Y ahora, ?c¨®mo ser¨¢ la vida de los Obama?
Tras ocho a?os en la Casa Blanca, los planes de la familia pasan por una estancia limitada en Washington mientras internet sue?a con la futura carrera pol¨ªtica de Michelle Obama.
?Qu¨¦ ocurre cuando uno pasa de ostentar el t¨ªtulo de ¡®l¨ªder del mundo libre¡¯ a presidente en paro? Pues que el comandante en jefe se convierte en comandante del sof¨¢ (couch commander). Barack Obama quiso re¨ªrse de su horizonte laboral lejos del Ala Oeste en la ¨²ltima cena de corresponsales (mismo escenario en el que hace cinco a?os ridiculiz¨® a Trump sin presagiar las nefastas consecuencias). All¨ª proyect¨® ...
?Qu¨¦ ocurre cuando uno pasa de ostentar el t¨ªtulo de ¡®l¨ªder del mundo libre¡¯ a presidente en paro? Pues que el comandante en jefe se convierte en comandante del sof¨¢ (couch commander). Barack Obama quiso re¨ªrse de su horizonte laboral lejos del Ala Oeste en la ¨²ltima cena de corresponsales (mismo escenario en el que hace cinco a?os ridiculiz¨® a Trump sin presagiar las nefastas consecuencias). All¨ª proyect¨® un v¨ªdeo par¨®dico en el que buscaba consejo espiritual de su vicepresidente, Joe Biden (m¨¢s preocupado en probarse sus ic¨®nicas gafas de aviador); llamaba a los Washington Wizzards para pedir, sin ¨¦xito, ser el pr¨®ximo entrenador (?lo he sido de los equipos de mis hijas?); robaba el m¨®vil de Michelle para meterse en su Snapchat y liarla con los filtros o se llevaba al cine de la Casa Blanca a su aguerrido archienemigo John Boener, ex presidente del Congreso y uno de los republicanos responsables de paralizar cualquier plan del presidente, para averiguar que la vida puede ser maravillosa tras salir de la Casa Blanca (?igual puedo ir a desayunar a McDonalds mientras Michelle est¨¢ en su clase de spinning?). Al final, no sin dar gracias por volver a sus ic¨®nicos ¡®jeans de padre¡¯, acababa haciendo lo que hacen todos los ex presidentes: jugar al golf.
El v¨ªdeo rezumaba flow by Obama. El inherente encanto de ese (viral) personaje c¨®mico ¨Cadmirador de Louis CK y de Jerry Seinfeld (?imaginan esta foto con Trump? Nah)¨C que tan en armon¨ªa ha convivido con la jefatura de Estado. Sus fans ya lloran su inminente ausencia, presagiando la orfandad y vac¨ªo de encanto presidencial de los pr¨®ximos cuatro a?os, dif¨ªcil de vislumbrar en Trump. ?Qui¨¦n se marcar¨¢ un drop the phone con Jimmy Kimmel? ?Qui¨¦n aceptar¨¢ lidiar con el humor absurdo de Zach Galifianakis? ?A qui¨¦n le quedar¨¢ as¨ª de bien una diadema de princesa?
Adem¨¢s de re¨ªrse de su futuro con desparpajo medi¨¢tico, los Obama s¨ª han confirmado su pr¨®ximo paso: residir dos a?os m¨¢s en Washington. El plan es quedarse en la capital mientras Sasha acaba sus estudios. ??Cambiar a alguien de instituto en mitad de ciclo? Eso es muy duro?, confirm¨® el presidente ante la prensa en marzo. Sasha estudia en Sidwell Friends, un centro privado por el que tambi¨¦n pasaron otras hijas presidenciales como Chelsea Clinton o Tricia Nixon, y que cuenta entre su lista de alumni a escritores como Gore Vidal o ex primeras damas como Nancy Reagan. Malia, que ya se gradu¨® all¨ª, vive ahora su tradicional a?o sab¨¢tico estadounidense a la espera de entrar en oto?o de 2017 en Harvard ¨Cel mismo centro de la Ivy League en el que sus padres estudiaron Derecho¨C. El gap year de la primog¨¦nita de los Obama ha servido, tambi¨¦n, para evitar el espect¨¢culo medi¨¢tico que supuso la llegada de Chelsea Clinton a Stanford en 1997, cuando m¨¢s de 200 reporteros grabaron su llegada y la despedida de sus padres ¨Ccon la intervenci¨®n de docenas de agentes del Servicio Secreto¨C.
?D¨®nde vivir¨¢n en este lapso de 24 meses? Teniendo en cuenta que ning¨²n presidente hab¨ªa decidido quedarse en la ciudad tras su mandato desde la muerte de Woodrow Wilson hace m¨¢s de nueve d¨¦cadas, la especulaci¨®n sobre su futura residencia ha copado el debate en los medios. Los portavoces de presidencia ni confirman ni desmienten, respondiendo a la voluntad de Michelle y Barack de tener el m¨¢ximo de intimidad permitido tras su labor institucional. Politico desvel¨® hace unos meses la que tiene todos los n¨²meros de ser su futura residencia: una mansi¨®n de 5,3 millones de euros en el lujoso barrio de Kalorama, conocido por albergar, entre fuertes dispositivos de seguridad, a multitud de embajadores y diplom¨¢ticos. La casa, con nueve habitaciones y ocho cuartos de ba?o repartidos en 760 metros cuadrados, se construy¨® en los a?os 20 y es propiedad del antiguo secretario de prensa de Bill Clinton y actual vicepresidente de comunicaciones de la NFL, Joe Lockhart y de la editora en Washington de la revista Glamour, Giovanna Gray.
La decisi¨®n de quedarse en Washington sorprendi¨® a todos, teniendo en cuenta las decisiones de los ¨²ltimos presidentes. George W. Bush volvi¨® a su Texas natal y los Clinton se mudaron a Nueva York para que despegase la carrera de Hillary como senadora. Son muchos, curiosamente, los que exigen que Michelle Obama haga lo propio. La activista Gloria Steinem solicit¨® que se convierta en senadora por Illinois en su reciente carta de despedida a la Primera Dama en el New York Times, por no mencionar a la horda de internautas que sue?a con la posibilidad de que Michelle entre en la carrera presidencial de 2020 (Barack Obama rompi¨® todos esas ilusiones en octubre cuando afirm¨® rotundamente en un programa de radio que ?Michelle nunca ser¨¢ candidata?).
Todas las quinielas indican que los Obama volver¨¢n a Chicago cuando Sasha se grad¨²e. All¨ª tienen una casa comprada, adem¨¢s de ser el escenario escogido para construir la biblioteca presidencial de Barack Obama. Un proyecto con el que se ha volcado los ¨²ltimos meses. Seg¨²n indic¨® el New York Times, el presidente ha organizado multitud de cenas con multimillonarios como Reid Hoffman (LinkedIN) o inversores de Silicon Valley como John Doerr para sufragar el coste de su construcci¨®n (por el que ya habr¨ªa recaudado unos cinco millones de euros). El ambicioso centro rondar¨¢ los 1.000 millones de d¨®lares de coste (doblando al que edific¨® Bush) y tendr¨¢ como filosof¨ªa el digital first, adem¨¢s de albergar una fundaci¨®n que posiblemente est¨¦ relacionada con los progresos en el ¨¢mbito sanitario y social. Tambi¨¦n se especula con la posibilidad de que Obama se al¨ªe con Steven Spielberg en una especie de proyecto post presidencial. El director de cine se ha reunido con ¨¦l en varias ocasiones (acudi¨® a la Casa Blanca para que viese Lincoln antes de su estreno y quedaron despu¨¦s en Beverly Hills) y los portavoces de Obama han confirmado que el art¨ªfice de Tibur¨®n o ET est¨¢ ?ayudando al presidente en su narrativa tras la presidencia?. No sabemos en que acabar¨¢ todo esto pero s¨ª que sabemos lo que har¨¢ Obama en cuanto Trump entre en la Casa Blanca. Lo confirm¨® ¨¦l mismo en una entrevista en Tumblr cuando se le pregunt¨® por d¨®nde se ve¨ªa en 10 a?os. ?No he proyectado mi vida en 10 a?os, pero s¨ª s¨¦ qu¨¦ har¨¦ justo despu¨¦s de que el siguiente presidente llegue. Estar¨¦ en una playa bebiendo de un coco?.