Silicon Valley, ese lugar donde se puede ir a trabajar en chanclas
Hablamos con trabajadores de la cuna de la tecnolog¨ªa para entender mejor el modo de vestir de los techies
San Francisco (California).¡ª Forro polar de North Face, vaqueros y zapatillas para correr. Estamos en Silicon Valley y ¨¦ste es, con variantes, el uniforme com¨²n de los trabajadores tecnol¨®gicos. En un valle donde no es dif¨ªcil llegar a cobrar un sueldo anual de seis cifras, la moda, como se entiende desde las revistas de tendencias, carece de total importancia. Cada uno, desde el CEO hasta el ingeniero, se viste como le da la gana.
?Por qu¨¦ en la cuna de la tecnolog¨ªa no est¨¢ mal visto ir a trabajar en chanclas? ?De d¨®nde viene este gusto por acudir al trabajo con ropa de andar por ...
San Francisco (California).¡ª Forro polar de North Face, vaqueros y zapatillas para correr. Estamos en Silicon Valley y ¨¦ste es, con variantes, el uniforme com¨²n de los trabajadores tecnol¨®gicos. En un valle donde no es dif¨ªcil llegar a cobrar un sueldo anual de seis cifras, la moda, como se entiende desde las revistas de tendencias, carece de total importancia. Cada uno, desde el CEO hasta el ingeniero, se viste como le da la gana.
?Por qu¨¦ en la cuna de la tecnolog¨ªa no est¨¢ mal visto ir a trabajar en chanclas? ?De d¨®nde viene este gusto por acudir al trabajo con ropa de andar por casa? Hablamos con trabajadores de Silicon Valley para que nos den alguna pista, que nos ayude a entender mejor el modo de vestir de los techies, un gremio donde la moda es un mundo aparte.
Gonzalo Cordero es gaditano y lleva trabajando cuatro a?os como Ingeniero Software Senior en Yahoo. Para ¨¦l, la clave de la indumentaria en el Valley est¨¢ en la comodidad. ¡°?Te acuerdas de la escena de La Red Social, en la que Zuckerberg firma su primer contrato con el pantal¨®n del pijama y en chanclas? Pues las cosas por aqu¨ª son as¨ª. Y no solo chanclas. Tambi¨¦n chanclas con calcetines blancos. Aqu¨ª lo ¨²nico que importa es la materia gris, los conocimientos y creatividad que puedas poner encima de la mesa. La imagen cuenta poco. Tienes plena libertad para vestirte como quieras. Es una especie de pacto. Ellos te dan todas las facilidades para que te sientas c¨®modo y no te ponen reglas. Y t¨², a cambio, les das a ellos lo mejor de ti mismo¡±.
Cordero, que tiene los brazos tatuados, algo que en otros trabajos podr¨ªa suponer un problema, se define como ¡°una excepci¨®n¡± porque a ¨¦l la moda s¨ª le interesa. ¡°A m¨ª s¨ª me gusta la moda. De hecho, yo antes de ir a trabajar por las ma?anas me tomo mi tiempo para elegir lo que me voy a poner. Digamos que no me interesan los dise?adores m¨¢s conocidos. Lo que me gusta no tiene nada que ver con un traje de Armani. Pero todos nos inspiramos en algo y seguimos ciertas tendencias. Mi caso no es com¨²n en el mundo de la tecnolog¨ªa. (¡) Bueno, en las startups de San Francisco la gente tiene m¨¢s gusto a la hora de vestir. Pero lo que yo veo aqu¨ª todos los d¨ªas es, ya sabes, mucho North Face, zapatillas de correr y tambi¨¦n se empiezan a ver las Vibram, estos zapatos de cinco dedos que parece que vas descalzo¡±.
Aunque la imagen que todos tenemos del techie es siempre muy sport, Cordero insiste en que es mejor no generalizar demasiado porque es un mundo muy heterog¨¦neo. ¡°Se ven muchos indios con los trajes tradicionales de su pa¨ªs, por ejemplo. Hay mucho respeto. No solo por la nacionalidad, raza y religi¨®n sino por la elecci¨®n de c¨®mo vestirse. Y no te pases de listo haciendo un comentario sobre la forma de vestir de otro porque te puedes meter en un l¨ªo¡±, concluye.
Est¨¢ claro que la moda en el Valley no es la que vemos en las revistas especializadas. Pero s¨ª hay ciertas cosas que cada a?o son tendencia. Esta temporada, por ejemplo, pegan con fuerza las camisas de cuadros de tipo le?ador. Fue lo m¨¢s visto en el Festival South by Southwest, donde se presentaron hace unos d¨ªas las ¨²ltimas novedades del sector.
Seg¨²n The New York Times, los calcetines de colorines (los t¨ªpicos con rayas, con lunares o con dibujos varios) son ya una prueba de que has entrado en una empresa en la que se est¨¢ desarrollando lo ¨²ltimo en tecnolog¨ªa. Y ?c¨®mo es que se sabe qu¨¦ tipo de calcetines llevan los trabajadores? Pues porque muchos de ellos se descalzan para estar m¨¢s c¨®modos. Pero no es algo que hagan solo los empleados. Sergey Brin, co-fundador de Google y cuya fortuna ronda los 18.700 millones de d¨®lares, no tuvo ning¨²n problema en 2010 en dirigirse a la prensa en calcetines y vestido de ciclista.
Una vez que ya has entrado en este mundo parece obvio que puedes ponerte lo que te venga en gana. Pero, ?qu¨¦ pasa cuando est¨¢s intentado conseguir un trabajo?? Marcos Iglesias es de Ponferrada y durante a?os ha trabajado como ingeniero FrontEnd en Barcelona. Ha dejado Espa?a porque la situaci¨®n laboral es inaceptable. Lleva un mes haciendo entrevistas en Silicon Valley. ¡°Acudo a las entrevistas vestido informal y con barba. Cr¨¦eme, no est¨¢n interesados en c¨®mo me visto. Por lo general, aqu¨ª la moda es como si no existiera. En otros trabajos la imagen es la carta de presentaci¨®n, aqu¨ª he observado que lo que cuenta, en la primera impresi¨®n, es la tecnolog¨ªa. Una empresa mal equipada, aunque sea una startup, da muy mala imagen. Si vas en serio, dotas a tus trabajadores con los mejores equipos. En Espa?a, sobre todo haciendo proyectos para bancos, recuerdo que hab¨ªa que cuidar el modo en que nos vest¨ªamos. Sin embargo, los ordenadores eran mucho m¨¢s mediocres. Aqu¨ª es todo lo contrario¡±.
Adem¨¢s de la comodidad, hay otra regla de oro en la vestimenta de la industria tecnol¨®gica: la ausencia casi total del traje y corbata. Seg¨²n Francisco Tossi, argentino y consultor en Frost & Sullivan, un factor que podr¨ªa influir en que el dress code sea tan informal es que estamos ante una industria muy joven. ¡°Se trata de un negocio con mucha gente joven y, por lo general, a los j¨®venes no nos gusta ir en traje. Adem¨¢s, ¨¦ste es un negocio muy poco encorsetado y el traje y la corbata significan precisamente lo contrario. Es importante tambi¨¦n que tengamos en cuenta que muchos trabajadores desempe?an sus tareas desde su casa, desde la cafeter¨ªa, desde el tren o desde el avi¨®n. La comodidad es fundamental en estos casos (¡) Pero ir casual no significa ir mal. Tambi¨¦n hay gente aqu¨ª en Palo Alto que se viste bien¡±.
Sergey Brin, con su ropa de ciclista, junto a Larry Page y Eric Schmidt.
Cordon Press
?C¨®mo viste la mujer de Sillicon Valley?
La cuna de la tecnolog¨ªa es todav¨ªa un mundo de hombres. Sorprende que estas empresas sean muy modernas para otras cosas, pero no para la paridad. En Apple, sin ir m¨¢s lejos, no hay ninguna mujer en los puestos ejecutivos.
Las que s¨ª han logrado un puesto en el Valley parecen seguir la corriente de la comodidad, pero cuidando mucho m¨¢s su imagen. ¡°Las mujeres, en general, se arreglan m¨¢s que los hombres. Pero por lo que he visto tambi¨¦n tienden a ir c¨®modas, aunque yo dir¨ªa que ciudan un poco m¨¢s su manera de vestir¡±, asegura Iglesias.
Para Tossi, la mujer es m¨¢s coqueta y eso se nota. "Yo definir¨ªa el estilo de la mujer que trabaja en tecnolog¨ªa como 'informal de negocios'. Aunque hay excepciones. Carly Fiorina, por ejemplo, que fue Directora Ejecutiva de Hewlett-Packard durante seis a?os, era reconocida por tener un gran sentido de la est¨¦tica".
De entre todas ellas, destaca Marissa Mayer, la vicepresidenta de Servicios Locales de Google. Mayer es fan de los vestidos, el color y los tacones. Fue nombrada Mujer Glamour del a?o en 2009 y se ha dejado ver alguna vez con Anna Wintour. Aprovechando su buena imagen, Google la ha escogido como una de las caras m¨¢s visibles de la compa?¨ªa, representando al gigante ante la prensa y en la mayor¨ªa de eventos de la industria. La revista Fortune la ha nombrado como una de las 50 mujeres m¨¢s poderosas del mundo y la responsabiliza del gran ¨¦xito de Gmail y Google Search. Mayer es la prueba de que el estilo, la inteligencia y la profesionalidad no tienen por qu¨¦ estar re?idos.
Anna Wintour con Marissa Mayer, de Google.
Cordon Press
Un d¨ªa cualquiera en la vida de Mark Zuckerberg.
Cordon Press