Fisio, yoga, terapia o meditaci¨®n: ?cu¨¢nto dinero gastamos al mes para aliviar el impacto del trabajo en la salud?
El contexto econ¨®mico e inestable al que nos hemos acostumbrado a vivir desde la crisis del 2008 ha llevado a las mujeres a hacer m¨²ltiples concesiones con tal de tratar de mantenerse erguidas surfeando la ola.
Hace tan s¨®lo unos d¨ªas, la periodista Bego?a G¨®mez analizaba en este art¨ªculo...
Hace tan s¨®lo unos d¨ªas, la periodista Bego?a G¨®mez analizaba en este art¨ªculo como la pandemia ha servido tambi¨¦n para evidenciar nuestra cotidianeidad y las desigualdades que se derivan de la misma. Es como si el esp¨ªritu del confinamiento que nos llevaba a compartir el agobio que sent¨ªamos al estar entre cuatro paredes se hubiese quedado para animarnos a poner puntos sobre ¨ªes en todas aquellas facetas que dificultan el desarrollo de un proyecto vital de calidad.
El contexto econ¨®mico e inestable al que nos hemos acostumbrado a vivir desde la crisis del 2008 ha llevado a las mujeres a hacer m¨²ltiples concesiones con tal de tratar de mantenerse erguidas surfeando la ola. Las jornadas de trabajo maratonianas que exige el sistema actual o la inestabilidad de los contratos laborales (en 2019 la tasa de temporalidad se situaba en el 26,1%) han provocado no s¨®lo la renuncia a la maternidad de muchas mujeres que desean ser madres, sino tambi¨¦n importantes consecuencias en su salud mental y f¨ªsica.
¡°En mi caso, la cuarentena y el confinamiento llegaron para salvarme la vida. Si no hubiese bajado el ritmo de vida que llevaba antes de marzo del 2020, creo que todo hubiese saltado por los aires. Me estaba metiendo en un bucle horrible de insomnio y cada vez con m¨¢s frecuencia me sal¨ªan derrames en los ojos por el estr¨¦s. Pero, claro, ahora lo pienso y lo veo hasta normal. ?Qu¨¦ cuerpo puede aguantar como rutina cotidiana salir de casa a las 7:30 de la ma?ana y llegar a las ocho o nueve de la noche a casa?¡±, describe Irene, una publicista de 28 a?os que reside en Madrid.?
Pero el mayor problema del ritmo laboral que viv¨ªa Irene no era solamente ese, sino las autoexigencias que se autoimpon¨ªa al salir del trabajo: ¡°Despu¨¦s de hacer mucha terapia y haber vivido un confinamiento, he comprendido que me merece la pena no llegar a todo. Y con llegar a todo me refiero a mantener la casa en orden, poner lavadoras, ir al gimnasio, hacerme el tupper del d¨ªa siguiente o ir a clases de ingl¨¦s. Cuando hac¨ªa todo eso me met¨ªa en la cama a la una de la madrugada y era incapaz de relajar la mente para dormirme. Ahora, aunque el ritmo laboral sigue siendo el mismo, soy m¨¢s pr¨¢ctica y tiro de empresas de comida preparada que me permiten utilizar ese tiempo para hacer deporte porque, claro, si no haces deporte no te aguantas ni a ti misma¡±, recalca Irene.
En una situaci¨®n similar a la de Irene se encuentra B¨¢rbara, una profesora de baile de 42 a?os que regenta su propia academia y quien tambi¨¦n sufre insomnio y problemas de ansiedad.?¡°Vaya por delante que soy aut¨®noma, algo que en estos momentos y en Espa?a casi es motivo para llevar capa de superh¨¦roe. Y, claro, esto hace que la ansiedad sea un estado que me acompa?e desde hace tiempo. Sin darte cuenta, cuando ves que los problemas y las tareas pendientes se hacen una pelota enorme, acabas entrando en un c¨ªrculo vicioso del que cuesta mucho salir. Y ah¨ª es donde empieza la mala alimentaci¨®n, el insomnio, el mal humor, la falta de motivaci¨®n, lo cual todo ello te genera a¨²n m¨¢s ansiedad¡±, explica.
Beatriz, odont¨®loga de 30 a?os que reside en Gran Canaria, coincide con Irene y B¨¢rbara en que gran parte de los problemas de ansiedad y estr¨¦s que padecemos hoy tienen que ver con c¨®mo est¨¢ planteada la vida profesional y el trabajo: ¡°Todo est¨¢ configurado de una forma muy competitiva y enfocado directamente hacia la producci¨®n. Si haces menos que tus compa?eros o te vas a tu hora cuando nadie lo hace, r¨¢pidamente tu jefe te va a comparar y vas a salir mal parada. Recuerdo como, en mi ¨²ltimo trabajo, me sent¨ªa s¨²per culpable cuando rara vez sal¨ªa a mi hora (las ocho de la tarde), a pesar de llevar all¨ª once horas trabajando¡±, lamenta.
¡°Desde que mi estr¨¦s pas¨® a convertirse en ansiedad, tambi¨¦n padezco bruxismo¡±
Sin embargo, los problemas de ansiedad y estr¨¦s que padecen las tres entrevistadas tan s¨®lo representan la punta del iceberg de sus problemas de salud actuales. La psicomatizaci¨®n del estr¨¦s que sufren en sus respectivos trabajos las ha llevado a ser pragm¨¢ticas y destinar mensualmente una parte de sus ganancias a los autocuidados. O, dicho de otra forma, a invertir el dinero que ganan en reparar la salud mermada como consecuencia del trabajo. Y, como no pod¨ªa ser de otra forma una de estas partidas se va inevitablemente a la psicoterapia.
Jara P¨¦rez, psic¨®loga especializada en terapia sist¨¦mica y transfeminista, reconoce tener m¨¢s trabajo del habitual desde que comenz¨® la pandemia y afirma que los problemas emocionales derivados del trabajo est¨¢n a la orden del d¨ªa: ¡°En general, estamos muy desesperanzados. Me topo todo el tiempo con problemas de ansiedad, estr¨¦s, depresiones, pensamientos intrusivos o somatizaciones, entre otros¡±, detalla.
¡°Aunque actualmente no voy al psic¨®logo, he estado yendo durante un a?o y medio porque necesitaba que alguien me ayudase a gestionar mi tiempo y a no priorizar tanto el trabajo. De forma autom¨¢tica, por m¨ª misma todo lo que hac¨ªa en mi tiempo libre estaba enfocado a trabajo, trabajo, trabajo. Sin embargo, sigo invirtiendo mes a mes dinero en mi salud mental. He hecho un curso de meditaci¨®n que me cost¨® 300 euros y casi todos los meses me compro alg¨²n libro de psicolog¨ªa que me ayude a seguir relativizando para darle importancia s¨®lo a las cosas que de verdad la tienen¡±, explica Beatriz, quien calcula que mensualmente se gasta unos 70 euros en restaurar la salud que pierde en el trabajo, ya que todas las semanas acude al menos una vez al fisioterapeuta y utiliza una f¨¦rula de descarga para combatir el bruxismo. ¡°Tengo bruxismo nocturno y diurno. Aprieto durante todo el d¨ªa. A veces estoy en la cl¨ªnica y simplemente porque se me retrasa la agenda, inconscientemente empiezo a apretar la musculatura de la cara¡±, a?ade.
Seg¨²n informan desde Topdoctors el bruxismo es la acci¨®n involuntaria de contraer la musculatura que utilizamos en la masticaci¨®n y que cierra la boca. Se asocia con el ?rechinamiento de dientes?, provocando problemas en las enc¨ªas y desgaste de la superficie dental. Se trata de una afecci¨®n que afecta entre un 10 y un 20% de la poblaci¨®n. ¡°Una f¨¦rula de descarga cuesta entre 230 y los 300 euros en la cl¨ªnica en la que yo trabajo¡±, detalla Beatriz.
¡°Desde que mi estr¨¦s pas¨® a convertirse en ansiedad, tambi¨¦n padezco bruxismo. Tras varios meses retrasando hacerme la f¨¦rula, este mes por fin la he encargado. Y, efectivamente, me ha costado 300 euros, lo que ha hecho que en febrero no haya ahorrado ni un solo duro¡±, comenta Irene.
¡°Para sobrellevar toda la tensi¨®n que me produce ir a la oficina, todos los meses invierto parte de mi sueldo en tratar de mejorar la calidad de vida que me resta mi trabajo. Siento que all¨ª todos los d¨ªas tengo que estar bien, ser positiva y tener una sonrisa para todo el mundo. Y eso me desgasta mucho porque cuando he tenido que teletrabajar no me pasaba y notaba c¨®mo mi ansiedad mejoraba. Si un d¨ªa no me encontraba bien no ten¨ªa por qu¨¦ fingir mis emociones de cara al resto de mis compa?eros¡±, comenta Irene.
Derivado de todo ello, Irene calcula que todos los meses se le van entre 200 y 250 euros en los famosos autocuidados que, en su caso, est¨¢n destinados a poder sobrellevar esta situaci¨®n: ¡°Acudo una vez por semana a un curso de meditaci¨®n por el que pago 60 euros. Tambi¨¦n contin¨²o haciendo terapia psicol¨®gica para lo que reservo 100 euros al mes. Adem¨¢s, como no quiero que mi vida sea una rutina constante de ir a trabajar y elaborar tuppers para el d¨ªa siguiente, cada vez m¨¢s utilizo servicios de comida preparada que me resuelven toda la semana. En total y teniendo en cuenta las pastillas que tomo para dormir o las recetadas para solucionar mis problemas digestivos, todos los meses dedico entre 200 y 250 euros a intentar encontrarme mejor¡±, detalla Irene.
B¨¢rbara por su parte calcula que entre fisioterapia, clases de pilates, consultas nutricionales para mejorar sus problemas digestivos, suplementos vitam¨ªnicos, f¨¦rula de bruxismo y pastillas para dormir se deja todos los meses alrededor de 120 euros.
¡°Creo que a d¨ªa de hoy el t¨¦rmino ¡®autocuidado¡¯ es una trampa. Los cuidados versan en torno a hacer el mundo m¨¢s f¨¢cilmente vivible y creo que es ah¨ª donde debemos concentrarnos. Quiz¨¢ lo que yo llamo autocuidados a d¨ªa de hoy tendr¨ªa que ver con tomar decisiones en pos de nuestra humanidad y no tanto del sistema de producci¨®n, o del sistema patriarcal en el caso de las mujeres, que hemos sido las que nos hemos encargado de los cuidados hist¨®ricamente. A lo que yo llamo autocuidado es a decir que no a una din¨¢mica que nos hace da?o a medio y largo plazo¡±, opina Jara P¨¦rez.?
Pero, como es obvio, ni todo el mundo puede permitirse dejar un trabajo por mucho que le est¨¦ costando la salud mental ni el contexto socioecon¨®mico que nos rodea hace que sea f¨¢cilmente cambiar de vida. Y Jara no s¨®lo es consciente de esto, sino que es algo que tambi¨¦n se encuentra en terapia: ¡°Llegamos a ver mermada nuestra salud y nuestra calidad de vida por un simple trabajo porque, al final, tienes que pagar la casa y las facturas porque desgraciadamente no hay una renta b¨¢sica universal que garantice el derecho a la supervivencia o a una vivienda digna como recoge la Constituci¨®n. El discurso est¨¢ tan pervertido que pensamos que si dejamos de producir no somos buenas ciudadanas, pero esto tambi¨¦n es una trampa porque la realidad es que vivimos en una estructura que siempre nos hace sentir insuficientes, produzcamos o no¡±, concluye.