Rita Indiana: ¡°Sin la apropiaci¨®n cultural todav¨ªa estar¨ªamos d¨¢ndole con un palo a una roca¡±
Rita Indiana, cantante y escritora ¡°pancaribe?a¡± que ha escrito un tema con Rosal¨ªa y que ha regresado a Espa?a para actuar en el festival La Mar de M¨²sicas, nos recibe en su casa de Washington Heights para hablar de identidad, creaci¨®n y el poder global de la m¨²sica latina.
La artista dominicana Rita Indiana (Santo Domingo, 45 a?os) hace m¨¢s de 10 a?os que public¨® junto a Los Misterios su ¨¢lbum de debut, El juidero, un hito cultural que la catapult¨® a una fama asfixiante y abrumadora. Huyendo del ¨¦xito, como una Houdini caribe?a, dej¨® la Rep¨²blica Dominicana y se refugi¨® en Puerto Rico y en sus novelas, entre ellas Papi o La mucama de Omicunl¨¦. Pero La Montra (como la apodan en Rep¨²blica Dominicana, donde significa La Monstrua) despierta ahora de un largo letargo musical y regresa a los escenarios espa?oles con Mandinga Times, ...
La artista dominicana Rita Indiana (Santo Domingo, 45 a?os) hace m¨¢s de 10 a?os que public¨® junto a Los Misterios su ¨¢lbum de debut, El juidero, un hito cultural que la catapult¨® a una fama asfixiante y abrumadora. Huyendo del ¨¦xito, como una Houdini caribe?a, dej¨® la Rep¨²blica Dominicana y se refugi¨® en Puerto Rico y en sus novelas, entre ellas Papi o La mucama de Omicunl¨¦. Pero La Montra (como la apodan en Rep¨²blica Dominicana, donde significa La Monstrua) despierta ahora de un largo letargo musical y regresa a los escenarios espa?oles con Mandinga Times, un disco producido por el ex-Calle 13 Eduardo Cabra y que es un cancionero sobre el ¡°apocalipsis inminente en que nos encontramos¡±. En ¨¦l, aborda temas como el cambio clim¨¢tico o la corrupci¨®n y mezcla reguet¨®n y electr¨®nica con dembow y merengue. Nos recibe en su casa del barrio neoyorquino de Washington Heights, al que se ha mudado recientemente para unirse al elenco de profesores que ense?a en el m¨¢ster de escritura creativa en espa?ol de New York University, la incubadora de j¨®venes talentos de la nueva literatura latinoamericana. A pesar de su deliberada discreci¨®n y de sus pasados ejercicios de escapismo, Rita Indiana no pasa desapercibida in the heights: este barrio es famoso por su alta concentraci¨®n de dominicanos y, en esta tarde de verano, muchos han salido a tomar el fresco mientras la salsa que sale de los altavoces apostados en el pavimento hace vibrar el suelo. Algunos parroquianos la saludan mientras charlamos con ella.
Ha actuado en La Mar de M¨²sicas de Cartagena. ?Qu¨¦ ha querido mostrar all¨ª?
Hay un personaje, un alter ego, que se cre¨® para ese proyecto y que todav¨ªa est¨¢ vivo ¡ªo viva o vive¡ª que es Mandinga. Es un monstruo binario. Es una especie de mutante. A veces un extraterrestre, un ser del fondo del mar. Alguien que se ha asomado al abismo, al abismo de la pandemia, al abismo de qui¨¦nes somos. Pero es tambi¨¦n un ser muy humor¨ªstico, una especie de demonio que ama a los humanos. De diablo cojuelo. Era ir un poco m¨¢s all¨¢ de La Montra, que es mi mote.
?Cu¨¢l es la historia de La Montra?
Es como me bautizaron en Rep¨²blica Dominicana cuando empec¨¦ con la m¨²sica y la m¨²sica empez¨® a gustar. La gente empez¨® a llamarme La Montra y a m¨ª me encant¨® porque siempre me han gustado mucho el heavy metal, el horror, H. P. Lovecraft.
Tambi¨¦n se apropia de la palabra ¡®mandinga¡¯, que tiene muchos significados.
Mandinga es una etnia de las que m¨¢s llegaron a Am¨¦rica durante la trata de esclavos. Es una palabra que ha adquirido muchos sentidos en toda Latinoam¨¦rica. Se usa en distintos pa¨ªses: para llamar a una persona queer, mandinga; a una persona que tiene un pene grande, mandinga. Es una palabra con mucho significado, sobre todo para lastimar a las personas de la periferia, en los cruces, a los que nos encontramos ah¨ª, entre g¨¦neros, entre pa¨ªses.
Ha habido un lapso de una d¨¦cada entre sus discos. ?Por qu¨¦?
Lo de Los Misterios fue como una explosi¨®n muy fuerte en mi pa¨ªs. Me fui de Santo Domingo por esa raz¨®n, porque no pod¨ªa salir a la calle, y en Puerto Rico me conoc¨ªan menos. Mis hijos eran peque?os. Es muy crudo el mundo de la far¨¢ndula. No quer¨ªa exponerlos a ese tipo de vida, a ese tipo de relaciones. Cuando te conocen en el mundo de la m¨²sica o del cine es distinto a cuando te conocen como una escritora. Aunque te guste mucho, es dif¨ªcil que te tires encima de la mesa de Murakami en la Feria del Libro y le quites la camisa. La relaci¨®n del p¨²blico con los m¨²sicos, con el cantante, es una relaci¨®n de ¨¦xtasis religioso.
Cuenta que cuando era joven se escond¨ªa para escuchar merengue porque le daba verg¨¹enza. Ahora la m¨²sica latina y los g¨¦neros populares con los que experimenta tienen influencia global. ?Qu¨¦ opina de esa inversi¨®n de papeles?
El Caribe hispano (Cuba, Rep¨²blica Dominicana y Puerto Rico) siempre ha sido una f¨¢brica de m¨²sica popular que tiene impacto mundial. Si ves el siglo XX, en cada d¨¦cada hay alguien que se conoce a nivel mundial: desde el mambo con P¨¦rez Prado y Benny Mor¨¦, en Cuba el Sexteto Habanero, el bolero, la salsa y el merengue. Hay en el Caribe una especie de mejunje del que salen el reguet¨®n, el dembow, y pop tambi¨¦n. Mira Ricky Martin; mira La gasolina de Daddy Yankee; Elvis Crespo y P¨ªntame. T¨² ibas en Espa?a a cualquier cafet¨ªn y estabas en fokin merengue puesto. Siempre hay m¨²sica caribe?a en los o¨ªdos del mundo.
?C¨®mo la ha definido ser queer en el Caribe?
Fue muy importante para mi mirada cr¨ªtica ser queer, porque soy una mujer de piel blanca en una isla del Caribe donde hay mucha afrodescendencia. Soy una mujer que ha vivido en el privilegio de una educaci¨®n de clase media y de una piel clara que me ha permitido moverme con m¨¢s comodidad que a otras personas de mi pa¨ªs. Ser queer me hizo mirar las cosas de otra forma, ser m¨¢s cr¨ªtica, entender la territorialidad que existe entre los cuerpos: qui¨¦n puede, qu¨¦ se puede.
Es m¨¢s evidente en su obra literaria, ?no?
Yo siempre he dicho que sal¨ª del closet antes en la literatura que en la vida. En mi primera novela yo todav¨ªa estaba tanteando. Me identifiqu¨¦ como una persona queer a los 23 a?os, o sea que era bastante mayor, aunque sab¨ªa lo que estaba pasando, pero ten¨ªa mucho miedo. Hasta que dije: ¡°Me enamoro de mujeres, lo que quiero es estar con mujeres, esta es la vida que me voy a llevar¡±. Me tom¨® tiempo por el ambiente ultraconservador de la Rep¨²blica Dominicana, por lo menos en mi clase social, en los noventa.
Ahora que vive en Estados Unidos, donde el racismo est¨¢ en primer plano, ?c¨®mo ve los problemas raciales en Rep¨²blica Dominicana?
Rep¨²blica Dominicana es un pa¨ªs muy racista, con una cultura racista con los ojos puestos en el haitiano. El haitiano es el negro y nosotros no, as¨ª mira el dominicano. Ese otro que no somos y no queremos ser.
?De qu¨¦ pa¨ªs se siente?
Me siento inmigrante. Soy dominicana de nacimiento, pero soy una inmigrante que ha vivido gran parte de su vida en Puerto Rico. Soy una mujer que est¨¢ en tr¨¢nsito desde los 18 a?os. Estoy como entre varias aguas, siempre. Si pudiese elegir c¨®mo ponerme, me pondr¨ªa caribe?a o pancaribe?a.
?Qu¨¦ puede decir de su pr¨®ximo libro?
Es una novela de horror corporal bastante nauseabunda. No puedo contar m¨¢s.
?Es verdad que ha grabado algo con Rosal¨ªa?
Escribimos una canci¨®n juntas. Bueno, juntas como con cinco personas m¨¢s. Porque ahora hacen un grupo de siete personas para escribir canciones. Pero s¨ª, hemos hablado varias veces y ella ha le¨ªdo mis novelas.
?Qu¨¦ opina del debate de la apropiaci¨®n cultural, que surge con la presencia de espa?oles como Rosal¨ªa o C. Tangana en los Grammys Latinos?
A¨²n no s¨¦ bien qu¨¦ pienso sobre el tema de la apropiaci¨®n. Todos los g¨¦neros son un h¨ªbrido. Son mezclas de otras cosas que existieron y que se fueron contaminando o se pasaron y de otras personas. Si no existiera la apropiaci¨®n cultural, todav¨ªa estar¨ªamos d¨¢ndole con un palo a una roca. Yo creo en eso, en la contaminaci¨®n, la hibridez de los g¨¦neros, en lo que se llama fusi¨®n, que odio la palabra. Esa pureza es problem¨¢tica tambi¨¦n. Yo entiendo: si una etnia tiene unos ritmos y est¨¢ haci¨¦ndolos de forma ceremonial durante 500 a?os y viene otra persona y hace una musiquita y se gana millones, eso est¨¢ mal. Pero tambi¨¦n est¨¢ mal pensar que las cosas tienen que quedarse dentro de unos circuitos, de unos l¨ªmites, puros y perfectos. Eso es un pensamiento problem¨¢tico y muy peligroso.
Hablando de Grammys Latinos, ?qu¨¦ le pareci¨® ser nominada a Artista Revelaci¨®n a su edad?
Un chiste. Pero se agradece que reconozcan el trabajo, aunque de forma extra?a. Se ve bien en el curr¨ªculo.