Cinco trucos para mantener la chispa sexual en las relaciones largas
Recetas para evitar que la sexualidad empiece a ser una especie en peligro de extinci¨®n en parejas todav¨ªa vivas, pero no coleando.
El sexo no es un corredor de fondo, no le gustan los maratones sino las carreras cortas, los sprints. En las relaciones largas es el primero que abandona, que se baja en una gasolinera para ir al servicio y no volver jam¨¢s. O, si no tiene tantos arrestos, pasa a adoptar el truco de la enfermedad, el dolor o el cansancio para no ser requerido. Las noches de los s¨¢bados, cuando la juerga, el alcohol y el trasnoche precisan de su cuatro compa?ero de aventuras, el sexo, ¨¦ste lo tiene algo m¨¢s complicado a la hora de escaquearse. Pero solo al principio, luego la castidad se vuelve tan ruti...
El sexo no es un corredor de fondo, no le gustan los maratones sino las carreras cortas, los sprints. En las relaciones largas es el primero que abandona, que se baja en una gasolinera para ir al servicio y no volver jam¨¢s. O, si no tiene tantos arrestos, pasa a adoptar el truco de la enfermedad, el dolor o el cansancio para no ser requerido. Las noches de los s¨¢bados, cuando la juerga, el alcohol y el trasnoche precisan de su cuatro compa?ero de aventuras, el sexo, ¨¦ste lo tiene algo m¨¢s complicado a la hora de escaquearse. Pero solo al principio, luego la castidad se vuelve tan rutinaria e incuestionable como al principio lo era la lujuria.
?Existe la f¨®rmula m¨¢gica para contrarrestar la implacable ecuaci¨®n que reza: pareja + mucho tiempo = asexualidad? Me temo que no, pero si que hay h¨¢bitos que retrasan este proceso y sustancias que algunas uniones dichosas parecen sintetizar para seguir con el envidiado trio: uno+ uno +deseo.
1.?Acordarse de lo que nos atrajo del otro/a
Los coaching deportivos, laborales o de vida (que de todos hay en este mundo sin se?alizaciones) saben que para mantener la moral y la motivaci¨®n alta hay que centrarse en un objetivo y acompa?arse, durante el largo viaje, de nuestros talentos. En la vida (¡°aquello que nos va sucediendo mientras nos empe?amos en hacer otros planes¡±, seg¨²n dijo John Lennon) hay muchos momentos en los que tenemos que parar y volver a revisar nuestros proyectos, sue?os y aspiraciones. Ya sea para enderezar el camino hacia ellos o para dinamitarlos y planear otros nuevos.
La convivencia requiere de la misma estrategia; y, si queremos mantener la relaci¨®n, hay que conservar un poco de la esencia de los primeros tiempos. Tener en mente lo que nos atrajo del otro/a, que probablemente sigue vivo, escondido entre los horarios laborales interminables, los hijos, la intendencia y ese anest¨¦sico tan placentero, para el que no hace falta receta que se llama Netflix.
Seg¨²n Carme S¨¢nchez Mart¨ªn, psic¨®loga y sex¨®loga del Institut Clinic de Sexolog¨ªa de Barcelona, adem¨¢s de autora de El sexo que queremos las mujeres. Y c¨®mo disfrutarlo (Lectio), aboga por ¡°mantener los rituales que se hac¨ªan al principio de la relaci¨®n. Seguir siendo novios. Cuando a mi consulta llegan parejas que viven juntas pero sin sexo y quieren retomar la actividad er¨®tica, le pongo los deberes de volver a hacer lo que les gustaba. De intentar un acercamiento, primero amistoso y sensual, para que derive luego en el sexual; ya que ir directamente al sexo es casi siempre imposible¡±. Tomar distancia puede ser tambi¨¦n importante para rememorar lo que nos cautiv¨® del otro/a y saber si sigue todav¨ªa vivo. A mi me gustaba ver a mis parejas de lejos y comprobar como, en la distancia, aumentaba su atractivo.
2. Ponerse al d¨ªa de lo que le gusta al otro/a
Aunque no a la velocidad de las actualizaciones de Firefox o WhatApp, los gustos sexuales de la gente pueden cambiar con el tiempo o, simplemente, querer probar cosas nuevas. Para empezar, hay que comunicarlos y dejar de confiar en la telepat¨ªa. Y mejor hacerlo fuera de la cama, en un ambiente tranquilo y amigable porque, seg¨²n he experimentado en diversas ocasiones, alguna gente padece de ¡®sordera en el lecho¡¯ y es incapaz de hacer caso a las sugerencias que se le hacen in situ.
Dif¨ªcilmente se dar¨¢ el feliz acontecimiento de que los miembros de una relaci¨®n coincidan en gustos o af¨¢n aventurero, por lo que habr¨¢ que pactar. Seg¨²n Carme S¨¢nchez, ¡°es importante tener una actitud abierta y estar dispuestos a probar cosas y compartir fantas¨ªas, pero hay que evitar que uno sea siempre el que pida y otro el que acepte. Dos cl¨¢sicos que suelen demandar los hombres son ir a un local de swingers o hacer un tr¨ªo, y tener sexo anal; mientras las mujeres parecen m¨¢s dadas a realizar las fantas¨ªas de otros que las suyas propias.¡±
3. Seguir siendo dos personas y no una pareja
Las uniones, pandillas, asociaciones o sociedades son, generalmente, monstruos dictadores que fagocitan a sus componentes. Con la pareja pasa lo mismo y, en cuando los miembros pierden su individualidad para fundirse en uno solo empiezan los problemas, ya que esa fusi¨®n casi nunca es democr¨¢tica ni heterog¨¦nea. Uno m¨¢s uno deber¨ªa ser siempre uno m¨¢s uno, lo que no impide que se tenga un proyecto de vida en com¨²n, respetando siempre las individualidades.
La separaci¨®n de bienes deber¨ªa incluir tambi¨¦n la separaci¨®n de ¡®marrores¡¯. Tareas que corresponden al otro pero que se asumen como de la pareja (ver a los suegros, cenas con los compa?eros de trabajo, eventos a los que hay que asistir a punta de pistola¡). Tras unos a?os de convivencia, la pareja ha dejado ya el sexo pero cumple a rajatabla con tareas ingratas que deber¨ªan ser individuales y molestar solo a uno, no a dos. Y esto es importante, porque si el otro/a empieza a aburrirnos en posici¨®n vertical, es muy probable que pronto lo haga tambi¨¦n en la cama.
En cuanto al sexo, debemos cultivar con esmero nuestro jard¨ªn privado, nuestra propia sexualidad, como hac¨ªamos cuando ¨¦ramos adolescentes. ¡°Seguir cuid¨¢ndonos, mim¨¢ndonos, masturb¨¢ndonos, haciendo cosas para nuestro propio placer; porque eso aumentar¨¢ nuestro deseo y beneficiar¨¢ al otro¡±. Apunta S¨¢nchez. En su libro, hay recetas varias para seguir nutriendo el autoerotismo, como los solitarios sexuales o las cartas a la vagina, el cl¨ªtoris o el pene.
4.?Flirtear a pesar de la confianza
?Si flirteamos con extra?os, que ni nos van ni nos vienen y de los que no estamos enamorados, por qu¨¦ no lo hacemos con nuestras parejas, pasados los primeros a?os de convivencia? Tal vez las innumerables tareas diarias nos impidan tener relaciones m¨¢s a menudo, pero estos jueguecillos requieren de muy poco tiempo y son sueros que mantienen vivo el fr¨¢gil erotismo de las uniones m¨¢s veteranas.
Casi todos hemos asistido al espect¨¢culo de ver parejas en la que uno de sus miembros practica el arte del ¡®flirteo-amabilidad¡¯ con casi todo el mundo, como por inercia, menos con su consorte, al que pone cara de perro. Y luego pretenden que ¡®la llama del deseo siga viva¡¯ o llegar a la cama y que el otro/a sea una sex machine. ¡°Las parejas con sexo mantienen un cierto grado de sensualidad fuera de la cama¡±, se?ala S¨¢nchez, ¡°se tocan, se besan, se mandan mensajes. Gui?os que ejercitan el deseo. Saben que la sexualidad es muy amplia y va m¨¢s all¨¢ del coito. A veces no es tanto el tema de tengo que tener ganas. Las caricias, los abrazos, masturbar al otro o darle un masaje¡±.
5.?Ver el sexo como un vasto territorio a explorar con, todav¨ªa, muchas sorpresas
Sabemos ya que la ¨²ltima finalidad del sexo no es la reproducci¨®n (aunque es una de ellas), sino el placer. Para David Lynch, ¡°el sexo es la puerta a algo poderoso y m¨ªstico, aunque el cine generalmente lo presente de un modo muy seco¡±; Henry Miller lo calific¨® como ¡°una de las nueve razones para la reencarnaci¨®n. Las otras ocho no son importantes¡±. El escritor italiano, Cesare Pavese, sentenci¨® que ¡°si el sexo no fuera la cosa m¨¢s importante de la vida, el G¨¦nesis no empezar¨ªa por ah¨ª¡±; el novelista, periodista y cr¨ªtico franc¨¦s, Remy Gourmont, sosten¨ªa que ¡°de todas las aberraciones sexuales, la m¨¢s singular tal vez sea la castidad¡± y para el gran Carl G. Jung, ¡°el instinto er¨®tico pertenece a la naturaleza original del hombre. Esta relacionado con la m¨¢s alta forma de esp¨ªritu¡±.
Si algo bueno tiene la monogamia es que nos permite explorar el vasto continente de la sexualidad de la mano de alguien de confianza. Nadie m¨¢s a favor que yo respecto al sexo espor¨¢dico, pero si se tiene la suerte de contar con un compa?ero/a de viaje es probable que nos atrevamos a m¨¢s cosas (o nos animen a ello) que estando solos, con la ¨²nica compa?¨ªa de Tinder.