Gu¨ªa para recorrer Copenhague, el destino indispensable del oto?o
La ciudad m¨¢s feliz del mundo bien merece una escapada antes de que bajen demasiado las temperaturas. Recorremos los puntos clave de la capital danesa, ruta de compras incluida.
El t¨ªtulo de ¡®ciudad m¨¢s feliz del mundo¡¯ parece reclamo suficiente para visitar Copenhague. Antes de que el fr¨ªo se apodere de la ciudad y el nivel de hygge se vea reducido para los turistas con miedo a las temperaturas negativas, la capital danesa se erige como un destino perfecto para el oto?o. M¨¢s cuando el estilo de vida n¨®rdico est¨¢ en auge y sus ...
El t¨ªtulo de ¡®ciudad m¨¢s feliz del mundo¡¯ parece reclamo suficiente para visitar Copenhague. Antes de que el fr¨ªo se apodere de la ciudad y el nivel de hygge se vea reducido para los turistas con miedo a las temperaturas negativas, la capital danesa se erige como un destino perfecto para el oto?o. M¨¢s cuando el estilo de vida n¨®rdico est¨¢ en auge y sus firmas de moda, su don innato para vestir o su buen gusto para la decoraci¨®n generan admiraci¨®n y envidia en todo el mundo. Si a¨²n no tienen destino para el pr¨®ximo puente, vayan buscando vuelo.
Qu¨¦ ver
Copenhague es una ciudad peque?a, pero tiene muchos barrios que recorrer. Se necesitan al menos dos d¨ªas para visitar los enclaves principales, pero lo ideal es quedarse cuatro o cinco. Nyhavn, el canal m¨¢s conocido de Copenhague, es la primera recomendaci¨®n en cualquier gu¨ªa. Sus famosas fachadas de colores dignas de postal no decepcionan. Es una zona perfecta para pasear y tomar una cerveza Tuborg (los aut¨®ctonos lo hacen sentados en el canal). Desde este punto se puede bordear la bah¨ªa caminando para visitar la famosa Sirenita. Su tama?o y aspecto la colocan en casi todas las listas de monumentos m¨¢s sobrevalorados del mundo, pero hay que verla porque es el s¨ªmbolo de la ciudad, porque el paseo hasta encontrarla es de lo m¨¢s agradable y porque preferimos ratificar cualquier dictamen con nuestros propios ojos. El edificio de la ¨®pera de Henning Larsen, la iglesia de M¨¢rmol, la Ciudadela de Kastellet, la iglesia de San Alban y las id¨ªlicas zonas verdes que la rodean son algunos de los enclaves que pueden disfrutarse por el camino.
Otro lugar siempre rese?ado es el barrio de Christianshavn, situado en una isla artificial y conocido por albergar la Ciudad Libre de Christiania, una comuna con autogobierno que no se considera ni danesa, ni europea (un cartel en la entrada advierte que est¨¢ abandonando la Uni¨®n Europea). Es posible ir de visita, pero conviene recordar que las fotograf¨ªas no son bien recibidas y que la venta y el consumo de drogas blandas como la marihuana est¨¢ permitido. De vuelta al centro no pierdan la oportunidad de transportarse a la serie Borgen visitando el Palacio de Christiansborg ni olviden recorrer el Tivoli, uno de los parques de atracciones m¨¢s antiguos del mundo que a buen seguro le devolver¨¢ a su infancia aunque no sea amigo de la adrenalina. La Copenhaguen Card es una tarjeta tur¨ªstica que se compra por d¨ªas y permite el acceso al parque y a otros muchos puntos de inter¨¦s, como el Museo de Dise?o, o un paseo en barco por los canales (agradable y muy recomendable para conocer mejor la ciudad). Es buena idea hacerse con una durante un par de d¨ªas y concentrar las visitas de pago en ese tiempo para ahorrarse unos cuantos euros.
Aquellos con esp¨ªritu moderno no deber¨ªan irse sin recorrer Vesterbro y N?rrebro, los dos barrios m¨¢s cool de la ciudad, pese a que el segundo gana cada vez m¨¢s terreno como lugar de moda. Para agilizar el paseo por sus largas avenidas y dejarse confundir con los locales, lo mejor es alquilar una bicicleta. En N?rrebro tocar¨¢ hacer parada t¨¦cnica en sus cervecer¨ªas artesanales y sus tiendas de arte, de discos o de decoraci¨®n (apunten el nombre de la calle J?gersborggade). En los siguientes puntos exploraremos mejor ambos distritos.
D¨®nde comer
Lo habr¨¢n o¨ªdo mil veces. Copenhague no es una capital barata, no, pero es posible comer bien a precio razonable rebuscando un poco. As¨ª, una vez el Noma ¨Cconsiderado como uno de los mejores restaurantes del mundo¨C queda descartado para la gran mayor¨ªa de los mortales, toca explorar opciones sabrosas y terrenales. Lo m¨¢s t¨ªpico es el sm?rrebr?d, una especie de tosta de pan negro acompa?ado de diversos ingredientes fr¨ªos (los de arenques son los m¨¢s populares). Es f¨¢cil probarlos en cualquier parte, pero una opci¨®n rica y asequible es Dyrehaven. Se encuentra en el barrio de Vesterbro, uno de los m¨¢s alternativos, de recorrido obligatorio para quienes deseen conocer otra cara de la ciudad. El local tiene un punto retro, suena m¨²sica de los setenta y es probable que los relajados camareros le atiendan mientras apuran su propia birra (la terracita exterior es perfecta para esperar al sol si el tiempo acompa?a). Para tomar el postre, un imprescindible es la conditori (pasteler¨ªa) La Glace, una instituci¨®n en la reposter¨ªa danesa con casi 150 a?os de historia y los dulces m¨¢s famosos de la capital. Si no quieren caminar hasta el centro para probarlos no se preocupen, las tiendas y puestos de gofres, helados XL o kanelsnegle, un bollito t¨ªpico de canela, abundan por toda la ciudad.
En la isla de Papir?en, cerca de la ?pera, se ubicaba el famoso mercado de comida callejera hom¨®nimo que cerr¨® hace unos meses. Pero que no cunda el p¨¢nico: ya ha sido sustituido por Reffen, el lugar perfecto para probar gastronom¨ªa de distintos lugares en sus 100.000 m2 repletos de bares y puestos. Por ¨²ltimo, si est¨¢n recorriendo el multicultural distrito de N?rrebro y quieren comer algo r¨¢pido y rico, no dejen de probar las hamburguesas de Jagger o los tacos de Blue Taco. Hasta esta zona, por cierto, merece la pena ir caminando, cruzar el puente por encima del r¨ªo (muy animado cuando hace buen tiempo) y subir por la calle N?rrebrogade. En este barrio se ubica el parque urbano Superkilen, un lugar instagrameable pero m¨¢s efectista en foto que en directo, y el famoso parque-cementerio Assistens donde se encuentra la tumba de Hans Christian Andersen. Pueden rematar el recorrido probando Istid, una helader¨ªa artesanal org¨¢nica que los prepara en directo con ayuda de nitr¨®geno l¨ªquido. Un peque?o espect¨¢culo con diferentes opciones de sabores seg¨²n el d¨ªa de la semana (el de caramelo salado es un acierto seguro).
D¨®nde ir de compras
Las escandinavas son las nuevas francesas y todo el mundo suspira por lograr un estilo siquiera similar al de estas mujeres ¨Cy hombres¨C dotados por la naturaleza con un f¨ªsico envidiable y un gusto por la moda a la altura. La silenciosa elegancia n¨®rdica se respira en cada rinc¨®n de la ciudad y se materializa en tiendas tan agradables de visitar que no pueden faltar en el recorrido tur¨ªstico. Puede que los estilismos a base de prendas superpuestas y los cortes conceptuales no le sienten tan bien como a esas gr¨¢ciles criaturas de metro setenta que van en bici a todas partes, pero merece la pena intentarlo.
Lo primero que llama la atenci¨®n cuando se va de compras en Copenhague es que sus calles no est¨¢n tan atestadas de multinacionales low cost como en otras capitales europeas. Claro que hay Zara y y H&M, pero Sams?e & Sams?e, Moss Copenhagen,?Mads N?rgaard o Ganni, tan de moda entre las n¨®rdicas que arrasan en Instagram, son las marcas de precio medio m¨¢s populares. Tienen varios establecimientos repartidos por la ciudad y tampoco faltan, por supuesto, en Str?get, considerada la zona peatonal de tiendas m¨¢s grande de Europa. En la calle K?bmagergade est¨¢ ubicada la tienda de Arket, ex¨®tica para los visitantes espa?oles puesto que en nuestro pa¨ªs solo se puede comprar online, y uno de los locales de Gina Tricot, una especie de Zara n¨®rdico con precios un poco m¨¢s bajos que las anteriores. Aquellos que dispongan de mayor presupuesto pueden invertir en uno de los codiciados abrigos sint¨¦ticos de Saks Potts o dejarse caer por Designers Remix, Acne Studios o Henrik Visbok.
D¨®nde disfrutar de las mejores vistas
A pesar de que Copenhague es una ciudad muy plana (topograf¨ªa que ayuda, sin duda, a que el n¨²mero de bicicletas supere al de habitantes), existen varios puntos estrat¨¦gicos para disfrutar de la ciudad desde las alturas. La torre de la Iglesia de Nuestro Salvador (en dan¨¦s, Vor Frelsers Kirke) es uno de los m¨¢s impresionantes, pero no apto para acrof¨®bicos. La subida es fatigosa si no se goza de buena forma f¨ªsica y los ¨²ltimos 150 escalones se recorren al aire libre en la parte exterior de la torre. Es buena opci¨®n si est¨¢ visitando el barrio de Christianshavn y quiere llevarse de recuerdo una experiencia distinta y unas cuantas?instant¨¢neas vertiginosas. La Torre Redonda de Copenhague (Rundet?rn) es una alternativa mucho m¨¢s tranquila ¨Ctambi¨¦n menos especial¨C para disfrutar de una vista del coraz¨®n de la ciudad a solo 35 metros del suelo. Los que prefieran una panor¨¢mica distinta y en movimiento no tienen m¨¢s que subir al Star Flyer cuando visiten el Tivoli.
D¨®nde alojarse
La cadena de hoteles Guldsmeden es una opci¨®n interesante porque es danesa y tiene cinco establecimientos en Copenhague. El Axel Guldsmeden, en Vesterbro, est¨¢ cerca de la estaci¨®n (muy c¨®modo si va a desplazarse en transporte p¨²blico desde el aeropuerto) y muy pr¨®ximo al centro neur¨¢lgico de la ciudad. El parque de atracciones Tivoli est¨¢ a pocos minutos andando y el barrio est¨¢ repleto de sitios cool en los que probar la comida danesa, aunque el propio hotel cuenta con un agradable restaurante. Las habitaciones, de estilo balin¨¦s, se completan con una ba?era tan minimalista como mandan los c¨¢nones n¨®rdicos y productos de higiene ecol¨®gicos, filosof¨ªa que defiende toda la cadena hotelera. A pesar de que el alojamiento en Copenhague no es precisamente econ¨®mico, esta es una opci¨®n con buena relaci¨®n calidad-precio.
D¨®nde escaparse
Malm? es la visita extra que aparece en todas las gu¨ªas de Copenhague. Esta ciudad sueca est¨¢ conectada por ferrocarril y carretera con la capital danesa a trav¨¦s del puente-t¨²nel de Oresund, que se adentra en el mar para unir las dos ciudades en media hora aproximada de trayecto. Este es el punto fuerte de la visita: cambiar de pa¨ªs a la velocidad de la luz recorriendo el famoso puente. Por lo dem¨¢s, la excursi¨®n solo es recomendable si ya se ha recorrido Copenhague de cabo a rabo. Lo que s¨ª deber¨ªa ser un desplazamiento obligado es el museo Louisiana de arte moderno. Est¨¢ ubicado en la costa norte de la isla de Zelanda, a 30 km de Copenhague, y alberga esculturas de?Alberto Giacometti, pinturas de Andy Warhol o Picasso y una instalaci¨®n permanente de Yayoi Kusama digna de inmortalizar en Instagram. Incluso aquellos que no se sientan especialmente atra¨ªdos por el arte y los museos disfrutar¨¢n la visita. Parece m¨¢s una casa que un museo al uso y su localizaci¨®n es privilegiada: est¨¢ ubicado en un antiguo parque junto al mar y muchas de las esculturas se pueden contemplar al aire libre. Pura felicidad danesa.