Objetivo: medicina personalizada
Humanizar la atenci¨®n es una de las grandes demandas de los ciudadanos. El trato, pero tambi¨¦n la investigaci¨®n, debe acercarse a las necesidades reales de los pacientes
Juan C. Cigudosa trabaja con c¨¦lulas que decenas de pacientes han cedido para investigar sobre gen¨¦tica y c¨¢ncer. Es director del laboratorio de citogen¨¦tica molecular del Centro Nacional de Investigaciones Oncol¨®gicas (CNIO). Estudia, por ejemplo, la leucemia desde el punto de vista gen¨¦tico. Una investigaci¨®n que -como otras- puede resultar desconocida y ajena para el ciudadano medio. Todo a pesar de que, desde el punto de vista de la innovaci¨®n, pueden aportar una ventaja que la medicina demanda desde hace tiempo: la personalizaci¨®n, el impacto directo en el individuo y en su familia. Logros que, sin embargo, Bego?a Vicu?a percibe lejanos. Esta m¨¦dico de atenci¨®n primaria lleva 30 a?os pasando consulta. "El ciudadano y el m¨¦dico todav¨ªa est¨¢n muy desvinculados de la investigaci¨®n. En primaria, la parte de la medicina que m¨¢s contacto tiene con la sociedad, con lo que tratamos es con padecimientos".
"Los espa?oles no saben en qu¨¦ afecta la investigaci¨®n a su vida", dice la periodista Elvira Lindo
Padecimientos. Porque hoy d¨ªa la salud va mucho m¨¢s all¨¢ de la cura o el tratamiento de enfermedades. Tiene que ver tambi¨¦n con la prevenci¨®n. Con el bienestar. Los ciudadanos quieren vivir cualquier etapa de la vida con dignidad. Est¨¦n enfermos o sanos. Sufran una patolog¨ªa aguda o cr¨®nica. La demanda adem¨¢s es clara: cada vez se busca m¨¢s una atenci¨®n personalizada, un contacto real y humanizado de la sanidad. Temas que se debatieron en el desayuno informativo Salud e innovaci¨®n, organizado esta semana por El PA?S con la colaboraci¨®n de la Fundaci¨®n Mutua Madrile?a. Una mesa en la que se escucharon las voces de los protagonistas de la vida sanitaria -gesti¨®n sanitaria, docencia, investigaci¨®n, medicina, ciudadan¨ªa-, y en la que se radiografi¨® la situaci¨®n actual de la sanidad y se apuntaron ideas para mejorarla.
Avances que pasan, por ejemplo, por acercar la medicina al ciudadano. "La humanizaci¨®n, sobre todo en atenci¨®n primaria, no es la guinda del pastel, es el ingrediente fundamental", dice desde la experiencia Vicu?a. Una visi¨®n hol¨ªstica que Joaqu¨ªn Coll, m¨¦dico internista y decano de la Facultad de Medicina de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona (UAB), tambi¨¦n considera b¨¢sica y muy relacionada con el devenir de la sociedad. Y es que uno de los retos futuros de la vida, y no solo de la medicina, es el envejecimiento de la poblaci¨®n -en 10 a?os, uno de cada cinco espa?oles tendr¨¢ m¨¢s de 65 a?os, seg¨²n la OCDE- y el aumento de los enfermos cr¨®nicos. "Intento que mis pacientes ancianos no sean enfermos. Ser mayor no es lo mismo que estar enfermo", dice Coll, que aporta al debate el punto de vista de la docencia. Para lograrlo hace falta un enfoque integral que pasa por analizar desde las patolog¨ªas que afectan a estos pacientes hasta su ritmo de vida. En una palabra: su bienestar.
Algo que puede parecer muy alejado de las pipetas, los microscopios y las salas de los laboratorios. "En Espa?a, la investigaci¨®n base es buena, pero est¨¢ demasiado separada de las necesidades reales", sostiene Coll. Un argumento que, al menos en cierta medida, est¨¢ cambiando para Lorenzo Cookling, director general de la Fundaci¨®n Mutua Madrile?a, que asegura que los proyectos de investigaci¨®n est¨¢n cada vez m¨¢s ligados a lograr mejoras en la sociedad. "Financiamos 400 proyectos a los que dedicamos 41 millones de euros y tratamos que todos sean programas de investigaci¨®n pegados a la realidad", explica. Proyectos no solo de investigaci¨®n cient¨ªfica -por ejemplo, dirigidos al desarrollo de un h¨ªgado artificial-, sino tambi¨¦n destinados a la formaci¨®n de cuidadores especializados en el tratamiento del alzheimer. Tratamiento personalizado para un problema muy real que afecta a entre 700.000 y un mill¨®n de personas en Espa?a.
Es el ciudadano quien demanda cada vez m¨¢s ese trato cercano, personalizado y m¨¢s pendiente de mejorar la salud en todos los aspectos. Un enfoque que adem¨¢s no se limita solo al tratamiento de la enfermedad. Esa reclamaci¨®n palpable se refleja en el ¨²ltimo Bar¨®metro Sanitario realizado por el Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas (CIS). Seg¨²n ese estudio, que recoge las opiniones de casi 8.000 ciudadanos sobre el estado del sistema nacional de salud, el trato que el m¨¦dico da a los pacientes es uno de los aspectos que necesita mejoras. Un factor importante que, junto con el confort de las instalaciones y la rapidez con la que atienden los profesionales, hace que la preferencia entre sanidad p¨²blica y privada est¨¦ casi en equilibrio (el 46,8% se decantar¨ªa por la p¨²blica frente al 45,2% que ir¨ªa a la privada) en la atenci¨®n especializada.
"Hay que tener en cuenta dos conceptos: la atenci¨®n individualizada y la medicina humanizada. Hay que utilizar las nuevas tecnolog¨ªas y tambi¨¦n curar con la palabra", expone Jes¨²s Pel¨¢ez, director ejecutivo del Grupo Hospital de Madrid, con cuatro grandes centros sanitarios en la capital de Espa?a. "El gran salto que hay que hacer es el de la investigaci¨®n a la atenci¨®n primaria", matiza Pel¨¢ez. "Que cuando vayas a la consulta del m¨¦dico sea para mejorar la calidad de vida, no para que te den una pastilla que disfrace o aplace el mal", apunta Bego?a Vicu?a.
Para los ciudadanos, la sanidad es mucho m¨¢s que la simple atenci¨®n a las enfermedades. "Mi patria est¨¢ donde est¨¢ la sanidad p¨²blica espa?ola. Me extra?o cuando escucho que los famosos van a Estados Unidos a curarse un c¨¢ncer. En Espa?a hay un gran sistema sanitario", comenta Elvira Lindo. La periodista y escritora aporta el punto de vista de la ciudadan¨ªa. Vive parte del a?o en EE UU y critica la lejan¨ªa palpable entre los investigadores sanitarios y los ciudadanos. Un problema en ese pa¨ªs, donde la ciencia y su equivalente en medicina encuentran un lugar a diario en los informativos de televisi¨®n y en las p¨¢ginas de los peri¨®dicos. "En Espa?a, a la gente no le llega el mensaje. No sabe qu¨¦ se est¨¢ investigando ni en qu¨¦ afectan esos proyectos a su vida", opina.
Hacer que los millones de euros que Espa?a destina a proyectos de innovaci¨®n y desarrollo en el sector de la sanidad se traduzcan en ventajas para los ciudadanos (o simplemente que sean conscientes de la importancia de esos programas) es algo que todos consideran b¨¢sico. "Que la investigaci¨®n gen¨®mica sirve, por ejemplo, para determinar si el retraso mental en una persona tiene una causa gen¨¦tica", presenta Juan C. Cigudosa. Y sigue: "En un futuro, esa investigaci¨®n de los genes podr¨¢ desvelar, por ejemplo, si una persona va a tener un c¨¢ncer de colon o de mama". Avances, sin embargo, que despiertan un gran debate ¨¦tico. ?C¨®mo tratar esa informaci¨®n si puede transformar a una persona (de momento) sana en un enfermo prematuro?
Pero al margen del debate moral, la innovaci¨®n tiene un alto coste econ¨®mico. Espa?a dedica el 9,5% de los gastos de las empresas de I+D a proyectos sociosanitarios. "Todo lo que sea innovaci¨®n tiene un coste muy alto. Y no se puede dar todo gratis", opina Albert Sarr¨¢, director general de Aresa Salud. "La sanidad espa?ola goza de una excelente salud, pero es un agujero con unos costes inmensos a los que nadie se atreve a meterle mano. Y ah¨ª tambi¨¦n juega un papel important¨ªsimo el m¨¦dico. Sobre todo en primaria. Nosotros estamos intentando que ese profesional act¨²e de guardi¨¢n, de filtro para la atenci¨®n especializada. As¨ª, adem¨¢s de humanizar la atenci¨®n, se logra racionalizar el gasto", dice Sarr¨¢. "Aspectos como la innovaci¨®n y la medicina personalizada son valores que debe asumir la medicina privada", incide el director general de Aresa Salud.
Sin embargo, esa concepci¨®n de la medicina personalizada tambi¨¦n tiene un riesgo, que el ciudadano decida ir al m¨¦dico para todo. Un patr¨®n que, cada vez m¨¢s, se repite en las consultas espa?olas. La persona no enferma que acude por una p¨¦rdida amorosa, porque no quiere aguantar los tres d¨ªas de fiebre que dura una gripe o porque quiere que el m¨¦dico le diga qu¨¦ hacer con su hijo que duerme menos que antes. "Se ha producido un aumento de la demanda y de la actividad asistencial por miedo a las demandas judiciales. Ahora se realizan muchas pruebas por precauci¨®n. Hay m¨¢s cultura cient¨ªfica del ciudadano y tambi¨¦n una mayor educaci¨®n sanitaria. Pero todav¨ªa queda mucho por hacer. Hay que controlar el gasto. Concienciar al ciudadano de que las cosas cuestan dinero", asegura el director ejecutivo del Grupo Hospital de Madrid.
Un debate que lleva inevitablemente al copago sanitario (que el paciente pague una cantidad por las visitas al m¨¦dico o por los d¨ªas que pase en el hospital, por ejemplo) para disuadir de ese sobreuso o a otros mecanismos de concienciaci¨®n. Una medida que no todos comparten. Bego?a Vicu?a, que sostiene que casi la mitad de las consultas al m¨¦dico son innecesarias, es m¨¢s partidaria de las llamadas facturas en la sombra. Un documento que informe al ciudadano de lo que ha costado su asistencia. En lo que todos coinciden es en que se debe lograr que el ciudadano tome conciencia del coste sanitario que las consultas innecesarias generan. Un coste no solo econ¨®mico. Algo que, dicen, se puede conseguir a trav¨¦s de la educaci¨®n en el colegio o la universidad y tambi¨¦n desde la propia medicina. "El m¨¦dico de familia tiene un gran papel en esto", incide el director general de Aresa.
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