?No dejar¨¦ que un asqueroso me robe el amor por la gimnasia?: el documental de Netflix que narra el mayor esc¨¢ndalo sexual de la historia del deporte
La mejor gimnasta de la historia ha denunciado al Comit¨¦ Ol¨ªmpico de Estados Unidos por encubrir a Larry Nassar, el m¨¦dico que abus¨® sexualmente de m¨¢s de 500 j¨®venes ante la impasibilidad de los federativos. Su demanda coincide con el estreno de ¡®Gimnasta A¡¯, el documental de Netflix que ahonda en la lucha de las deportistas para que se haga justicia.
Mientras las mayores estrellas del deporte ol¨ªmpico centran su concentraci¨®n y esfuerzos en los Juegos de Tokio 2021, Simone Biles compagina los dur¨ªsimos entrenamientos con la b¨²squeda de justicia. La gimnasta de Ohio, considerada como la mejor de la historia, ha inscrito su nombre junto con otras 140 supervivientes en una demanda contra el Comit¨¦ Ol¨ªmpico y Paral¨ªmpico de Estados Unidos por los actos...
Mientras las mayores estrellas del deporte ol¨ªmpico centran su concentraci¨®n y esfuerzos en los Juegos de Tokio 2021, Simone Biles compagina los dur¨ªsimos entrenamientos con la b¨²squeda de justicia. La gimnasta de Ohio, considerada como la mejor de la historia, ha inscrito su nombre junto con otras 140 supervivientes en una demanda contra el Comit¨¦ Ol¨ªmpico y Paral¨ªmpico de Estados Unidos por los actos de Larry Nassar, el m¨¦dico condenado en 2018 por abusar sexualmente de cientos de mujeres. Habiendo rechazado ya un acuerdo por valor de 192 millones de euros para cerrar el caso, las gimnastas acusan a los directivos de la entidad de ser c¨®mplices de sus cr¨ªmenes. El acto de Biles ¨Cque declarar¨¢ ante los tribunales¨C supone un antes y un despu¨¦s en el litigio, no solo por su ascendencia en la sociedad estadounidense sino por su oposici¨®n frontal a la federaci¨®n que representar¨¢ en los pr¨®ximos Juegos Ol¨ªmpicos. Su denuncia coincide en el tiempo con el estreno de Gimnasta A (24 de junio en Netflix), un documental que arroja luz sobre el considerado como mayor esc¨¢ndalo de la historia del deporte estadounidense. Un episodio del que ha decidido formar parte la joven que, con sus 48 kilos y 1¡¯42 metros, ha hecho olvidar a la mism¨ªsima Nadia Comaneci.
¡°Durante muchos a?os me pregunt¨¦: ¡®?Fui muy inocente?, ?fue culpa m¨ªa?¡¯ Ahora ya s¨¦ la respuesta a esas preguntas. No. No fue mi culpa. Tras escuchar las valientes historias de mis amigas y otras supervivientes, s¨¦ que esta horrible experiencia no me define¡±. Con estas palabras desvel¨® Biles en sus redes sociales que hab¨ªa sufrido abusos sexuales por parte de Nassar. Tras guardar silencio durante varios meses, se convert¨ªa as¨ª en una de las m¨¢s de 500 supervivientes que decidieron dar un paso adelante y denunciar al depredador que entre 2017 y 2018 fue condenado a tres penas ¨Cpor los cargos de abuso sexual y pornograf¨ªa infantil¨C que le har¨¢n pasar el resto de su vida entre rejas.
La cruzada actual de Biles se centra en esclarecer por qu¨¦ decenas de entrenadores, directores ejecutivos, rectores y federativos que hicieron caso omiso al grito de auxilio y priorizaron las medallas y el dinero a su salud. Tanto el equipo nacional de gimnasia como el Comit¨¦ Ol¨ªmpico estadounidense desoyeron desde 1997 las denuncias contra Larry Nassar, encubrieron sus cr¨ªmenes y permitieron que cientos de mujeres ¨Cni?as, en la mayor¨ªa de casos¨C fueran violadas. Una vez destapado el esc¨¢ndalo, hasta tres directores ejecutivos distintos han intentado hacerse cargo de las riendas de la federaci¨®n, pero ninguno ha conseguido ganarse la confianza de unas deportistas que consideran que no se ha llevado a cabo la transformaci¨®n prometida en la entidad. Esta falta de progreso real ha sido una de las causas que ha llevado a la cinco veces medallista ol¨ªmpica a alzar la voz.
Simone Biles est¨¢ acostumbrada a lidiar con la adversidad, ya que su ni?ez fue tan complicada como las acrobacias que ahora realiza sobre el tapete. Hija de un padre ausente y una madre con problemas de adicci¨®n al alcohol y las drogas, a los tres a?os ella y sus otros tres hermanos acabaron en un centro de acogida. Su futuro cambi¨®, como ella misma ha reconocido, el d¨ªa que su abuelo Roland y su segunda esposa Nellie la adoptaron oficialmente a ella y a su hermana Adria (sus otros dos hermanos fueron a vivir con su t¨ªa abuela). En la v¨ªspera de la Navidad de 2002, Biles se convirti¨® en hija de sus abuelos dejando atr¨¢s una etapa de nublosos recuerdos de infelicidad. Como cont¨® a la revista Time, desde el primer d¨ªa le pregunt¨® a su abuela si pod¨ªa llamarla mam¨¢. ¡°Cuando era m¨¢s peque?a pensaba que todos los ni?os eran adoptados. No entiendo por qu¨¦ la gente le da tanta importancia, para m¨ª es lo normal¡±, confes¨® la deportista en la misma entrevista.
La gimnasta de 23 a?os ha hablado en varias ocasiones sobre algunos de los asfixiantes recuerdos que eclipsan sus primeras memorias e incluso escribi¨® un art¨ªculo para CNN en el que narraba su experiencia en los hogares de acogida por los que pas¨® antes de ser adoptada. ¡°Aunque era una ni?a cuando comenz¨® mi calvario en el sistema de orfanatos, recuerdo c¨®mo me sent¨ªa cuando me pasaban por alto o me ignoraban. Como si nadie me conociera ni quisiera conocerme. Como si no importaran mis talentos ni mi voz¡±, escribi¨® la atleta para reflexionar despu¨¦s sobre c¨®mo el amor y el deporte la salvaron. ¡°Encontrar una familia me hizo sentir que importaba. Encontrar una pasi¨®n, algo que amaba y en lo que realmente era buena, me hizo sentir que importaba. Representar a mi pa¨ªs y ser parte de un equipo ol¨ªmpico tan maravilloso es importante, al igual que ser un modelo a seguir para aquellos que buscan cumplir sus propios sue?os¡±.
El esc¨¢ndalo de abusos perpetrado contra Bailes y sus compa?eras fue destapado por la peque?a cabecera Indy Star de Indianapolis, sede de las oficinas del equipo estadounidense, al mismo tiempo que ellas arrasaban en el medallero de los Juegos Ol¨ªmpicos de R¨ªo 2016. La ma?ana en la que se public¨® el reportaje, basado en un principio en solo tres testimonios, sus autores recibieron decenas de correos y llamadas de mujeres que, sin conocerse entre ellas, sosten¨ªan una misma versi¨®n: tambi¨¦n hab¨ªan sido violadas por el doctor.
Nassar ten¨ªa una cl¨ªnica privada y trabajaba como m¨¦dico del equipo de gimnasia de la Universidad de Michigan State y del equipo estadounidense, donde ejerci¨® durante 29 a?os de forma voluntaria y sin recibir salario alguno. Su reputaci¨®n profesional era impecable. Era candidato al consejo escolar (recibi¨® un 22% de los votos a pesar de las acusaciones contra ¨¦l) y despertaba admiraci¨®n en la comunidad tras haber fundado una organizaci¨®n para ayudar a ni?os autistas, trastorno con el que su propia hija hab¨ªa sido diagnosticada. Las atletas sostienen en el documental que era ¡°el ¨²nico adulto amable y simp¨¢tico¡± con ellas del equipo. Se gan¨® su complicidad gracias a sus bromas y las chocolatinas que les daba a escondidas. Bajo el pretexto de curar sus dolencias, el m¨¦dico tocaba sus partes ¨ªntimas, las penetraba vaginal y analmente con sus dedos, las desnudaba completamente o masajeaba sus pechos. Desde finales de los noventa se acumularon las acusaciones contra Nassar, todas desestimadas por las autoridades que calificaron sus actos de ¡°procedimiento m¨¦dico habitual¡±.
¡°Es un comportamiento completamente inaceptable, asqueroso, y abusivo; especialmente porque vino de alguien en quien me dijeron que pod¨ªa confiar. No dejar¨¦ que un se?or, y quienes le permitieron actuar, me roben mi amor y felicidad [por la gimnasia]¡±, asegur¨® Biles en su comunicado de confesi¨®n. Ella es un ejemplo de resiliencia en la tragedia. ¡°Nuestras circunstancias no deber¨ªan definirnos ni alejarnos de nuestros objetivos¡±, alega. A pesar de que los responsables del equipo de gimnasia hab¨ªan sido advertidos durante a?os sobre los abusos sexuales sistem¨¢ticos cometidos por Nassar, estos no solo hicieron caso omiso, sino que callaron a las denunciantes, archivaron decenas de denuncias y permitieron que Nassar continuara trabajando con total impunidad. La pol¨ªtica era la de no informar a la polic¨ªa y desestimar cualquier denuncia si no ven¨ªa firmada por una v¨ªctima, sus padres o un testigo presencial.
Nassar opac¨® sus delitos apoy¨¢ndose en la cruel metodolog¨ªa a la que eran sometidas las gimnastas del equipo ol¨ªmpico, basada en las pr¨¢cticas utilizadas en la Ruman¨ªa de Ceaucescu que concibieron a Comaneci. Pasaron largas temporadas concentradas en un rancho de Texas en el que no estaban permitidas las visitas de los progenitores y apenas ten¨ªan cobertura telef¨®nica. Cuando alguna atleta y sus familiares se atrev¨ªan a denunciar los abusos del doctor se encontraban con el muro de Steve Penny, el presidente de la federaci¨®n, que les aseguraba que ¨¦l se har¨ªa cargo de reportar el caso a las autoridades. Penny, que proced¨ªa del marketing deportivo, hab¨ªa convertido al equipo de gimnasia en una marca comercial millonaria y no pod¨ªa permitirse un esc¨¢ndalo que pusiera en peligro el negocio. En la mayor¨ªa de los casos, sin embargo, las ni?as callaban por temor a que el caso pudiera poner fin a su sue?o ol¨ªmpico. Inmersas, adem¨¢s, en un contexto en el que el abuso emocional y f¨ªsico es la norma y se desdibuja bajo la apariencia de estricta disciplina.
En 2015, la medallista ol¨ªmpica Maggie Nichols se atrevi¨® a denunciar al m¨¦dico ante las autoridades. La respuesta de la federaci¨®n fue dejarla fuera del equipo que triunfar¨ªa en los Juegos de R¨ªo, pero su confesi¨®n consigui¨® cercar por fin al depredador. En el marco del juicio a Nassar, Steven Penny fue detenido y acusado por la destrucci¨®n de pruebas y el Indy Star desvel¨® que hab¨ªa ofrecido empleo en el equipo nacional a agentes del FBI involucrados en el caso. El departamento de Justicia de los Estados Unidos sigue investigando a d¨ªa de hoy a la federaci¨®n de gimnasia, al Comit¨¦ Ol¨ªmpico de Estados Unidos y al FBI por su gesti¨®n de las acusaciones de abuso sexual por parte de las j¨®venes. Biles, la mayor estrella de la delegaci¨®n ol¨ªmpica del pa¨ªs, har¨¢ todo lo posible para que no vuelvan a salir indemnes.