La vida en total aislamiento
Un espele¨®logo compara su trabajo bajo tierra con el miedo y la angustia por el confinamiento obligado
Nos encontramos en una fase incierta de nuestras vidas debida a una pandemia mundial provocada por un virus. Actualmente, se ha decretado el confinamiento de la poblaci¨®n espa?ola en sus casas para intentar frenar el contagio y los perniciosos efectos sobre los grupos m¨¢s vulnerables. Mi nombre es Ra¨²l P¨¦rez L¨®pez y trabajo como cient¨ªfico experto en Geolog¨ªa de Terremotos para el Instituto Geol¨®gico y Minero de Espa?a. Por mis investigaciones, me paso bajo tierra m¨¢s ...
Nos encontramos en una fase incierta de nuestras vidas debida a una pandemia mundial provocada por un virus. Actualmente, se ha decretado el confinamiento de la poblaci¨®n espa?ola en sus casas para intentar frenar el contagio y los perniciosos efectos sobre los grupos m¨¢s vulnerables. Mi nombre es Ra¨²l P¨¦rez L¨®pez y trabajo como cient¨ªfico experto en Geolog¨ªa de Terremotos para el Instituto Geol¨®gico y Minero de Espa?a. Por mis investigaciones, me paso bajo tierra m¨¢s tiempo del deseable, trabajando en cuevas profundas, estrechas y muy hostiles, con altas temperaturas y bajo contenido de ox¨ªgeno. Con ello, estoy intentando obtener datos cient¨ªficos contrastables para comprender mejor los terremotos y para ayudar en su prevenci¨®n. Resumiendo, soy espele¨®logo.
Estos d¨ªas me preguntan a menudo si es comparable una situaci¨®n de aislamiento en casa con una situaci¨®n de aislamiento dentro de una cueva. Me dicen que esta situaci¨®n para m¨ª no es nada, que ya estoy acostumbrado al aislamiento. Y es verdad que hay cuestiones que se pueden comparar, pero otras son diametralmente opuestas.
En primer lugar, dir¨¦ que la diferencia entre estar viviendo bajo tierra y el confinamiento actual en tu casa es que el primero lo decides t¨² mismo, mientras que el segundo lo ha decidido el Gobierno, acuciado por las terribles circunstancias de esta pandemia. Es cierto que en ambos casos tienes miedo y la clave para llevarlo bien es saber negociar y convivir con ese miedo. El gran fil¨®sofo oriental Jiddu Krishnamurti reflexionaba sobre c¨®mo el miedo, incluso la misma palabra ¡°miedo¡±, hace que nos comportemos de manera que aumentemos las posibilidades de tomar una decisi¨®n equivocada.
Tambi¨¦n ambas situaciones de aislamiento tienen en com¨²n que convives en espacios bien definidos, donde las decisiones las tomamos por el espacio donde podemos movernos (?correr?, ?saltar?, ?ir al ba?o?).
Curiosamente, y cuanto m¨¢s lo pienso, m¨¢s cosas en com¨²n hay entre estar recluido en casa por el estado actual de alarma y confinamiento con estar recluido bajo tierra en una investigaci¨®n espeleol¨®gica: aumentan los lazos con las personas con las que compartes encierro, las conoces mejor, interaccionas y hablas m¨¢s.
Pero bajo tierra no existe la luz del sol, con lo que no existe el d¨ªa y la noche. Esto hace que pierdas la noci¨®n del paso del tiempo. Literalmente, no te enteras de en qu¨¦ parte del d¨ªa vives. Por ello es muy importante fijarse una rutina (obligarnos a dormir, a comer, a asearnos y, sobre todo, tener un objetivo final) antes de entrar, llevar un inventario de comida y bebida, anticiparse a aquellos problemas que puedan surgir: c¨®mo abastecerse de agua, d¨®nde dormir, los sitios peligrosos, el tiempo de permanencia. En esto, es igual que el confinamiento casero. Sin embargo, a diferencia de ahora, en las cuevas no hay supermercados ni puntos de abastecimiento, todo lo tienes que llevar encima o bien confiar en que alg¨²n compa?ero lo ha dejado preparado anteriormente.
Los sonidos dentro de la cueva son algo extra?o. O bien reina un absoluto silencio, solo roto por los ruidos propios de la progresi¨®n del espele¨®logo, o bien hay ruidos de mon¨®tonos goteos, cascadas de agua o raros sonidos inventados por un cerebro no acostumbrado al silencio absoluto. Ahora que reina el silencio en mi calle, mi cerebro me enga?a devolvi¨¦ndome ruidos ficticios de jolgorio callejero propio de un d¨ªa normal. Igual que en las cuevas.
Preparaci¨®n psicol¨®gica
Llevo varias cosas que me ayudan, y lo digo porque la preparaci¨®n psicol¨®gica es clave para pasar el confinamiento con ¨¦xito en cuevas profundas. Llevo un dibujo que hizo uno de mis hijos cuando era peque?o de todos nosotros y nuestro perro. Tambi¨¦n llevo v¨ªdeos grabados con la familia en la playa o en la monta?a, en d¨ªas soleados y espacios abiertos, para alimentar mi evasi¨®n mental. Todo ello ayuda a vencer a la mente ante el temor del espacio peque?o, oscuro y sombr¨ªo. Lo curioso es que, a veces, mi habitaci¨®n se hace m¨¢s insoportable que esos extra?os lugares que se quedaron grabados para siempre en mi cerebro. Qu¨¦ valientes son aquellos que est¨¢n confinados en las UCI y habitaciones sin salir y que pasan mucho m¨¢s tiempo que yo confinados. Nosotros rara vez pasamos m¨¢s de tres d¨ªas.
Vivir bajo tierra es m¨¢s inc¨®modo, h¨²medo, fr¨ªo y hostil que quedarse en casa. Pero, al final, vamos a tener tantas historias por contar, tantos momentos que recordar y tanta gente a la que querer que nos daremos cuenta de cu¨¢nto han cambiado nuestras vidas. Igual que cuando sales de la cueva.
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