Tel¨¦fonos a la caza del ¡®look¡¯
La calle es un escaparate en continuo movimiento, y el m¨®vil, la herramienta perfecta para capturarlo y comprarlo.
Seg¨²n el Bar¨®metro Zanox Mobile Performance 2013, solo en Europa, las ganancias del comercio m¨®vil han crecido un 126%, con el sector de la moda y el retail a la cabeza. Un boom que se debe, al menos en parte, a una nueva hornada de aplicaciones que est¨¢ revolucionando la forma de comprar. Su objetivo: romper la l¨ªnea que divide los mercados online y offline, la ¨²ltima barrera del consumismo. Su lema: lo veo, lo quiero¡ ?lo compro!
El funcionamiento es sencillo. Un ejemplo: una persona cualquiera va por la calle cuando un individuo con un look int...
Seg¨²n el Bar¨®metro Zanox Mobile Performance 2013, solo en Europa, las ganancias del comercio m¨®vil han crecido un 126%, con el sector de la moda y el retail a la cabeza. Un boom que se debe, al menos en parte, a una nueva hornada de aplicaciones que est¨¢ revolucionando la forma de comprar. Su objetivo: romper la l¨ªnea que divide los mercados online y offline, la ¨²ltima barrera del consumismo. Su lema: lo veo, lo quiero¡ ?lo compro!
El funcionamiento es sencillo. Un ejemplo: una persona cualquiera va por la calle cuando un individuo con un look interesante llama su atenci¨®n. Lleva un bolso que le gusta. Lo quiere. Pero no sabe de qu¨¦ marca es ni d¨®nde puede adquirirlo. Sin perder un segundo, saca el m¨®vil, apunta a su objeto de deseo y hace una foto. Abre una de las susodichas aplicaciones, sube la captura, hace clic en buscar y¡ voil¨¤! Aparecen en la pantalla varios dise?os similares ¨Cy, con suerte, el mismo¨C, listos para a?adir a la cesta y continuar con el pedido.
El secreto de estos programas no es magia; es ciencia, y se llama tecnolog¨ªa de reconocimiento visual. Usan algoritmos que descomponen e interpretan im¨¢genes (en vez de palabras, como har¨ªa Google), buscando coincidencias en cientos de tiendas a lo largo y ancho de la Red, de Selfridges y Topshop a Urban Outfitters y Net-a-porter.
La primera empresa que aplic¨® este software a la moda fue Snap Fashion, que vio la luz durante la fashion week de Londres en septiembre de 2012. ?La idea era llevar el concepto de las redes sociales un paso m¨¢s all¨¢ y crear una herramienta que permitiese a los usuarios comprar la ropa que ve¨ªan en un blog, en Instagram o en la calle. Y usar fotos en lugar de descripciones acelera el proceso?, explica la inform¨¢tica Jenny Griffiths, su art¨ªfice. Antes de cumplir sus primeros 12 meses de vida, ya hab¨ªa enganchado a 250.000 usuarios. Este a?o se lanzar¨¢ la versi¨®n masculina, que incluir¨¢ tambi¨¦n ColourPop, una aplicaci¨®n que permite buscar prendas y accesorios por colores. ?Un bolso que case a la perfecci¨®n con ese vestido azul cer¨²leo? Esta lo encuentra.
Segunda generaci¨®n. En vista del ¨¦xito de?Snap Fashion, los suced¨¢neos no tardaron en aparecer. The Hunt, que capt¨® la atenci¨®n de la?top?Tyra Banks como inversora, naci¨® en 2013 con un atractivo a?adido: combinaba el mecanismo de identificaci¨®n visual con una comunidad social. La idea: dos pares de ojos ven m¨¢s que uno. As¨ª, los usuarios suben fotos de la pieza que buscan y el resto de miembros se une a la caza en un esfuerzo com¨²n por hacer sus deseos realidad.
El paso siguiente lo dio Asap54. Ideada por Daniela Cecilio ¨C¨¢vida compradora y antigua directora ejecutiva de Farfetch, referente del comercio digital¨C, se propuso acortar, a¨²n m¨¢s, la distancia entre aspiraci¨®n y transacci¨®n. Igual que sus hom¨®logos, emplea la tecnolog¨ªa de reconocimiento de im¨¢genes, pero permite concretar los resultados con criterios como el rango de precio, el tejido o el estampado. Tanto que basta subir la foto de un girasol para encontrar un vestido con el mismo motivo.
La aplicaci¨®n, que se lanz¨® en Europa, Brasil y Estados Unidos en febrero, registr¨® 13.000 descargas en un d¨ªa. En septiembre llegar¨¢ a China, un mercado con 600 millones de m¨®viles (y sumando). ?Las posibilidades son infinitas?, comenta Richard Chen, de Ceyuan Ventures, una de las empresas que ha invertido en el proyecto de expansi¨®n de Asap54.
El pastel es jugoso: por cada venta realizada a trav¨¦s de su sistema, los gestores reciben del 5% al 15% de las ganancias. Espa?a tambi¨¦n ha querido llevarse un pedazo. A finales de 2013 la empresa Wide Eyes Technologies, con sede en Barcelona, lanz¨® Similify, dedicado en exclusiva al calzado.
ASAP 54
En busca de la perfecci¨®n. La ¨²ltima plataforma en subirse al tren es?Style Eyes. Aunque se basa en el mismo?software?que sus antecesoras, pule algunos de sus problemas. Empezando por la intromisi¨®n que supone hacerle una foto a un desconocido en plena calle (punto y aparte para la fauna?fashion?que se deleita con los?flashes?a la salida de los desfiles). Para evitar posibles reproches, difuminan el rostro con una herramienta llamada Faceburn.
Pero el gran inconveniente es la precisi¨®n de los resultados. ?Los procesadores de im¨¢genes no son certeros al 100%. Encuentran piezas similares, no la exacta. Y cuando un comprador ve un bolso que le gusta, no quiere una copia, quiere el mismo?, cuenta Liron Slominsky, fundadora y presidenta ejecutiva de Awear Solutions, una empresa emergente israel¨ª que quiere transformar el mercado. Su soluci¨®n: un chip del tama?o de una moneda de 10 c¨¦ntimos. Se coloca en la prenda y, al escanearla con la aplicaci¨®n correspondiente desde una distancia m¨¢xima de nueve metros, proporciona informaci¨®n precisa: la firma, la composici¨®n y, por supuesto, webs donde comprarla.
La idea promete, y aunque ya han fijado 2015 como fecha de salida al mercado, antes deben convencer a firmas y dise?adores para incorporar los m¨®dulos en sus creaciones. De momento han reclutado a DKNY. Zara y Mango est¨¢n en el radar, aunque Slominsky se niega a concretar nombres. ?Es una herramienta de?marketing?perfecta para ellos. Aumentar¨ªa su visibilidad y posibilidades de venta. E insertar cada chip cuesta menos de un d¨®lar?, explica.