Solo invitados europeos y env¨ªos con ¡®riders¡¯ a mansalva: as¨ª intenta Par¨ªs salvar el primer septiembre de la moda de la era Covid
La proverbial capital de la moda estrena la nueva normalidad de su semana del ¡®pr¨ºt-¨¤-porter¡¯ femenino combinando desfiles presenciales (seguros), colecciones a desentra?ar en ¡®streaming¡¯ y mucha incertidumbre.
A la moda siempre le quedar¨¢ la protesta. O quien la proteste, que viene a ser un poco lo mismo. S¨ª, suerte de esa pancarta chillona y disruptiva en el desfile de turno, porque si no de qu¨¦ iba a saltar a titulares la semana del ¡®pr¨ºt-¨¤-porter¡® femenino de Par¨ªs, la primera con intenci¨®n de recuperar la experiencia f¨ªsica en la capital francesa, que eso no vale como noticia de alcance, no. Hasta el pr¨®ximo martes 6 se suceder¨¢n los montajes de pasarela convenientemente ¡®enmascarillados¡®, las presentaciones a puerta cerrada con aforo limitado y los ya inevitables v¨ªdeos m¨¢s o meno...
A la moda siempre le quedar¨¢ la protesta. O quien la proteste, que viene a ser un poco lo mismo. S¨ª, suerte de esa pancarta chillona y disruptiva en el desfile de turno, porque si no de qu¨¦ iba a saltar a titulares la semana del ¡®pr¨ºt-¨¤-porter¡® femenino de Par¨ªs, la primera con intenci¨®n de recuperar la experiencia f¨ªsica en la capital francesa, que eso no vale como noticia de alcance, no. Hasta el pr¨®ximo martes 6 se suceder¨¢n los montajes de pasarela convenientemente ¡®enmascarillados¡®, las presentaciones a puerta cerrada con aforo limitado y los ya inevitables v¨ªdeos m¨¢s o menos art¨ªsticos a disfrutar en la seguridad de nuestras pantallas amigas. O sea, igual que antes en Nueva York, Madrid, Londres o Mil¨¢n. El caso es que llevamos cinco d¨ªas ya de nueva normalidad ¡®¨¤ la mode¡® parisi¨¦n y nadie parece saber muy bien a qu¨¦ atenerse.
Maria Grazia Chiuri, reina del esl¨®gan reivindicativo e incluso acusador, trag¨® un poco de su propia medicina, el martes 29, en el ¡®show¡® de Dior, casa en la que ejerce de directora creativa contra viento y marea desde 2016. Casi al final, la t¨ªpica espont¨¢nea desenvuelta salt¨® al escenario catedralicio para desplegar un pa?ol¨®n en el que se le¨ªa, negro sobre amarillo avispa, ?Todos somos v¨ªctimas de la moda? (en ingl¨¦s en el original, claro). La acci¨®n le qued¨® niquelada, tambi¨¦n por lo que respecta a su estilismo, traje de chaqueta oscuro con pantal¨®n de bajos fruncidos, bot¨ªn, bolso marr¨®n funcional -feo, esto es- y mascarilla. ?Cre¨ª que era parte del espect¨¢culo. Es dif¨ªcil decirlo estos d¨ªas?, confesaba Antoine Arnault, director de comunicaci¨®n e imagen del grupo LVMH (en efecto, es uno de los hij¨ªsimos de ¡®monsieur¡® Bernard), al digital ¡®WWD¡®. La declaraci¨®n fue r¨¢pidamente retirada del medio, el tiempo que Dior emple¨® en eliminar a la activista del movimiento Extinction Rebellion del montaje final del v¨ªdeo del desfile.
La protesta sirvi¨® para volver a recordarnos todo lo malo que la industria del vestir le hace al planeta, semanas de la moda incluidas. Al principio, Extinction Rebellion no se adjudic¨® el tanto, aunque, sabiendo lo que le gusta jugar al despiste y descentralizar sus acciones al colectivo global que intenta espolear conciencias ante la crisis clim¨¢tica, tampoco extra?¨®. El jueves, sin embargo, ya reclamaba la autor¨ªa v¨ªa redes sociales. La espont¨¢nea sin nombre tambi¨¦n emit¨ªa su comunicado de rigor. Nada que objetar, en realidad, si no fuera porque tan sonado ¨¢rbol no dej¨® ver el bosque: una colecci¨®n pensada, en la que destacan por encima de todo el brillante uso del ¡®kain endek¡®, uno de los tejidos estampados m¨¢s populares de Bali. Y no, en esta ocasi¨®n nadie puede gritar airado aquello de ?apropiaci¨®n cultural!: la embajada de Indonesia en Par¨ªs se ha ocupado de que el uso de esta f¨®rmula de te?ido ancestral en las prendas resulte cultural y tradicionalmente respetuoso con las costumbres de su lugar de origen, que adem¨¢s figurar¨¢ de manera adecuada en las etiquetas. ?Dior tiene el compromiso de trabajar mano a mano con los expertos y artesanos locales para salvaguardar su acervo y asegurar la supervivencia de tan preciosas t¨¦cnicas?, reza la nota dirigida a la prensa con la que la marca francesa se cubre las espaldas.
Pues hablando del demonio, es decir, la prensa: a Par¨ªs le est¨¢ quedando una semana de la moda de lo m¨¢s europea, al menos medi¨¢ticamente. Apenas hay rastro de periodistas asi¨¢ticos y estadounidenses, que critican al calor/seguridad de sus hogares pegados a ordenadores y dispositivos m¨®viles, espantados por la covid. Para compensarlos, las marcas est¨¢n tirando los ¡®riders¡® por la ventana para hacerles llegar todo tipo de viandas y chucher¨ªas en el intento porque sigan las retransmisiones en directo de desfiles y piezas de v¨ªdeo. El ejemplo ha cundido desde Mil¨¢n, con Prada agasajando en casa con un exquisito surtido de dulces y jaleas de Marchesi, Valentino invitando a un desayuno dulce o Fendi regalando pasta familiar personalizada. Desde la capital francesa les est¨¢n llegando de momento chocolatinas cortes¨ªa de Roger Vivier y el malet¨ªn ¡®arty¡® de Loewe en nombre de Jonathan Anderson.
Para el caso, este que escribe ha cortado el del visionado en ¡®streaming¡® de ¡®The First Masterpiece of Anti-Plastic¡®, una propuesta pretenciosa de Enfants Riches D¨¦prim¨¦s; ha pasado de puntillas sobre el de Isabel Marant, quien de nuevo recurre al ochentismo met¨¢lico y armado de hombros, solo que con muchos abrazos entre las modelos y los bailarines del grupo (La)Horde en el patio del Palais Royal; y entr¨® en bucle con el de Rick Owens, hipn¨®tico atrac¨®n de referencias b¨ªblicas y mitolog¨ªa griega (¡®Phlegethon¡®, titula la colecci¨®n, como el r¨ªo del inframundo donde, seg¨²n Dante, hierven en sangre las almas de los tiranos) al ritmo de una versi¨®n deconstruida del ¡®I Feel Love¡® de Donna Summer/Giorgio Moroder. No hab¨ªa modelo sin mascarilla -negra, blanca, rosa, roja- en esta depurada revisi¨®n de sus dos ¨²ltimas propuestas. ?La ropa no cambia el mundo, pero forma parte de una actitud que influye en la manera de pensar?, esgrime el oscuro creador angelino. S¨ª, hay que rendirse ante ¨¦l.
Tambi¨¦n ante el soberbio ejercicio fotogr¨¢fico que se ha impuesto Dries Van Noten. El belga ha concebido su colecci¨®n para ser interpretada como un editorial de revista ¡®glossy¡®, de ah¨ª esa explosi¨®n crom¨¢tica que, si en pasarela sol¨ªa observarse mate, en digital satura el sentido. No deja de ser un cat¨¢lago, pero al menos se adivina una intenci¨®n. No como en el de Y/Project, y mira que Glenn Martens (otro belga bueno) no suele ser de los que defraudan.? Tampoco Marine Serre, sensaci¨®n de las ¨²ltimas temporadas, a la que este verano se le apareci¨® la Virgen en forma de Beyonc¨¦ y ahora es un clamor global. Fue estrenarse ¡®Amor Fati¡®, la pieza audiovisual que muestra su propuesta para la primavera/verano 2021, el martes de buena ma?ana y hacerse viral.
Tambi¨¦n es cierto que lo tiene todo a favor: haber preconizado el reciclaje creativo textil y el uso de la mascarilla, construir una silueta que aun bebiendo de los cl¨¢sicos -de Christian Dior a las cobijadas de Vejer- resulta sorprendentemente nueva y marcarse un logo nada grit¨®n pero perfectamente reconocible.
Envu¨¦lvanse tales hallazgos en este corto de ciencia-ficci¨®n dist¨®pica, con mensaje de protecci¨®n y homenajes a los Power Rangers, Crist¨®bal Balenciaga y ¡®Dune¡¯ (tambi¨¦n podr¨ªa ser ¡®Raised by Wolves¡¯, la nueva serie de Ridley Scott) y se obtendr¨¢ el ¡®jitazo¡¯ de esta extra?a semana de la moda parisina, con permiso de la ¡®extravaganza¡¯ lencera de Fenty, que sac¨® a la Rosal¨ªa con las braga-fajas diversas e inclusivas de Rihanna. Al menos por ahora, porque a¨²n faltan por desfilar, en vivo o en diferido, casi todos los grandes. As¨ª que, de momento, resulta imposible presentar conclusiones, se?or¨ªa.