Renovarse o morir: los dise?adores abandonan la pasarela de Nueva York

Delpozo desped¨ªa el a?o anunciando que cambiar¨¢ Nueva York por Londres. A pesar de haber desfilado durante diez temporadas en la Gran Manzana, la casa capitaneada por Josep Font abandona la Semana de la Moda neoyorquina para tomar un nuevo rumbo. No es la ¨²nica. Desigual, otra de las firmas espa?olas que sol¨ªa representarnos al otro lado del charco, tampoco figura en el calendario oficial de la edici¨®n que est¨¢ a la vuelta de la esquina. A estas dos bajas nacionales hay que sumar las de otras tantas firmas que se han ido cayendo los ¨²ltimos d¨ªas: ...

Delpozo desped¨ªa el a?o anunciando que cambiar¨¢ Nueva York por Londres. A pesar de haber desfilado durante diez temporadas en la Gran Manzana, la casa capitaneada por Josep Font abandona la Semana de la Moda neoyorquina para tomar un nuevo rumbo. No es la ¨²nica. Desigual, otra de las firmas espa?olas que sol¨ªa representarnos al otro lado del charco, tampoco figura en el calendario oficial de la edici¨®n que est¨¢ a la vuelta de la esquina. A estas dos bajas nacionales hay que sumar las de otras tantas firmas que se han ido cayendo los ¨²ltimos d¨ªas: Public School, una de las m¨¢s urbanas y vanguardistas de Manhattan, cambia los desfiles por ?una experiencia m¨¢s directa con el consumidor?; Alexander Wang se descuelga de la cita oficial para presentar, por su cuenta, un show en junio y otro en diciembre; y hasta Victoria Beckham se marchar¨¢ de la ciudad de los rascacielos  ¨Cde forma puntual, eso s¨ª¨C para presentar la colecci¨®n del d¨¦cimo aniversario de su marca en su tierra natal.

Antes de esta estampida, ya hab¨ªan renegado de Nueva York otras tantas marcas el a?o pasado. Rodarte abri¨® camino mud¨¢ndose a Par¨ªs para desfilar durante la Semana de la Alta Costura y Proenza Schouler, Thom Browne y Altuzarra siguieron sus pasos alej¨¢ndose del epicentro de la moda estadounidense. Parece que ni los desfiles anti-Trump, que tantos titulares acapararon el pasado mes de septiembre, ni su apuesta por la diversidad (el 36,9% de las modelos en la ¨²ltima edici¨®n fueron de etnias diferentes a la blanca, seg¨²n Fashion Spot) han salvado de la crisis a la Semana de la Moda neoyorquina.

Teniendo en cuenta que esta cita supone unos ingresos de 900 millones de d¨®lares para Manhattan y que la industria de la moda en la Gran Manzana da a empleo a 180.000 personas, las bajas en el calendario preocupan a la industria y son indicativas de la necesidad de una renovaci¨®n. Sin duda, que nombres tan importantes como Rodarte, Altuzarra o Delpozo se hayan desvinculado de la pasarela estadounidense podr¨ªa afectar a la asistencia de la prensa internacional, la repercusi¨®n y las ventas. El Consejo de la Moda Estadounidense (CFDA) no ha tardado en reaccionar y ya planea crear un calendario de desfiles en torno a las colecciones previas: Crucero en junio o julio y Pre-fall en diciembre o enero. ?Ser¨¢ suficiente para que Nueva York recupere el t¨ªtulo de capital de la moda que ahora mismo pende de un hilo?

Los motivos por los que muchas firmas est¨¢n abandonando Manhattan son variados. Algunas como Rodarte o Altuzarra la han reemplazado por Par¨ªs, que es tradicionalmente la gran ciudad de la moda, la cita que cierra el calendario de desfiles y la que m¨¢s prestigio aporta a las firmas que desfilan bajo su paraguas. Muchos compradores que no asisten a la fashion week neoyorquina s¨ª est¨¢n en la capital francesa, por lo que las marcas pueden aumentar sus ventas. Adem¨¢s, la F¨¦d¨¦ration de la Haute Couture et de la Mode ¨Cel organismo que se encarga de regular la Alta Costura¨C ha facilitado el trasvase habilitando un d¨ªa dedicado al pr¨ºt-¨¤-porter dentro de su calendario. Tanto es as¨ª que, seg¨²n apunta la publicaci¨®n especializada The Fashion Law, la Federaci¨®n incluso est¨¢ invitando activamente a diversas firmas a participar en este evento y posiblemente dando soporte econ¨®mico a sus desfiles, algo a lo que es dif¨ªcil negarse en el caso de dise?adores independientes que no pertenecen a grandes conglomerados.

En el caso de Desigual, la firma no estar¨¢ presente en la fashion week neoyorquina del pr¨®ximo febrero porque dedicar¨¢ sus esfuerzos a la presentaci¨®n de Undress, un proyecto de charlas y workshops en Madrid. ?Vamos a centrarnos en eventos locales en nuestras ciudades clave pensando siempre en el consumidor final. Adem¨¢s, en el caso de Espa?a, contamos con el proyecto Undress que transcurrir¨¢ durante la MBFWM y reunir¨¢ a reconocidos profesionales y artesanos que analizar¨¢n las claves de la identidad de nuestra moda y los retos de futuro para competir en un mercado global?, seg¨²n explican en una nota de prensa de la marca. Delpozo sustituye Nueva York por Londres coincidiendo con su expansi¨®n internacional (ya tiene tienda en la capital brit¨¢nica y pronto abrir¨¢ en Dub¨¢i) y se suma as¨ª al esp¨ªritu rom¨¢ntico de firmas como Erdem, Emilia Wickstead, Molly Goddard o Roksanda, que desfilan en la London Fashion Week.

Andreas Melbostad, director creativo de Diesel, explicaba a nuestra compa?era Patricia Rodr¨ªguez por qu¨¦ hab¨ªa decidido cambiar la Semana de la Moda neoyorquina por la de Mil¨¢n: ?Hemos visto que Mil¨¢n est¨¢ atravesando un momentum muy bueno en estos a?os y para nosotros, como empresa, est¨¢ m¨¢s cerca de casa por lo que resulta m¨¢s pr¨¢ctico y log¨ªsticamente m¨¢s ¨²til. Estudiamos tambi¨¦n la situaci¨®n en t¨¦rminos de prensa y compradores y nos dimos cuenta de que pod¨ªamos impactar en una audiencia m¨¢s internacional?. De sus declaraciones deducimos que la cercan¨ªa y la buena salud de las semanas de la moda europeas pueden ser otros motivos importantes por los que muchas firmas, m¨¢s si no son americanas, prefieran despedirse de Nueva York.

La crisis que atraviesa el concepto de desfile en s¨ª mismo tambi¨¦n pone en jaque el calendario oficial de la NYFW. Cada vez m¨¢s firmas prefieren sustituirlo por el formato presentaci¨®n, los eventos dirigidos al consumidor final y las ventas (como ha argumentado Public School), las performances (como suele hacer Opening Ceremony) o los shows fuera de temporada (los desfiles Crucero y Pre-fall cada vez reciben m¨¢s atenci¨®n, son m¨¢s espectaculares, mueven m¨¢s dinero y copan m¨¢s titulares). Si a eso le sumamos la tendencia de muchas marcas por presentar lo que van a vender a continuaci¨®n sin dejar que pasen los seis meses de rigor ¨Csee now, buy now¨C, las temporadas tradicionales de febrero y septiembre tambi¨¦n pierden fuelle.

Si bien esto podr¨ªa afectar a otras semanas de la moda, est¨¢ haciendo mella especialmente en Nueva York porque su calendario no termina de competir con los europeos. Hay demasiados desfiles y eventos aglutinados y muchas marcas j¨®venes que quiz¨¢ deber¨ªan desfilar en otro tipo de eventos. ?Lo suyo ser¨ªa hacer un calendario de shows que realmente rivalicen con los hom¨®logos europeos, en lugar de parecer una cita ben¨¦fica para marcas muy j¨®venes y futuras promesas que son objetivamente m¨¢s adecuadas para ferias comerciales o eventos fuera de temporada?, afirman en The Fashion Law. Parece que la Gran Manzana tiene un gran reto por delante si quiere sobrevivir a la estampida de dise?adores que la han abandonado. Renovarse o morir. No hay otra opci¨®n.