Diferencias, indiferencias, por Eva Hache
Me aterra la visi¨®n, en pleno siglo XXI, de las plantas de juguetes separadas en rosas y azules
Hace poco conoc¨ª en persona a alguien. Gracias al anonimato y al juego que nos da Twitter, result¨® ser del sexo contrario al que todos cre¨ªamos que era. Pasado el primer instante de fuerte conmoci¨®n y despu¨¦s de una buena charla, comprend¨ª que ni su forma de ser ni de escribir cambiaban en absoluto ya fuera hombre o mujer. Simplemente el cambio de g¨¦nero en sus escritos nos hac¨ªa creer lo que no era, pero el contenido no era ni masculino ni femenino. Sus temas, el humor, las reflexiones no son ?de hombres? o ?de mujeres?. Esto me reafirm¨® en mi teor¨ªa de que no somos tan distintos, de sentir...
Hace poco conoc¨ª en persona a alguien. Gracias al anonimato y al juego que nos da Twitter, result¨® ser del sexo contrario al que todos cre¨ªamos que era. Pasado el primer instante de fuerte conmoci¨®n y despu¨¦s de una buena charla, comprend¨ª que ni su forma de ser ni de escribir cambiaban en absoluto ya fuera hombre o mujer. Simplemente el cambio de g¨¦nero en sus escritos nos hac¨ªa creer lo que no era, pero el contenido no era ni masculino ni femenino. Sus temas, el humor, las reflexiones no son ?de hombres? o ?de mujeres?. Esto me reafirm¨® en mi teor¨ªa de que no somos tan distintos, de sentir indiferencia ante la diferencia que tanto nos venden.
Todo bien. Pens¨¦ que yo siempre he tratado por igual a mujeres y hombres, que siempre he valorado o juzgado a los seres humanos sin cambiar mi actitud por ser ellos o ellas. Yo estoy a salvo. He superado haber crecido con Miliki cantando ?lunes antes de almorzar, una ni?a fue a jugar, pero no pudo jugar porque ten¨ªa que fregar, barrer o tender lavadoras? o escuchando cosas como ?los chicos no lloran?. Pero este encuentro me ense?¨® que no estoy tan a salvo como yo cre¨ªa. Lo confieso, al saber su sexo real¡ ?me vest¨ª de forma diferente!
Veo ahora c¨®mo nos empapan las subliminalidades. Hay muchas cosas por cambiar. Y no estoy de acuerdo en inventar un g¨¦nero neutro para evitar decir ?ella? o ?¨¦l?. No me importa qui¨¦n abre la puerta a qui¨¦n. Me importan cosas que, en otros pa¨ªses, est¨¢n m¨¢s que superadas desde hace muchos a?os. En nuestros colegios se siguen haciendo diferencias m¨¢s o menos sutiles entre los ni?os y las ni?as. En nuestra televisi¨®n se siguen eternizando roles protot¨ªpicos que contin¨²an conduciendo a distinguir el sexo d¨¦bil y el sexo fuerte. Ojal¨¢ hubiera menos ?ejques? y ?asines? y m¨¢s viceversa de verdad. Ojal¨¢ dejen de vender que si eres escultural no te hace falta ser cultural. Me temo que si seguimos luchando por ganar la guerra entre el machismo y el feminismo, en vez de educarnos en la diversidad, una camionera seguir¨¢ siendo una machorra y un Billy Elliot, un poquito maric¨®n.
Me aterra la visi¨®n, en pleno siglo XXI, de las plantas de juguetes perfectamente separadas en rosas y azules. Me horroriza ver un panel de regalos ?para ella? (sic) relleno de preciosos productos de limpieza de color pastel. No soporto m¨¢s los anuncios navide?os en los que ¨²nicamente las mujeres son las que se vuelven locas de alegr¨ªa y del co?o cuando han decidido lo que van a cocinar y a regalar a sus hombres y dem¨¢s familia. Me revuelve las tripas la publicidad que vende hombres que llevan la fuerza, la seguridad y el dinero a casa para que t¨² te sientas como una reina, para que no te falte de n¨¢. Aqu¨ª no nos falta de n¨¢, salvo poder ser lo que uno quiera sin presiones. La herencia que dejamos a los cachorros deber¨ªa ser de verdad asexuada.
?La necesidad de crear es igual de fuerte en todos, ni?os y ni?as. Es la imaginaci¨®n lo que cuenta, no la habilidad. Lo m¨¢s importante es poner el material adecuado en sus manos y dejarles crear sin importar sus gustos?. Esto podr¨ªa ser una cita de un excelente pensador, fil¨®sofo, educador o simple sabio; pero no. Solo es una Nota Para Padres dentro de un paquete de Lego. ?Qu¨¦ modernos! S¨ª, tan modernos que se inclu¨ªa en una caja de piezas de 1970. Sinceramente, o nos hemos vuelto m¨¢s retr¨®grados que los tatarabuelos de nuestros ancestros o el avanzar se nos da m¨¢s que fatal.