?El Vaticano se qued¨® mudo?: la batalla por el ombligo y los bailes de Rafaella Carr¨¤, que consigui¨® ganar la italiana
Fallece a los 78 a?os Rafaella Carr¨¤. Justo cuando empezaba su carrera como cantante y presentadora a principios de los setenta, tuvo que hacer frente a las cr¨ªticas de aquellos que la tildaban de provocadora. Por supuesto, ella gan¨® la batalla.
La cantante, actriz y presentadora?Raffaella Carr¨¤ (Bolonia, 1943)?ha muerto este lunes a los 78 a?os, seg¨²n ha comunicado a la agencia italiana Ansa Sergio Japino, quien fue su compa?ero durante muchos a?os. Italia y Espa?a pierden a uno de sus iconos t...
La cantante, actriz y presentadora?Raffaella Carr¨¤ (Bolonia, 1943)?ha muerto este lunes a los 78 a?os, seg¨²n ha comunicado a la agencia italiana Ansa Sergio Japino, quien fue su compa?ero durante muchos a?os. Italia y Espa?a pierden a uno de sus iconos televisivos y musicales.?Carr¨¤ desarroll¨® gran parte de su trabajo en la RAI y en m¨²ltiples programas en TVE.
Actualmente, acostumbrados a la hipersexualiaci¨®n del pop, nadie se llevar¨ªa las manos a la cabeza al ver la coreograf¨ªa de aquel Tuca Tuca que Raffaella Carr¨¤ populariz¨® en Italia. Y, por supuesto, tampoco ser¨ªa motivo de controversia que alguien como ella ense?ara el ombligo en la televisi¨®n p¨²blica. Pero a principios de los setenta la situaci¨®n era muy diferente. Por aquel entonces, despu¨¦s de abandonar por voluntad propia su carrera de actriz (hasta tuvo las agallas de dar la espalda a Hollywood porque no se sent¨ªa c¨®moda trabajando a miles de kil¨®metros de la tierra que la vio nacer), decidi¨® reinventarse en la Carr¨¤ que todos conocemos: un icono todoterreno y multigeneracional.
Su metamorfosis, como cantante y presentadora, empez¨® a fraguarse en 1970. Concretamente, en el Centro Sperimentale?di Cinematograf¨ªa de Roma, donde se apunt¨® a un curso de educaci¨®n vocal. ¡°Tuve un gran profesor que un d¨ªa me examin¨® la garganta y me dijo que podr¨ªa cantar tranquilamente. Yo le dije que no, que no lo hab¨ªa hecho nunca y no era mi aspiraci¨®n, pero ¨¦l insisti¨® en que ten¨ªa la predisposici¨®n f¨ªsica necesaria para hacerlo. Luego, en una reuni¨®n de personal en televisi¨®n, un director que hab¨ªa visto el musical?Hair?se dio cuenta de que la televisi¨®n italiana, en aquellos momentos, era muy antigua y hab¨ªa que modernizarla. Fue entonces cuando me dieron cuatro programas de prueba en los que tuve que cantar. Tom¨¦ clases y lo hice. Funcion¨®, y en unos meses me pusieron como presentadora del programa m¨¢s importante de entretenimiento de la televisi¨®n p¨²blica italiana, Canzonissima. Mi primer disco llevaba la sinton¨ªa del programa. As¨ª empez¨® todo, por casualidad¡±, rememor¨® hace 10 a?os en Efe Eme.
Sin duda, ella fue la primera asombrada del ¨¦xito que cosecharon temas como Ma Che Musica Maestro o Chiss¨¤ Se Va. ¡°Nunca me he sentido una cantante pura, siempre he sido una actriz que cantaba. S¨¦ perfectamente que no soy Dionne Warwick ni Barbra Streisand. El baile y la palabra son lo m¨ªo; el canto es solo un aderezo. Pero como vendimos tantos discos, no hac¨ªa otra cosa que entrar en el estudio y grab¨¦ m¨¢s de 20 ¨¢lbumes. Fue una sorpresa. Yo no cantaba desde ni?a. Tengo una prima con una voz estupenda a la que sus padres no permitieron estudiar canto y, sin embargo, yo me he convertido en cantante. La vida es rara¡±, apostill¨® en la misma entrevista.
Quien fuera su pareja en aquellos a?os, el letrista y productor Gianni Boncompagni, obviamente tiene buena parte de culpa de su mete¨®rico triunfo musical. Pero a estas alturas no habr¨ªa que obviar que, m¨¢s all¨¢ de sus bailes y sus imposibles e imitados movimientos de cuello, asimismo, fue un icono de la moda adelantado a su tiempo. ¡°Llevaba trajes impensables, con sentido del humor dir¨ªa yo. Y adem¨¢s c¨®modos, para poder bailar. A lo largo de mi carrera me han acompa?ado tres dise?adores. Uno fue Corrado Colabucci, que hizo los vestidos de Mina y m¨ªos cuando present¨¢bamos Milleluci; el otro, el elegante Luca Sabatelli. Yo le dejaba hacer y luego le dec¨ªa: ¡®?Qu¨¦ te parece si a este mono le alargamos la espalda descubierta hasta que se me vea el principio del?culito?¡¯. Y ¨¦l me contestaba sorprendido: ¡®Es demasiado, Raffaella¡¯. El tercero es el sastre Gabriele Mayer. Ellos me han arropado toda la vida¡±, cont¨® en S Moda en 2017.
En realidad, que ense?ara ¡°el principio del culito¡± en aquel Canzonissima que se emit¨ªa las noches de los s¨¢bados en la RAI no fue un problema. Lo que verdaderamente impact¨® a los telespectadores es que en 1970 se atreviera a interpretar su sinton¨ªa, la ya mencionada Ma Che Musica Maestro, vistiendo un top que dejaba al descubierto su ombligo. De hecho, la apodaron ¡°el ombligo de Italia¡± porque fue la primera mujer que ense?¨® esa parte de la anatom¨ªa en la televisi¨®n p¨²blica. Como es l¨®gico, d¨¦cadas despu¨¦s, se sigue tomando a broma el estupor que aquello caus¨®. ¡°No hubiera imaginado nunca que mi ombligo hiciese tanto ruido. Para m¨ª era natural vestirme con la moda de esos tiempos que, por otro lado, sigue de moda todav¨ªa. Mi ombligo es muy peque?o porque mi mam¨¢ me cont¨® que, mientras estaba naciendo en una cl¨ªnica bolo?esa, pidi¨® al cirujano que cortara el cord¨®n umbilical con mucho cuidado para hacerme el ombligo peque?o como un tortellini¡±, afirm¨® al respecto en La Vanguardia.
Pero la pol¨¦mica que hizo peligrar su imparable carrera en la televisi¨®n y en la industria musical aconteci¨® el 13 de noviembre de 1971. Aquella noche, tambi¨¦n en Canzonissima, present¨® su nuevo tema, Tuca Tuca. Y lo que incomod¨® a algunos ejecutivos de la RAI no fue la canci¨®n en s¨ª, sino su coreograf¨ªa. Raffaella ¨²nicamente se limit¨® a toquetear, de una forma muy inocente e infantil, al bailar¨ªn Enzo Paolo Turchi. No obstante, los m¨¢s conservadores de la ¨¦poca interpretaron aquellos castos movimientos como algo soez y extremadamente sexual. Sin ir m¨¢s lejos, el Vaticano, tras tacharla de ¡°demasiado provocadora¡±, inici¨® una campa?a de desprestigio. ¡°A trav¨¦s de su peri¨®dico, L¡¯Osservatore Romano, censur¨® el?Tuca Tuca. Seg¨²n ellos, era muy atrevido y transgresor porque el bailar¨ªn que estaba frente a m¨ª me tocaba diversas partes del cuerpo.?Tuca Tuca?entr¨® directamente al n¨²mero cuatro de las listas de ventas de singles. Entonces, cuando se le¨ªa el hit parade [listado de ¨¦xitos], se daban los primeros cinco puestos, pero ellos saltaban del tres al cinco para no tener que nombrarlo. Los movimientos del baile subliman la relaci¨®n entre hombre y mujer. El baile es algo er¨®tico en s¨ª, pero sin caer en la vulgaridad, esto es muy importante. Lo que me encantaba es que yo hac¨ªa el Tuca Tuca tocando caderas, rodillas, espalda, cara¡ Y los ni?os lo repet¨ªan, se divert¨ªan porque era algo muy natural. Ese es el secreto¡±, explic¨® sobre ello tambi¨¦n en Efe Eme.
A pesar de tener en su contra al mism¨ªsimo papa Pablo VI y a parte de los mandamases de la RAI, Raffaella no se vino abajo. Todo lo contrario. Pocas semanas despu¨¦s, Alberto Sordi acudi¨® como invitado al programa. Y, para sorpresa de los ah¨ª presentes, el popular actor no dud¨® en pedirle a nuestra protagonista bailar el Tuca Tuca. El momento, que a¨²n hoy puede verse en YouTube, fue todo un hito televisivo en Italia y, adem¨¢s, enterr¨® de inmediato la pol¨¦mica. ¡°El Vaticano se qued¨® mudo¡±, le dijo a Gemma Nierga en Hoy por Hoy en 2014. Desde entonces, nada ni nadie pudo con ella.
*Este art¨ªculo se public¨® originariamente el 25 de septiembre de 2020 y se actualiz¨® tras el fallecimiento de Rafaella Carr¨¤ el 5 de julio 2021.