¡®Playboy¡¯, mucho m¨¢s que ¡®conejitas¡¯
Cumple 60 a?os la revista m¨¢s masculina, pero tambi¨¦n una publicaci¨®n que apost¨® por la literatura, la ¡®liberaci¨®n¡¯ sexual femenina, la legalizaci¨®n del aborto o acabar con los prejuicios raciales y hom¨®fobos.
La imagen de Kate Moss posando para Mert Alas y Marcus Piggott con pomp¨®n y orejitas, aunque prodigiosa, es s¨®lo un punto y seguido en seis d¨¦cadas de portadas ic¨®nicas. En diciembre de 1953, tras haberle sido denegado un aumento de sueldo en Esquire, un audaz dibujante de c¨®mics y periodista de Chicago pon¨ªa en circulaci¨®n una revista que, adem¨¢s de los ahorros de su madre, conten¨ªa un p¨®ster de Marilyn Monroe completamente desnuda. Una foto rescatada de una sesi¨®n que la actriz hab¨ªa realizado a?os atr¨¢s, cu...
La imagen de Kate Moss posando para Mert Alas y Marcus Piggott con pomp¨®n y orejitas, aunque prodigiosa, es s¨®lo un punto y seguido en seis d¨¦cadas de portadas ic¨®nicas. En diciembre de 1953, tras haberle sido denegado un aumento de sueldo en Esquire, un audaz dibujante de c¨®mics y periodista de Chicago pon¨ªa en circulaci¨®n una revista que, adem¨¢s de los ahorros de su madre, conten¨ªa un p¨®ster de Marilyn Monroe completamente desnuda. Una foto rescatada de una sesi¨®n que la actriz hab¨ªa realizado a?os atr¨¢s, cuando era una total desconocida.
Al primer impacto (50.000 copias vendidas) le siguieron varios golpes de efecto de un estratega que se define a s¨ª mismo como ¡°s¨®lo un rom¨¢ntico en esencia¡±. Hugh Hefner, el hedonista, inteligente y revolucionario empresario de los pijamas de seda (s¨®lo para trabajar: para dormir, prefiere los de franela) que durante d¨¦cadas ha librado, y ganado, una batalla contra el puritanismo americano y sus tab¨²es sexuales.
Dec¨ªa Anthony Powell que hacerte viejo es ser castigado por un crimen que no has cometido. Los 87 de Hugh Hefner son la triste prueba. Pero antes de convertirse en el viejo verde que se casa y/o organiza org¨ªas con neum¨¢ticas postadolescentes mientras declara que la viagra es ¡°el ayudante de Dios¡±, Hef fue un visionario y un activista social cuya lucidez mental sigue sorprendiendo. Como reconoc¨ªa en una entrevista, precisamente en la cabecera donde no quisieron subirle el sueldo, ¡°no s¨®lo empec¨¦ una revista. Empec¨¦ una revista que lo cambi¨® todo¡±. Es justo reconocer sus logros.
Taschen publica ahora una antolog¨ªa de 6 tomos de los primeros 25 a?os de la revista con ¡®Hugh Hefner¡¯s Playboy¡¯, con instant¨¢neas como ¨¦sta, de los a?os comprendidos entre 1953 y 1979.
Taschen
¡®Playboy¡¯ y la literatura
¡°Compro el Playboy por los relatos¡±, el mantra exculpatorio de varias generaciones de heterosexuales no es en absoluto infundado. En 2010, el propio Hef felicitaba, v¨ªa Twitter, a Vargas Llosa por el Nobel de Literatura, y recordaba, de paso, que el peruano era el d¨¦cimo tercer colaborador de Playboy que lo consegu¨ªa. Desde el origen de la revista, Hefner demostr¨® un gran instinto para descubrir o persuadir a grandes talentos literarios: ya en el segundo n¨²mero llegaba, por entregas, Fahrenheit 451, consiguiendo para Ray Bradbury algo m¨¢s que los 400 d¨®lares que le pag¨® el editor.
M¨¢s tarde, llegar¨ªan Garc¨ªa M¨¢rquez (en 1971 public¨® en ingl¨¦s el relato El ahogado mas hermoso del mundo¡± o Jack Kerouac que, en 1959, conced¨ªa a Playboy la precuela Before The Road, el texto embrionario de la que hab¨ªa sido su gran novela, En el camino. En 2009, Playboy despertaba la ira y la curiosidad de los bibli¨®filos del mundo al publicar El origen de Laura, la novela en la que trabajaba Nabokov cuando muri¨®, a pesar de que el autor hab¨ªa dado orden expresa de que esos papeles fueran quemados.
La lista es interminable: Murakami, Roald Dahl, Norman Mailer... En una fiesta de 1979, Hefner agradec¨ªa a las ¡°playmates¡± su aportaci¨®n con este brindis: ¡°Sin vosotras, Playboy ser¨ªa una revista literaria¡± (escrita por eminentes firmas masculinas, claro).
Hefner, trabajando en su cama redonda.
Taschen
¡®Playboy¡¯ y la ?liberaci¨®n? de la mujer
¡°Playboy se basa en la creencia de que a las chicas buenas tambi¨¦n les gusta el sexo¡±, ha explicado en m¨¢s de una ocasi¨®n Hef, que siempre se ha considerado a s¨ª mismo un aliado en la lucha por los derechos de la mujer. En el documental de Brigitte Berman Hugh Hefner: Playboy, Activist and Rebel, la feminista Susan Brownmiller define a Hefner como ¡°inteligente, pero peligroso¡±. Hef reconoci¨® que Playboy hab¨ªa financiado la defensa en el Caso Roe contra Wade que, en los 70, sent¨® las bases para legalizar el aborto en Estados Unidos. Y recientemente, Carrie Pitzulo, profesora de la Universidad de West Georgia, aseguraba en su libro Solteros y Conejitas: sobre la pol¨ªtica sexual de Playboy? que durante toda su historia, la revista ha apoyado los derechos de la mujer y la modernizaci¨®n de los roles de g¨¦nero. Sin embargo, Oriana Fallaci? desmontaba la fachada de la igualdad, cuando en 1966, le pregunt¨® directamente si ser¨ªa capaz de enamorarse de una mujer que se comportara como ¨¦l, con tantos amantes a sus espaldas, y Hefner respondi¨®: ¡°En mis relaciones, no busco la igualdad entre hombre y mujer. Me gustan las chicas inocentes, cari?osas¡ Nunca he buscado una mujer como yo, no sabr¨ªa que hacer con un Hugh Hefner con falda¡±.
Un joven Hugh Hefner rodeado de ¡®conejitas¡¯.
Taschen
¡®Playboy¡¯ y los movimientos civiles
El debate sobre el sexismo o no de la revista es irresoluble, pero parece haber qu¨®rum sobre la implicaci¨®n de Playboy en otros asuntos sociales, como su campa?a a favor de legalizar la marihuana. Hefner y su revista fueron s¨ªmbolos contra el racismo y la homofobia durante los a?os en los que no era f¨¢cil serlo. Como en 1966, cuando el redactor de Playboy Alex Haley concert¨® por tel¨¦fono una entrevista con George Lincoln Rockwell, fundador del partido nazi americano, quien se la concedi¨® s¨®lo si le aseguraba que no era jud¨ªo. Cinco d¨ªas despu¨¦s Haley se present¨® ante Rockwell en la sede de su partido para la entrevista. Haley, sin una gota de sangre jud¨ªa, no hab¨ªa comentado que era negro.
Imagen de las ¡®conejitas¡¯ sostienendo a hu¨¦rfanos vietnamitas fletados al aeropuerto de La Guardia (1975).desde su avi¨®n.
Corbis
En los 50, el escritor Charles Beaumont publicaba en la revista un relato sobre un hombre heterosexual perseguido y amenazado en un mundo de homosexuales. Miles de cartas de hom¨®fobos cabreados inundaron la redacci¨®n y Hef escribi¨® en su carta del director: ¡°Si est¨¢ mal perseguir a heterosexuales en una sociedad homosexual, entonces lo contrario tambi¨¦n debe estarlo¡±. Sesenta a?os despu¨¦s, volv¨ªa a usar el editorial de Playboy para reivindicar: ¡°La lucha por el matrimonio gay es una lucha por nuestros derechos. Sin ella, se volver¨¢ a la revoluci¨®n sexual y a un estado anterior, puritano¡±. Eso es coherencia. Tambi¨¦n lo es su lealtad a su primera chica de portada. Hefner compr¨® por 75.000 d¨®lares la tumba contigua a la de Marilyn Monroe en el cementerio Westwood Village Memorial Park: ¡°Yacer en una tumba pegada a la suya le da un sentido completo a todo. Pasar¨¦ el resto de la eternidad con Marilyn¡±.? Quiz¨¢ s¨ª sea realmente un rom¨¢ntico.
Taschen
¡®Hef¡¯, en una imagen dde 1978.
Corbis