?Por qu¨¦ sigue siendo tab¨² el sexo con arn¨¦s? Miedos, mitos y la importancia de la conversaci¨®n
En el momento en el que incluso ¡®And just like that¡¯ hace un gui?o al sexo con arn¨¦s, es pertinente abrirle las puertas a las pr¨¢cticas sexuales menos convencionales.
Del mismo modo que Sexo en Nueva York fue capaz de empujar a miles de mujeres a comprar el vibrador ¡®Rabbit¡¯, responsable de abrir las puertas al placer femenino mucho antes de que Satisfyer diera el paso definitivo, la cultura pop se encarga de ir introduciendo nuevos elementos en la vida sexual de las protagonistas de la ficci¨®n. La serie quiere que el universo real tome nota y se atreva a que el sexo vaya m¨¢s all¨¢ del misionero. Mientras que la primera temporada de And just like that fue criticada por haber eliminado pr¨¢cticamente el sexo del universo de las neoyorquinas q...
Del mismo modo que Sexo en Nueva York fue capaz de empujar a miles de mujeres a comprar el vibrador ¡®Rabbit¡¯, responsable de abrir las puertas al placer femenino mucho antes de que Satisfyer diera el paso definitivo, la cultura pop se encarga de ir introduciendo nuevos elementos en la vida sexual de las protagonistas de la ficci¨®n. La serie quiere que el universo real tome nota y se atreva a que el sexo vaya m¨¢s all¨¢ del misionero. Mientras que la primera temporada de And just like that fue criticada por haber eliminado pr¨¢cticamente el sexo del universo de las neoyorquinas que a?os antes hab¨ªan hecho de ¨¦l el epicentro de sus charlas ba?adas por cosmopolitans, ahora su regreso tiene tanto sexo como chascarrillos. La escena sexual m¨¢s llamativa de la temporada es esa en la que el personaje de Miranda Hobbs intenta ponerse un arn¨¦s de cuero para mantener relaciones con su pareja, Chez Diaz, toda una experta en la materia que quiere ense?ar a la abogada a emplearlo. No ha sido este ni mucho menos el primer gui?o a los arneses que hemos visto en la pantalla, pues Cincuenta sombras de Grey ya comenz¨® a mostrar al espectador otro tipo de sexualidad menos convencional, no exento de pr¨¢cticas como el BDSM y el bondage y el uso de arneses entre s¨¢banas. De hecho, tal y como se?ala Eugenia Cames, sex¨®loga y formadora de Sex Academy Barcelona, algunos hallazgos arqueol¨®gicos han planteado la hip¨®tesis de que algunos de los dildos de piedra del paleol¨ªtico podr¨ªan ser en realidad arneses, que han sido representados a lo largo de la historia en el mundo del arte. S¨ª, el arn¨¦s lleva mucho tiempo entre nosotros. Ya en 1970, Rachel Welch en la controvertida Myra Breckinridge represent¨® por primera vez en el mainstream el peggin, es decir, la pr¨¢ctica sexual en la que una mujer penetra analmente a un hombre empleando una pr¨®tesis que usualmente va sujeta en el pubis por medio de un arn¨¦s de cintura.
Pese a comenzar a ser cada vez m¨¢s habitual ver arneses el cine y la televisi¨®n, su uso sigue siendo un tema tab¨². ¡°Si te gusta usar arneses, eres una mujer cis, y quieres usarlos con hombres cis, se te criticar¨¢ porque quieres quitarle el sitio al hombre, subyugarlo o sencillamente, se dir¨¢ que eres una feminazi. Si quieres usar el arn¨¦s con otra mujer, se te criticar¨¢ por querer tener lo que la naturaleza no te ha dado. En s¨ª, en el momento en el que es algo que tiene que ver con tener un pene siempre erecto y que nunca falla, saltan las chispas. El machismo est¨¢ bastante en contra del uso de los arneses. Si eres un hombre cis y te gusta usar plugs, mejor que lo escondas, y si te gusta que tu pareja te practique sexo anal con un arn¨¦s, m¨¢s te vale que nunca se enteren tus amistades, porque pierdes todos los puntos del carnet de macho de golpe¡±, explica Lorena S. Gimeno, sex¨®loga de la iniciativa Sexualizados. ¡°El arn¨¦s es un producto pensado para ponerse un dildo delante de los genitales. En ingle?s, a esto se le llama strapon o strapless¡±, escribe en Sentir y dar placer con arneses, una gu¨ªa fruto de dos a?os de investigaci¨®n a fondo sobre el empleo de arneses en la pr¨¢ctica sexual que ha presentado en el Museo Er¨®tico de Barcelona.
El t¨¦rmino pegging, acu?ado en 2001 por el periodista Dan Savage, es una pr¨¢ctica que hemos visto plasmada desde la comedia o desde la naturalidad en series como Los Soprano y Shameless, siendo aludida incluso en la novela de 1956 El almuerzo desnudo. Pese a todo, sigue siendo un tab¨². ¡°El motivo es que implica un cambio de roles muy grande. Es ella la que lleva las riendas, toma la iniciativa y tiene el poder durante la relaci¨®n sexual, y eso es algo que est¨¢ asociado tradicionalmente a los hombres. Parece que los hombres que desean esta pr¨¢ctica son considerados afeminados o poco masculinos. Igualmente, las mujeres que la realizan parece que no son femeninas. En este tipo de cuestiones, todo lo que se sale de lo com¨²n suena a perversi¨®n o desviaci¨®n de cara a lo socialmente establecido¡±, dice la psic¨®loga y sex¨®loga Ana Lombard¨ªa. ¡°En realidad, quien est¨¢ al mando siempre que hay penetraci¨®n es la persona penetrada, porque es quien puede decidir que se detenga, quien estima el tama?o del dildo (los m¨¢s habituales que se emplean con los arneses son aquellos los que tienen una base ancha)¡ Muchas veces pensamos que un arn¨¦s se emplea para suplir un pene que no existe, cuando no siempre es as¨ª¡±, advierte Alba Povedano, sex¨®loga y encargada de amantis.
Tipos de arneses
La escena en la que Miranda Hobbes se intenta colocar el arn¨¦s, lejos de ser er¨®tica, est¨¢ ba?ada de comicidad y torpeza, pues el personaje bromea con lo complicado que es colocarlo. Alba Povedano explica que el grado de dificultad depende tanto del arn¨¦s como de la habilidad que tenga cada uno. ¡°Hay algunos m¨¢s f¨¢ciles de colocar y otros que, dependiendo de las tiras y de c¨®mo se ajuste, ser¨¢n m¨¢s complicados. Lo cierto es que el momento de ponerlo puede bajar un poco la libido si dos personas est¨¢n interactuando a nivel sexual y deciden que quieren penetraci¨®n, porque se ven obligadas a parar para colocar el arn¨¦s, especialmente si no lo han preparado antes. Sin embargo, si conocen el arn¨¦s y tienen algo de pr¨¢ctica, no es tan complejo¡±, asegura. Como Povedano se?ala, hay diferentes tipos de arneses, y precisamente en Sentir y dar placer con arneses hay un cap¨ªtulo dedicado a ello. ¡°En s¨ª, el arn¨¦s ideal no existe, porque cada persona tiene unas necesidades diferentes. Algunas personas estar¨¢n conformes con un arn¨¦s tipo braga con un dildo pegado. Otras, buscar¨¢n que sea ajustable, poder cambiar aros, que sea vegano¡ En cuanto a tipos de arneses, suelo dividirlos entre simples (que parecen una braga o tanga), dobles (con dos correas entre las piernas para dejar acceso a los genitales) o los que son prendas de ropa (medias, cors¨¦s, corpi?os o correas sueltas que permiten por ejemplo pegarte un dildo a la pierna). Una categor¨ªa especial la dedico a los arneses sin arn¨¦s, que son unos dildos pensados para sujetarlos con la vagina; estos son m¨¢s c¨®modos y f¨¢ciles de poner, pero seg¨²n la fuerza de tu suelo p¨¦lvico y la intensidad que le vayas a dar¡ La dificultad depende de la pr¨¢ctica¡±, se?ala Lorena Lorena S. Gimeno.
Miedos, mitos y la importancia de la conversaci¨®n
Seg¨²n la encuesta Porcentaje usuarios de juguetes sexuales por g¨¦nero en Espa?a 2020 publicado en Statista, el 65% de las mujeres hab¨ªa usado alg¨²n juguete sexual, mientras que el porcentaje de hombres era algo menor, un 50%. Como explica Ana Lombard¨ªa, uno de los grandes miedos del uso de arneses y de la penetraci¨®n anal tiene que ver con los hombres heterosexuales, pues dicha pr¨¢ctica est¨¢ muy asociada culturalmente a los hombres gays, aunque realmente no tiene nada que ver que te guste disfrutar de una parte de tu cuerpo con la orientaci¨®n sexual. ¡°Es vital entablar una conversaci¨®n en cualquier tipo de parejas, porque no tenemos que dar por hecho que a dos mujeres lesbianas les va a gustar, del mismo modo que no tenemos que pensar lo propio de dos hombres homosexuales. La comunicaci¨®n es vital sea cual sea la orientaci¨®n y el tipo de relaci¨®n sexual que vayamos a tener, aunque es verdad que en relaciones heterosexuales es importante que la pareja hable acerca de c¨®mo se siente con el sexo ana, poner l¨ªmites, hablar sobre qu¨¦ dildo se va a emplear¡ Esto ¨²ltimo, por cierto, lo elige quien va a ser penetrado, no quien lleva el arn¨¦s. Eso es importante tenerlo claro y hablarlo antes¡±, explica Alba Povedano, sex¨®loga y encargada de Amantis.
Son muchos los miedos y mitos que rodean al uso de arneses, tal y como explica Lorena S. Gimeno. ¡°Nos encontramos con los t¨ªpicos de que si te gusta y eres mujer, es que quieres ser un hombre, si te gusta que tu mujer te penetre, es porque eres gay¡ En realidad, todos los mitos son fruto de un pensamiento machista. En cuanto a miedos, la primera barrera es la estigmatizaci¨®n, el miedo a qu¨¦ dir¨¢n, qu¨¦ pensar¨¢n¡ Tenemos muchas ideas preconcebidas de que son dif¨ªciles de quitar y, una vez te sientes a gusto con el hecho de decir ?me gusta usar arneses?, te encuentras con que no sabes c¨®mo reaccionar¨¢ tu pareja o parejas sexuales¡±, dice la sex¨®loga. ¡°Ya en la pr¨¢ctica, los mayores miedos est¨¢n en que, como con el dildo no tienes sensibilidad, puedes hacerle da?o a tu pareja con facilidad. Por eso recomiendo mucha comunicaci¨®n y paciencia, dilataci¨®n y tener lubricante siempre a mano. Algo que tampoco suele comentarse sobre el uso de arneses es que puede decepcionar, y mucho, si piensas que usarlo te proporcionar¨¢ placer directo. El placer que se siente con el uso de arneses suele venir de la excitaci¨®n mental, o de los juguetes y vibradores que a?adas para que quien se ponga las correas sienta algo m¨¢s f¨ªsico. Pero, como comento en el libro, puedes ense?ar a tu cerebro a sentir placer con el uso del arn¨¦s (siempre que haya una apreciaci¨®n o gusto base)¡±, asegura.
En definitiva, lo esencial cuando queremos introducir algo fuera de la norma en las relaciones sexuales no deja de ser apostar por la comunicaci¨®n para asentar unas bases previas y poder disfrutar as¨ª de nuevas experiencias de forma consensuada y segura.