Si es feo, se lleva
Chanclas de piscina con calcetines, ch¨¢ndals, referencias a la comida basura¡la tendencia de las ¨²ltimas temporadas encumbra los objetos ¡®demasiado¡¯ cotidianos.
Siguiendo con la t¨®nica de abrir su l¨ªnea editorial a los intereses masivos, Vogue no s¨®lo ha colocado a Kim Kardashian en su portada, tambi¨¦n ha realizado un editorial que pone en com¨²n dos de los elementos m¨¢s demandados de la era internet: los gatitos y las zapatillas de deporte. Bajo el t¨ªtulo Cats and flats, la publicaci¨®n de moda m¨¢s importante del mundo ha hecho oficial lo que ya sab¨ªamos todos: la era del tac¨®n alto y el zapato escult¨®rico ha pasado a mejor vida. No deja de resujltar extra?o, sin embargo, que Vogue decida dedicar un reportaje al calzado m¨¢s plano e informal ...
Siguiendo con la t¨®nica de abrir su l¨ªnea editorial a los intereses masivos, Vogue no s¨®lo ha colocado a Kim Kardashian en su portada, tambi¨¦n ha realizado un editorial que pone en com¨²n dos de los elementos m¨¢s demandados de la era internet: los gatitos y las zapatillas de deporte. Bajo el t¨ªtulo Cats and flats, la publicaci¨®n de moda m¨¢s importante del mundo ha hecho oficial lo que ya sab¨ªamos todos: la era del tac¨®n alto y el zapato escult¨®rico ha pasado a mejor vida. No deja de resujltar extra?o, sin embargo, que Vogue decida dedicar un reportaje al calzado m¨¢s plano e informal (y a los protagonistas de Instagram), por mucho que el p¨²blico disfrute con ellos.
Pero el auge de las prendas y accesorios inspirados en el deporte es s¨®lo la punta del iceberg de una macrotendencia generalizada. A la moda de las pr¨®ximas temporadas le interesan, curiosamente, todos los elementos que ha rechazado durante d¨¦cadas por considerarlos de mal gusto, demasiado populares o impropios de un ¨¢mbito donde la sofisticaci¨®n prima muy por encima de la funcionalidad.
El ¨²ltimo editorial de Vogue Usa mezcla dos elementos tan dispares (y poco habituales en la revista) como los gatos y las zapatillas de deporte
Vogue.com
Karl Lagerfeld, autor de perlas como ¡°un ch¨¢ndal es un signo de derrota. Cuando pierdes el control de tu vida, te compras un ch¨¢ndal¡±, calz¨® con deportivas (de tenis, eso s¨ª, para no perder el aura elitista) a sus modelos en el pasado desfile de Alta Costura de Chanel. Para el de pr¨ºt ¨¤ porter, se decant¨® por un supermercado, un espacio al que sus clientas m¨¢s fieles seguramente est¨¦n poco habituadas. Cerraba el desfile Cara Delevingne, vestida con un crop top y unas mallas rosas agujereadas que se acercaban m¨¢s a lo que entendemos por un ch¨¢ndal que al cl¨¢sico tailleur de la firma francesa.
El recurso al supermercado ya lo puso en pr¨¢ctica Moschino en su desfile masculino de primavera de 2012. La firma italiana, sin embargo, basa su identidad en reformular a golpe de ironia los s¨ªmbolos m¨¢s obvios de la cultura popular, as¨ª que era casi de esperar que los modelos aparecieran con blazers estampadas como envases de detergente entre estanter¨ªas atestadas de botes de tomate. En esta ocasi¨®n, Jeremy Scott, su flamante director creativo, ha dado rienda suelta a su vertiente iconoclasta fundiendo el logo de la marca con el famos¨ªsimo emblema de Mcdonalds. Nada incoherente dentro de la trayectoria del dise?ador y de la propia Moschino, si no fuera porque hac¨ªa a?os que una prenda de la casa no se convert¨ªa en un s¨²perventas presente en todas las revistas de moda. ?Por qu¨¦ ahora?
El logo de Moschino que imita al de Mcdonalds ha logrado que la firma italiana vuelva a convertirse en protagonista
Cor
En su columna semanal en el diario The Guardian, Hadley freeman habla de la reciente obsesi¨®n de la industria hacia la iconograf¨ªa de la comida basura. De las sudaderas de Scott a las cajas de comida china en forma de bolso de Charlotte Olympia. ¡±Se trata, por supuesto, de una moda que celebra lo mundano y desaprueba la creencia general de que se trata de un ¨¢mbito elitista¡±, afirma Freeman. Aunque dicho mensaje esconde otro mucho m¨¢s inquietante. ¡°Parece sacado de la segunda parte de Zoolander, con modelos desfilando vestidas de envoltorio de chocolatina para el disfrute de celebridades y profesionales que no las comen desde 1995¡±, contin¨²a el texto.
Los¡± bolsos-basura¡± que llevaron las modelos en el desfile de Lanvin para esta primera parecen incluso una cita expl¨ªcita a la pel¨ªcula de Ben Stiller, en la que se retrataba una colecci¨®n basada en la indumentaria de los vagabundos. La misma inspiraci¨®n le vali¨® a Galliano hace m¨¢s de d¨¦cada la amonestaci¨®n de medios y clientela. En aquella ocasi¨®n su referencia al mundo de los clochards parisinos era mucho m¨¢s acentuada. Y quiz¨¢ eran otros tiempos, poco habituados a que las altas esferas de la moda ironizaran con los bajos fondos.
Porque nadie puede negar que los elementos de la cultura (muy) popular e incluso de lo que durante a?os se ha tachado de ¡°hortera¡± est¨¢ inspirando al lujo a todos los niveles. Basta con echar un vistazo al calzado del pr¨®ximo verano, que, junto a las deportivas, encumbra a las chanclas de piscina o a las sandalias Birkenstock a la categor¨ªa de objetos de lujo. O a las colecciones de DKNY y Alexander Wang, que tiran de algo tan denostado en los ¨²ltimos tiempos como los logos ¨C una vuelta al emblema liderada por las sudaderas de Kenzo, el ¨²ltimo gran ¨¦xito de la moda reciente. El nombre de la marca estampado bien grande es, precisamente, lo que le ha valido a la firma Hood By Air la nominaci¨®n al premio LVMH, el emporio del lujo por excelencia.
Los bolsos de Lanvin imitan en la forma a una bolsa de basura
Cordon Press
Zapatillas, ch¨¢ndals, logotipos, chanclas, referencias a la comida basura¡la moda siempre ha enriquecido su imaginario con esa estrategia que los soci¨®logos llaman trickle up, es decir, tomando c¨®digos y elementos surgidos en las calles y reformul¨¢ndolos hasta convertirlos en protagonistas de pasarela y, por extensi¨®n, en objetos de deseo con precios de m¨¢s de tres cifras. El caso m¨¢s citado es el del movimiento punk, ocurri¨® recientemente con la revisitaci¨®n del grunge e incluso las sneakers tuvieron su momento de esplendor durante los a?os ochenta. Hoy la industria tiene la d¨¦cada de los noventa en su punto de mira, y quiz¨¢ sea ese el motivo por el que los logotipos y las chanclas ocupan portadas. Sin embargo, resulta extra?o que esta ¡°mitificaci¨®n de lo callejero¡± alcance a iconos tan dispares como Courtney Love, los envoltorios de hamburguesas, el supermercado, el clich¨¦ del turista que lleva sandalias con calcetines? la se?ora cubierta de logos y la joven ¡°hortera¡± que lleva un abrigo encima del ch¨¢ndal. Como si no bastara con inspirarse en un elemento de la cultura masiva,? todo lo considerado contrario al estilo marca actualmente la pauta en algunas de las marcas mas sofisticadas y elitistas.
?Ruptura de prejuicios? Probablemente, pero cargada de iron¨ªa. Al fin y al cabo, este intento generalizado por bajar la mirada hacia lo masivo, incluso hacia lo denostado, no tiene repercusi¨®n en los precios. La industria reinterpreta a su manera lo que vive alejado de ella, experimenta con c¨®digos contrarios, pero siempre los traduce a su lenguaje.
Alexa Chung con bolso de Vuitton y sandalis Birkenstock, la extra?a combinaci¨®n que marca la pauta de este pr¨®ximo verano
Cordon Press
El resultado, al menos, no deja lugar a dudas: Ya existen editoriales que retratan las chanclas de piscina de Adidas (por no hablar de las celebridades que las combinan con vestdos), Carolina de M¨®naco se ha calzado unas deportivasmarca Chanel para asistir al Baile de la Rosa y la colecci¨®n de Moschino es quiz¨¢ una de las m¨¢s rese?adas de la temporada. Parad¨®jicamente, lejos de convertirse en una industria m¨¢s abierta y masiva, la moda se vuelve m¨¢s aspiracional cuando se inspira en la calle: las famosas se pelean por llevarla, la prensa se hace eco de la estrategia y el p¨²blico, a fuerza de ver las prendas, acaba reconoci¨¦ndo la marca de la que proceden y, como comenta Freeman, "sinti¨¦ndose identificado" No deja de ser ir¨®nico que la moda sea capaz de desdecirse e inspirarse en lo que durante a?os ha criticado. Y , sobre todo, que sean sus propios clientes los que la convierta? en un ¨¦xito.
Los bolsos se convierten en mochilas y los estampados en sucesiones de logotipos.
Cordon Press