Nuria Amat, letras muy bien vestidas
Novelista, ensayista, poeta y dramaturga, la ¨²ltima ganadora del premio Ramon Llull de novela muestra su esp¨ªritu libre a la hora de interpretar la moda, algo que aprendi¨® en el Par¨ªs de los a?os 70.
Lo suyo con la moda empez¨® cuando era una ni?a y uno de sus pasatiempos favoritos era rebuscar en el ba¨²l de su madre. Fallecida prematuramente, con tan solo 29?a?os, de una enfermedad cardiaca, dej¨® a tres ni?os peque?os a cargo de su marido, quien los cri¨® con la ayuda de una t¨ªa soltera y una tata analfabeta que para los peque?os se convirti¨® en una segunda mam¨¢. ?No guardo recuerdos de mi madre, no me dio tiempo. Y esa p¨¦rdida marc¨® mi vida. Mi padre, que fue extraordinariamente cari?oso con todos nosotros, volvi¨® a casarse 20 a?os m¨¢s tarde, pero ¨¦l tambi¨¦n muri¨® joven, a los 57 a?os re...
Lo suyo con la moda empez¨® cuando era una ni?a y uno de sus pasatiempos favoritos era rebuscar en el ba¨²l de su madre. Fallecida prematuramente, con tan solo 29?a?os, de una enfermedad cardiaca, dej¨® a tres ni?os peque?os a cargo de su marido, quien los cri¨® con la ayuda de una t¨ªa soltera y una tata analfabeta que para los peque?os se convirti¨® en una segunda mam¨¢. ?No guardo recuerdos de mi madre, no me dio tiempo. Y esa p¨¦rdida marc¨® mi vida. Mi padre, que fue extraordinariamente cari?oso con todos nosotros, volvi¨® a casarse 20 a?os m¨¢s tarde, pero ¨¦l tambi¨¦n muri¨® joven, a los 57 a?os reci¨¦n cumplidos?.
El ba¨²l de los recuerdos
Los padres de la escritora pertenec¨ªan a la alta burgues¨ªa barcelonesa y viv¨ªan en una casa unifamiliar en Pedralbes, en la avenida Espasa, justo delante de la cl¨ªnica Fuster, creada y dirigida por el padre del prestigioso cardi¨®logo y especializada en enfermedades mentales. ?Los balcones de nuestro cuarto de jugar daban al jard¨ªn de la cl¨ªnica, y mis hermanos y yo pas¨¢bamos horas espiando por las ventanas. La del ba?o daba justamente frente a la casa particular de la familia Fuster, contigua a la cl¨ªnica, de modo que otro de mis entretenimientos era observar a un chico que estudiaba continuamente en su habitaci¨®n y a quien conoc¨ª muchos a?os despu¨¦s: era el doctor Valent¨ªn Fuster?.
?Mi madre ten¨ªa vestidos muy bonitos?, contin¨²a Nuria, ?de ah¨ª mi afici¨®n por la moda. Ella se lo hac¨ªa todo a medida en Santa Eulalia y El Dique Flotante, las dos tiendas m¨¢s selectas de la Barcelona de aquellos a?os. Mis prendas favoritas son sus camisones y batas, con encajes y puntillas de una delicadeza exquisita. Algunos los uso como vestidos de noche, que combino con chales y fulares. Me gusta el efecto que consigo al mezclar prendas que no tienen nada que ver en cuanto a procedencia, pero que juntas suman puntos y me ayudan a configurar un estilo diferente y muy personal?.
Mujer cosmopolita, Nuria Amat ha vivido en Par¨ªs, Colombia, M¨¦xico, Berl¨ªn y Estados Unidos. ?De jovencita me fui a estudiar Documentaci¨®n y Biblioteconom¨ªa a Par¨ªs. Eran los a?os 70, el efecto mayo del 68 estaba muy reciente y Par¨ªs era la libertad, mientras que Espa?a viv¨ªa absorta en el franquismo. Me zambull¨ª de lleno en la est¨¦tica hippy, no me quitaba mis botas, mis faldas largas y mis vestidos floreados. En Par¨ªs aprend¨ª a rastrear en los mercadillos para buscar prendas singulares. Soy coqueta y presumida, no puedo negarlo. Me encanta gustar y odio el estilo estereotipado y convencional. Soy de las que compro en cualquier sitio, no soy marquista ni necesito que determinados elementos avalen mi manera de entender la moda. Tampoco en mi joyero abundan las marcas, pero s¨ª los collares y gargantillas de reminiscencias ¨¦tnicas, que suelo comprar en Latinoam¨¦rica. Me gustan porque tienen mucha fuerza y resultan muy favorecedores. Otra de mis debilidades son los zapatos y botines con mucho tac¨®n. Estilizan y configuran otra manera de moverse?. Recientemente, Nuria ha descubierto la marca danesa Noa Noa, que destaca por su estilo bohemio y femenino, con el que se identifica plenamente.
Su vida, la literatura
Nuria fue muy precoz y sab¨ªa a lo que quer¨ªa dedicarse desde muy temprana edad. A los cinco a?os ya se imaginaba como escritora, y reci¨¦n cumplidos los 13 descubri¨® el embrujo de la narrativa al caer en sus manos Ana Karenina, historia que devor¨® con pasi¨®n. ?Siento verdadero amor por los libros. Y, afortunadamente, mis dos hijas son tambi¨¦n grandes lectoras?.
Su casa es un buen ejemplo de ello. Se trata de una curiosa construcci¨®n que se alza, empinad¨ªsima, en la falda de una de las monta?as que rodean Barcelona. Son estancias peque?as, con ventanales enormes por los que se cuelan las plantas. Por supuesto, la pieza m¨¢s destacable es la biblioteca: dos plantas unidas por una escalera y l¨ªneas y m¨¢s l¨ªneas de estanter¨ªas en las que descansan m¨¢s de 10.000 vol¨²menes. En el centro, una cama para leer c¨®modamente recostada, y en las librer¨ªas, muchos tesoros, algunos dedicados por sus autores, como la primera edici¨®n de Cien a?os de soledad. ?Es una biblioteca viva. Paso mucho tiempo aqu¨ª, leyendo y buscando documentaci¨®n?.
Su rinc¨®n de escritura est¨¢ tres plantas m¨¢s arriba, frente a una mesa con un Mac de pantalla enorme. ?Soy muy disciplinada. Me siento cada d¨ªa a escribir a las tres y media de la tarde, despu¨¦s de haber dormido una breve siesta y tomar mi dosis diaria de chocolate negro?. En este inspirador espacio naci¨® Amor i guerra (Planeta). Con esta obra gan¨® el premio Ramon Llull de novela, el galard¨®n m¨¢s importante de las letras catalanas, y en ella explica la vida de Ram¨®n Mercader ¨Cantepasado suyo¨C, el anarquista catal¨¢n que asesin¨® a Trotsky por mandato de Stalin. Fueron cinco a?os de intenso trabajo que germinaron despu¨¦s de ver el documental Asaltar los cielos. ?Mis novelas han nacido as¨ª, por una visi¨®n repentina de algo, una especie de iluminaci¨®n. Y todas est¨¢n llenas de homenajes a mis maestros. En esta ¨²ltima hay mucho de Tolstoi, un escritor inmenso?.
Sentada en la cama de la biblioteca, uno de sus espacios preferidos, y rodeada por m¨¢s de 10.000 vol¨²menes, Nuria lleva un vestido de Noa Noa, marca danesa que le gusta por su estilo bohemio y muy femenino.
Germ¨¢n S¨¢iz
En su armario abundan las camisas blancas. Delante, vestidos de lam¨¦, uno de sus tejidos favoritos, y bolsos de noche.
Germ¨¢n S¨¢iz
Frente al ventanal, el ordenador donde escribe a diario. En la pantalla, la portada de la edici¨®n francesa de su ¨²ltimo libro. Sobre la mesa, un busto de m¨¢rmol, regalo de su padre.
Germ¨¢n S¨¢iz
Un libro sobre Santa Teresa de Jes¨²s, una de sus autoras de referencia, y sus plumas favoritas: la Montblanc, en negro, y la Lamy plateada, un regalo de su amigo, el fot¨®grafo Leopoldo Pom¨¦s.
Germ¨¢n S¨¢iz
Sobre una mesa de la biblioteca, los ¨²ltimos ejemplares que ha adquirido.
Germ¨¢n S¨¢iz