La chuleta que viene en pastillas
Llegan los ex¨¢menes. Cada vez m¨¢s estudiantes -y ejecutivos- buscan mante- nerse despiertos y m¨¢s concentrados a trav¨¦s de un f¨¢rmaco para la narcolepsia. Los m¨¦dicos advierten de que, en personas sanas, puede provocar ansiedad y taquicardia y ser adictivo. Sus efectos a largo plazo no se han estudiado
Se llama modafinilo y es un f¨¢rmaco indicado para tratar la narcolepsia, un trastorno neurol¨®gico que provoca un exceso de somnolencia diurna y, en algunos casos, verdaderos ataques de sue?o. Pero en los ¨²ltimos tiempos, estudiantes y ejecutivos sin ning¨²n problema parecido a los anteriores han pasado a engrosar su lista de consumidores. No es la primera ni la ¨²nica ayuda qu¨ªmica que han utilizado los estudiantes, pero es la que est¨¢ de moda ahora: el 25% de los alumnos de los campus de Estados Unidos reconoce haberla tomado en alguna ocasi¨®n.
El doctor Diego Garc¨ªa-Borreguero, director del Instituto de Investigaciones del Sue?o, confirma una tendencia creciente tambi¨¦n en Espa?a a "usar dosis terap¨¦uticas de la p¨ªldora como potenciador cognitivo fuera del ¨¢mbito cl¨ªnico". En otras palabras, que algunos empiezan a usar el f¨¢rmaco conocido como la smart drug (p¨ªldora inteligente) para intentar ser el m¨¢s listo por un d¨ªa. En el caso de los narcol¨¦pticos, "su principio activo impide la recaptaci¨®n de la dopamina y la noradrenalina, lo que tiene un efecto estimulante en la corteza cerebral que ayuda a mantener la vigilia. Entre 100 y 200 mg son suficientes para mantenerse despierto". Algunos estudiantes no narcol¨¦psicos que la han tomado dicen que aumentaba su entusiasmo para estudiar o que les permit¨ªa "ir a clases en medio de una resaca".
"Los chicos no aprenden m¨¢s. Solo no duermen y se dan un atrac¨®n", dice un profesor de la Universidad de Valencia
Pero poco o nada se sabe de los efectos del modafinilo a largo plazo, porque es un f¨¢rmaco relativamente nuevo y poco estudiado. S¨®lo se han evaluado durante 136 semanas y se desconoce si pueden derivarse efectos adversos de su uso durante una temporada m¨¢s larga. "Este tipo de f¨¢rmacos suele ser muy adictivo y todo lo que llega al cerebro es peligroso", afirma Francisco Mart¨ªnez, investigador del laboratorio de neuroanatom¨ªa comparativa y funcional de la Universidad de Valencia. "Soy un estudioso de los mecanismos cerebrales y desconf¨ªo absolutamente de mi poder para controlarlos. No s¨¦ c¨®mo hay gente que dice tan tranquila 'yo controlo", a?ade Mart¨ªnez. Desde la cl¨ªnica Universidad de Navarra, el neur¨®logo Mario Riverol recuerda que ya se han utilizado otros f¨¢rmacos con la ilusi¨®n de potenciar la inteligencia y la concentraci¨®n, como el metilfenidato (comercializado como Ritalina o Rubifen) y la dexanfetamina (Dexedrina). "Estos f¨¢rmacos, mal llamados inteligentes, pertenecen a la familia de los psicoestimulantes. A corto plazo pueden provocar cefaleas, n¨¢useas, v¨®mitos, nerviosismo, taquicardia, ansiedad e insomnio. A largo plazo, el riesgo de adicci¨®n var¨ªa de un f¨¢rmaco a otro y depende de la v¨ªa de administraci¨®n", explica.
Los primeros que experimentaron con el modafinilo fueron los soldados estadounidenses en la guerra del Golfo de 1991. Se supone que la p¨ªldora les serv¨ªa para combatir el agotamiento y el jet lag propios del desplazamiento r¨¢pido de las tropas desde Estados Unidos hasta el golfo P¨¦rsico. Ahora la moda cunde en las universidades de ¨¦lite y en los ambientes profesionales muy competitivos en los que dormir ocho horas diarias parece una p¨¦rdida de tiempo.
No es una novedad que la noche antes de un examen los estudiantes tiren de la qu¨ªmica. Las drogas que m¨¢s se utilizaban eran las anfetaminas, como el metalfenidato que mencionaba el doctor Riverol, indicado para tratar el trastorno de hiperactividad y d¨¦ficit de atenci¨®n. O el compuesto tetratab, que se vend¨ªa ilegalmente en Internet. El modafinilo tiene potencial adictivo y efectos cardiovasculares, aunque menores que los de las anfetaminas, seg¨²n el doctor Garc¨ªa-Borreguero.
Al d¨ªa siguiente de haber ingerido el modafinilo (sin ser narcol¨¦ptico), no todos los usuarios se sienten igual. Algunos hablan de "caer en la cama como un tronco y despertar aturdido 12 horas despu¨¦s"; otros cuentan que pasan el d¨ªa "medio tontos".
El profesor Francisco Mart¨ªnez ha comprobado el impacto real del modafinilo en roedores: se vuelven mucho m¨¢s concentrados y atentos. "Act¨²a sobre determinadas v¨ªas dopamin¨¦rgicas que aumentan la motivaci¨®n, la sensaci¨®n de que te comes el mundo".
En la Universidad de Cambridge (EE?UU), una parte de los catedr¨¢ticos est¨¢ en pie de guerra. Piden que sus alumnos se sometan a una especie de prueba antidopaje antes de los ex¨¢menes. No les parece justo usar la misma vara de medir para los que consumen "potenciadores cognitivos" y para los que no. Otra parte del profesorado se apunta a la facci¨®n no alarmista con el argumento siguiente: "Una p¨ªldora de modafinilo es como tomar una taza de caf¨¦, pero m¨¢s efectivo". El profesor Fernando Mart¨ªnez no cree necesario que en su universidad, la de Valencia, tengan que hacerse este tipo de test. "No creo que los estudiantes aprendan m¨¢s. Sencillamente, no duermen y se dan un atrac¨®n la noche antes del examen. No es una buena soluci¨®n porque hay que ser selectivo en el aprendizaje. No se trata de memorizarlo todo, es importante olvidar para poder concentrarse en lo verdaderamente importante. Veo dif¨ªcil que estos f¨¢rmacos aumenten la capacidad cognitiva".
Por su parte, B¨¢rbara Sahakian, profesora de neuropsicolog¨ªa cl¨ªnica del departamento de psiquiatr¨ªa de Cambridge y l¨ªder de la protesta en esta universidad, asegura que el uso de estos medicamentos tiene "enormes implicaciones" y que la universidad debe tomar cartas en el asunto. Unos meses antes, un estudio publicado en Nature advert¨ªa de que un 25% de los estudiantes de los campus estadounidenses hab¨ªa consumido este f¨¢rmaco. Naturalmente, muchos estudiantes se enteraron de la existencia de la p¨ªldora leyendo dicho art¨ªculo y les pareci¨® "una idea estupenda". Una circunstancia que esperamos no se repita con este reportaje.
M¨¢s curiosos fueron los resultados de la encuesta que la propia revista Nature puso en marcha entre sus lectores, la mayor¨ªa acad¨¦micos e investigadores. Uno de cada cinco reconoci¨® que utilizaba las smart drugs.
Parece que a nadie le preocupan demasiado las consecuencias futuras de estar en modo "m¨¢ximo rendimiento" todo el d¨ªa. Un m¨®vil se quedar¨ªa sin bater¨ªa, un ordenador se sobrecalentar¨ªa, y el cerebro humano agradecer¨ªa unas horas en estado de hibernaci¨®n.
En Espa?a, la venta de modafinilo y de todas las anfetaminas est¨¢ mucho m¨¢s controlada que en Estados Unidos, pero la farmacia online es omnipresente. Con s¨®lo teclear el nombre del f¨¢rmaco en Google, aparecen varios portales donde lo ¨²nico que se exige al comprador es que firme un contrato asegurando que nunca los demandar¨¢ por vender el f¨¢rmaco sin prescripci¨®n m¨¦dica. Los precios oscilan entre cuatro y cinco euros por cada pastilla, incluidos los gastos de env¨ªo. En algunos campus, como el propio Cambridge, se reconoce la existencia de un tr¨¢fico alto y fluido de smart drugs entre los estudiantes. ?De d¨®nde salen las p¨ªldoras? Nadie lo sabe o nadie lo dice.
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