anal¨®gicos juegan una baza en com¨²n.
Hartos de Spotify
En un momento en el que los m¨®viles se est¨¢n convirtiendo en los reproductores musicales por antonomasia y las plataformas de streaming, como Spotify, est¨¢n logrando que incluso dejemos de descargar arhivos MP3, las cintas y los viejos discos siguen representando para algunos la mejor manera de disfrutar de la m¨²sica.
Tambi¨¦n hay causas econ¨®micas para el retorno del casete. Pues es mucho m¨¢s econ¨®mico editar una cinta que un disco de vinilo. Las casetes resultan perfectas para artistas que no tienen demasiado dinero y desean publicar m¨²sica en un formato anal¨®gico. Pero quiz¨¢ la principal raz¨®n para que las cintas est¨¦n de vuelta es que es dif¨ªcil resistirse a semejante icono de la cultura pop.
En la space opera reci¨¦n estrenada Guardianes de la Galaxia por ejemplo se rinde homenaje a la vieja casete. De hecho, el disco en el que se recopilan muchas de las canciones que aparecen en la pel¨ªcula imita a una mixtape, antecedente directo de las playlists, y est¨¢ teniendo un tremendo ¨¦xito. Incluso se dice que puede aparecer editarse en este vetusto formato.
Tambi¨¦n hay artistas pl¨¢sticos como Eduardo Balanza cuyas obras suelen girar en torno al universo de estos soportes magn¨¦ticos. Las caratulas realizadas manualmente para las mixtapes caseras, el antecedente directo de las playlist, tambi¨¦n recibieron su tributo en el libro Gracias por la m¨²sica.
Publicado en plena decadencia de la casete en ¨¦l se recopilan m¨¢s de 700 portadas de estas cintas caseras. Algunas de ellas realizadas con tanta dedicaci¨®n como las recopilaciones sonoras que albergaba la propia cinta.
El boombox, la semilla del hip-hop
Tambi¨¦n los hay que han comenzado a reivindicar los radiocasetes o boomboxes, como se los conoce en Estados Unidos. Sin estas m¨¢quinas dif¨ªcilmente hubiese prosperado la cultura del hip-hop. Pues aunque la cinta propici¨® poder escuchar m¨²sica de forma individual gracias al walkman, tambi¨¦n logr¨® que esta se convirtiese en un acto social callejero. Sobre todo en determinados barrios marginales de Estados Unidos. Por eso al boombox se lo conoce tambi¨¦n como ghetto blaster.
Berlin Boombox es un dock para el iPhone con aspecto de radiocasete.
Berlin Boombox
A estos sistemas de audio port¨¢tiles les debemos las batallas de los b-boys y las b-girls que surgieron en el Bronx y en Brooklyn en los a?os 70 y que a¨²n podemos encontrar en las calles de algunas ciudades. A veces animadas a¨²n por el sonido de alg¨²n boombox m¨ªtico. De esos que en eBay alcanzan precios desorbitados y que aparecen en v¨ªdeos musicales de Madonna o Lady Gaga.
La importancia de estos gigantescos artefactos es tal que existen dos proyectos de realizar un documental que cuente su historia. El primero, Boombox creators, persigue sacar del olvido a los ingenieros que crearon a estos monstruos callejeros. El segundo, Boombox Project, es un proyecto del cineasta Paul Stone inspirado por el libro del mismo nombre realizado por el fot¨®grafo Lyle Owerko que busca indagar en la importancia que tuvieron para la m¨²sica.
Muchos bailarines callejeros siguen usando los boomboxes, aunque estos se han digitalizado. Entre los modelos actuales m¨¢s espectaculares est¨¢n algunos que producen Sony o Piooner. Su potencia sigue sin dejar indiferente a nadie, aunque ya no cuentan con la pletina que los hizo populares. Aunque, qui¨¦n sabe si quiz¨¢ en el futuro est¨¢ no reaparecer¨¢. Hay que estar siempre preparados para el eterno retorno.