Tommy Hilfiger y el refinamiento estadounidense
?l conquist¨® a los preppy (pijos preuniversitarios americanos) y hoy es un t¨®tem de la moda made in USA a pie de calle. Desde finales de los a?os 80, sus dise?os han vestido a tres generaciones de j¨®venes. S?Moda habla con ¨¦l en exclusiva.
Pocos, muy pocos, personifican toda una industria. Tommy Hilfiger es uno de ellos. Su historia podr¨ªa servir de guion en Hollywood para escribir una superproducci¨®n sobre el estilo made in USA, con episodios de lucha, rebeld¨ªa y superaci¨®n. M¨¢s que un dise?ador, Tommy es, por derecho propio, una aut¨¦ntica estrella. Un icono lucrativo de la cultura contempor¨¢nea estadounidense. Apenas 24 horas antes del desfile, el equipo de S?Moda se re¨²ne con ¨¦l en las oficinas centrales de su empresa, en Hudson Studios, un edificio estrat¨¦gicamente situado entre Meatpacking Distr...
Pocos, muy pocos, personifican toda una industria. Tommy Hilfiger es uno de ellos. Su historia podr¨ªa servir de guion en Hollywood para escribir una superproducci¨®n sobre el estilo made in USA, con episodios de lucha, rebeld¨ªa y superaci¨®n. M¨¢s que un dise?ador, Tommy es, por derecho propio, una aut¨¦ntica estrella. Un icono lucrativo de la cultura contempor¨¢nea estadounidense. Apenas 24 horas antes del desfile, el equipo de S?Moda se re¨²ne con ¨¦l en las oficinas centrales de su empresa, en Hudson Studios, un edificio estrat¨¦gicamente situado entre Meatpacking District, Chelsea y Hell¡¯s Kitchen, los barrios de moda de Nueva York.
El sello de la firma son los colores de la bandera de Estados Unidos: rojo, blanco y azul. ?Tommy tiene una sensibilidad de dise?o 100% estadounidense. No le asusta proponer l¨ªneas sencillas, limpias y deportivas?, dice de ¨¦l la dise?adora Vera Wang. A finales de los a?os 80, en plena era Reagan, y bajo la etiqueta preppy (pijo, en espa?ol), Hilfiger lider¨® un nuevo movimiento est¨¦tico juvenil, que hoy se ha convertido en una f¨®rmula superventas: prendas cl¨¢sicas, con toques n¨¢uticos, detalles deportivos, referencias al tenis, la h¨ªpica y el rugby¡ Algo as¨ª como el uniforme del Upper East Side. En definitiva, ropa para el d¨ªa a d¨ªa. ?La alta costura juega en otra liga?, nos cuenta sentado en un sof¨¢, con pantalones chinos, piernas cruzadas, americana y una voz pausada, tan suave, que resulta inevitable acercar la grabadora cada vez m¨¢s para confirmar que sus palabras quedar¨¢n registradas. ?Dior? ?Yves Saint Laurent? No. ?Es Ralph Lauren del que a veces siento celos?, le confes¨® a Jimmy Fallon en la revista Interview.
El apartamento de los Hilfiger est¨¢ en una de las ¨²ltimas plantas de uno de los edificios m¨¢s emblem¨¢ticos del skyline neoyorquino, el hotel Plaza, en la esquina de Central Park con la Quinta Avenida. Las suites han sido testigos de noches legendarias. Las paredes, en las que hoy cuelgan obras de Jean-Michel Basquiat y retratos de Andy Warhol, todav¨ªa susurran secretos de antiguos invitados, como Marilyn Monroe, Jackie O., Frank Sinatra¡ Y el parque, que domina las vistas, es este oto?o-invierno la inspiraci¨®n de una colecci¨®n en la que las prendas militares se mezclan con referencias ecuestres y detalles del uniforme preppy de caza.
Tweed, punto, cuero, gamuza, tejidos stretch, seda, terciopelo, charol¡ En la colecci¨®n oto?o-invierno 2012/13, Tommy reinventa el uniforme preppy en tonos ocres, burdeos, negro y verde botella.
WWD/Thomas Iannaccone
El gran sue?o americano. ?Tommy empez¨® de cero?, asegura Terry J. Lundgren, director ejecutivo de los almacenes Macy¡¯s. ?Es un currante. Ha creado un imperio sin la ayuda de nadie?. Empez¨® vendiendo vaqueros cuando iba al instituto, a finales de los 60, en plena revoluci¨®n hippie, y cre¨® su propia firma con apenas 33 a?os. Largas melenas, pantalones acampanados¡ ?Al principio no entend¨ªa c¨®mo funcionaba esta industria?, reconoce a esta revista, al recordar sus inicios, cuando abri¨® su primera tienda, People¡¯s Place, en Elmira, Nueva York, su localidad natal. ?Mis referentes eran las estrellas de rock. The Beatles, The Rolling Stones, The Who, Jimi Hendrix¡ Quer¨ªa ser como ellos, vestirme como ellos, y vender ropa con ese mismo look rockero. Me obsesionaba todo lo que era cool?, recuerda. Pero con 23 a?os, su peque?a empresa quebr¨® y decidi¨® cambiar de actitud. ?Empec¨¦ a fijarme en otros dise?adores. Cardin o Saint Laurent en Francia. Calvin Klein y Ralph Lauren en Estados Unidos. Y descubr¨ª que eso era lo que quer¨ªa hacer?.
De eso hace ya m¨¢s de 26 a?os y las cosas han cambiado mucho. ?Al principio ¨¦ramos una marca norteamericana que vend¨ªa en Estados Unidos. Ahora somos globales. Vendemos en Europa, Asia, Sudam¨¦rica y, sobre todo, China?. All¨ª, como en Estados Unidos, son los consumidores los que m¨¢s han cambiado y han obligado a revolucionar la industria. ?En las grandes urbes, como Nueva York, los clientes buscan estilo, lujo y moda; pero en el resto de ciudades, el consumidor piensa cada vez m¨¢s en el precio. No es una consecuencia de la crisis. Es una tendencia que llevamos a?os detectando. Y la competencia es feroz?. Escuchar al cliente. Ese es su lema ?y la lecci¨®n m¨¢s importante que he aprendido desde que empec¨¦?. Toda informaci¨®n es buena. Lo que se oye en las tiendas, lo que dice la prensa, Facebook, Twitter¡
Renovaci¨®n generacional. ?Cuando yo empec¨¦, no ten¨ªa un duro. Iba con una mano delante y otra detr¨¢s?, recuerda. Pero hoy un joven dise?ador lo tiene a¨²n m¨¢s complicado. ?Para entrar en la industria necesitas una gran inversi¨®n inicial. Taller, tejidos, puntos de ventas, encontrar una f¨¢brica¡ Muy pocas aceptan pedidos peque?os. Abrirse un hueco ahora es un reto dif¨ªcil y caro?, explica Tommy. ?Por eso es tan importante apoyar a los nuevos talentos. Ellos son el futuro. Poco importa si son estadounidenses, franceses o polinesios. No es una obligaci¨®n, claro. Pero creo que es una actitud m¨¢s responsable. Porque ellos aportan creatividad al mercado, sin amenazar. Cuando eres una megamarca, tienes fuerza mundial. Los dise?adores que empiezan no van a alterar el equilibrio del mercado. Todo lo contrario. Pueden inspirar y ofrecer ideas nuevas?, contin¨²a Tommy.
En colaboraci¨®n con los CFDA, el pasado mes de octubre, durante la semana de la moda, Hilfiger organiz¨® el showroom Estadounidenses en Par¨ªs, para dar a conocer a j¨®venes talentos. ?No creo que sea importante ganar un premio. Es una sensaci¨®n gratificante, pero no cambia el negocio?, cuenta. Est¨¢ claro que no le gusta hablar de triunfo. ?El ¨¦xito te convierte en complaciente. En esta industria tienes que ser humilde?, cree firmemente. Solo el tiempo dir¨¢ si los m¨¢s j¨®venes se convierten en iconos, como ¨¦l. ?Y Lady Gaga? ?No, ella no es un icono?. Por lo menos, no de momento. ?Tendr¨¢n que pasar 25 a?os para ver si consigue la misma repercusi¨®n que Madonna, Michael Jackson o Mick Jagger?. En cualquier caso, la moda no necesita celebridades. ?Antes era muy importantes; hoy no lo tengo tan claro. Una marca puede sobrevivir sin ellas?.