La crisis dispara la pobreza en el sureste y las islas

El n¨²mero de familias pobres ha crecido en Espa?a en 1.213.929 desde que empez¨® la crisis. Son un 16,2% m¨¢s, seg¨²n el informe Pobreza en un periodo de crisis econ¨®mica (2007-2012) presentado este martes por el Instituto Valenciano de Investigaciones Econ¨®micas (IVIE) y la Fundaci¨®n Bancaja. Pero estos datos esconden una extraordinaria diversidad. Por parad¨®jico que pueda parecer, hay 6 regiones espa?olas (especialmente las situadas en el cuadrante noroeste) donde se ha producido un leve retroceso de la pobreza mientras que en las 11 restantes se registra un notable incremento.

As¨ª, el escenario estatal muestra que la pobreza afecta ya a una de cada cinco personas (la tasa media est¨¢ en el 22,23% del total, acerc¨¢ndose a una relaci¨®n de uno por cada cuatro ciudadanos). Pero el mapa auton¨®mico describe una Espa?a con grandes y crecientes diferencias que sigue un patr¨®n com¨²n: el sureste y las islas es donde m¨¢s ha aumentado el porcentaje de pobres. En algunos casos, de forma espectacular, como Baleares, donde la tasa ha crecido un 89%, Canarias (48,7%), Murcia (41,5%) o la Comunidad Valenciana (25,6%); todas ellas muy por encima de la media estatal del 22,2%. Por el contrario, la pobreza se ha reducido en Madrid (de un 19,6% se ha pasado a un 18,4%), en el Pa¨ªs Vasco (del 19,5% al 18,7%) o en Castilla y Le¨®n (del 22,7% al 22%).

Para medir estos datos, el IVIE se ha centrado en el an¨¢lisis del gasto familiar (al contrario que hace el Instituto Nacional de Estad¨ªstica, por ejemplo, que mide los ingresos), y ha situado el list¨®n para medir la pobreza en el 60% de la mediana del gasto de los hogares. En el caso de una pareja con dos hijos, el umbral medio est¨¢ en un consumo inferior a 20.825,7 euros anual y si se trata de una persona sola en 9.917 euros.

?C¨®mo se explican las enormes diferencias regionales que refleja el trabajo? Uno de los autores del informe, Antonio Villar, catedr¨¢tico de Fundamentos de An¨¢lisis Econ¨®mico de la Universidad Pablo de Olavide se Sevilla explica que no es f¨¢cil de dar una respuesta debido a la multitud de variables que entran en juego, aunque apunta a dos datos de especial relevancia.

El mayor incremento de pobreza se da en las regiones que m¨¢s apostaron por un modelo de crecimiento econ¨®mico basado en la construcci¨®n y en el impulso p¨²blico en el desarrollo de infraestructuras. El estallido del boom inmobiliario se ha traducido en un frenazo en seco tanto de la construcci¨®n de vivienda privada como de grandes inversiones en equipamiento p¨²blico, y en el desempleo de miles de trabajadores ocupados en actividades ligadas, directa o indirectamente, a la construcci¨®n. El impacto ha sido tal, como ha destacado Villar, que ni siquiera los buenos resultados que est¨¢ arrojando el turismo en todas estas regiones ¨Cque, junto a Catalu?a, son el principal destino de sol y playa nacional- han sido capaces de atenuar el tsunami de paro, ca¨ªda de renta y de consumo que refleja el informe.

El segundo factor que arroja luz a las diferencias regionales tiene que ver con la educaci¨®n. En concreto con los resultados del informe PISA, que eval¨²a las competencias educativas de los alumnos. Villar destaca que los mejores resultados de PISA ¡°coinciden bastante¡± con las autonom¨ªas mejor situadas en lucha contra la pobreza. ¡°Si la gente tiene una mejor formaci¨®n puede adaptarse mejor a las nuevas necesidades que plantea el mercado de trabajo¡±, apunta.

El trabajo no solo se detiene en la pobreza material. Los investigadores manejan un indicador mucho m¨¢s global, el ¨ªndice de pobreza humana, que se elabora a partir de cuatro variables, de las que la pobreza es solo uno de los ingredientes. Los otros tres consisten en privaciones en salud (medida en ca¨ªda de expectativa de vida), limitaciones en educaci¨®n (se toma como referencia el abandono temprano de los estudios) y riesgo de exclusi¨®n social (se calcula a partir de los datos de paro de larga duraci¨®n).

La combinaci¨®n de estos tres factores junto a la pobreza material indica que la pobreza humana ha crecido un 1,6% entre 2007 y 2012. Este aumento tan contenido se explica porque al incremento de las privaciones materiales (con un 22% m¨¢s de pobres) o del paro de larga duraci¨®n (con un aumento sideral del 565%) se compensa con buenos datos de salud y educaci¨®n. En todo este periodo ha aumentado la expectativa de vida as¨ª como el n¨²mero de estudiantes: la falta de trabajo los ha devuelto a las aulas.