Marrakech se renueva
Dise?o, restauraci¨®n e interiorismo remiten a la tradici¨®n y la artesan¨ªa, pero con formas reinventadas, como las del Museo Yves Saint Laurent, que ser¨¢ la apertura del a?o.
En el a?o 1966, Yves Saint Laurent y Pierre Berg¨¦ llegaron por primera vez a Marrakech. Desde entonces, la ciudad ha cambiado mucho, pero sigue conservando ese aire bohemio que en aquella ¨¦poca la convirti¨® en el refugio favorito de Mick Jagger y los Stones, en objeto de los libros de Paul Bowles o Elias Canetti. Hoy, la Perla del Sur, fundada en 1062 por los almor¨¢vides, con murallas de adobe y dominada por tonalidades terrosas con vistas a las cumbres nevadas del Alto Atlas, se renueva constantemente.
El mejor ejemplo de ese paso hacia adelante, que bebe de lo tradicional, ver¨¢ la luz...
En el a?o 1966, Yves Saint Laurent y Pierre Berg¨¦ llegaron por primera vez a Marrakech. Desde entonces, la ciudad ha cambiado mucho, pero sigue conservando ese aire bohemio que en aquella ¨¦poca la convirti¨® en el refugio favorito de Mick Jagger y los Stones, en objeto de los libros de Paul Bowles o Elias Canetti. Hoy, la Perla del Sur, fundada en 1062 por los almor¨¢vides, con murallas de adobe y dominada por tonalidades terrosas con vistas a las cumbres nevadas del Alto Atlas, se renueva constantemente.
El mejor ejemplo de ese paso hacia adelante, que bebe de lo tradicional, ver¨¢ la luz este oto?o: el nuevo Museo Yves Saint Laurent abrir¨¢ sus puertas el 16 de octubre. El edificio ¨Ccerca del Jard¨ªn Majorelle, recuperado por el modista en 1980 y visita obligada¨C ocupar¨¢ 4.000 metros cuadrados y su dise?o corre a cargo de los arquitectos parisinos de Studio KO. ?Esta ciudad me ense?¨® lo que era el color?, afirmaba el couturier. ?Cuando Yves descubri¨® Marrakech, se sinti¨® tan conmovido que decidi¨® volver regularmente. Por eso, es natural, 50 a?os despu¨¦s, construir un museo dedicado a su obra, tan inspirada por este pa¨ªs?. As¨ª lo argument¨® Berg¨¦, presidente de la fundaci¨®n de ambos.
La presencia de creadores como ellos ha influido en la ciudad marroqu¨ª: en la misma calle del jard¨ªn se encuentran tiendas de complementos de dise?o creados por artesanos como 33 Rue Majorelle o M¡¯Tita Bamako. No muy lejos, en el barrio de Gueliz, pueden verse galer¨ªas como la de David Bloch, especializada en arte contempor¨¢neo; Galerie 127, dedicada a la fotograf¨ªa, o Fennwerk, con alfombras de artesan¨ªa bereber. Adem¨¢s de dise?o, la ciudad ofrece una agitada, y para todos los gustos, vida cultural: hasta el 25 de junio es tiempo de Ramad¨¢n, y el Institut Fran?ais lo evoca con m¨²sica en Les Nuits du Ramadan; un mes despu¨¦s, del 28 de junio al 2 de julio, se celebra el festival de humor Marrakech du Rire, y ya en septiembre, del 15 al 17, ser¨¢ la hora de la electr¨®nica con The Oasis Festival.
El gusto es otro de los sentidos que se agudizan con locales como El Fenn, una boutique que tambi¨¦n ofrece cocina tradicional local y europea moderna; Kechmara, que completa su oferta con m¨²sica en vivo y exposiciones; o, ya en pleno centro de la Medina, el Caf¨¦ Nomad, Le Jardin y el conocido Caf¨¦ des ?pices.
Los sabores del jard¨ªn
Hay lugares m¨ªticos donde dejarse envolver por los olores y el sabor de las especias, el azahar y los frutales de la ciudad como el hotel La Mamounia. Por ¨¦l ha desfilado el qui¨¦n es qui¨¦n de los visitantes VIP de Marrakech desde su apertura en 1923: pol¨ªticos como el general Charles de Gaulle o Winston Churchill, que sol¨ªa pasar all¨ª el invierno (y describ¨ªa el establecimiento como ?el lugar m¨¢s maravilloso del mundo?); los dise?adores Yves Saint Laurent, Versace, Pierre Balmain o Valentino; actores como Keanu Reeves, Marion Cotillard y Orlando Bloom, y tambi¨¦n m¨²sicos (Jacques Brel, los Rolling Stones o Crosby, Stills, Nash & Young, que compusieron all¨ª Marrakech Express). Sus jardines sim¨¦tricos de tonos pastel, como salidos de una pel¨ªcula de Wes Anderson, y sus habitaciones, suites y riads (tiene tres) han servido de escenario de cine en pel¨ªculas como El hombre que sab¨ªa demasiado, de Alfred Hitchcock, o La reina del desierto, de Werner Herzog.
En sus cocinas, los chefs Alfonso Iaccarino ¨Cdos estrellas Michelin por Don Alfonso 1890 en la Campania italiana¨C, Aur¨¦lien Poirot ¨Cque ha colaborado con Alain Ducasse y Yannick All¨¦no¨C, Rachid Agouray y el chef pastelero Richard Bourlon supervisan los men¨²s de sus cuatro restaurantes: L¡¯Italien de Don Alfonso, Le Francais, Le Marocain y Le Pavillion de la Piscine. Y al igual que sus cartas, el spa, de 2.500 metros cuadrados, tambi¨¦n combina tratamientos europeos ¨Ccomo los de la marca alemana Amala¨C con la tradici¨®n marroqu¨ª del hammam ¨Ccon la gama marocMaroc¨C. El hotel tiene incluso aromas propios: acaba de lanzar Fleur D¡¯Oranger Intense y Dattes, dos fragancias que evocan una estancia en sus jardines: flores de naranja, jazm¨ªn y s¨¢ndalo en el primero, y bergamota, manzanilla azul de Marruecos, comino y cedro del Atlas en el segundo. Para volver all¨ª a trav¨¦s del olfato.