Por qu¨¦ a veces despu¨¦s del buen sexo nos quedamos tristes
Incluso los encuentros m¨¢s placenteros pueden traer consigo algo de tristeza, vulnerabilidad o vac¨ªo. Y los estudios m¨¢s recientes demuestran que a los hombres tambi¨¦n les afecta este s¨ªndrome.
Uno de los muchos t¨®picos de la imaginer¨ªa post sex es el de la mujer sensible y llorosa, que tras el acto sexual vierte algunas l¨¢grimas, y ahora mismo me viene a la cabeza la escena after de Los Puentes de Madison (1995), en la que una lacrim¨®gena y triste ama de casa le pide al fot¨®grafo del National Geographic que le hable de alg¨²n lugar que haya visitado y ¨¦l elige Italia, la patria de la protagonista. Pero seguro que hay muchas m¨¢s escenas de cine con el mismo argumento que ahora no recuerdo. ?l fuma un cigarro o hace una nueva muesca en la culata de su rev¨®lver (metaf¨®...
Uno de los muchos t¨®picos de la imaginer¨ªa post sex es el de la mujer sensible y llorosa, que tras el acto sexual vierte algunas l¨¢grimas, y ahora mismo me viene a la cabeza la escena after de Los Puentes de Madison (1995), en la que una lacrim¨®gena y triste ama de casa le pide al fot¨®grafo del National Geographic que le hable de alg¨²n lugar que haya visitado y ¨¦l elige Italia, la patria de la protagonista. Pero seguro que hay muchas m¨¢s escenas de cine con el mismo argumento que ahora no recuerdo. ?l fuma un cigarro o hace una nueva muesca en la culata de su rev¨®lver (metaf¨®ricamente hablando, claro); mientras la mujer vierte l¨¢grimas de felicidad, culpa, verg¨¹enza o arrepentimiento. Tal vez haya descubierto el placer y se de cuenta de todo el tiempo perdido hasta ahora, o quiz¨¢s los imperativos morales que se le han inculcado desde ni?a hacen, de repente, acto de presencia, exigiendo su factura. O puede ser que las expectativas hayan sido tan altas en comparaci¨®n con la dura realidad que el golpe duela, o que se confirme la teor¨ªa de que los sentimientos no son correspondidos como se esperaba. La tristeza post sex puede tener tantas explicaciones como individuos, aunque no es materia que haya suscitado el inter¨¦s de la ciencia y, por lo tanto, no se sabe mucho de ella.
Aunque eso s¨ª, cuenta ya con un nombre: disforia postcoital, que denomina a esa oleada de tristeza, frustraci¨®n, sensaci¨®n de vac¨ªo o miedo al abandono que inunda a algunas personas despu¨¦s de haber practicado el sexo, incluso aunque ¨¦ste haya sido altamente placentero y con la pareja deseada. ?No dicen los franceses que el orgasmo es ¡®la petite mort¡¯?, ?No es cierto que cada muerte, por peque?a que sea, exige su funeral y sus l¨¢grimas?
Este verano The Journal of Sex & Marital Therapy public¨® un estudio llevado a cabo por The Queensland University of Technology en Brisbane, Australia, en el que se revel¨® que los hombres tambi¨¦n sufren este trastorno. La investigaci¨®n, que inclu¨ªa m¨¢s de 1.200 varones de diferentes pa¨ªses (EEUU, Australia, Reino Unido, Rusia, Nueva Zelanda o Alemania), lleg¨® a la conclusi¨®n de que el 41% de los participantes hab¨ªan experimentado en alg¨²n momento de sus vidas esta tristeza pasajera despu¨¦s de un buen revolc¨®n; mientras que el 20% confes¨® que eso mismo le hab¨ªa ocurrido en las cuatro semanas previas. Un 4% de los hombres encuestados declaraba que esto les pasaba con cierta regularidad.
En el a?o 2015 The Journal of Sexual Medicine, hab¨ªa publicado otro estudio sobre el tema, esa vez enfocado exclusivamente a mujeres, que arrojaba datos m¨¢s altos. Un 46% de las f¨¦minas reconoc¨ªan haber experimentado s¨ªntomas de disforia postcoital al menos una vez en su vida; mientras que un 22%?lo sufren de manera m¨¢s habitual y un 5% lo hab¨ªan experimentado varias veces el mes antes del estudio.
La explicaci¨®n biol¨®gica
?Algunos expertos buscan una explicaci¨®n qu¨ªmica a este fen¨®meno. Por ejemplo, Denise Knowles, terapeuta sexual y psic¨®loga de pareja, relacionaba en un art¨ªculo de The Independent este estado de ¨¢nimo con la explosi¨®n de hormonas que inundan el cuerpo durante el sexo (endorfinas, oxitocina y prolactina). Seg¨²n ella, el orgasmo libera gran? cantidad de hormonas que promueven el v¨ªnculo afectivo y la sensaci¨®n de bienestar. Pero estas se reducen tras el cl¨ªmax y vuelven a sus niveles normales, lo que supone un peque?o desarreglo.
Otros hilan a¨²n m¨¢s fino, como el psiquiatra Richard Friedman, que relaciona esta sensaci¨®n de tristeza y vulnerabilidad con la actividad de la am¨ªgdala cerebral. Una zona del cerebro que regula emociones como el miedo, la angustia o la ansiedad. Friedman comprob¨® que su actividad desaparec¨ªa pr¨¢cticamente durante el sexo. Su hip¨®tesis es que la puesta en funcionamiento de esta ¨¢rea, despu¨¦s del orgasmo, trae de nuevo la angustia. Es decir, el sexo inhibe el v¨ªnculo de las personas con sus problemas y miedos por unos breves instantes. Algo as¨ª como las vacaciones y el s¨ªndrome postvacacional que experimentan muchos tras la vuelta al trabajo.
Otros, como la sex¨®loga y psic¨®loga Gloria Arancibia Clavel, con consulta en Madrid, acent¨²an m¨¢s los aspectos psicol¨®gicos a la hora de hablar de este fen¨®meno. ¡°Ponerle nombre a algo es ya sin¨®nimo de patologizarlo, y no creo que sea un problema que afecta a la mayor¨ªa de la gente. Muy pocas personas lo comentan en consulta. Otra cosa que me chirr¨ªa es el adjetivo post coital, que incluye a la penetraci¨®n como elemento central y ya sabemos que una relaci¨®n sexual no tiene que incluirla necesariamente. Tampoco se sabe si los estudios han tenido en cuenta a homosexuales o bisexuales; y para terminar, experimentar una cierta tristeza o emotividad no tiene porque ser algo negativo. Puede inducir a la reflexi¨®n o introspecci¨®n. Personalmente, creo que el lado hormonal, aunque existe, afecta muy poco y que las causas son m¨¢s bien culturales o psicol¨®gicas. A excepci¨®n, claro est¨¢, de los que han sufrido abusos sexuales, pero eso ser¨ªa porque existe ya un trauma previo¡±.
Rosa, heterosexual, 58 a?os, Madrid, reconoce haber soltado algunas l¨¢grimas tras alg¨²n encuentro. ¡°Sobre todo por la emoci¨®n. Es como cuando ves una noticia o una pel¨ªcula y lloras, pero no me ha incomodado, m¨¢s bien lo contrario¡±.
El ¡®post sex¡¯ son los preliminares de la siguiente relaci¨®n
Entre las diferentes etapas del acto sexual (deseo, excitaci¨®n, meseta, orgasmo), la etapa posterior es la menos estudiada por la ciencia y la que menos se cultiva entre los amantes. ¡°Sin embargo¡±, apunta Arancibia, ¡°yo la trabajo mucho, sobre todo en casos de falta de deseo, porque el post sex son los preliminares de la relaci¨®n siguiente, y porque la falta de ganas tiene mucho que ver con las experiencias previas. No sabemos como rematar la jugada y cometemos muchos errores. Est¨¢n todas las construcciones culturales entorno al sexo con sus falsas expectativas. Tenemos tambi¨¦n miedo a expresar o sentir afectos, a que nos tachen de ?o?os o que piensen que ¡°nos hemos quedado muy colados por el otro¡±. Hay tambi¨¦n, en este aspecto, mucha falta de autoestima ¡°no me lo merezco¡± y hasta de desconocimiento de la fisiolog¨ªa o de la respuesta er¨®tica. Por ejemplo, los hombres tienden a dormirse antes porque su proceso de excitaci¨®n es diferente al de la mujer. Ellos suben muy r¨¢pido y caen tambi¨¦n de golpe y eso les produce m¨¢s sue?o. La mujer vuelve de forma m¨¢s lenta, lo que tambi¨¦n le da la capacidad de ser multiorg¨¢smica. Por tanto, si ¨¦l se queda dormido antes, no es porque sea ego¨ªsta y no le importe su pareja¡±.
En opini¨®n de esta sex¨®loga, una de las misiones m¨¢s importantes del sexo es la conexi¨®n afectiva, que se hace generalmente en esta etapa.
La mayor parte de las experiencias de Rosa, a lo largo de su vida, con el post sex se traducen en ¡°hombres corriendo para irse. ?No pueden quedarse un ratito, para charlar? Es como si pensaran ¡°?a ver si est¨¢ se va a creer algo!¡±. Muchos est¨¢n a la defensiva y es como poner el esparadrapo antes de la herida. Tal vez sea el t¨ªpico miedo al compromiso lo que hace que algunos sean extremadamente secos. No hay porque ser as¨ª. Ni siquiera con el sexo casual. Puede que ya no vuelvas a ver a la otra persona, pero no hay nada malo en mostrar algo de afecto y tener una cierta etiqueta sexual¡±.
Existe tambi¨¦n el vac¨ªo posterior a cualquier misi¨®n cumplida. Y los que conciban el sexo como una competici¨®n (hombres y mujeres) en la que hay que hacer muchas performances con el mayor n¨²mero de parejas posible, tal vez sean m¨¢s propicios a ese sentimiento de vac¨ªo. El capitalismo sexual exige cantidad sobre calidad, consumo y productividad. Es como esos aquejados por la fiebre consumista, nunca llegan a sentirse totalmente satisfechos con sus compras. Siempre hay alguna rebaja a la que hay que ir, alguna tienda nueva que ha abierto, alg¨²n nuevo ¨ªtem imprescindible en sus absurdas pero costosas vidas.?