Cynthia Plaster Caster: la historia de la ¡®groupie¡¯ que inmortaliz¨® en yeso el pene de Jimi Hendrix
Decenas de m¨²sicos pasaron por las manos de esta artista que defini¨® mejor que nadie los a?os m¨¢s desinhibidos y locos de la historia del rock.
Cynthia Albritton, m¨¢s conocida como Cynthia Plaster Caster, a finales de los sesenta y durante la d¨¦cada siguiente no fue una groupie cualquiera. Por su cabeza no corr¨ªa exclusivamente la idea de acostarse con el mayor n¨²mero posible de rockeros y mandamases de la industria musical, sino hacer un molde de sus penes para, posteriormente, crear unas f¨¢licas esculturas de yeso que de inmediato pasaron a ser objeto de culto en medio mundo. ¡°Acceder a las estrellas del rock solo fue f¨¢cil en los primeros meses porque despu¨¦s las chicas se multiplicaron. Eso fue lo que hiz...
Cynthia Albritton, m¨¢s conocida como Cynthia Plaster Caster, a finales de los sesenta y durante la d¨¦cada siguiente no fue una groupie cualquiera. Por su cabeza no corr¨ªa exclusivamente la idea de acostarse con el mayor n¨²mero posible de rockeros y mandamases de la industria musical, sino hacer un molde de sus penes para, posteriormente, crear unas f¨¢licas esculturas de yeso que de inmediato pasaron a ser objeto de culto en medio mundo. ¡°Acceder a las estrellas del rock solo fue f¨¢cil en los primeros meses porque despu¨¦s las chicas se multiplicaron. Eso fue lo que hizo que me diera cuenta de que ten¨ªa mucha competencia y deb¨ªa destacar. De pronto hab¨ªa 25 chicas en la puerta de la habitaci¨®n de hotel de ese chico; 25 chicas que lograron superar las medidas de seguridad. Ten¨ªa que pensar en algo y, en mi caso, fue algo disparatado¡±, explic¨® en 2004 a Rock Confidential.
En total consigui¨® el benepl¨¢cito de 49 hombres, entre ellos Richard Cole, el tour manager de Led Zeppelin, o Dennis Thompson y Wayne Kramer, bater¨ªa y guitarrista respectivamente de MC5. Aunque lo cierto es que la leyenda de esta at¨ªpica artista, que est¨¢ a punto de cumplir 73 a?os, emergi¨® de inmediato ya que uno de sus primeros modelos fue nada m¨¢s y nada menos que el propio Jimi Hendrix.
Nacida en Chicago el 24 de mayo de 1947 en el seno de una familia cat¨®lica muy conservadora, se sabe que de peque?a era extremadamente t¨ªmida y pudorosa. La m¨²sica siempre hab¨ªa sido su principal v¨¢lvula de escape, as¨ª que aprovechando la tard¨ªa eclosi¨®n de sus hormonas ide¨® un plan para poder acceder a aquellos semidioses que escuchaba a todas horas. En febrero de 1968, con 19 a?os y gracias a un profesor de arte que ten¨ªa en la universidad, se le ilumin¨® la bombilla. El maestro encarg¨® a los alumnos crear con yeso ¡°algo s¨®lido que pudiera mantener su forma¡± a partir de un molde de arena y agua, por lo que Cynthia no dud¨® en llamar a su amiga de la secundaria Pest (cuya funci¨®n era b¨¢sicamente estimular a los conejillos de indias mientras ella inmortalizaba lo que ya pueden imaginarse) para que le acompa?ara ese fin de semana a ver en directo a Paul Revere & the Raiders.
Ellos accedieron encantados, pero aquella soluci¨®n de arena y agua fracas¨® por completo y lo ¨²nico que consigui¨® esa noche nuestra protagonista fue perder la virginidad con Mark Lindsay, quien fuera el l¨ªder de la banda. No fue hasta d¨ªas despu¨¦s, tras varios experimentos con dos amigos suyos, que dio con la f¨®rmula deseada: el llamado alginato, el material con el que los odont¨®logos realizan r¨¦plicas de las dentaduras.
Pest se ech¨® un novio y abandon¨® el barco en un abrir y cerrar de ojos, pero r¨¢pidamente fue sustituida por una nueva asistenta llamada Dianne. Uniformadas ¡°como si fu¨¦ramos vendedoras ambulantes con una maleta y tarjetas de visita¡±, el 25 de febrero de 1968 Cynthia y varias amigas suyas siguieron en coche la limusina de Hendrix hasta que se detuvo en la puerta del Conrad Chicago Hotel. Le convencieron en un santiam¨¦n. ¡°Haciendo la mezcla ah¨ª estaba Jimi, con una presencia m¨¢s grande que la propia habitaci¨®n. Se quit¨® los pantalones, se dej¨® puesta la blusa y el sombrero y se sumergi¨® en el molde. Debido a que fue uno de los primeros no sab¨ªamos lo suficiente acerca de lubricar el vello p¨²bico, la ¨²nica parte del cuerpo que tiene que estar bien lubricada. Los pelos se atascaron en el molde, pero fue muy paciente mientras sacaba uno por uno para no lastimarlo¡±, narr¨® sin tapujos acerca del surrealista encuentro.
En ese mismo a?o Cynthia conoci¨® a Eric Clapton, que lejos de aceptar la proposici¨®n de la groupie m¨¢s art¨ªstica de la ¨¦poca le puso en contacto con alguien de vital importancia en esta historia. Hablamos de Frank Zappa, que, aunque nunca colabor¨® para formar parte de la colecci¨®n ¡°porque en la vida real era un hombre de familia normal con esposa e hijos¡±, acabar¨ªa siendo uno de sus principales mecenas. ¡°Le conoc¨ª en 1968 mientras estaba de gira con Cream. Yo estaba persiguiendo a Eric Clapton para que posara para nosotras, pero Eric dijo: ¡®S¨ª, podr¨ªa hacerlo, aunque tengo un amigo que podr¨ªa estar a¨²n m¨¢s interesado¡¯. A la siguiente noche Frank vino a la habitaci¨®n del hotel de Eric y empez¨® a hacernos unas preguntas a Dianne y a m¨ª. ?l estaba muy interesado en lo que hac¨ªamos porque estaba escribiendo un art¨ªculo para la revista Life sobre la nueva cultura pop. Le contamos nuestro sue?o: poder montar una exposici¨®n. Y, cuando poco despu¨¦s volvi¨® a Chicago, me coment¨®: ¡®He estado pensando en lo que haces y me gustar¨ªa ayudarte¡¯. Sin ¨¢nimo de lucro te daba dinero para que pudieras hacer lo que quisieras sin tener que preocuparte por un contrato. Era un sue?o muy de los sesenta. Frank solo quer¨ªa ayudar, pero m¨¢s tarde descubr¨ª que su socio comercial ten¨ªa otras ideas¡±, explic¨® en la ya mencionada Rock Confidential. Ese hombre al que hace referencia Cynthia es Herb Cohen, una de las personas que junto a Zappa anim¨® a Cynthia a mudarse a Los ?ngeles entre 1969 y 1972 en una etapa que ella recuerda como ¡°tres a?os miserables¡± en los que siempre estaba rodeada de ¡°toda aquella gente de pl¨¢stico¡±. Entre otras cosas, durante aquel breve periodo, intentaron robarle en casa y Cohen se prest¨® gustosamente a guardar los moldes en la caja fuerte de su mansi¨®n.
Justo cuando estaba preparando la maleta para volver a su ciudad natal, la mano derecha de Zappa, tal como explic¨® en esta entrevista, mostr¨® su verdadera cara: ¡°?l [refiri¨¦ndose a Herb Cohen] en ese momento dijo ¡®no te preocupes, alg¨²n d¨ªa exhibiremos las esculturas¡¯, pero nunca m¨¢s supe de ¨¦l. Esper¨¦ mucho tiempo y lleg¨® el d¨ªa en el que iba a volver a Chicago. Le ped¨ª que me devolviera los moldes, pero no lo hizo¡±. Ante eso Cynthia esper¨® hasta 1991 para demandarle y a lo largo del juicio, adem¨¢s, acab¨® descubriendo que durante todos esos a?os Cohen hab¨ªa perdido o destruido algunos de los moldes despu¨¦s de realizar il¨ªcitas copias de plata y bronce de los penes. ¡°Lo que est¨¢ sucediendo aqu¨ª no es solo una pelea por el arte, es m¨¢s como una batalla por la custodia de los hijos. Esas cosas no son ¨²nicamente pedazos de yeso para m¨ª, son como mis hijos. De cada uno guardo recuerdos preciosos. Este hombre no tiene ning¨²n derecho sobre ellos. Son m¨ªos y ¨¦l lo sabe¡±, se hac¨ªa eco al respecto en 1993 en?Los Angeles Times. Efectivamente, el juez acabar¨ªa d¨¢ndole la raz¨®n a ella un a?o m¨¢s tarde.
Cynthia, que se defini¨® a s¨ª misma en la MTV como una ¡°groupie en recuperaci¨®n¡± porque ¡°a¨²n sigo teniendo reacciones de groupie cuando veo a un hermoso hombre tocando m¨²sica frente a m¨ª¡±, realiz¨® el ¨²ltimo molde en 2014 (concretamente, a Lias Saoudi de The Fat White Family). Y no, por mucho que Gene Simmons diese a entender en 1977 en el tema Plaster Caster de Kiss que tambi¨¦n exist¨ªa una r¨¦plica de yeso suya, aquello solo ocurri¨® en su imaginaci¨®n. ¡°Personalmente, creo que Gene escribi¨® la canci¨®n para que la gente pensara que hab¨ªa pasado por mis manos cuando, en realidad, nunca me interes¨® Kiss hasta mucho despu¨¦s de que se publicara aquella pieza y Evan Dando de The Lemonheads la versionara¡±, dijo sobre ello no sin antes apostillar que antes se lo hubiese pedido a ¡°Brian Jones, Joey Ramone o Serge Gainsbourg¡±.
Asimismo, entre el 2000 y el 2013 la estadounidense dio a una vuelta de tuerca a su legado centr¨¢ndose para la ocasi¨®n en los pechos de artistas femeninas como, entre otras, Suzi Gardner de L7, Peaches, Karen O de Yeah Yeah Yeahs o Laetitia Sadier de Stereolab. Y hablando de legados, en ese mismo a?o 2000, al fin, Cynthia materializ¨® el sue?o que d¨¦cadas antes le hab¨ªa confesado a Zappa: por vez primera su obra pudo disfrutarse en un museo. No cabe duda de que le cost¨®, s¨ª, pero finalmente el siempre elitista y herm¨¦tico mundo del arte entendi¨® que ella era mucho m¨¢s que una mera groupie.