Lara Trump, la mujer que se encargar¨¢ de proteger el legado de Donald
Sus declaraciones fuera de lugar y su ret¨®rica exaltada y fan¨¢tica convierten a la nuera del presidente saliente de Estados Unidos en su digna heredera.
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La ret¨®rica mis¨®gina de Donald Trump, su desprecio p¨²blico por las mujeres, dif¨ªcilmente habr¨ªa podido tener recorrido medi¨¢tico y pol¨ªtico si su imagen no hubiera estado asociada, desde el principio de su primera campa?a, a una serie de figuras femeninas -Melania, Ivanka, Lara- que parec¨ªan legitimar su violencia verbal. Lejos de ser una contradicci¨®n, estas mujeres representaban a un sector del electorado que se sent¨ªa muy c¨®modo en la ¨¦pica antifeminista: muy pronto ellas adoptar¨ªan, de buena gana, el papel de estrellas de la incorrecci¨®n pol¨ªtica que triunfaba en las redes sociales.
Con el paso de los a?os, Trump ha dejado claro que es muy consciente de ello: cuando muri¨® la jueza Ruth Bader Ginsburg tard¨® menos de 24 horas en anunciar que su sustituta en el Tribunal Supremo ser¨ªa tambi¨¦n una mujer, y despu¨¦s, tard¨® menos de una semana en nombrar a la candidata Amy Coney Barrett. Tampoco el magnate ha tenido problema alguno en que sea Ivanka, en lugar del primog¨¦nito que lleva su mismo nombre, quien ocupe un lugar medi¨¢tico de mayor relevancia entre sus hijos. Y esta misma semana, compensando el anuncio del posible divorcio de Melania, Lara Trump, esposa de su tercer hijo, daba un paso adelante anunciando su intenci¨®n de postularse en 2022 para el Senado en Carolina del Norte.?
Despu¨¦s de cuatros a?os apoyando las campa?as y pol¨ªticas del expresidente, la intenci¨®n de su nuera es pasar ahora a la primera l¨ªnea de la pol¨ªtica estadounidense. Frente a la imagen de un Donald derrotado, que se ha postrado en su sill¨®n presidencial cual ni?o enfadica que no sabe perder, rompiendo uno a uno los juguetes para que alguien le hiciese caso, las amplias y perfectas sonrisas de Lara Trump parecen sugerir una actitud distinta: frente al berrinche del perdedor, la tranquilidad de quien sabe que la partida no ha hecho m¨¢s que empezar. Porque a pesar de que el nombre de Ivanka suena ya como posible candidata presidencial para 2024, en realidad, la excentricidad de Lara la convierten en la heredera ideal de Donald: ambos se manejan con soltura entre frases infantiloides fuera de lugar, exageraciones, falta de rigor y una ret¨®rica exaltada y fan¨¢tica que infunden terror.
Quiz¨¢s el mejor ejemplo ¨Co al menos el primero, que sirve bien como carta de presentaci¨®n¨C fueron las declaraciones que hizo en Fox News despu¨¦s de que Angela Merkel anunciase que abrir¨ªa las fronteras a los refugiados de la guerra de Siria: ?Esta es la ca¨ªda de Alemania. Es lo peor que le ha pasado a Alemania. Este presidente lo sabe y est¨¢ tratando de evitar que eso suceda aqu¨ª?. A continuaci¨®n, los medios y las redes sociales se encargaron de recordarle que hace menos de un siglo del Holocausto.?
Esta no puede verse, sin embargo, como una salida de tono inapropiada o un error anecd¨®tico: igual que no dud¨® en utilizar en un discurso una frase inventada de Abraham Lincoln, y de re¨ªrse cuando le afean el error justificando que la sac¨® de un meme viral, tampoco tiene reparos en burlarse de la tartamudez de Joe Biden. ?Cada vez que sale a un escenario dan ganas de decirle, ?puedes decirlo ya, Joe? Venga, que salgan esas palabras. Me siento mal por ¨¦l?, dec¨ªa ante un micr¨®fono durante un acto de la ¨²ltima campa?a presidencial en tono jocoso. Cuando unos d¨ªas despu¨¦s un periodista de la CNN le preguntaba por los hechos, ella se mostraba perpleja y con una actitud chulesca respond¨ªa que ?no ten¨ªa ni idea de que Joe Biden alguna vez hubiera sufrido tartamudeo?; intentando salvar la papeleta, acab¨® siendo a¨²n m¨¢s ofensiva: ?cre¨ªa simplemente que lo que ve¨ªamos en ¨¦l cuando est¨¢ en el escenario deb¨ªa ser un deterioro cognitivo?. Estas an¨¦cdotas podr¨ªan parecer m¨¢s graciosas que insultantes ¨Cde hecho, as¨ª lo cree un amplio electorado estadounidense¨C si no supi¨¦semos que, hace cuatro a?os, esta misma estrategia de buf¨®n inofensivo le sirvi¨® a su suegro para llegar a ser elegido presidente de los Estados Unidos.
En cuanto a su vida privada, todas las piezas encajan en el puzle de mujer triunfadora: Lara Lea Yunaska (su nombre de soltera) naci¨® en una familia de clase media de Wilmington, Carolina del Norte, en 1982. Hija de un constructor de barcos y una ama de casa, ella misma cuenta que desde ni?a decidi¨® alcanzar todos los sue?os que se propusiera, que fueron muchos y muy distintos. Al principio quiso ser amazona y si no lo consigui¨® fue porque se cans¨® de tantas clases de caballo y prefiri¨® convertirlo en un simple hobby. No ser¨ªa la primera vez que Lara Trump cambiaba de idea sobre su futuro profesional: se gradu¨® en comunicaci¨®n en la North Carolina State University y trabaj¨® unos meses como becaria en la televisi¨®n, pero poco despu¨¦s se mud¨® a Nueva York para hacer un curso de reposter¨ªa en el French Culinary Institute, una de las escuelas de cocina m¨¢s prestigiosas del pa¨ªs. All¨ª fund¨® su propio negocio, Lara Lea Confections, y al mismo tiempo, si se aburr¨ªa, trabajaba tambi¨¦n como entrenadora personal. En 2012, Lara volv¨ªa a la televisi¨®n como coordinadora de guion en el programa informativo Inside Edition de la CBS, y un a?o m¨¢s tarde ascend¨ªa para ocupar el puesto de productora asociada en el mismo canal. En resumen, la suya no ser¨ªa tanto una historia de superaci¨®n personal, como la demostraci¨®n de que el dinero te permite tener un sue?o por a?o y, por supuesto, cumplirlos todos.
Mientras ocurr¨ªan estos cambios de posiciones, Lara tambi¨¦n tuvo tiempo de conocer en una cena de amigos comunes a Eric Trump, tercer hijo del multimillonario Donald Trump y su primera mujer, Ivana. Tres meses despu¨¦s, ¨¦l la llam¨® porque a¨²n se acordaba de ella tras aquel primer encuentro y entonces s¨ª, salt¨® la chispa definitiva. ?Fue la mejor cita de mi vida?, explicaba Lara sobre este encuentro, ?yo simplemente me enamor¨¦ de un chico. Algo hizo clic en nosotros¡ y sencillamente funcion¨®?. El amor se afianz¨® con una boda por todo lo alto cinco a?os despu¨¦s ¨Cla revista PageSix publicaba que el maestro de ceremonias brome¨® en el momento del enlace con que la novia estaba ganando ?una familia y seis millones de seguidores en Twitter?¨C y el nacimiento de dos beb¨¦s: un ni?o llamado Eric y una ni?a a la que le pusieron el nombre de Carolina, en honor al Estado en el que crecieron y como ejemplo de que en EEUU cualquier ocasi¨®n es buena para mostrar fervor patri¨®tico.
A esta estampa de familia feliz ¨Cy muy rubia¨C que tanto les apasiona mostrar a ambos en sus cuentas de Instagram se suman tambi¨¦n dos beagles adoptados, Charlie y Ben. Un detalle a tener en cuenta puesto que otra de las pasiones de Lara Trump, seg¨²n ella misma se empe?a en recalcar cuando habla de su car¨¢cter, es su amor por los animales, especialmente por los perros ¨Cque ya se convirtieron en protagonistas de esta ¨²ltima campa?a, gracias a los Biden¨C. Sin embargo, Lara no parece haber reparado en que podr¨ªa ser un tanto contradictorio que en el mismo feed de Instagram donde aparece ella posando en refugios junto a perros abandonados salgan, un poco m¨¢s abajo y un poco m¨¢s arriba, sus beagles disfrazados de forma bastante grotesca, por ejemplo, con trajes con forma de persona.
Pero conocer a Eric Trump aquella noche no supuso solo el comienzo de una historia de amor id¨ªlica para Lara. Tambi¨¦n redirigi¨®, una vez m¨¢s, el rumbo de su trayectoria profesional: en 2015 cambi¨® su puesto de productora por el de asesora senior en Giles-Parscale, la agencia de marketing que ha asesorado a Donald Trump en sus dos campa?as electorales. Fue solo el punto de partida de una alianza pol¨ªtica entre el magnate y su nuera que a¨²n hoy perdura. ?Es un hombre que antes que nada ama a su familia. Es un gran cuentacuentos y ama las largas cenas familiares en las que nos re¨ªmos much¨ªsimo. Tiene un gran coraz¨®n y es una persona incre¨ªblemente leal y que nunca olvida a los que lo han sido con ¨¦l. Me siento muy afortunada de tener a un hombre como ¨¦l como suegro?.
A partir de entonces, Lara comenz¨® a dedicarle palabras como estas en p¨²blico, llenas de afecto, que mostraban un apoyo sin fisuras a Donald Trump y que, junto a sus apariciones en m¨ªtines desde 2016, la han convertido en un rostro femenino muy valioso para la imagen del expresidente. De hecho, despu¨¦s de que Trump ganase las elecciones, y aunque nunca ha firmado un contrato de trabajo dentro de la Casa Blanca, Lara ha dedicado todo su tiempo y esfuerzo a granjearse una posici¨®n privilegiada a su lado. Durante el mandato de su suegro se ha encargado de coordinar m¨²ltiples eventos sobre empoderamiento femenino bajo el auspicio de la marca Trump, ha lanzado varias campa?as de ¨¦xito con el fin de recaudar fondos para los republicanos y es la presentadora de Real News Update, un webcast semanal de ?noticias reales?, donde queda claro que, por mucho que se hable bien de Donald Trump, nunca es suficiente.
A d¨ªa de hoy, incluso cuando Ivanka ha abandonado ya la Casa Blanca, asumiendo indirectamente la derrota de su padre, Lara Trump sigue insistiendo en validar la versi¨®n conspirativa que apunta a que los ¨²ltimos comicios fueron fraudulentos debido al voto por correo y que, por tanto, la victoria le corresponder¨ªa a Donald Trump y no a Joe Biden. Como argumento, Lara a?ad¨ªa esta semana, en declaraciones para Fox News, que es f¨¢cil comprobarlo teniendo en cuenta que en los m¨ªtines de Trump hab¨ªa miles de personas m¨¢s que en los de Biden. Una justificaci¨®n algo absurda, pero que recuerda, una vez m¨¢s, a las que esgrime usualmente el propio Donald para defender esta misma versi¨®n de los hechos. Que Lara haya confirmado en medio de esta tormenta su intenci¨®n de presentarse en Carolina del Norte no es, desde luego, el resultado de una torpeza, sino m¨¢s bien todo lo contrario: cuando el trumpismo ¨Ces decir, el ala ultraderechista dentro del Partido Republicano¨C parece estar pasando por sus horas m¨¢s bajas, Lara Trump viene a dejar claro que a¨²n queda mucho por decir en esta guerra.