Queja estacional sobre la jornada escolar

Un a?o m¨¢s: mis hijos empiezan hoy a salir del colegio (p¨²blico) a las 14.30. Entran a las 9.30. Pero su profesora hace horario de 9.30 a 13.00, ya que el horario de comedor lo cubre una contrata. Es decir, tres horas y media lectivas en junio y en septiembre. Lo que hace 17 horas y media a la semana.

Adem¨¢s, disfruta de dos meses de verano enteritos. Y dos semanas en Navidad (cuando no es m¨¢s). Y diez d¨ªas en Semana Santa. El 11 de junio es fiesta, Corpus Christi o cualquier zarandaja religiosa, y eso que estamos en un pa¨ªs laico. El caso es que necesitan "que les cuadren las horas", por eso se acogen a este tipo de festividades. Y tambi¨¦n tienen los puentes, y la fiesta del maestro... Por Dios, ?qu¨¦ horas tienen que cuadrar? Si no cumplen ni el m¨ªnimo. Sin entrar en estos balnearios de junio, julio y septiembre (asumiendo agosto como vacacional), durante el resto del curso escolar, su horario abarca de 9.30 a 16.30 (una hora de salida que choca con cualquier horario laboral), es decir, un total de siete horas, de las que s¨®lo est¨¢n seis de manera presencial en el centro. 30 horas semanales. En un pa¨ªs donde la jornada laboral es de OCHO horas diarias, todos los meses del a?o, menos uno de vacaciones. Es decir, 40 horas a la semana m¨ªnimo, el resto de los mortales. Los profesores, ?por qu¨¦ no? ?qu¨¦ hacen con esas 10 horas de menos? ?Qu¨¦ hacen con los dos meses de verano, con las vacaciones de Navidad, con Semana Santa escolar?

Dicen que tienen que preparar las clases. ?Y el resto de los trabajadores? Cuando se forman, otros cubren sus tareas, las f¨¢bricas no se paran, los hospitales no cierran. Tambi¨¦n se amparan en que necesitan horas de formaci¨®n o reciclaje. Lo mismo que en el caso anterior. Y justifican las 30 horas lectivas semanales con la excusa de que el resto lo dedican a corregir ex¨¢menes o tutor¨ªas. Eso s¨ª, cuando te citan para la tutor¨ªa es cuando los alumnos est¨¢n en otras clases, como ingl¨¦s, m¨²sica o educaci¨®n f¨ªsica. Igual que para corregir ex¨¢menes.

Lo ¨²nico que s¨¦ cierto es que los profesores de mis hijos tienen unas jornadas laborales y unas vacaciones que ya desear¨ªa cualquier trabajador. Su eficacia como maestros, que puedo vislumbrar a trav¨¦s de los resultados de mis hijos y su aprovechamiento lectivo, no avalan todas esas horas de formaci¨®n, reciclaje o lo que sea a lo que se dedican. Es m¨¢s, intuyo que la calidad de la ense?anza que recibir¨ªan mis hijos ser¨ªa parecida o incluso mejor de ampliarse su estancia en el centro a diario (por ejemplo, con una hora de estudio tutorizada por los maestros) y durante el mes de julio (con clases de refuerzo y afianzamiento de lo aprendido).

?C¨®mo vamos a tener hijos en estas condiciones? Ahora saldr¨¢ la consabida frase de que el colegio no es una guarder¨ªa. No har¨ªa falta que lo fuera, si cumplieran con un horario laboral acorde con el resto de la sociedad adulta espa?ola, si organizaran su tiempo y el de nuestros hijos de acuerdo con el resto de la sociedad, acorde tambi¨¦n con el modelo de sociedad que estamos construyendo, en la que no hay amas de casa, ni abuelas, ni empleadas de hogar que vayan a recoger a los ni?os a las 16.30 (bendito horario).

Ampliar el horario a diario con estudios tutorizados evitar¨ªa, por ejemplo, que los ni?os llevaran a casa un mont¨®n de deberes (podr¨ªan hacerlos en el colegio bajo la supervisi¨®n de sus maestros) y evitar¨ªa tambi¨¦n el manido truco de descargar una parte de la responsabilidad de la ense?anza reglada en los padres, algo muy de moda y que choca con el dise?o de la sociedad que queremos construir, con la plena incorporaci¨®n de la mujer al mundo laboral como sujeto activo. Ahora la mayor¨ªa de las mujeres trabajamos, y llegamos a casa a hacer deberes y a estudiar. ?Cu¨¢ndo vienen los profesores a mi trabajo a hac¨¦rmelo, a complet¨¢rmelo? Los ni?os podr¨ªan tener estudio en el colegio, refuerzo de algunas clases, y se evitar¨ªa sobrecargar a las familias, que ya bastante sobrecargadas estamos. Adem¨¢s, m¨¢s horas no implicar¨ªa m¨¢s horas de las materias obligatorias. Podr¨ªamos ser m¨¢s ambiciosos: ense?ar a aprender, ense?ar a pensar, ense?ar a estudiar, ense?ar a razonar.

Se me echar¨¢ encima el profesorado, ofendido, escud¨¢ndose en que son profesionales y no "cuidadores" de ni?os, pero en definitiva defendiendo unas condiciones de trabajo que sigo considerando indefendibles. ?No ser¨¢ que el profesorado est¨¢ caduco? Cumplen un horario limitado e imparten las ense?anzas obligatorias. Y punto. Los deberes, para casa; las dudas, al profe particular; ?m¨¢s ingl¨¦s?, a una academia; estudiar, con los padres; ?problemas de adaptaci¨®n? a la familia; ?el recreo? que lo vigile otro; ?extraescolares? pues eso, extras.

Es una pataleta. Lo s¨¦. Nada va a cambiar. Es uno de junio y mis hijos ya no tienen cole por la tarde. Mientras, yo contin¨²o en mi trabajo a las cuatro, a las cinco, a las seis, a las siete (?soy yo la ¨²nica?), pregunt¨¢ndome c¨®mo les habr¨¢ ido a mis hijos toda la tarde solos en casa, y haciendo c¨¢balas econ¨®micas y log¨ªsticas. Y si mi hijo anda flojo en mates o en naturales, la culpa es m¨ªa, que trabajo, que no estoy en casa cuando llega para ayudarle en sus deberes. Quiz¨¢ en julio pueda pagarle unas clases extra, desde luego, no en su centro escolar.