Viagra: ?soluci¨®n o diversi¨®n?
Los j¨®venes tambi¨¦n quieren. Si un hombre no tiene un problema de impotencia ?hasta qu¨¦ punto pueden resultarle ¨²tiles estas pastillas?
Tom Kaulitz, guitarrista de la banda Tokio Hotel, tiene 22 a?os y ya sabe lo que es un resac¨®n de Viagra: un par de a?os atr¨¢s le tentaron a que la probara y no se tom¨® ni una ni dos pastillas, sino, seg¨²n sus propias palabras, ?probablemente demasiadas. A la ma?ana siguiente, ten¨ªa taquicardia y lo ve¨ªa todo borroso. Lo pas¨¦ muy mal durante un par de d¨ªas?. La experiencia de Ben Affleck (29 a?os) tambi¨¦n fue desalentadora: tal y como relataba en una entrevista en Playboy, decidi¨® subirse al carrusel de la pastilla azul en un intento por ?revivir aquellos d¨ªas de la adolescencia?, p...
Tom Kaulitz, guitarrista de la banda Tokio Hotel, tiene 22 a?os y ya sabe lo que es un resac¨®n de Viagra: un par de a?os atr¨¢s le tentaron a que la probara y no se tom¨® ni una ni dos pastillas, sino, seg¨²n sus propias palabras, ?probablemente demasiadas. A la ma?ana siguiente, ten¨ªa taquicardia y lo ve¨ªa todo borroso. Lo pas¨¦ muy mal durante un par de d¨ªas?. La experiencia de Ben Affleck (29 a?os) tambi¨¦n fue desalentadora: tal y como relataba en una entrevista en Playboy, decidi¨® subirse al carrusel de la pastilla azul en un intento por ?revivir aquellos d¨ªas de la adolescencia?, pero, lejos de recuperar el ardor juvenil, tan solo logr¨® sentirse ?sudoroso, mareado y con la sensaci¨®n de estar teniendo un ataque al coraz¨®n?. Kaulitz y Affleck no son bichos raros: por m¨¢s que pensemos que quienes consumen Viagra, Cialis o Levitra (los tres medicamentos indicados para la disfunci¨®n er¨¦ctil) son hombres maduros con problemas de impotencia, ser¨ªa una ingenuidad pensar que los varones j¨®venes son insensibles a la promesa de una erecci¨®n potente. Pero a los cinco a?os de su aparici¨®n en el mercado, el International Journal of Impotence Research ya constataba que se hab¨ªa triplicado su consumo entre varones menores de 45 a?os.
En Espa?a no hay datos oficiales que nos orienten acerca de hasta d¨®nde llega la utilizaci¨®n de estos f¨¢rmacos en hombres j¨®venes, pues a menudo los obtienen a trav¨¦s de Internet o se los pasan bajo mano entre amigos, y muy rara vez se compran en farmacia y con receta. Aun as¨ª, una encuesta de Pfizer revelaba en 2010 que el 5% de los hombres consultados entre 25 y 34 a?os hab¨ªa usado un medicamento para la disfunci¨®n er¨¦ctil en los ¨²ltimos 12 meses. Un 36% de estos hombres confesaba haberlo utilizado ?bastante o mucho?. El doctor Ignacio Moncada, coordinador nacional de Androlog¨ªa de la Asociaci¨®n Espa?ola de Urolog¨ªa, reconoce que ?es una pr¨¢ctica bastante extendida?. En su opini¨®n, esta demanda obedece a ?una cierta inseguridad sexual en los varones j¨®venes: ante una exigencia femenina cada vez mayor, por el cambio de rol de la mujer ¨Cantes pasivo y ahora muy activo¨C, los hombres se sienten juzgados, examinados y sin confianza acerca de c¨®mo van a funcionar sexualmente. Muchos de ellos piden ayuda, y la ayuda es una pastilla?.
Tendr¨ªamos, no obstante, que diferenciar dos perfiles de usuarios j¨®venes: el primero es el de quienes, como se?ala el doctor Moncada, ?sufren una disfunci¨®n er¨¦ctil de origen psicol¨®gico, en la que juega un papel muy importante lo que se conoce como ¡°ansiedad por ejecuci¨®n¡±: est¨¢n excesivamente pendientes de si su pene se pone o no suficientemente duro, y eso no les deja funcionar adecuadamente?. Est¨¢n indicados tanto para la disfunci¨®n er¨¦ctil org¨¢nica como para la psicol¨®gica, ?y lo que solemos hacer, cuando nos piden ayuda, no es prescribirles una pastilla para antes del coito, sino un tratamiento de un comprimido diario durante varios meses, de forma que no asocien la toma del comprimido al acto sexual inmediato. Esto, adem¨¢s, debe ir acompa?ado de asesoramiento psicol¨®gico y sexual para ayudar a evitar que el f¨¢rmaco se vuelva algo imprescindible en sus vidas?.
El segundo perfil es el de los que no tienen ninguna disfunci¨®n sino que, sencillamente, ?quieren m¨¢s?. M¨¢s potencia, m¨¢s duraci¨®n, m¨¢s firmeza. Aprendices de Nacho Vidal o Rocco Siffredi, estos usuarios no visitan las consultas de ur¨®logos o sex¨®logos, sino que se buscan la vida y la erecci¨®n por otros caminos. ?El perfil es el de un var¨®n de entre 30-40 a?os, con un nivel adquisitivo medio-alto y que, en el contexto de las relaciones sexuales, es abierto y liberal?, explica el doctor Vicent Bataller, vicepresidente de la Asociaci¨®n Internacional para el estudio Multidisciplinar de la Sexolog¨ªa. ?Lo que busca es la certeza de que su erecci¨®n va a ser firme y duradera, de forma que, aun tomando alcohol o drogas, pueda responder a las expectativas de sus compa?eras. En nuestro contexto cultural, los genitales tienen una gran carga simb¨®lica, y son muchos los hombres que se sienten mal sin esa erecci¨®n?.
Ahora bien, si un hombre no tiene un problema de impotencia ¨Csea f¨ªsica o psicol¨®gica-, ?hasta qu¨¦ punto pueden resultarle ¨²tiles estas pastillas? ?Si quien las toma es joven y no tiene un problema m¨¦dico detr¨¢s, seguramente tendr¨¢ una mejora de la erecci¨®n, aunque quiz¨¢ no demasiado significativa y seguramente menor de lo que puedan ser sus expectativas?, explica el doctor Carlos San Mart¨ªn, sex¨®logo cl¨ªnico y coordinador del Centro Interdisciplinar de Psicolog¨ªa y Salud (Cipsa). Y el doctor Bataller lo corrobora: ?Siempre que haya deseo y que no se d¨¦ una gran ansiedad anticipatoria, funcionan?. Claro, si partimos de la idea de que el m¨¢ximo esplendor de la erecci¨®n se sit¨²a en la adolescencia, y que, a partir de ese momento, progresivamente va ¡°decayendo¡±, seguramente todo var¨®n pueda, con la ayuda de una pastilla, llegar a notar un cierto florecer de su masculinidad. De ah¨ª que se consuman estos f¨¢rmacos sin que haya ninguna patolog¨ªa, pues, como ironiza el doctor San Mart¨ªn, ?en el sistema de valores de este patriarcado en el que vivimos, los hombres a¨²n tenemos la autoestima en la entrepierna y en la cartera?.
Bien, pues parece que las pastillas funcionan, aun cuando no haya una verdadera necesidad de tomarlas. Pero, fuera del ¨¢mbito de una prescripci¨®n m¨¦dica, ?son seguras? Porque, peri¨®dicamente, nos llegan noticias acerca de j¨®venes que han fallecido tras, supuestamente, consumir este tipo de medicamentos. Algo en lo que coinciden todos los especialistas es en que se trata de f¨¢rmacos muy seguros que rara vez tienen efectos adversos de consideraci¨®n; el problema, se?alan, es con qu¨¦ se mezclan. Porque, muy a menudo, el kit fiestero no se ci?e a estos f¨¢rmacos, sino que se adereza con drogas y alcohol. ?Muchos hombres toman las pastillas para contrarrestar los efectos del alcohol sobre su erecci¨®n, y no hay estudios que se?alen hasta qu¨¦ punto puede ser nocivo?, se?ala el doctor Bataller. ?Lo que s¨ª es incompatible es el uso de estos f¨¢rmacos con el consumo de nitrito de amilo (el popper), una droga muy utilizada en fiestas ¨Cespecialmente en contextos gais¨C que es tambi¨¦n un vasodilatador. Su uso combinado puede ser mortal?.
Salvo en estos casos extremos, el peligro de la ecuaci¨®n var¨®n joven m¨¢s f¨¢rmaco para la disfunci¨®n er¨¦ctil es el de que, normalmente, no hay detr¨¢s de ellos una prescripci¨®n m¨¦dica. En el mejor de los casos se consiguen de manos de farmac¨¦uticos poco rigurosos a la hora de exigir una receta; en el peor ¨Cy m¨¢s habitual¨C, en el mercado negro y en Internet. Dos son las razones detr¨¢s de esta compra bajo cuerda: por una parte, en la red se venden m¨¢s baratos, en farmacia, una pastilla viene a costar entre ocho y diez euros, mientras que en Internet pueden encontrarlas por uno o dos euros. Por otra, el usuario se deja seducir por el anonimato para as¨ª evitar acudir a un m¨¦dico.
Tentador, s¨ª, pero arriesgado: ?Seg¨²n datos que manejamos, hasta el 90% de los medicamentos que se venden de esta forma son falsos?, se?ala el doctor Jos¨¦ Antonio Sacrist¨¢n, director m¨¦dico de Lilly, compa?¨ªa farmac¨¦utica que comercializa Cialis. ?En algunos casos no son eficaces porque no tienen suficiente principio activo; en otros ni siquiera tienen y, adem¨¢s, se fabrican con polvo de tiza, talco¡ El problema es doble: no solo no funcionan, pueden ser perjudiciales para la salud. M¨¢s all¨¢ de la estafa, son un delito contra la salud p¨²blica?.