Proposiciones indecentes, insultos y ¡®ghosting¡¯: por qu¨¦ los hombres pierden la educaci¨®n en Tinder
Las aplicaciones de ligar sumergen a las mujeres en un submundo donde a menudo sufren las peores consecuencias del machismo m¨¢s casposo.
Un hombre hace match en Tinder con una mujer. El mensaje que el pr¨ªncipe env¨ªa en este cuento de hadas moderno es simplemente: ¡°?Follar?¡±. Cuando la mujer ignora a este pr¨ªncipe azul, el pr¨ªncipe insiste. Y cuando la mujer le dice que no est¨¢ interesada, el pr¨ªncipe ¨Cahora convertido en sapo¨C se dedica a insultarla. Que si no est¨¢ tan buena, que qui¨¦n se ha cre¨ªdo que es, que si Tinder est¨¢ lleno de flipadas como ella. Unmatch. Fin del cuento. ...
Un hombre hace match en Tinder con una mujer. El mensaje que el pr¨ªncipe env¨ªa en este cuento de hadas moderno es simplemente: ¡°?Follar?¡±. Cuando la mujer ignora a este pr¨ªncipe azul, el pr¨ªncipe insiste. Y cuando la mujer le dice que no est¨¢ interesada, el pr¨ªncipe ¨Cahora convertido en sapo¨C se dedica a insultarla. Que si no est¨¢ tan buena, que qui¨¦n se ha cre¨ªdo que es, que si Tinder est¨¢ lleno de flipadas como ella. Unmatch. Fin del cuento. Otro hombre hace match con otra mujer, tambi¨¦n en Tinder. Esta vez el pr¨ªncipe parece encantador, as¨ª que deciden dejar de conversar por la aplicaci¨®n y darse los n¨²meros de tel¨¦fono para charlar por WhatsApp. Una vez consigue el n¨²mero, el pr¨ªncipe la saluda con una serie de fotograf¨ªas de su pene. Fin del cuento. Otro hombre y otra mujer hacen match, el saludo de ¨¦l es un mensaje semiautom¨¢tico donde describe con todo lujo de detalle lo que quiere hacer con ella en la cama. El pr¨ªncipe le dice que si hace todo lo que ¨¦l le pide al final de la noche le dar¨¢ 2000 euros. Fin del cuento.
Otras princesas han tenido historias con finales todav¨ªa m¨¢s amargos: hombres que insultan cuando ellas pasan tres horas sin responder a un mensaje, hombres que esperan a hacer match para sacarles defectos (¡°?y esas tetas son de verdad?¡±, ¡°tan solo decirte que no soporto a las feministas¡±) y hombres que pierden la compostura y la buena educaci¨®n cuando la conversaci¨®n no fluye como a ellos les gustar¨ªa (¡°puta cre¨ªda¡±, ¡°te creer¨¢s que eres guapa¡±, ¡°?y a ti qu¨¦ te gusta que te hagan, ?putilla?¡±).
Y luego est¨¢n los finales abiertos: un chico y una chica se conocen por Tinder y despu¨¦s de hablar varios d¨ªas tienen una cita impecable, de esas que despu¨¦s le cuentas con todo lujo de detalles a tus amigas. El chico y la chica siguen hablando a posteriori y ¨¦l no deja de repetirle lo mucho que le gusta. Una buena ma?ana, el chico desaparece: ya no existe el match en Tinder y la silueta gris de WhatsApp confirma a la chica que el chico la ha bloqueado. El ghosting, t¨¦rmino que ha ido ganando popularidad en tiempos de comunicaci¨®n online, y que consiste en dejar de dar se?ales de vida de la noche a la ma?ana como un aut¨¦ntico fantasma, es el pan de cada d¨ªa en muchas aplicaciones de ligar.
Todas estas historias son reales, reveladas a esta periodista tras preguntar por experiencias femeninas en aplicaciones de ligar. ¡°Al final tienes una sensaci¨®n de vac¨ªo tremenda cuando pasas tiempo en esas apps, como de ser fichas en el juego de la oca¡±, comenta una de las mujeres consultadas. ¡°Y luego est¨¢ el factor del escudo de la pantalla: no nos ven como personas, sino como avatares¡±. Otra mujer es de la misma opini¨®n: ¡°Si ya hay algunos hombres que cara a cara no asumen que est¨¢n tratando con personas, mediante chat peor a¨²n, les da exactamente igual¡±.
Est¨¢ el factor del escudo de la pantalla: no nos ven como personas, sino como avatares
Desde la aparici¨®n de Match.com en 1995 o Meetic en 2001, ligar a trav¨¦s de Internet ha dejado de considerarse una rareza para convertirse en normalidad. El romance entre la b¨²squeda del amor y la tecnolog¨ªa es un negocio que no ha dejado de crecer y, desde que los dispositivos han pasado a ser una prolongaci¨®n de nuestras manos, Tinder se ha convertido en la aplicaci¨®n estrella para todas aquellas personas que buscan una relaci¨®n estable, sexo sin compromiso o un rollito estacional. Tanto es as¨ª, que la aplicaci¨®n, consciente de su ¨¦xito, ya contempla suscripciones de pago como Tinder Plus o Tinder Gold, que ofrece ¡®Me gustas¡¯ ilimitados y las opciones ¡®Passport¡¯ para charlar con personas de todo el mundo y ¡®Rewind¡¯ para volver a ese perfil que pasaste demasiado r¨¢pido.
¡°Tinder es una plataforma que tiene un inter¨¦s comercial y, por ello, regula el comportamiento de cortejo de acuerdo a sus intereses¡±, explica a S Moda el soci¨®logo Javier de Rivera, ¡°como cualquier empresa, la aplicaci¨®n tiene que satisfacer un deseo o una necesidad en las personas y el modo de satisfacer esa necesidad tiene que servir a sus intereses econ¨®micos. Siempre que hay intereses econ¨®micos, se suelen se incentivar comportamientos competitivos porque se mejora as¨ª la capacidad de obtener ingresos en la plataforma¡±. Seg¨²n explica el soci¨®logo, trasladado al plano de las relaciones amorosas o sexuales, la propia aplicaci¨®n incentiva el comportamiento competitivo de los hombres.
¡°En este tipo de aplicaciones, todo lo que ocurre en la sociedad no virtual tiende a exagerarse¡±, explica Delfina Mieville, sex¨®loga y soci¨®loga experta en g¨¦nero y derechos humanos, adem¨¢s?counselor?y terapeuta de la Gestalt, ¡°un ejemplo de esto se ve m¨¢s claramente en las apps del colectivo LGTB+ donde la plumofobia ¨Cel rechazo a todo aquello que no sea muy masculino¨C o la bifobia se desata. Esto no deja de ser un reflejo de lo que ya est¨¢ sucediendo fuera de las redes: estamos teniendo una vida real a trav¨¦s de estos medios y no nos relacionamos, sino que nos metarrelacionamos. Aqu¨ª el sistema patriarcal, bajo el paraguas del capitalismo, busca estrategias para sobrevivir: y en las redes se exagera todo porque es m¨¢s f¨¢cil vender un producto claro, aunque el producto seas t¨²¡±.
Estereotipos de g¨¦nero en esteroides
Tinder es una aplicaci¨®n que, al contrario que otros competidores como OkCupid o Meetic, premia la imagen sobre el texto. De hecho, si has pasado m¨¢s de cinco minutos en la plataforma, te habr¨¢s dado cuenta de que las descripciones son pr¨¢cticamente irrelevantes hasta el punto de que muchos usuarios se describen con un sencillo emoji. En una de sus ¨²ltimas actualizaciones, Tinder permiti¨® conectar el perfil de cada usuario con su cuenta de Instagram, en una declaraci¨®n de intenciones sobre la importancia de la imagen frente lo que el usuario quiera expresar con la palabra. ¡°En lugar de reducir los estereotipos de g¨¦nero, Tinder es una aplicaci¨®n que los incrementa¡±, apunta Javier de Rivera, ¡°aunque t¨² seas un hombre que busque relaciones igualitarias y respetuosas, la plataforma te educa de una manera porque lo que premia es el comportamiento de macho alfa tradicional y, si eres mujer, sucede exactamente lo mismo, premia a las mujeres que se muestran de manera m¨¢s estereotipada, m¨¢s femenina y sexual¡±.
¡°En lugar de reducir los estereotipos de g¨¦nero, Tinder es una aplicaci¨®n que los incrementa¡±
Cuando un hombre entra en Tinder suele intentar hacer match con el mayor n¨²mero de mujeres posibles, mientras que las mujeres acostumbran a ser m¨¢s selectivas a la hora de decidir si un hombre les gusta o no, as¨ª que la ratio de ¨¦xito femenino parece, por contraste, mucho m¨¢s alta. Esto genera frustraci¨®n o, en boca del soci¨®logo: ¡°Al hombre que est¨¢ buscando se le ofrecen muchas im¨¢genes de mujeres que son como un anzuelo que les dice que su deseo se puede satisfacer pero luego este deseo, en algunas ocasiones, no se llega a satisfacer y eso genera una frustraci¨®n y, en algunos casos, cuando se frustran se enfadan¡±.
¡°Vivimos en una sociedad que tiene una tolerancia nula a la frustraci¨®n¡±, explica Delfina Mieville, ¡°el pensamiento es: quiero una cosa y la tengo. Esta agresividad que demuestran algunos hombres a trav¨¦s de la app no tiene que ver con la sexualidad, sino con el poder: ¡®esto es lo que me toca a m¨ª, ?por qu¨¦ no me lo das?¡¯¡±. Esta frustraci¨®n va unida a la l¨®gica del sistema capitalista en el que vivimos, que nos asegura que podemos conseguir cosas aqu¨ª y ahora a cambio de dinero y que tambi¨¦n influye en la manera de vivir nuestra sexualidad o, en palabras de la sex¨®loga: ¡°Vivimos en una sociedad hipersexualizada donde se ve el sexo como un s¨ªmbolo de ¨¦xito y se valora el consumo en masa de personas. Adem¨¢s, hay muy poca er¨®tica del buen trato o de la ternura, mientras que se erotiza el mal trato de manera constante (¡®la muy guarra¡¯, ¡®tendr¨ªas que ver c¨®mo le di anoche¡¯, etc)¡±.
La despersonalizaci¨®n de las mujeres llevada al extremo
Una de las quejas fundamentales que muchas mujeres expresan al utilizar aplicaciones para ligar es la despersonalizaci¨®n absoluta que, desde el punto de vista femenino, se traduce en la facilidad para recibir desde propuestas indecentes hasta insultos que, cara a cara, no se suelen dar de la misma forma. ¡°La aplicaci¨®n reduce algo tan importante como las relaciones amorosas e importantes a un simple juego de avatares¡±, apunta Javier de Rivera, ¡°en Tinder tienes avatares, objetos. Tu relaci¨®n es con una foto. En una relaci¨®n estereotipada, el agresivo es el hombre, as¨ª que quien sufre m¨¢s los ataques en estas aplicaciones son las mujeres, pero los hombres tambi¨¦n son tratados como carne¡±.
¡°Puede aumentar la despersonalizaci¨®n, pero no olvidemos que para algunos hombres, en la sociedad patriarcal en la que vivimos, t¨² ya eres un avatar, eres un atrezo precioso¡±, opina Delfina Mieville, ¡°los hombres se sienten m¨¢s protegidos detr¨¢s de una pantalla, pero en el fondo, este tipo de reacciones siguen la misma violencia que se permite a los hombres en el mundo real¡±.