¡°Al ver a mi nieto se me puso un nudo en la garganta¡±

El cielo no pod¨ªa haber sido m¨¢s propicio para este d¨ªa hist¨®rico en el ¨¢lbum de recuerdos familiares de Sol Rubio y Juli¨¢n Carrillo, flamantes abuelos de Lope. A pesar de los pron¨®sticos meteorol¨®gicos, ni una nube amenazante se cern¨ªa sobre el municipio de Oleiros, vecino de A Coru?a, y toda la familia se dio cita a las puertas de la casa del peque?o para conocerlo. Hubieran ido igual aunque cayesen chuzos de punta, porque era tanta la ¡°necesidad vital¡± que ten¨ªan los abuelos por ver al cr¨ªo en persona que nada iba a frenarlos ...

El cielo no pod¨ªa haber sido m¨¢s propicio para este d¨ªa hist¨®rico en el ¨¢lbum de recuerdos familiares de Sol Rubio y Juli¨¢n Carrillo, flamantes abuelos de Lope. A pesar de los pron¨®sticos meteorol¨®gicos, ni una nube amenazante se cern¨ªa sobre el municipio de Oleiros, vecino de A Coru?a, y toda la familia se dio cita a las puertas de la casa del peque?o para conocerlo. Hubieran ido igual aunque cayesen chuzos de punta, porque era tanta la ¡°necesidad vital¡± que ten¨ªan los abuelos por ver al cr¨ªo en persona que nada iba a frenarlos en cuanto Galicia entrase en la fase 1. Lope naci¨® en pleno confinamiento, a las 7.10 horas de la ma?ana del pasado 26 de abril, con 3,550 kilos de peso y 51 cent¨ªmetros de largo. Tambi¨¦n con unos ¡°ojazos gris claro¡± que todav¨ªa no se adivina si ser¨¢n ¡°como los verdes del abuelo paterno o como los azules de la abuela materna¡±.

El parto en el hospital Materno-Infantil de A Coru?a mantuvo en vilo a trav¨¦s de WhatsApp a toda la familia, confinada en sus domicilios, durante las dos noches y un d¨ªa que dur¨®. Y si unos abuelos viven a poca distancia y dentro del mismo ayuntamiento que el ni?o, los otros dos residen en otra provincia gallega y todav¨ªa deber¨¢n soportar la espera hasta que la fase 2 permita la movilidad.

Este lunes por la ma?ana, Sol y Juli¨¢n, la t¨ªa del beb¨¦, Cecilia Carrillo, y la prima Circe acudieron ufanos hasta la casa de Lope en la localidad de A Pezoca para dar juntos el primer paseo, hasta el parque Jos¨¦ Luis Sampedro de Oleiros. Todos viven en poblaciones de menos de 5.000 habitantes, donde ya hay libertad horaria desde la semana pasada. Llevaban mascarilla, incluso la ni?a, mantuvieron las distancias y no pudieron tocar al beb¨¦, siempre en brazos de Sonia, la madre, o Alejandro, el padre. El momento del primer encuentro fue, para el abuelo, m¨²sico y cr¨ªtico musical, ¡°una emoci¨®n de esas que viajan¡­ como piedra en el pecho, como fuego en la garganta¡±. ¡°Se me puso un nudo que solo se disolvi¨® con l¨¢grimas, ?por fin!¡±, exclama. La t¨ªa, Cecilia, tom¨® una instant¨¢nea del momento.

Lo peor, bromea, fue cuando Lope decidi¨® ¡°hacerse aguardar¡±. ¡°El encuentro se retras¨® porque en el ¨²ltimo momento el beb¨¦ hizo eso que hacen los reci¨¦n nacidos cuando sus padres acaban de vestirlo para la gran ocasi¨®n¡±, explica este abuelo que ha aprovechado el confinamiento para ponerse en forma y ¡°perder siete kilos¡±. Hubo que cambiarlo de pies a cabeza, y la espera de minutos pareci¨® de horas. ¡°Sobre todo para Circe¡±, la peque?a prima, ansiosa por cantarle ¡°una de las canciones que lleva invent¨¢ndose con el nombre del ni?o desde hace dos semanas¡±. Cuando al fin conoci¨® al primo, la cr¨ªa coment¨® extra?ada: ¡°?Lope no hace nada!¡±.

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