Rosa Esteva, la est¨¦tica intelectual de Cortana
Mientras sus vestidos en Cortana son casi esculturas, la casa de Rosa Esteva, su dise?adora, se dibuja en l¨ªneas puras y en tonos blancos de una acogedora sobriedad que invitan a la paz.
Espacios neutros, luminosos, pocas interferencias est¨¦ticas y ninguna cacharrer¨ªa?. Estar tranquila es su objetivo en casa. ?En la cabeza tengo tantas im¨¢genes que en mi hogar busco relax?, asegura Rosa Esteva, el alma de la firma Cortana. Habitaciones blancas con s¨¢banas en el mismo tono. Muebles sencillos, como los manteles, la vajilla y la cristaler¨ªa. ?Cuidar los detalles es fundamental?, afirma. A diferencia de muchas personas, para ella la mesa de su comedor ¨Cde Ero Saarinen¨C es el lugar donde se produce el mejor momento del d¨ªa: el desayuno con su marido y su...
Espacios neutros, luminosos, pocas interferencias est¨¦ticas y ninguna cacharrer¨ªa?. Estar tranquila es su objetivo en casa. ?En la cabeza tengo tantas im¨¢genes que en mi hogar busco relax?, asegura Rosa Esteva, el alma de la firma Cortana. Habitaciones blancas con s¨¢banas en el mismo tono. Muebles sencillos, como los manteles, la vajilla y la cristaler¨ªa. ?Cuidar los detalles es fundamental?, afirma. A diferencia de muchas personas, para ella la mesa de su comedor ¨Cde Ero Saarinen¨C es el lugar donde se produce el mejor momento del d¨ªa: el desayuno con su marido y su hija. En torno a ella dan rienda suelta a su pasi¨®n por la boller¨ªa, las tostadas, los zumos y el t¨¦.
Hace apenas un a?o se traslad¨® a esta casa en Guinard¨® (Barcelona), barrio que hasta el momento desconoc¨ªa, pero que ha hecho suyo con naturalidad. No es la casa en el campo con la que sue?a, pero le permite seguir viviendo en la ciudad sin renunciar al jard¨ªn. ?He olvidado la idea de volver a Mallorca [donde naci¨®] porque all¨ª no hay industria de la moda y aqu¨ª tengo un buen equipo. En la isla descanso y aqu¨ª trabajo, una f¨®rmula que me funciona?. Asegura estar viviendo un momento de conexi¨®n con la naturaleza. ?Haber vivido en Mallorca, en el campo, me hace retener m¨¢s colores en la retina. A veces busco una tonalidad en mi memoria y pienso en aquella flor, en aquella piedrita con el musgo que le daba un tono amarillento?. La carta de colores de Pantone le resulta insuficiente y suele te?ir para obtener sus propios tonos. Este verano su colecci¨®n es multicolor. ?El a?o pasado tuve un sue?o espectacular, un arco¨ªris se fund¨ªa sobre m¨ª. Sentir todos esos colores fue incre¨ªble; y quise, de alg¨²n modo, transmitirlo?.
Recuerda su atracci¨®n juvenil por las cortinas de tul y de algod¨®n bordado antiguo, las telas mallorquinas de Santa Mar¨ªa, de seda y algod¨®n. ?Soy caprichosa; elijo los mejores tejidos, tambi¨¦n en punto. Lo bueno de una prenda no es solo c¨®mo se ve y c¨®mo cae, sino lo que te hace sentir?. El pasado 2011 fue un a?o de cambios: nueva tienda en Barcelona, nuevo espacio en Madrid, destinado a novias, y traslado del taller y oficinas a un edificio a pocos metros de su casa. ?Aqu¨ª ser¨¦ feliz?, asegura mirando por la amplia cristalera que da a su mesa de trabajo reci¨¦n instalada. ?Cuando encontr¨¦ mi casa, en esta misma calle, pas¨¦ por delante de este edificio y entr¨¦. Era una f¨¢brica de estanter¨ªas en activo y no ten¨ªan intenci¨®n de dejar este sitio?, explica. Poco despu¨¦s, la familia inaugur¨® el nuevo hogar y a los cinco d¨ªas un cartel colgaba de la puerta de la nave; se hab¨ªan trasladado. ?Nos lo quedamos. Es un espacio de tres plantas, quiz¨¢ demasiado grande, pero poco a poco lo iremos arreglando?.
De momento, en la planta baja, Rosa ha instalado su estudio, por primera vez independiente del resto del equipo. ?Busco cierta soledad. Disfrutar¨¦ de la vista, me pondr¨¦ m¨²sica y dibujar¨¦ m¨¢s que nunca?. Con sus l¨¢pices crea formas, lo que para ella es ?una manera abstracta de representar una colecci¨®n?, comenta. ?Cuanto m¨¢s org¨¢nico es el boceto, m¨¢s interesante resulta en el tejido. Ver el dibujo en movimiento, con trasparencias y superposici¨®n de estampados, es muy emocionante?. Para coger l¨¢piz y pincel necesita relajaci¨®n. ?Hasta ahora lo hac¨ªa en casa o en verano, instalada en Mallorca. En este espacio las cosas van a cambiar?.
En la planta baja, frente a una amplia cristalera, Rosa ha instalado su mesa, por primera vez aislada del equipo. La m¨²sica y sobre todo las vistas que disfruta desde su vidriera le sirven de inspiraci¨®n.
Sergio Moya y Ximena Garrigues
En el nuevo taller, Rosa ha colocado un biombo realizado por encargo que utiliza para colgar las prendas y tejidos en los que trabaja.
Sergio Moya y Ximena Garrigues
En el estudio conserva las revistas de moda de la d¨¦cada de los 70 que le regal¨® un amigo.
Sergio Moya y Ximena Garrigues
Vista de la escalera interior de la casa.
Sergio Moya y Ximena Garrigues
La cocina est¨¢ siempre en activo. Rosa suele comer en casa.
Sergio Moya y Ximena Garrigues
Cada una de las piezas del comedor (sillas, mesa y l¨¢mpara) son prototipos de Saarinen que compraron en un anticuario de Barcelona.
Sergio Moya y Ximena Garrigues
La chimenea de hierro colado irrumpe en el sal¨®n, un espacio de tonos neutros con cojines y pufs de color mostaza.
Sergio Moya y Ximena Garrigues
Un montacargas conecta las tres plantas de sus nuevas oficinas.
Sergio Moya y Ximena Garrigues
En el sof¨¢, obra de tapicero, bocetos de su pr¨®xima colecci¨®n. La l¨¢mpara es de Tiempos Modernos y la mesa auxiliar de BD Barcelona.
Sergio Moya y Ximena Garrigues