Rotas, inacabadas o imperfectas: el ¡®boom¡¯ de las joyas y prendas que parecen ¡®mal hechas¡¯
En plena era de la perfecci¨®n artificial surge como r¨¦plica una oda al defecto. Ocurre sobre todo en joyer¨ªa, pero tambi¨¦n en moda y decoraci¨®n: cada vez son m¨¢s la firmas que defienden acabados desiguales que ya son objeto de deseo.
En plena dictadura de la excelencia artificial, esa que borra los poros del rostro (y casi cualquier signo de humanidad) a base de filtros, surge como r¨¦plica una oda al defecto. Ocurre sobre todo en joyer¨ªa, pero tambi¨¦n en moda y decoraci¨®n: cada vez son m¨¢s la firmas que defienden acabados desiguales que parad¨®jicamente, resultan arm¨®nicos y ya son objeto de deseo.
Buen ejemplo son los anillos, colgantes y pendientes de firmas como la brit¨¢nica...
En plena dictadura de la excelencia artificial, esa que borra los poros del rostro (y casi cualquier signo de humanidad) a base de filtros, surge como r¨¦plica una oda al defecto. Ocurre sobre todo en joyer¨ªa, pero tambi¨¦n en moda y decoraci¨®n: cada vez son m¨¢s la firmas que defienden acabados desiguales que parad¨®jicamente, resultan arm¨®nicos y ya son objeto de deseo.
Buen ejemplo son los anillos, colgantes y pendientes de firmas como la brit¨¢nica Alighieri, que inpir¨¢ndose en la Divina comedia de Dante ha logrado sentar precedente poniendo de moda las joyas de apariencia manual (no en vano est¨¢n hechas a mano, claro) e irregular. Aunque desde tiempos inmemoriales se han creado piezas decorativas con alergia al acabo pulcro y perfecto, lo que para muchas madres ser¨ªa una joya ¡®mal hecha¡¯ se convierte ahora en una forma de diferenciarse de la joyer¨ªa m¨¢s cl¨¢sica creando una identidad reconocible y sentando precedente.
?La perfecci¨®n no existe de forma natural. Por eso no queremos evocar nada ficticio en lo que hacemos?, explican desde la firma joyera espa?ola Simuero, el mejor ejemplo nacional de esta tendencia. En la misma l¨ªnea que los aclamados dise?os de las menionada Alighieri, la tambi¨¦n brit¨¢nica Completedworks, la n¨®rdica Bj?rg Jewellery o la australiana Amber Sceats, ha logrado hacerse un hueco en el mercado a base de anillos ligeramente deformados o medallones que aluden a la erosi¨®n marina sobre la arena. ?En esta era de la perfecci¨®n ficticia las personas anhelamos m¨¢s contacto con objetos y lugares reales, bellos por sus diferencias?, aluden Jorge Ros y Roc¨ªo Gallardo, al frente de la marca.
El auge y puesta en valor del trabajo artesanal y manual, con sus peque?as diferencias que hacen de cada pieza algo ¨²nico, tambi¨¦n explica el furor por los objetos que rechazan la uniformidad industrial. As¨ª lo consideran desde Dos Studio, detr¨¢s de una colecci¨®n de platos compuestos por fragmentos de otros. ?Nos aburre lo correcto: lo imperfecto tiene una carga de belleza mayor?, cuentan desde la marca. Sus platos decorativos est¨¢n creados a partir de otros antiguos siguiendo la t¨¦cnica japonesa Kintsugi, que consiste en utilizar laca para reparar menaje. El resultado es tan abrupto como las creaciones de la marca de tazas y objetos de decoraci¨®n m¨¢s venerada de Instagram, Bettunika. Sin necesidad de una tienda ni f¨ªsica ni online (solo aceptan pedidos por mensaje privado), la artista danesa Betina J?rgensen consigue agotar sus peque?os jarrones, tacitas de t¨¦ y dem¨¢s menaje cada vez que saca un modelo nuevo. ?La clave del ¨¦xito? Podr¨ªa parecer que los ha hecho un ni?o de seis a?os.
?En este momento en el que es muy f¨¢cil lograr la perfecci¨®n mediante la edici¨®n de fotos, las producciones digitales o las cirug¨ªas pl¨¢sticas, se produce como respuesta una demanda creciente de lo real y lo aut¨¦ntico?, reflexiona J?rgensen por correo electr¨®nico. Sus piezas no solo son irregulares en la estructura, tambi¨¦n en la ornamentaci¨®n: l¨ªneas torcidas, margaritas garabateadas o lunares desiguales, todo en colores pastel, han convertido sus creaciones en las predilectas no solo deinfluencers, sino de todo aquel que busca la singularidad, el impacto y la exclusividad. ?Ya no queremos art¨ªculos en serie que tenga todo el mundo. Queremos cantidades m¨¢s peque?as de art¨ªculos ¨²nicos y personales hechos con amor?. Por eso jam¨¢s repite una pieza una vez se ha agotado ni acepta encargos.
Algo similar est¨¢ ocurriendo en la industria de la moda, en la que cotiza al alza todo aquello que huela a artesanal, manual y ¨²nico. Los grandes y coloridos c¨¢rdigans de punto de Hope Macaulay, que potencian el acabado handmade, son un buen ejemplo. ?Algunos de mis dise?os favoritos han nacido por accidente. Siempre parto de la fantas¨ªa y el surrealismo para crear prendas donde la mezcla de color es muy importante y el acabado muy libre, perfectamente imperfecto?, explica la dise?adora. Su ¨¦xito radica, seg¨²n opina, en ofrecer a sus clientes ropa que no pueden conseguir en ninguna tienda a pie de calle. ?Adem¨¢s saber apreciar aprecian el tiempo, el cuidado y el amor que dedico a cada una de ellas, ya que est¨¢n hechas a mano?.
Esta tendencia de celebrar y encumbrar el defecto pasa incluso por la reparaci¨®n de prendas sin disimulo. Zurcidos, parches y remiendos que, lejos de querer pasar desapercibidos, dejan bien a la vista los cambios de color del hilo, el tejido o la textura para reivindicar ese arreglo textil que dej¨® de estar bien visto con la irrupci¨®n de la moda r¨¢pida (?para qu¨¦ arreglar una camiseta que ha costado siete euros cuando se puede comprar una nueva incluso por menos?). Es ahora cuando la conciencia medioambiental llama a recuperar las t¨¦cnicas de nuestras abuelas mostrando con orgullo las cicatrices. Artistas como Molly Martin, autora del libro?The Art of Repair (Short Books), o Celia Pym, han hecho de la reparici¨®n el punto de partida de sus dise?os. No cabe duda que dentro de la moda y tambi¨¦n fuera de ella, no corren buenos tiempos para los que se empe?an en ocultar los defectos aferr¨¢ndose a una perfecci¨®n ficticia que, si bien se ha instalado en nuestras vidas y nuestros tel¨¦fonos para rato, empieza a aumentar ¨Cy sumando¨C su legi¨®n de detractores.