Que se puedan subir a la mesa a bailar: las ins¨®litas normas de Casa Bonay, el hotel-club m¨¢s ¡®cool¡¯ de Barcelona
In¨¦s Mir¨®-Sans cre¨® en 2016 Casa Bonay, lugar de encuentro de una Barcelona desacomplejada. El poscovid reuni¨® de nuevo a la tribu que forma el intangible de un hotel que es un concepto, y una casa y una familia. Ahora preparan nuevo proyecto.
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La foto que abre este reportaje es fruto de la casualidad y, sin embargo, no lo es. El briefing que In¨¦s Mir¨®-Sans (Barcelona, 38 a?os) dio para el nuevo proyecto hotelero que ahora est¨¢ creando en Sa Riera, en la zona del Ampurd¨¢n, dec¨ªa eso exactamente: ¡°Dise?a un hotel en el que la gente se pueda subir a la mesa a bailar¡±. La creadora del ya m¨ªtico hotel Casa Bonay sabe que es el esp¨ªritu, el alma del lugar, lo que m¨¢s importa en un hotel. ¡°Esto se lo cont¨¦ a una persona que hab¨ªa trabajado con Andr¨¦ Balazs y me hizo ilusi¨®n cuando me dijo que ese era el concepto de Balazs, de hecho en los primeros Standard y en Chateau Marmont (creados por Balazs) todas las superficies estaban dise?adas para poder aguantar al menos 70 kilos¡±, explica In¨¦s sentada en Bodega, el restaurante de Casa Bonay.
Se inaugur¨® en 2016 cerca de la plaza de Tetu¨¢n, cuando a¨²n no se hab¨ªa convertido en una de las zonas m¨¢s deseadas por el comercio y la hosteler¨ªa. ¡°Vi este edificio en 2012 y aqu¨ª no hab¨ªa el comercio ni la actividad que hay ahora. No hab¨ªa ni Sivasdescalzo, ni Parking Pizza¡ es como en una islita con arquitectura brutal y que todav¨ªa es barrio. Y pens¨¦, es esto¡±. Esto es Casa Bonay. En su creaci¨®n particip¨® gran parte de la energ¨ªa creativa de Barcelona que se encontraba fuera de los circuitos m¨¢s evidentes: Marc Morro y Miguel Mil¨¢ en la decoraci¨®n; Pepi de Boissieu, en la propuesta gastron¨®mica; Nina Mas¨® de Santa & Cole en la iluminaci¨®n¡ Fueron ellos mismos quienes conformaron el grupo que casi sin querer dinamiz¨® el hotel porque siempre andaban por all¨ª hasta que Casa Bonay se convirti¨®, por contagio, en el punto de encuentro de cierta Barcelona destilada, menos tur¨ªstica y m¨¢s creativa. Una familia particular.
Desde entonces Bonay ha ido evolucionando. Comenz¨® con un restaurante de Estanis Carenzo, el chef de Sudestada y Chifa, con un concepto pionero al que, seg¨²n explica In¨¦s, no dieron el tiempo suficiente para consolidarse. ¡°Era un proyecto ¨²nico y Barcelona parece muy cosmopolita y moderna, pero las cosas tardan en cuajar, no sal¨ªan los n¨²meros como quer¨ªamos y empiezan los nervios. Que se fuera Estanis fue el mayor error, ten¨ªamos que haber esperado¡±. Despu¨¦s pasaron por ah¨ª los gemelos del veneciano Xemei y entre ellos y el cierre por la pandemia montaron un restaurante ef¨ªmero con Mar¨ªa Solivellas, de Ca Na Toneta. Ahora toda esa evoluci¨®n se recoge en Bodega, ¡°de alguna forma despu¨¦s del covid dijimos ¡®ya que hemos dado tantas vueltas aqu¨ª vamos a unirlo todo¡¯, y desde el minuto uno ha sido un ¨¦xito. Nos han dado un solete [un sol de la gu¨ªa Repsol], nos han puesto en las 50 mejores aperturas de la gu¨ªa Macarfi y la mejor de toda Barcelona¡±, dice In¨¦s. En Bodega, la carta mezcla un ancho concepto mediterr¨¢neo que va mucho m¨¢s all¨¢ de nuestras costas y llega hasta T¨²nez, Italia o Israel. Un restaurante de platillos de inspiraci¨®n mediterr¨¢nea con una carta de m¨¢s de 200 vinos, muchos naturales, algo impensable en la mayor¨ªa de los hoteles.
Pero Casa Bonay no es la mayor¨ªa, y tampoco In¨¦s. En un mundo de hombres como son los hoteles (¡°la mujer y el hotel es un tema porque tradicionalmente los negocios hoteleros est¨¢n gobernados por familias que los puestos directivos se heredan entre hombres, y es muy normal encontrarme en una reuni¨®n con 15 hoteleros y yo¡±), ella ha creado una estructura distinta. Un requisito para trabajar en recepci¨®n es no haber trabajado antes en una recepci¨®n para que el hotel no respire a hotel. ¡°Es como una casa, pero m¨¢s grande¡±, dice. Y eso, ser anfitriona de una casa con muchas habitaciones era su anhelo desde ni?a. ¡°Tuve la suerte de viajar mucho con mi abuela y siempre me fascinaron los hoteles. Me cuentan, yo no me acuerdo, que una vez estaban ya en el taxi. Yo segu¨ªa en la recepci¨®n del hotel y cuando mi madre me vino a buscar le dije que quer¨ªa una ¨²ltima foto de ese momento¡±. Fascinada por los hoteles desde entonces, por ese lugar donde la gente se abandona a la hospitalidad de otro convenci¨® a su madre, notaria e hija de notario, de que quer¨ªa dedicarse a la hosteler¨ªa de una forma muy sencilla. ¡°Ella me pregunt¨® por qu¨¦ y yo le dije que quer¨ªa hacer sentirse especiales a las personas¡±, explica. As¨ª que cuando acab¨® la carrera empez¨® en el hotel Omm. ¡°Cuando sal¨ª de Esade todos mis compa?eros cobraban mucho dinero y yo era camarera de piso rellenando minibares, pero me encantaba¡±. Despu¨¦s pas¨® por los Ace Hotel de Palm Springs, Portland y Nueva York, a cuya recepci¨®n lleg¨® de pr¨¢cticas tras mandar un email contando que estaba prepar¨¢ndose para lo que luego ser¨ªa Casa Bonay.
Ahora Casa Bonay planea extenderse al Ampurd¨¢n en un proyecto del que a¨²n solo se puede saber que estar¨¢ dedicado al wellness, pero entendido a su manera. Nada de spas, ni de chorros, ni de cremas adelgazantes. El briefing ya lo dej¨® claro, se tiene que poder bailar sobre las mesas.
*?Asistente de fotograf¨ªa: Luis Ayora.