Hablemos de sexo: las claves de la nueva er¨®tica femenina
Hay una nueva forma de entenderlo, de vivirlo y de observarlo. Y las mujeres han tenido un papel decisivo en este cambio de mentalidad.
Estos son tiempos de sexo. Su omnipresencia es tal que a veces hay que fijarse bien para darse cuenta de que el anuncio de Ketchup que tenemos ante nuestros ojos tambi¨¦n es una referencia er¨®tica. Y s¨ª, ?much¨ªsimo m¨¢s obvia de lo que parec¨ªa en un principio! Est¨¢ en todas partes, pero ?de verdad se vive de una forma distinta en 2012? Todo apunta a que s¨ª y a que la palabra clave es la libertad. ?Mucha m¨¢s y en muchos m¨¢s sentidos de la que las mujeres han tenido y disfrutado nunca?, explica Almudena Garc¨ªa Manso, doctora en Sociolog¨ªa y profesora de la Universidad Rey Juan Carlos. ?Las de ho...
Estos son tiempos de sexo. Su omnipresencia es tal que a veces hay que fijarse bien para darse cuenta de que el anuncio de Ketchup que tenemos ante nuestros ojos tambi¨¦n es una referencia er¨®tica. Y s¨ª, ?much¨ªsimo m¨¢s obvia de lo que parec¨ªa en un principio! Est¨¢ en todas partes, pero ?de verdad se vive de una forma distinta en 2012? Todo apunta a que s¨ª y a que la palabra clave es la libertad. ?Mucha m¨¢s y en muchos m¨¢s sentidos de la que las mujeres han tenido y disfrutado nunca?, explica Almudena Garc¨ªa Manso, doctora en Sociolog¨ªa y profesora de la Universidad Rey Juan Carlos. ?Las de hoy son mujeres muy diferentes a las de hace 15 a?os. Son fruto de una educaci¨®n no restrictiva y secularizada en la que el cuerpo se ve como algo natural y no vergonzoso, lo que aten¨²a el pudor en la sexualidad y en la desnudez. Y lleva a la asunci¨®n del sexo como algo ajeno a las pautas tradicionales?. Es imposible no acudir a la serie Girls de Lena Dunham para visualizar a esta generaci¨®n de mujeres ?que no se inmuta ante casi nada y que vive todas las posibilidades de su sexualidad sin complejos y como experiencias que es interesante acumular?, como las define la escritora norteamericana Hannah Rosin, quien ha profundizado en la cultura femenina del sexo casual para la revista The Atlantic en un art¨ªculo, Boys on the side, criticado por igual por j¨®venes universitarias y feministas radicales.
Pero ?de qu¨¦ otras formas se materializan estas transformaciones? ?En aspectos sociales como la visibilidad del lesbianismo en la moda?, apunta Garc¨ªa Manso. Pero tambi¨¦n en fen¨®menos, como un tipo de porno hipster y moderno, alejado de los estereotipos de la mujer recauchutada con pechos enormes. O en un tipo de mujer adulta que se relaciona con hombres m¨¢s j¨®venes sin complejos y sin remordimiento. O en un nuevo tratamiento de la infidelidad, como el que plantea el gur¨² norteamericano del sexo Dan Savage, un columnista gay de curiosa herencia cultural cat¨®lica, que ayuda a las parejas heterosexuales a recuperar su vida sexual y que proclama la necesidad de abrir la mente ¨Ctambi¨¦n a la posibilidad de la infidelidad¨C en pos de una relaci¨®n m¨¢s saludable y duradera. ?En lugar de una fidelidad estricta, Dan propone una sensibilidad similar a la del mundo homosexual masculino, una comunidad que tolera la pornograf¨ªa, el fetichismo y toda una variedad de arreglos con terceras personas que les ha permitido pasar de la monogamia cerrada a la franqueza absoluta?, explica el periodista de The New York Times, Mark Oppenheimer, quien ha escrito un libro sobre Savage titulado The first gay celebrity.
01. El poder l¨¦sbico entra por los ojos
La est¨¦tica del erotismo l¨¦sbico impera en las revistas y en las principales campa?as de moda. Las ¨²ltimas de Zara (protagonizada por Freja Beha), Chanel, Sonia Rykiel o Jean Paul Gaultier podr¨ªan servir para forrar las carpetas del colegio de ?bolleras? de 15 a?os. Pero, adem¨¢s, tops como Arizona Muse, Milou Van Groesen, Harmony Boucher, Erika Linder, Julia Nobis o Freja Beha desfilan en la pasarela y posan para los mejores fot¨®grafos mientras sus intereses sexuales son otras mujeres. Tambi¨¦n las revistas, online y en papel, con im¨¢genes l¨¦sbicas expl¨ªcitas relacionadas con la moda viven su gran momento. GLU (www.glumagazine.com), The gentlewoman (www.thegentlewoman.com) y el Tumblr de la fot¨®grafa Cass Bird (cassbird.tumblr.com) son visitados por miles de mujeres (y hombres) en todo el mundo. En Espa?a, la editora Andrea Ferrer ha lanzado Ponytale (ponytale-stories.com), una publicaci¨®n bianual que solo se vende con exclusividad en Ivorypress y en el Macba (en Espa?a), pero tambi¨¦n en Par¨ªs, Londres, Berl¨ªn, Nueva York, Los ?ngeles, Sidney y Seul. ?Es el momento perfecto para sacar una revista para chicas en Espa?a. Ser lesbiana es mucho m¨¢s cool que ser hetero. Convenc¨ª a Elena Anaya para que saliera en la portada explic¨¢ndole que es como la Take That de las lesbianas jovencitas?.
02. Relaciones geolocalizadas
X est¨¢ en un bar con amigos cuando recibe un aviso en su m¨®vil: ?Z est¨¢ en el bar de al lado y quiere echar unas risas?. X y Z jam¨¢s se han visto, pero estar¨¢n practicando sexo tres horas m¨¢s tarde. Son usuarios protot¨ªpicos de Badoo, la red social con 164 millones de usuarios. En Espa?a tiene una de sus bases de afiliados m¨¢s activas y numerosas, pero acarrea cierta reputaci¨®n de ser ?un Grindr para los heteros?. O sea, un mercado del sexo. Esa aplicaci¨®n, que globaliz¨® el cruising, ha lanzado su versi¨®n para mujeres, Blendr, y prepara una para lesbianas; pero en ese mercado tiene competencia: Plenty of Fish.
03. La naturalidad del nuevo exhibicionismo
En un episodio de la primera temporada de Girls, Lena Dunham recibe en su tel¨¦fono inteligente una foto del miembro del tipo con el que se acuesta un par de veces por cap¨ªtulo. La primera reacci¨®n es la sorpresa (pero no por el miembro, sino por la original composici¨®n de la foto); la segunda es la necesidad de compartir la imagen (se la ense?a a sus compa?eros de piso); la tercera, sacarse una foto de sus propios pechos y mand¨¢rsela al chico. Personas que les sacan fotos a sus ¨®rganos sexuales, que las comparten a trav¨¦s de sus dispositivos digitales y sus cuentas en redes sociales, que ponen su intimidad en manos de su p¨²blico (previsto y accidental) es una afici¨®n que se ha vuelto tan universal y relevante que merece aparecer en una serie de la HBO que ha cosechado una audiencia en EE?UU de 4,1 millones de espectadores. ?Hace 10 a?os, la gente no era as¨ª, pero no porque no se hubiera inventado un medio en particular, sino porque no se hab¨ªa planteado, ni cab¨ªa plantear, las preguntas sociales y financieras a las que ese medio responde?, comenta Eloy Fern¨¢ndez Porta, ensayista de raigambre pop que presenta estos d¨ªas su nuevo libro, Emoci¨®nese as¨ª, al respecto de la felicidad y su imparable expansi¨®n en la era digital, la misma que ha propiciado esta sobreexposici¨®n genital a la que nos vemos hoy abocados.
Desde los tumblrs postfeministas hasta el cine mayoritario, que en los 80 produc¨ªa h¨¦roes como Indiana Jones y ahora otros del tama?o del pene de Michael Fassbender, que hasta hace poco abordaba la pornograf¨ªa desde el biopic social y ahora lo hace a trav¨¦s de Lars Von Trier y su obsesi¨®n por lograr que sus actores practiquen sexo real (lo sugiri¨® en Los idiotas y parece que lo remata en la pr¨®xima: Nymphomaniac). ?Los nuevos medios tienen una parte utilitaria (globalizar la econom¨ªa) y otra especulativa (?diversificar los modos de relaci¨®n?, de manera experimental). El exhibicionismo ha sido el resultado de ese lado especulativo y ha acabado afectando al otro lado, porque el as¨ª llamado c¨®digo exhibicionista ?se ha convertido en un elemento de caracterizaci¨®n?, sentencia Porta. Para el fot¨®grafo Richard Kern, que lleva 20 a?os tratando de convencer a chicas para que se quiten la ropa ante su objetivo, ?no se trata de que las personas sean m¨¢s exhibicionistas ahora. Simplemente, hay m¨¢s formas de compartir tus fotos y una facilidad pasmosa para hacerlas. A la gente le gusta que la vean desnuda y cuando siente que eso ya no se penaliza socialmente, se suelta?.
Desde el terreno art¨ªstico, el desnudo se plantea como una mirada naturalista en las obras de fot¨®grafos como la cordobesa Lourdes Cabrera o el estadounidense Ryan McGinley. Y esta desinhibici¨®n exhibicionista se filtra en la moda. Este ¨²ltimo pas¨® de fotografiar en cueros a sus amigos en plena naturaleza, o en interacci¨®n (no sexual) con diversos animales, a disparar portadas para Vogue y las campa?as de moda m¨¢s in.
La modelo Iris Palmer fotografiada por Ellen Von Unwerth para el libro Fr?ulein, de Ingrid Sischy. Lo publica Taschen en un estuche de bisagra en tapa dura (1.000?€).
Libro Fr?ulein, de Taschen
04. ?Infiel yo?
Por lo visto, s¨ª. Para empezar, el 65% de los usuarios de la web tucoartada.com, que organiza tapaderas para poder tener citas extraconyugales, son mujeres. Lo cuenta su responsable, Miguel ?ngel Garc¨ªa. Alicia Gallotti, autora del libro Soy infiel ?y t¨²? y portavoz de victoriamilan.com, que, como la famosa ashleymadison.com, facilita el encuentro entre infieles, explica que estas mujeres ?no quieren romper su relaci¨®n de pareja o matrimonio. No buscan otro amor, solo sexo?.
05. La publicidad incendia el mercado
La provocaci¨®n sexual funciona. Y vende cualquier cosa: perfumes, ropa, coches o pisos. De hecho, fue el gancho para que el anuncio del portal inmobiliario Idealista.com, en el que salen varias parejas fornicando en el coche,?se convirtiera en uno de los m¨¢s buscados en Youtube. ?El sexo est¨¢ hasta en la sopa?, dice ?lvaro Rey, director del Estudio de Estrategia y Creatividad andTonic. Las campa?as de publicidad echan mano de desnudos, posturas sugerentes y frases incendiarias. Es lo habitual. Y las pol¨¦micas se suceden. La ¨²ltima: la censura del v¨ªdeo de la firma de zapatos Brian Atwood, donde la top Candice Swanepoel aparece desnuda, solo con unas botas de cuero a medio muslo, masturb¨¢ndose frente a una pared llena de televisores en los que se ve a gente en pleno coito.
En cuanto la noticia se dio a conocer, las b¨²squedas del anuncio en Internet subieron como la espuma. ?Estrategia o casualidad? ?Todo est¨¢ estudiado?, afirma Miguel de Mar¨ªa, de la agencia QYA Comunicaci¨®n. ?Cuando trabajamos en una campa?a sabemos perfectamente hasta d¨®nde podemos llegar. Otra cosa es que merezca la pena ir m¨¢s lejos?. Para algunos, compensa de sobra; el esc¨¢ndalo es una inversi¨®n segura. ?La estrategia es que compras dos vallas publicitarias sabiendo que, con el revuelo que se monta despu¨¦s, vas a salir en todos los telediarios?, explica ?lvaro Rey. Esta teor¨ªa la apoya De Mar¨ªa: ?Como creativo, prefiero que me retiren un anuncio por provocativo a sacar una p¨¢gina y que nadie se pare a mirarla?. Tom Ford, Diesel, Marc Jacobs o Benetton han creado su identidad con este tipo de anuncios. ?La provocaci¨®n es su marca. No necesitan comunicar nada?, dice De Mar¨ªa, ?solo pretende hacer que gires la cabeza, y el sexo es el mejor reclamo?.
06. La vagina, en boca de todos
Es, m¨¢s que nunca, la palabra de moda. Presente en pel¨ªculas, series de televisi¨®n, libros y n¨²meros de comedia, a la vagina le toca hacer de todo. Muere, resucita, escribe biograf¨ªas y hasta protagoniza campa?as electorales. Por partes. ?Qu¨¦ vagina falleci¨®? La de la actriz Olivia Wilde, seg¨²n dijo ella misma en un mon¨®logo c¨®mico en el que tambi¨¦n recomendaba a las mujeres ?pensar m¨¢s con su pussy, como los hombres?. La de la escritora y feminista Naomi Wolf no muri¨®, pero casi. Wolf descubri¨® que sus orgasmos hab¨ªan perdido el tecnicolor y decidi¨® investigar. Result¨® que sufr¨ªa una leve lesi¨®n medular que afectaba a la calidad de su vida sexual. De su experiencia surgi¨® Vagina. A New Biography, uno de los libros m¨¢s comentados (y ridiculizados) del a?o, en el que Wolf traza la teor¨ªa de la ?vagina consciente?. Seg¨²n Wolf, las feministas de la vieja guardia la ve¨ªan como algo ?retro, propio de amas de casa? en su intento de ?reglamourizar el cl¨ªtoris? y ella pretende oficiar la reconciliaci¨®n. En un momento del libro, Wolf visita a Mike Lousada, un terapeuta londinense que ?desbloquea? sexualmente a las mujeres con una mezcla de ?somatismo psicosexual? y masaje con final feliz (optativo) a unos 120 euros la sesi¨®n. ?Si tienes un duro d¨ªa de trabajo, acumulas tensi¨®n en los hombros; si tu vida sexual te produce ansiedad, generas tensi¨®n en la pelvis. Mi masaje la libera?, explica Lousada a S?Moda. Pero la palabra vagina sigue siendo tab¨² para muchos. Conscientes de c¨®mo incomoda a los conservadores, varias activistas se disfrazaron de vaginas gigantes para protestar en la ¨²ltima convenci¨®n del Partido Republicano.
07. Ellos las desean maduras
La realidad ha dado la vuelta a la tortilla: no son las cuarentonas las que buscan jovencitos, son ellos quienes suspiran por la mujer madura. Pero la gran sorpresa se la llevan ellas. Cindy Gallop, una publicista brit¨¢nica de 52 a?os que se acuesta desde hace una d¨¦cada con hombres a los que dobla la edad, asegura que ha llegado a la conclusi¨®n de que la mayor¨ªa de ellos identifica lo que ven en las pel¨ªculas porno con el sexo real. ?Y necesitan cierta reorientaci¨®n porque est¨¢n muy equivocados?, dijo en una conferencia en TED. Por eso ha creado la web Makelovenotporn.com, con la que, mediante preguntas, respuestas, comentarios ¨Ce incluso v¨ªdeos did¨¢cticos en los que una pareja copula ?de verdad?¨C, diferencia el sexo del porno del sexo real.
08. Hombres elegidos a dedo
Ligar en los sitios de contactos puede ser igual que comprar en un gran supermercado. En algunos casos, de manera literal. El portal AdopteUnMec (en franc¨¦s, ?adopta a un t¨ªo?) propone un peculiar sistema para facilitar el encuentro. En esta p¨¢gina, protagonista de un aut¨¦ntico fen¨®meno sociol¨®gico en Francia (5,1 millones de usuarios sobre un total estimado de 18 millones de solteros en el pa¨ªs), los hombres han sido relegados a la categor¨ªa de objeto, al rango de producto en la estanter¨ªa de una gran superficie. Y, en esta peculiar compra, las mujeres llevan la voz cantante: ellos solo pueden chatear con las usuarias que los hayan metido en su ?carrito?, pero nunca al rev¨¦s. Llevando al extremo la propuesta, el sitio adopta un vocabulario deliberadamente mercantil. Existen ?ofertas especiales?, ?liquidaciones totales? y hasta ?promociones limitadas?: al comprar a un bigotudo, te puedes llevar a un barbudo gratis. ?El sentido del humor ha sido determinante en nuestro ¨¦xito. En una cena con amigos, nadie admite ligar en Meetic, pero con nuestro sitio s¨ª sucede?, explica uno de sus responsables, Thomas Pawlowski. En septiembre, decidieron abrir una tienda ef¨ªmera en el centro de Par¨ªs, donde algunos de los hombres inscritos en el portal posaron dentro de cajas de mu?eca de tama?o gigante. ?Es como el barrio rojo de ?msterdam?, dec¨ªa una de las chicas que se acercaron a curiosear. El a?o pasado facturaron 9,4 millones de euros y aspiran a superar los 17 millones en 2013, cuando planean abrir sitios en otros pa¨ªses, entre ellos Espa?a, Italia y el Reino Unido.
09. La modernidad mira al porno
Jessie Andrews trabajaba en una tienda de American Apparel en Los ?ngeles con un sueldo m¨ªnimo. ?No te puedes imaginar el dinero que se gana ense?ando las tetas?, le oy¨® decir a una compa?era. A los pocos d¨ªas, y a solo una semana de cumplir 18, Andrews hizo su primer casting para una cinta de sexo adulto. Cuatro a?os despu¨¦s es una de las m¨¢s rutilantes estrellas de lo que podr¨ªamos llamar el porno hipster. Ha sido fotografiada desnuda por Terry Richardson en el Chateau Marmont, posee una l¨ªnea de joyer¨ªa (Bagatiba) y protagoniza la ¨²ltima campa?a publicitaria de American Apparel. ?Si nos remontamos unos a?os, nos encontramos con webs como Suicide Girls y con los primeros trabajos expl¨ªcitos de la revista Vice, y ah¨ª podemos entender c¨®mo mostrar su cuerpo o participar de la industria del erotismo se empez¨® a convertir en algo natural para un perfil de chica procedente de la cultura alternativa?, explica el fot¨®grafo Nate Smith, conocido como Igor, y en cuya carrera se mezcla el management de grupos de punk, la fotograf¨ªa de fiestas salvajes y el retrato de chicas desnudas. Driven By Boredom es el blog en el que, desde 2001, vuelca todo su trabajo.
Otro hito de esta tendencia fue la aparici¨®n de la actriz porno Sasha Grey en el programa de Tyra Banks en horario de m¨¢xima audiencia. Banks ofrec¨ªa una visi¨®n mal¨¦fica de la industria X y presentaba a Sasha como v¨ªctima. Grey, con 18 a?os entonces, desmont¨® todas y cada una de esas afirmaciones. Se present¨® como una fan de Jean-Luc Godard y John Cassavetes a la que le gustaba bastante el sexo y lo que le pagaban por practicarlo ante una c¨¢mara. A?os m¨¢s tarde, Grey se ha convertido en un icono hipster. Tiene una banda de rock, es dj, ha protagonizado un filme de Steven Soderbergh (The girlfriend experience) y, por supuesto, ha aparecido mostrando su bello p¨²bico en campa?as de American Apparel, firma que est¨¢ en claro declive y que ha optado por multiplicar su perfil m¨¢s er¨®tico, algo que hace cinco a?os era parte del problema que le imped¨ªa llegar al p¨²blico masivo y que hoy se antoja parte de la soluci¨®n para su continuidad. ?Parece que est¨¢n aprovech¨¢ndose de esta tendencia, pero fueron ellos los que la inventaron, los que ten¨ªan trabajando en sus tiendas a chicas que le¨ªan a Slavoj Zizek y a la vez ense?aban sus pechos en las fotos que adornaban sus blogs?, recuerda Mark Greif, director de la revista de ensayo N+1 y editor del libro ?Qu¨¦ fue de lo hipster?