Katie Kitamura: ¡°Estoy desanimada con el aumento de los cr¨ªmenes de odio contra los asi¨¢ticos¡±
En sus novelas habla de relaciones y lenguaje. Barack Obama y Natalie Portman son fans declarados de sus libros.
Las protagonistas de las dos ¨²ltimas novelas de Katie Kitamura (Sacramento, California, 44 a?os) tienen muchas cosas en com¨²n: narran su propia historia, atraviesan una crisis vital, el lector desconoce su nombre y ejercen profesiones relacionadas con el lenguaje. La de Una separaci¨®n es traductora y la de Intimidades int¨¦rprete en el Tribunal Penal Internacional de La Haya. Para la autora conforman una especie de trilog¨ªa con su pr¨®xima obra, protagonizada por una actriz. ¡°Todas ellas son personajes que hablan las palabras de otras personas y est¨¢n interesadas en la interpre...
Las protagonistas de las dos ¨²ltimas novelas de Katie Kitamura (Sacramento, California, 44 a?os) tienen muchas cosas en com¨²n: narran su propia historia, atraviesan una crisis vital, el lector desconoce su nombre y ejercen profesiones relacionadas con el lenguaje. La de Una separaci¨®n es traductora y la de Intimidades int¨¦rprete en el Tribunal Penal Internacional de La Haya. Para la autora conforman una especie de trilog¨ªa con su pr¨®xima obra, protagonizada por una actriz. ¡°Todas ellas son personajes que hablan las palabras de otras personas y est¨¢n interesadas en la interpretaci¨®n en cierto modo¡±, analiza, ¡°y no se sabe su nombre porque los nombres pueden dar informaci¨®n, sobre tu nacionalidad, sobre tu clase social, y quiero que esos datos queden retenidos¡±. Kitamura, hija de migrados japoneses residentes en California, se gradu¨® en Princeton, empez¨® trabajando como periodista centrada en la cr¨ªtica de arte y da clases de escritura creativa en la New York University, como su amiga Zadie Smith, a la que conoci¨® cuando hac¨ªa el doctorado en Londres. Su vida est¨¢ rodeada de literatura, vive en Brooklyn con el escritor brit¨¢nico Hari Kunzru. ¡°Siempre somos el primer lector del otro, pero solo compartimos los escritos cuando est¨¢n completos¡±, revela.
El desarraigo es central en su escritura, ?c¨®mo fue crecer en EE UU teniendo origen japon¨¦s?
Crec¨ª en un momento muy particular, muy tenso, eran los ochenta y hab¨ªa much¨ªsima ansiedad por el ascenso econ¨®mico de Jap¨®n como superpotencia, algo muy similar a lo que dir¨ªa que ocurre ahora con China. Hab¨ªa boicots a los coches de Toyota¡ Un sentimiento abiertamente antijapon¨¦s. Y yo crec¨ª en California, que tiene un pasado con los japoneses-americanos: se ve en los libros de Julie Otsuka, que ha escrito sobre los campos de internamiento japoneses en California en la guerra. Fue complicado para m¨ª.
Ahora se sigue hablando sobre ese sentimiento antiasi¨¢tico. ?Le sorprende que no se haya superado?
Una de las cosas interesantes del aumento reciente de los cr¨ªmenes de odio contra los asi¨¢ticos y las conversaciones que eso ha provocado ha sido mirar m¨¢s a fondo esa historia de sentimiento antiasi¨¢tico. Se ha visto que no sali¨® de la nada, ha sido parte del ADN de EE UU durante mucho tiempo. Estoy desanimada por los pocos progresos que se han hecho a ra¨ªz de movimientos como Black Lives Matter. Y ha habido un tremendo retroceso por parte de la derecha. As¨ª que no estoy sorprendida, pero s¨ª desanimada.
?Cree que las cosas van a cambiar, ve un futuro mejor?
Cuando mis hijos nacieron ten¨ªan ciudadan¨ªa brit¨¢nica y americana. Pens¨¦: ¡°Van a poder vivir y trabajar en much¨ªsimos lugares¡±. Porque a trav¨¦s de mi marido, que es de origen indio, podr¨ªan tambi¨¦n ir a India¡ Y ahora, con el Brexit, esas posibilidades se han reducido. No soy tan optimista como hace 10 a?os.
?Por qu¨¦ sus novelas est¨¢n escritas en primera persona?
Me interesa por la tensi¨®n que se crea: es muy cercano e ¨ªntimo, la voz del personaje habla directamente al lector, pero al mismo tiempo busco llamar la atenci¨®n hacia esa voz, lo que provoca distancia. Eso hace que la narradora no sea fiable, no es que mienta intencionadamente, pero percibes que oculta informaci¨®n.
El lenguaje tambi¨¦n es clave: son int¨¦rpretes, traductoras¡
Me interesa sobre todo el puente entre dos lenguajes. Siempre tengo personajes que se mueven entre idiomas. Y si lo piensas es obvio dados mis or¨ªgenes, de peque?a fui una int¨¦rprete para mis padres, que al principio no hablaban ingl¨¦s con fluidez.
?Le gusta explorar la idea del lenguaje porque tambi¨¦n es un arma? En Intimidades la int¨¦rprete dice las palabras de un presidente acusado de cr¨ªmenes contra la humanidad.
Absolutamente. Pensamos en el lenguaje como algo que clarifica y revela la verdad. Pero es tambi¨¦n algo que ofusca, que oculta la verdad y que manipula. Escrib¨ª Intimidades durante la Administraci¨®n Trump, y pens¨¦ en eso constantemente, en la manipulaci¨®n del lenguaje, en la eliminaci¨®n de su significado.
La novela habla tambi¨¦n de una crisis personal, de la no pertenencia. ?Refleja el sentir de su generaci¨®n?
S¨ª, hay mucha m¨¢s precariedad en nuestro mundo de la que nos dijeron que iba a haber. En mi generaci¨®n y m¨¢s a¨²n en la posterior. Y creo que habr¨¢ una revaluaci¨®n radical de todo el sistema. Yo les he dicho a mis hijos: ¡°Estudiad duro y lo lograr¨¦is¡±. Pero en alg¨²n momento ellos me dir¨¢n: ¡°?Para qu¨¦ sirve todo esto?¡±. Y creo que es potencialmente emocionante pensar qu¨¦ va a reemplazar eso. A lo mejor les permite salir de esa rueda de h¨¢mster y les abre nuevas posibilidades. Ojal¨¢ sean interesantes y positivas.
Natalie Portman incluy¨® sus obras en su club de lectura y el expresidente Barack Obama tambi¨¦n se ha declarado fan de sus libros. ?Qu¨¦ autores recomienda usted?
Me encanta Natalia Ginzburg, su novela The Dry Heart. Ahora estoy haciendo un club de lectura con una buena amiga para leer ficci¨®n de autoras italianas, estamos con Mentira y sortilegio, de Elsa Morante, que me ha atrapado, como las memorias de la danesa Tove Ditlevsen. Me gustan los libros que hacen desaparecer la escritora en m¨ª y me trasladan al estado de pura alegr¨ªa de ser un lector.
?Y qu¨¦ le aporta dar clases de escritura?
Leer y editar a mis estudiantes me ha convertido en una editora m¨¢s aguda de mi trabajo. Ellos no saben si lo que han escrito va a servir, pero aun as¨ª lo comparten con la clase, y esa vulnerabilidad es inspiradora. Escribir desde una postura defensiva es el camino equivocado. Exponerse es la ¨²nica forma de escribir.