Llegan los museos espect¨¢culo
Es la hora del arte en directo. La danza y las performances copan espacio en las pinacotecas de arte contempor¨¢neo y ofrecen una experiencia ¨²nica y ef¨ªmera.
Cuadros, dibujos, instalaciones, esculturas y v¨ªdeos, nada nuevo en las salas de un museo. ?Pero qu¨¦ son esa decena de bailarines con calentadores? ?Y ese desfile parodia del mundo de la moda? El arte vivo, en movimiento, ha entrado con fuerza en la programaci¨®n de los espacios de arte contempor¨¢neo, en centros como el Whitney Museum y el MoMA en Nueva York o la Tate Modern en Londres, siguiendo la estela del Walker Arts Center de Mine¨¢polis, pionero en todo esto. Tambi¨¦n en Espa?a, el museo Marco en Vigo se ha hecho eco del auge del g¨¦nero con el programa ...
Cuadros, dibujos, instalaciones, esculturas y v¨ªdeos, nada nuevo en las salas de un museo. ?Pero qu¨¦ son esa decena de bailarines con calentadores? ?Y ese desfile parodia del mundo de la moda? El arte vivo, en movimiento, ha entrado con fuerza en la programaci¨®n de los espacios de arte contempor¨¢neo, en centros como el Whitney Museum y el MoMA en Nueva York o la Tate Modern en Londres, siguiendo la estela del Walker Arts Center de Mine¨¢polis, pionero en todo esto. Tambi¨¦n en Espa?a, el museo Marco en Vigo se ha hecho eco del auge del g¨¦nero con el programa Presencia Activa, Acci¨®n Objeto y P¨²blico. Lo cierto es que performance y danza contempor¨¢nea han pasado a ocupar un papel central, como nunca hasta ahora, en las pinacotecas. ?Es una novedad. Son ciclos concretos con comisarios invitados. Con todo esto se establece un nuevo di¨¢logo o juego con el p¨²blico. Es algo que ocurre a una determinada hora en un determinado lugar. Y a veces la gente conecta mejor con las personas que con los objetos?, reflexiona Sabine Brietwiesser, comisaria jefe del departamento de Media y Performance del MoMA, creado hace tan solo cuatro a?os.?
As¨ª que? las instituciones que sirven como contenedores de arte material, de objetos ?muertos?, abren sus puertas ahora a bailarines, core¨®grafos y performers que ofrecen una propuesta real a un p¨²blico que busca, cada vez m¨¢s, experiencias ¨²nicas, que van m¨¢s all¨¢ del mundo virtual y de las descargas. ?En la cultura actual hay inter¨¦s en las cosas vivas. Todo parece estar mediatizado, pero esto trata del aqu¨ª y ahora?, explica Jenny Schlenzka, conservadora asociada del PS1 y organizadora junto al core¨®grafo Ralph Lemons del programa Some Sweet Day, que este oto?o invita a artistas como J¨¦r?me Bel o Sarah Michelson a intervenir en el atrio del MoMA. El espacio resulta una cuesti¨®n problem¨¢tica, puesto que los museos hasta ahora no contaban por lo general con salas espec¨ªficas para este tipo de arte. Esto es algo que el Whitney se propone remediar en el nuevo edificio, cuya apertura est¨¢ prevista para 2015. La Tate Modern en Londres se ha adelantado con la inauguraci¨®n este verano de los tanks, pensados para acoger esta clase de intervenciones.
Lo cierto es que la visibilidad de la danza supone tambi¨¦n un reconocimiento al papel que han tenido en la evoluci¨®n del arte del siglo XX, patente en las vanguardias, en el movimiento dad¨¢ o en las interconexiones que el core¨®grafo y bailar¨ªn Merce Cunningham estableci¨® con las manifestaciones art¨ªsticas de su tiempo. ?Ha cambiado la perspectiva. Los j¨®venes acad¨¦micos y conservadores pensamos que lo ef¨ªmero es tan importante como lo material?, asegura Jenny Schlenzka. El Walker Arts Center, que lleva d¨¦cadas comisionando trabajos a core¨®grafos, toma un aire m¨¢s convencional con la presentaci¨®n este oto?o de Dance Works III, la tercera de las exposiciones que ha dedicado a Cunningham.