Sin fisuras
La sororidad, quiz¨¢ una palabra de moda, adem¨¢s de un concepto que algunos consideren fabricado, es una responsabilidad. Es el empe?o en contar la historia que hay que contar.
En estos largos meses muchas de mis grandes alegr¨ªas y consuelos han venido v¨ªa WhatsApp. En interminables chats individuales, sin duda, y en algunos grupos. Quiero centrarme en uno que comparto con tres mujeres de edad similar a la m¨ªa, pero muy diferente punto de vista vital. A pesar de no estar de acuerdo en casi nada de lo que podr¨ªan considerarse las cosas esenciales de la vida (aunque ya vimos en cap¨ªtulos anteriores que lo que era importante era a la vez no esencial) estamos de acuerdo en algo muy profundo que tiene que ver con la sororidad. A todas ellas les horrorizar¨ªa esta palabra, ...
En estos largos meses muchas de mis grandes alegr¨ªas y consuelos han venido v¨ªa WhatsApp. En interminables chats individuales, sin duda, y en algunos grupos. Quiero centrarme en uno que comparto con tres mujeres de edad similar a la m¨ªa, pero muy diferente punto de vista vital. A pesar de no estar de acuerdo en casi nada de lo que podr¨ªan considerarse las cosas esenciales de la vida (aunque ya vimos en cap¨ªtulos anteriores que lo que era importante era a la vez no esencial) estamos de acuerdo en algo muy profundo que tiene que ver con la sororidad. A todas ellas les horrorizar¨ªa esta palabra, lo s¨¦, pero todo tiene su explicaci¨®n. En este chat se comparten con admiraci¨®n fotos de Kamala Harris universitaria, de Marta Ch¨¢varri, de Miuccia Prada (muchas), de Carmen Mart¨ªn Gaite, de Chelo Garc¨ªa-Cort¨¦s, de Angela Davis y de Hipatia. H¨¢ganse cargo.
Quiz¨¢ para el pensamiento c¨ªnico hay un tinte un poco artificial en los nuevos usos de la palabra sororidad, algo de construcci¨®n falsa, como si por el hecho de ser mujeres ya fu¨¦ramos solidarias siempre entre nosotras. No es as¨ª, pero poner esa palabra en el centro del discurso, forzarla, ha ayudado a cambiar la narraci¨®n at¨¢vica de la rivalidad femenina. Pienso en las hermanas Bront?, en Louisa May Alcott, en Virginia y Vanessa, en Hannah y sus hermanas o en las v¨ªrgenes suicidas. Pienso en la m¨ªa, claro, y en las hermanas mayores de algunas de mis amigas que me ense?aron a dibujar el eyeliner con pulso firme y a saber cu¨¢ndo reconocer alertas rojas relatando sus propias decepciones con detalle. Existen ejemplos al contrario, rivalidades hist¨®ricas entre hermanas (team Fontaine, siempre), pero estos ¨²ltimos a?os de neologismos han ayudado a moldear algo mucho m¨¢s profundo que el lenguaje.
Redibujar los arquetipos siempre tiene un poso de rebeld¨ªa. As¨ª vimos a Amaia, la protagonista de nuestra portada, no ceder a las exigencias del mercado, a sacar un disco pronto, con la fama de Operaci¨®n Triunfo intacta. As¨ª la vimos crear su propia Amaia y no la que los fans esperaban. As¨ª, en este confinamiento vir¨® de estilo y de look para juntarse con Alizzz y hacer esa oda a la ruta del bakalao que, dice en esta entrevista, es el inicio de otro sonido. ?Cu¨¢l? El que ella decida. No le interesa el concepto de diva pop, no sabe ni lo que es. Amaia y su naturalidad, su esp¨ªritu cooperativo, es la antiestrella del momento.
Desde el a?o 2019 hay un p¨®sit en la oficina de la editorial Blackie Books en el que pone: ?Noelia Ram¨ªrez-Chanel Miller-S Moda?. Desde hace tres a?os, Noelia, periodista en esta cabecera, sab¨ªa que la editorial iba a publicar Tengo un nombre, la traducci¨®n al espa?ol del libro en el que Chanel Miller relata c¨®mo se sobrepuso a una violaci¨®n y c¨®mo decidi¨® tomar las riendas, salir del anonimato y declarar bien alto que ella era la v¨ªctima de la violaci¨®n m¨¢s medi¨¢tica de Estados Unidos, no el nadador de Standford del que extra?amente medios y jueces se compadecieron. Chanel Miller tom¨® el control de su historia. Invirti¨® la narrativa cl¨¢sica de la letra escarlata, y construy¨® la historia real, alejada de la verg¨¹enza, la de la supervivencia.
Este n¨²mero se publica dos semanas antes del 8 de marzo, y a este d¨ªa lo hemos dedicado. Los retratos de mujeres que han reescrito su relato dando voz a otras mujeres, interpret¨¢ndolas, visti¨¦ndolas, narrando sus historias, son el hilo conductor de estas p¨¢ginas. La sororidad, quiz¨¢ una palabra de moda, adem¨¢s de un concepto que algunos consideren fabricado, es una responsabilidad. Es el empe?o en contar la historia que hay que contar.