Reivindicando el ojo femenino tras la c¨¢mara
Se suceden los reconocimientos a Annie Leibovitz, Vivian Maier o Linda McCartney, tres fot¨®grafas y cronistas visuales del ¨²ltimo siglo.
Los treinta y tres a?os que han transcurrido desde que Annie Leibovitz tom¨® el archiconocido retrato de Yoko Ono y John Lennon en la cama hasta que fue galardonada, el pasado mes de mayo, con el Premio Pr¨ªncipe de Asturias de la Comunicaci¨®n y Humanidades casi no son suficientes para narrar la trayectoria de esta mujer, considerada la m¨¢s importante y mejor pagada de los profesionales de la fotograf¨ªa actual.
Su nombre destaca entre los de los hombres que la rodean en su campo profesional o, sin ir m¨¢s lejos, en la lista de los premiados con el galard¨®n anteriormente mencionado y m¨¢s...
Los treinta y tres a?os que han transcurrido desde que Annie Leibovitz tom¨® el archiconocido retrato de Yoko Ono y John Lennon en la cama hasta que fue galardonada, el pasado mes de mayo, con el Premio Pr¨ªncipe de Asturias de la Comunicaci¨®n y Humanidades casi no son suficientes para narrar la trayectoria de esta mujer, considerada la m¨¢s importante y mejor pagada de los profesionales de la fotograf¨ªa actual.
Su nombre destaca entre los de los hombres que la rodean en su campo profesional o, sin ir m¨¢s lejos, en la lista de los premiados con el galard¨®n anteriormente mencionado y m¨¢s concretamente en su categor¨ªa: ella es la segunda mujer en ser galardonada despu¨¦s de Mar¨ªa Zambrano quien, curiosamente, tambi¨¦n fue la primera persona (no solo mujer) en recibirlo. Por supuesto, es la ¨²nica fot¨®grafa y es que en su sector laboral la relevancia es eminentemente masculina: Mario Testino, Richard Avedon, Irving Penn, Terry Richardson, J¨¹ergen Teller o Steven Meisel son los nombres que suelen acompa?ar al de Annie Leibovitz en las enumeraciones de los fot¨®grafos m¨¢s importantes de las ¨²ltimas d¨¦cadas.
Casualmente muchos de ellos, incluida la propia Leibovitz, deben su fama a los retratos que tomaron tambi¨¦n a mujeres: Demi Moore posando desnuda mientras sujeta su barriga de embarazada en los ¨²ltimos meses de gestaci¨®n, Woopy Goldberg sumergida en leche como una Cleopatra moderna o Meryl Streep estirando su cara pintada de blanco. Fotograf¨ªas que son parte del imaginario colectivo, que conforman una parte muy importante de su obra y que la han ayudado a alcanzar el sobrenombre de ¡°la fot¨®grafa de las estrellas¡±, t¨ªtulo que podr¨ªa haber compartido con otra artista que este a?o recibe reconocimiento y que no solo est¨¢ ligada a Leibovitz por la profesi¨®n. Se trata de Linda McCartney (Eastman de soltera), otra mujer que plasm¨® en fotograf¨ªas el mundo que la rodeaba, de las cuales 170 se recogen en el libro editado por Taschen Life in Photographs que ahora se reedita en versi¨®n digital y que adem¨¢s de las im¨¢genes, incluye una entrevista a la artista, as¨ª como a su marido Paul y sus hijas Stella y Mary. Junto a este material tambi¨¦n se incluyen textos, uno de los cuales est¨¢ firmado por la propia Leibovitz.
La fot¨®grafa Annie Leibovitz en una exposici¨®n en San Petesburgo en 2011.
Corbis
Pero no terminan ah¨ª el reconocimiento ni los puntos de encuentro de las carreras de ambas autoras: coincidiendo con el decimoquinto aniversario de la muerte de Linda, el museo Kunst Haus Wien de Viena acoge hasta el 6 de octubre una retrospectiva de su obra, tambi¨¦n plagada de retratos a celebridades, con las que comparti¨® escena cultural o con las que, directamente, convivi¨®. Aretha Franklin, Janis Joplin, los Rolling Stones y, por supuesto, Paul McCartney son algunos de los rostros internacionalmente conocidos que fueron captados por su c¨¢mara, pasando as¨ª a la posteridad.
Otra fot¨®grafa (en esta ocasi¨®n con una vida y trayectoria diametralmente opuestas a las de Leibovitz o McCartney) que tambi¨¦n tiene su hueco en la agenda cultural de este verano es Vivian Maier, cuya obra acaba de exhibirse en la Sala Municipal de Exposiciones San Benito de Valladolid y que hasta 2015 como m¨ªnimo estar¨¢ recorriendo el mundo pasando por ciudades como Par¨ªs, Nueva York o Mosc¨². Maier trabajaba oficialmente como ni?era y ejerci¨® de fot¨®grafa en secreto hasta que en 2007 su obra in¨¦dita fue adquirida por casualidad en una subasta por el historiador John Maloof, que a punto estuvo de deshacerse de ella. Fue Allan Sekula, cr¨ªtico e historiador de fotograf¨ªa, quien le avis¨® de la importancia y talento que destilaban aquellas im¨¢genes que nunca hab¨ªan sido mostradas al p¨²blico.
La historia de Maier es tan extraordinaria como sus im¨¢genes y curiosamente est¨¢ conectada -de manera un tanto tr¨¢gica- con la de otra mujer excepcional, periodista, escritora y fot¨®grafa de curiosidad insaciable: Annemarie Schwarzenbach.
Despu¨¦s de tener una vida fuera de lo com¨²n (para la ¨¦poca de principios del siglo XX que le toc¨® vivir e incluso para ahora), que la llev¨® a recorrer pa¨ªses como Estados Unidos, Espa?a o el Congo Belga, a tener intensas relaciones sentimentales con hombres y mujeres (entre las que destaca la escritora norteamericana Carson McCullers) y a desarrollar una prol¨ªfica obra fotogr¨¢fica y novel¨ªstica, en 1942 regres¨® a su Suiza natal donde tuvo un absurdo accidente en bicicleta cerca de la casa de su familia. El golpe que se dio en la cabeza la dej¨® pr¨¢cticamente en estado vegetal y muri¨® el mismo a?o, tras una vida salpicada de aventuras. Sufri¨® casi el mismo destino que la propia Maier, quien tras a?os fotografiando la vida de sus conciudadanos en Chicago y Nueva York con una sensibilidad y una capacidad para captar la realidad fuera de lo com¨²n, resbal¨® mientras caminaba sobre las calles heladas de Chicago y muri¨® meses despu¨¦s. Son vidas que transcurrieron tras una c¨¢mara, con la que inmortalizaron su visi¨®n de la realidad desde un punto de vista femenino, y que el discurrir de la historia y los hilos de la casualidad han hecho coincidir.