Un viaje por la alucinante casa de Cecil Beaton, el fot¨®grafo de Isabel II, que ahora sale a la venta por cuatro millones de euros
Por la mansi¨®n, al sur de Inglaterra, han pasado personajes como Mick Jagger, David Hockney o Truman Capote.
Hubo un tiempo en el que si eras guapo, talentoso, divertido o ten¨ªas dinero, ten¨ªas muchas posibilidades de ser fotografiado por Cecil Beaton. Si reun¨ªas las cuatro caracter¨ªsticas, lo m¨¢s probable es que, adem¨¢s, merecieras formar parte del selecto grupo de invitados a la c¨¦lebre casa en la que el artista pas¨® sus ¨²ltimas tres d¨¦cadas de vida. Ahora, la espectacular Reddish House (ubicada en Wiltshire, un condado al sur de Inglaterra) se pone a la venta por cuatro millones de libras. Cuando Beaton la compr¨®, en 1947, le cost¨® unas 10.000. Pero, claro, ya se sabe que no hay mayor plusval¨ªa qu...
Hubo un tiempo en el que si eras guapo, talentoso, divertido o ten¨ªas dinero, ten¨ªas muchas posibilidades de ser fotografiado por Cecil Beaton. Si reun¨ªas las cuatro caracter¨ªsticas, lo m¨¢s probable es que, adem¨¢s, merecieras formar parte del selecto grupo de invitados a la c¨¦lebre casa en la que el artista pas¨® sus ¨²ltimas tres d¨¦cadas de vida. Ahora, la espectacular Reddish House (ubicada en Wiltshire, un condado al sur de Inglaterra) se pone a la venta por cuatro millones de libras. Cuando Beaton la compr¨®, en 1947, le cost¨® unas 10.000. Pero, claro, ya se sabe que no hay mayor plusval¨ªa que el peso de la historia y por ah¨ª han pasado no pocas celebridades siendo el fortuito escenario de historias de esas de ?si las paredes hablaran?. Desde Mick Jagger a la Reina Madre pasando por Truman Capote, David Hockney o Lucian Freud, sin olvidar a la gran Greta Garbo, que era visitante habitual (se dice que vivi¨® all¨ª seis semanas en el a?o 1951). La lista de invitados da para la mejor y m¨¢s cotilla cr¨®nica social de la ¨¦poca.
Tras Beaton, la Reddish House ha tenido varios due?os, y no precisamente an¨®nimos. La excondesa de Chichester, Ursula Henderson y posteriormente los m¨²sicos Robert Fripp (uno de los miembros fundadores de King Crimson) y Toyah Willcox, quienes tras doce a?os aseguraron que la casa estaba embrujada por el fantasma de Beaton.
Gran parte de lo que es la lujosa mansi¨®n y sus jardines en la actualidad se debe a la experta mano de Beaton (se dice que fue en esta casa donde el fot¨®grafo se enamor¨® de la jardiner¨ªa), quien hizo sustanciales reformas en el interior transform¨¢ndola en lo que es hoy, a?adiendo habitaciones en el lado este o extendiendo el acogedor sal¨®n hacia el sur. Y es que, a su llegada, la casa contaba con excentricidades tales como tener acondicionado el piso de arriba para peleas de gallo ilegales. Beaton aprovech¨® las jaulas como armarios en los que guardar los trajes de sus creaciones para My Fair Lady (George Cukor, 1965), aquel c¨¦lebre y oscarizado musical en el que Audrey Hepburn se convert¨ªa, una vez m¨¢s y en esta ocasi¨®n gracias al dise?o de vestuario de Beaton, en un inolvidable icono de estilo. El famoso vestido blanco adornado con varios lazos negros y rematado por aquel fantasioso sombrero que se enfunda la actriz para la escena de las carreras en Ascot aparece recurrentemente en toda lista que se precie sobre los mejores dise?os de vestuario de la historia del cine.
Y es que Beaton, hombre renacentista donde los hubiera, adem¨¢s de fot¨®grafo, brill¨® como pintor, escen¨®grafo, decorador, dise?ador de vestuario, escritor o afilad¨ªsimo cronista de sociedad. A este respecto, en Cecil Beaton: The Authorised Biography,?escrita por Hugo Vickers, se recoge un fragmento de los diarios del propio Beaton en los que escribe: ?Cocteau dice que soy Malicia en el pa¨ªs de las Maravillas?.?
Beaton ¨Cque fotografi¨® a Isabel II en su coronaci¨®n y reinvent¨® la imagen de los Windsor¨C se traslad¨® a la Reddish House desde otra casa de Wiltshire: la grandiosa mansi¨®n se?orial estilo georgiano de Ashcombe, m¨¢s tarde ¨Cen 2001¨C propiedad de la mism¨ªsima Madonna, en aquel momento felizmente emparejada con Guy Ritchie. El tiempo que el artista pas¨® all¨ª, Ashcombe se convirti¨® en retiro de fin de semana de la sociedad londinense. Se dice que la casa (en estado ruinoso) le fue alquilada a Beaton por un rid¨ªculo precio ¨C50 libras al a?o¨C a condici¨®n de que hiciera mejoras en ella. Y vaya si las hizo: desde incluir un pasadizo que comunicara frente y parte trasera de la casa hasta agrandar las ventanas, instalar tuber¨ªas y electricidad o hacer del invernadero su propio estudio. Por all¨ª pasaron artistas como Rex Whistler (que bautiz¨® la casa con el revelador nombre de Liberty Hall), Salvador Dal¨ª, Christian B¨¦rard, Jack von Reppert-Bismarck u Oliver Messel, quienes pintaron murales en la casa en el curso de alocadas fiestas cuya lista de invitados era, seg¨²n Whistler, ?bohemia, art¨ªstica y bisexual y abierta a explorar la vida y el amor?. El contrato de Beaton expir¨® en 1945 y, seg¨²n cuenta Vickers, el artista nunca super¨® la p¨¦rdida de Ashcombe. Ni siquiera la Reddish House le hizo olvidarla.
Y es que las casas de Beaton siempre fueron parte de su obra, tanto que han merecido por s¨ª mismas exposiciones, libros y no poca literatura. En un art¨ªculo de la edici¨®n estadounidense?Architectural Digest a prop¨®sito de la muestra Cecil Beaton at Home ¨C Ashcombe and Reddish en ?The Salisbury Museum en 2014, Andrew Ginger, comisario de la exposici¨®n, explicaba que ?Ashcombe y Reddish House reflejan v¨ªvidamente su enfoque de la vida y la decoraci¨®n en dos etapas diferentes. La primera representa lo que supone tener 26 a?os, ser independiente, alegre y sumergirse ingenuamente en el placer de recibir. Reddish House era una afirmaci¨®n m¨¢s madura, un tel¨®n de fondo teatral bastante pulido profundamente influido por sus trabajos para pel¨ªculas como My Fair Lady?o Anna Karenina (Julien Duvivier, 1948)?.