Estrategias para no sentir apego por el beb¨¦

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Viaje a Ucrania, el 'salvaje Este' de los vientres de alquiler

En Ucrania las mujeres que se quedan embarazadas para terceros llevan el proceso en secreto. No est¨¢ bien visto. Suelen proceder de zonas rurales alejadas de la capital. Solo los m¨¢s ¨ªntimos saben por qu¨¦ cuando se empieza a notar la barriga, o en los dos ¨²ltimos meses, se mudan a Kiev a compartir piso con otras mujeres en la misma situaci¨®n. Si tienen hijos pueden llev¨¢rselos con ellas en algunos casos, pero no al marido si est¨¢n casadas. Mientras est¨¢n en los pisos, la agencia que las reclut¨® se convierte, dice la encargada de una de ellas, en ¡°una segunda familia¡±. ¡°Pueden llamarnos a cualquier hora. Si por ejemplo detecto que alguna muestra demasiado apego con el beb¨¦, llamo a la psic¨®loga para que tengan una consulta. Hay que actuar enseguida¡±.

?C¨®mo gestionan sus sentimientos las mujeres que se embarazan para terceros? Por ejemplo Milana, que est¨¢ de unas semanas, dice que piensa en s¨ª misma como una canguro del beb¨¦, porque sabe que no es suyo. Esa idea es la que empleaba la psic¨®loga Antonina Nakonechnaya para ayudar a las mujeres que hacen de vientre de alquiler durante los cuatro a?os que trabaj¨® en una agencia para reclutarlas. La de que transportan a un beb¨¦ con el que no tienen v¨ªnculo gen¨¦tico. ¡°Yo les dec¨ªa que iban a dar vida, que es un regalo para otros, era como un mantra. Tambi¨¦n les recomendaba que se concentraran en la recompensa, en su objetivo¡±, explica. ¡°Muchas no mostraban ninguna emoci¨®n hacia el ni?o. Eso es bueno para ellas, pero no para el beb¨¦¡±, dice. Solo en 15 casos hizo un seguimiento. ¡°Algunas mujeres sent¨ªan verg¨¹enza y soledad, pero la psicolog¨ªa no interesa a las cl¨ªnicas¡±.

Mar¨ªa, de 30 a?os, dice que se enfoc¨® en su propia hija y compara c¨®mo con ella se acariciaba la barriga y le llamaba ¡°mi princesa¡±, mientras que a las gemelas que llev¨® para unos australianos les llamaba ¡°las ni?as¡±. Esa cierta distancia fue m¨¢s dif¨ªcil de mantener los tres d¨ªas que siguieron al nacimiento. ¡°No quise ver a los beb¨¦s porque ten¨ªa miedo de que los sentimientos maternales fueran muy fuertes y tomaran el control de la situaci¨®n¡±. En esos d¨ªas tom¨® pastillas para evitar la subida de la leche y estaba dolorida por el parto. Explica que se entren¨® a s¨ª misma para estar tranquila, se dec¨ªa que esos no eran sus beb¨¦s y cogi¨® una foto de su hija para concentrarse en ella. Despu¨¦s de esos d¨ªas tom¨® en brazos a las gemelas. ¡°Se me quedaron dormidas y me sent¨ª orgullosa por lo que hab¨ªa hecho¡±.

Mar¨ªa no llor¨® despu¨¦s de que se las llevaran. Ni tampoco Yulia, porque dice que sab¨ªa desde el principio que no era su beb¨¦. La madre legal estuvo en el parto, el padre esper¨® fuera. Cuando naci¨® el ni?o, se lo llevaron y la pareja hizo el piel con piel. Yulia solo quer¨ªa dormir, recuerda. Horas despu¨¦s, tom¨® al beb¨¦ en brazos sin problema y el que llor¨® fue su marido.

¡°No se le ense?a el beb¨¦ a la mujer que acaba de dar a luz. Es mejor para todos, por las hormonas, el apego...¡±, dice la coordinadora de la agencia. ¡°Los padres legales est¨¢n en una habitaci¨®n distinta. Normalmente, por contrato, piden que no haya contacto entre el beb¨¦ y la mujer que ha dado a luz, pero a veces, si ambas partes est¨¢n de acuerdo, s¨ª se ven¡±.