Siete razones por las que unirse a la huelga feminista
En S Moda pensamos que son muchos los motivos por los que es necesario parar y unirse a las reivindicaciones de las mujeres. Por eso durante 24 horas no actualizaremos la web. Aqu¨ª nuestras razones.
Un punto de no retorno y un momento que es historia viva. El feminismo sigue aliment¨¢ndose tras un 2017 de movilizaciones. Marchas de mujeres han ocupado las calles de todo el mundo con participaciones de cifras hist¨®ricas: las 500 mil de Washington contra Trump (punto de partida de esta oleada), las manifestaciones en el D¨ªa Internacional de la Mujer que tuvieron lugar en 49 ciudades espa?olas o la sororidad bullente que ha llevado a denunciar en las calles la violencia machista y la injusticia patriarcal con ¡®La manada somos nosotras¡¯ y ¡®Juana est¨¢ en mi casa¡¯. Todas han marcado el camino ha...
Un punto de no retorno y un momento que es historia viva. El feminismo sigue aliment¨¢ndose tras un 2017 de movilizaciones. Marchas de mujeres han ocupado las calles de todo el mundo con participaciones de cifras hist¨®ricas: las 500 mil de Washington contra Trump (punto de partida de esta oleada), las manifestaciones en el D¨ªa Internacional de la Mujer que tuvieron lugar en 49 ciudades espa?olas o la sororidad bullente que ha llevado a denunciar en las calles la violencia machista y la injusticia patriarcal con ¡®La manada somos nosotras¡¯ y ¡®Juana est¨¢ en mi casa¡¯. Todas han marcado el camino hacia la convocatoria de este 8 de marzo. Bajo el lema ¡®#NosotrasParamos¡¯, la Comisi¨®n 8M ha organizado en Espa?a una manifestaci¨®n feminista que se celebra tambi¨¦n en otros? 177 pa¨ªses m¨¢s.
La protesta ir¨¢ m¨¢s all¨¢ de la empresa, se ha propuesto una huelga de consumo, educativa y de cuidados, que visibilizar¨¢ esos otros trabajos del ¨¢mbito dom¨¦stico que tradicionalmente se han asignado a la mujer, que se subrayar¨¢n con iniciativas simb¨®licas como colgar los delantales en los balcones. Hay que demostrar que ¡°sin el trabajo y el esfuerzo de las mujeres el mundo se para¡±, explica Elena Blasco, secretaria confederal de Mujeres e Igualdad de Comisiones Obreras. Estas son las causas a defender por las que todas deber¨ªan parar este d¨ªa.
1. Erradicar las violencias machistas: #NiUnaMenos
Los cr¨ªmenes de odio hacia las mujeres dejan historias y cifras devastadoras. En contraste con una conciencia de igualdad que en teor¨ªa aumenta, el n¨²mero de mujeres y ni?os asesinados en un entorno de violencia dom¨¦stica creci¨® el a?o pasado: 49 mujeres arrebatadas frente a las 46 de 2016. Y ocho ni?os, el dato m¨¢s dram¨¢tico desde que se empezaron a contabilizar estos cr¨ªmenes en 2010. Este a?o, seg¨²n datos del Ministerio de Sanidad, Asuntos Sociales e Igualdad, ya han sido tres las mujeres v¨ªctimas de feminicidios. La ¨²ltima, Mar¨ªa Adela Fortes Molina de 44 a?os, apu?alada por su pareja sentimental. Combatir la cultura del maltrato y la violaci¨®n es una de las grandes tareas pendientes (en Espa?a cada ocho horas una mujer es violada, seg¨²n recoge el Ministerio del Interior). Tambi¨¦n lo es la efectividad de las denuncias y la falta de compromiso pol¨ªtico en la aplicaci¨®n real del pacto de Estado frente a la violencia de g¨¦nero: solo el 12% de las medidas recogidas en ¨¦l se pondr¨¢n en marcha este a?o. Pancartas con lemas como ¡°Ni una menos¡± o el ¡°#VivasLibresUnidas¡± que proponen CCOO y UGT llenar¨¢n las calles, como se hizo para reclamar justicia para la joven de 19 a?os v¨ªctima de violaci¨®n m¨²ltiple en Sanfermines y poco despu¨¦s en concentraciones como las del 25N, D¨ªa Internacional de la Eliminaci¨®n de la Violencia Contra la Mujer.
2. Defender la igualdad laboral real
La brecha salarial en Espa?a es del 14,9%, seg¨²n datos del Eurostat. Que se traduce por: las mujeres, en comparaci¨®n con los hombres, trabajan gratis 53 d¨ªas al a?o. Y lo hacen en los trabajos m¨¢s precarizados (ocupados en gran parte por mujeres migrantes). Como en el sector servicios, en el que representan el 53, 6% del total de empleados y donde, adem¨¢s, la brecha salarial es a¨²n mayor. En hosteler¨ªa ellos cobran un 25% m¨¢s que ellas y en comercios un 28,67%. De lo malo, lo peor.
Y la conciliaci¨®n es otra lacra. Las mujeres acaban cediendo al cuidado familiar porque son las que tienen ¡®menos que perder¡¯. El Instituto de la Mujer pon¨ªa sobre la mesa los datos en 2016: de las 40.517 excedencias por hijos ese a?o, 37.531 fueron pedidas por las madres y 2.986 por padres. ¡°Esto tiene unas grav¨ªsimas repercusiones negativas tanto para su carrera profesional como para su posterior jubilaci¨®n¡±, explica Blasco. A pesar de que en nuestro pa¨ªs contamos con una Ley de Igualdad (2007) que deber¨ªa garantizar el igual trato y de oportunidades en el acceso al empleo, a la formaci¨®n, a la promoci¨®n profesional y en las condiciones de trabajo. Muchas reclaman cambios en las medidas, como bajas de maternidad y paternidad de misma extensi¨®n o tomar ejemplo del caso de Islandia, que a principios de a?o declaraba ilegal la brecha salarial de las empresas e impondr¨¢ sanciones a quienes la perpet¨²en.
3. Visibilizar y acabar con los ¡®otros trabajos¡¯ de las mujeres
?Has dicho que t¨² echas una mano en casa. T¨² no tienes que ayudar en tu casa porque tu casa es tuya. T¨² tienes que trabajar en tu casa¡±. El click que se necesita respecto a esta situaci¨®n lo argumentaba as¨ª de claro Beatriz Rubio, responsable de feminismo de IU M¨¢laga frente al militante de Ciudadanos Jos¨¦ Manuel Puche, con esa respuesta que ya se ha hecho viral.
¡°Las mujeres no solo trabajamos en f¨¢bricas, oficinas o tiendas, sino que a menudo tenemos dobles y triples jornadas. Debemos cuidar a hijos e hijas, cocinar, hacer la compra u ocuparnos de las personas dependientes¡±, explican desde la Comisi¨®n 8M. Trabajos no pagados y asignados por g¨¦nero hist¨®ricamente a los que las mujeres dedican el doble de horas que los hombres (26,5 horas semanales frente a las 14 de ellos) y cuidados que se realizan de manera no profesional en casos de personas mayores con dependencia y que, seg¨²n el Imserso, recaen en un 84% en las mujeres. ¡°Sin embargo, este tipo de trabajo es a menudo el m¨¢s invisibilizado: el gobierno sigue recortando el presupuesto de sanidad, educaci¨®n y dependencia. Y estos recortes (por culpa de la tradici¨®n patriarcal) nos afectan directamente a las mujeres¡±, dicen desde Comisi¨®n 8M.
4. Combatir los diferentes tipos de acoso y abuso
El acoso y el abuso por raz¨®n de g¨¦nero o sexual es una realidad para las mujeres en todos los ¨¢mbitos. Ambos acaban de ser reconocidos dentro de la definici¨®n de violencia de g¨¦nero en el pacto de Estado y, respecto a sus denuncias p¨²blicas, 2017 ha supuesto un antes y un despu¨¦s. Mensajes como el ¡®#YoTambien¡¯ quieren seguir sumando fuerzas en estas manifestaciones para romper el temor a hablar de ellos por miedos como la p¨¦rdida del puesto de trabajo (si el acoso se da en el entorno laboral) o por temor a ser, adem¨¢s, cuestionadas como v¨ªctimas, como ocurr¨ªa en el caso de La Manada. En Espa?a las cifras de UGT hablan de un caso de acoso sexual en el trabajo al d¨ªa y desde CCOO, Elena Blasco asegura que la intenci¨®n es ¡°seguir empujando en busca de medidas de acci¨®n positiva en los convenios colectivos y los protocolos contra el acoso sexual y por raz¨®n de sexo en el trabajo. Y seguir trabajando para que las v¨ªctimas de violencia de g¨¦nero se encuentren cubiertas por pol¨ªticas activas de empleo y que respondan a su desarrollo sociolaboral, porque la autonom¨ªa y la independencia econ¨®mica siguen siendo fundamentales a la hora de poder tomar decisiones en la vida personal¡±.
5. Demostrar que ¡°si nosotras paramos, se para el mundo¡±
El 49,6% de la poblaci¨®n mundial son mujeres. La mitad. La intenci¨®n con las movilizaciones y los paros del 8 de marzo en nuestro pa¨ªs es hacer visible, a trav¨¦s de la ausencia, cu¨¢nto necesita el sistema a las mujeres para funcionar. No se trabaja, no se cuida, no se va a las aulas y tampoco se consume (sobre todo los art¨ªculos gravados con la denominada tasa rosa, productos de higiene femenina que en Espa?a, a excepci¨®n de Canarias donde se acaba de eliminar este impuesto, tienen un IVA del 10%, equiparable al de los productos de lujo). De nuevo un ejemplo que se toma de las islandesas, que marcaron el precedente en los paros totales de mujeres en 1975. El 90% de ellas salieron a las calles y dejaron de trabajar fuera y dentro del hogar en se?al de protesta por la desigualdad. Y ese ¡®D¨ªa Libre de las Mujeres¡¯ se ha repetido hasta cuatro veces m¨¢s a lo largo de su historia.
¡°Aqu¨ª se har¨¢n performances en las calles, caceroladas en los barrios, se colgar¨¢n delantales de los balcones el d¨ªa 8 para dar visibilidad a la huelga de trabajo dom¨¦stico y de cuidados¡±, explican desde Comisi¨®n 8M. Y en los diferentes vecindarios se facilitar¨¢n puntos para que puedan acudir a dejar a los ni?os todas aquellas mujeres que se quieran sumar y no cuenten con ayuda en su entorno m¨¢s cercano. Es justo en este aspecto en el que los hombres que tambi¨¦n quieran secundar la huelga en su puesto de trabajo pueden contribuir, apoyando pero desde un segundo plano y realizando las tareas que ellas suelen encarnar.
6. Decir ¡®basta¡¯ a la cultura patriarcal
Cuando es la propia lengua espa?ola la que tacha a las mujeres de ¡°f¨¢ciles¡± o las sigue encuadrando dentro del ¡°sexo d¨¦bil¡± (as¨ª lo recoge el DRAE, a pesar de las acotaciones), no resulta dif¨ªcil imaginar que una sociedad construida sobre esos c¨®digos tienda a posicionar a la mujer en un segundo plano. Desde Comisi¨®n 8M defienden ¡°el fin de una educaci¨®n que nos sigue invisibilizando¡±. Acabar con un trato discriminatorio y despectivo que se acarrea desde hace siglos. El acceso a la universidad estuvo vetado hasta 1910, el voto femenino no llegar¨ªa hasta 1931 y la legitimaci¨®n de libre decisi¨®n sobre el propio cuerpo con la Ley del Aborto no llegaba a nuestro pa¨ªs hasta 2010 (a pesar de los posteriores esfuerzos del gobierno de Rajoy por reformarla). Algunos ejemplos de que el camino para derribar este mal sist¨¦mico es largo.
7. Reescribir la historia
¡°Estamos ante un aut¨¦ntico desborde feminista. La reacci¨®n de cada vez m¨¢s mujeres que dicen basta al machismo y que se manifiestan de una forma feroz¡±, dicen desde la Comisi¨®n del 8M. Una cuarta ola que se caracteriza por el ciberactivismo, gracias al cual la convocatoria de estas manifestaciones y huelgas est¨¢ calando en muchas personas. ¡°Esta huelga es un verdadero proceso de creaci¨®n y afianzamiento del feminismo. El movimiento hoy es tan fuerte que cuando llega a un espacio, a una persona, ya no hay vuelta atr¨¢s. Y lo m¨¢s importante es que este desborde no se limita a un solo d¨ªa, esto no termina el 8 de marzo. Queremos que el movimiento feminista deje de ser necesario¡±.