¡®Striptease¡¯ financiero
La crisis parece haber acabado con uno de los ¨²ltimos tab¨²es: hablar en la Red del dinero que se tiene y, sobre todo, del que no se tiene.
Viernes. Un grupo de WhatsApp. Alguien propone cenar¡ ?algo barato?. A pesar de la advertencia, dos miembros rechazan la oferta: es final de mes y ya no da para cenas. La an¨¦cdota se repite en Facebook. Una persona cuelga una foto antigua y hace una broma sobre ?cuando ¨¦ramos ricos?. Otra publica una foto de su saldo (negativo) en el cajero. Recibe muchos ?Me gusta? de compadreo. Hablar de dinero ya no est¨¢ mal visto. ?Ahora parece que hasta mola ser pobre?, ironiza la periodista Silvia Taul¨¦s. Ella dej¨® el tab¨² hecho a?icos hace dos a?os cuando se qued¨® en paro y empez¨® un blog des...
Viernes. Un grupo de WhatsApp. Alguien propone cenar¡ ?algo barato?. A pesar de la advertencia, dos miembros rechazan la oferta: es final de mes y ya no da para cenas. La an¨¦cdota se repite en Facebook. Una persona cuelga una foto antigua y hace una broma sobre ?cuando ¨¦ramos ricos?. Otra publica una foto de su saldo (negativo) en el cajero. Recibe muchos ?Me gusta? de compadreo. Hablar de dinero ya no est¨¢ mal visto. ?Ahora parece que hasta mola ser pobre?, ironiza la periodista Silvia Taul¨¦s. Ella dej¨® el tab¨² hecho a?icos hace dos a?os cuando se qued¨® en paro y empez¨® un blog descarnado: Silvia Taul¨¦s is Jobless. ?Me cost¨® reconocer que no ten¨ªa un duro. Pero una vez que empiezas a desnudarte en p¨²blico, el pudor se desvanece?. Las reacciones a su blog fueron muchas, siempre viscerales. Hubo amigos que le pidieron que lo cerrase, pero tambi¨¦n hubo desconocidos que le agradecieron su crudeza. Hoy colabora con The New York Times y, parad¨®jicamente, vive el otro lado del pudor. ?Me da verg¨¹enza decir que gano dinero?.
Taul¨¦s es una m¨¢s de los muchos que hacen striptease financiero en la Red, en webs que van de lo m¨¢s dram¨¢tico a lo m¨¢s fr¨ªvolo. De Els Nous Pobres ¨Cun blog para nuevos pobres¨C a Le Bomeur, el Tumblr de un parisino de 28 a?os, Nathana?l Rouass, que asegura ser un nuevo h¨ªbrido urbano, mitad ?bobo? (burgu¨¦s bohemio), mitad ?chomeur?, desempleado. En su web explora con iron¨ªa c¨®mo mantener el estilo de vida hipster sin un duro en el bolsillo. A los que se indignan con facilidad, Rouass les advierte: lo suyo es humorismo, no sociolog¨ªa.
The Billfold, escogido como uno de los mejores blogs de 2012 por la revista Time, encarna a la perfecci¨®n esa nueva actitud desinhibida (y generacional) respecto al dinero. Quienes han crecido contando sus rupturas en Facebook no tienen problema en hablar de sus deudas en la Red. En este blog, las personas cuentan la historia de sus vidas a trav¨¦s de sus alquileres, sus herencias, sus ¨²ltimos 100 d¨®lares¡ ?Me sigue chocando encontrar a tanta gente dispuesta a hablar de sus finanzas?, reconoce Mike Deng, su fundador. ?A muchos a¨²n les cuesta, sobre todo, decir lo que ganan o lo que deben?, asegura Deng. Su socia, Logan Sachon, est¨¢ convencida de que la crisis ha propiciado este cambio de actitud: ?La recesi¨®n ha revelado que estos problemas son, en parte, el resultado de sistemas financieros fallidos. Al haber una tasa de desempleo tan alta, es mucho menos vergonzoso hablar de dinero?. Sin olvidar la influencia del movimiento Occupy, ?que anim¨® a la gente a hablar de sus deudas?.
Por lo general, los analistas financieros, como Shira Boss, celebran los efectos positivos de esta nueva actitud. En su libro Green With Envy (Warner Books), la economista asegura: ?Es m¨¢s probable que sepamos que un amigo toma antidepresivos a que sepamos que debe dinero (¡). Hay mucha m¨¢s ansiedad de la que creemos y el tab¨² del dinero solo a?ade estr¨¦s?.
La periodista y activista S.?E. Smith le da al asunto un giro feminista. A su parecer, la cultura de ?no hablar de dinero? est¨¢ especialmente arraigada entre las mujeres y contribuye a la desigualdad salarial. ?Se hace dif¨ªcil preguntarle a otra chica cu¨¢nto gana. Incluso las que act¨²an como mentoras de otras compa?eras dejan los detalles econ¨®micos al margen?. Las estad¨ªsticas dicen que las mujeres son m¨¢s reticentes a la hora de negociar un sueldo al alza y, seg¨²n Smith, ?la evidencia muestra que las penalizan por hacerlo?. Hablar de dinero no ser¨¢ agradable, pero quiz¨¢ s¨ª ¨²til. Y a juzgar por lo que o¨ªmos y leemos, cada vez m¨¢s, es un pasatiempo com¨²n.