El asesinato de una ni?a de nueve a?os que fue tirada en la calle indigna a Bolivia
Vecinos de El Alto encontraron el cuerpo de Esther el domingo. Al menos 32 menores m¨¢s han sido asesinados en el pa¨ªs este a?o. Varias organizaciones advierten de los riesgos del confinamiento
Esther ten¨ªa nueve a?os y so?aba con ser maestra. A su madre le dec¨ªa que quer¨ªa estudiar y ser profesional para que ella no tuviera que trabajar m¨¢s. Pero, en su cuarto a?o de primaria, la pandemia de coronavirus se interpuso en su camino y el que deb¨ªa ser un lugar seguro, su casa, se convirti¨® en un infierno para ella. El pasado domingo, el cuerpo de la ni?a apareci¨® botado en una calle de El Alto, la segunda mayor ciudad de Bolivia, con signos de violencia.
Poco despu¨¦s del hallazgo, la Polic¨ªa confirm¨® que la ni?a ha...
Esther ten¨ªa nueve a?os y so?aba con ser maestra. A su madre le dec¨ªa que quer¨ªa estudiar y ser profesional para que ella no tuviera que trabajar m¨¢s. Pero, en su cuarto a?o de primaria, la pandemia de coronavirus se interpuso en su camino y el que deb¨ªa ser un lugar seguro, su casa, se convirti¨® en un infierno para ella. El pasado domingo, el cuerpo de la ni?a apareci¨® botado en una calle de El Alto, la segunda mayor ciudad de Bolivia, con signos de violencia.
Poco despu¨¦s del hallazgo, la Polic¨ªa confirm¨® que la ni?a hab¨ªa muerto asfixiada en un estrangulamiento y, citando un informe preliminar m¨¦dico, indic¨® que ten¨ªa signos de una agresi¨®n sexual ¡°con data anterior¡±. El martes, mientras la madre de Esther enterraba a su hija rodeada de vecinos que ped¨ªan justicia, la Fiscal¨ªa de La Paz anunci¨® la detenci¨®n de un hombre de 42 a?os como presunto autor del infanticidio, adem¨¢s de otras tres personas que sospecha que tambi¨¦n estuvieron involucradas o fueron c¨®mplices de los hechos.
La muerte de la ni?a, el caso de infanticidio n¨²mero 33 en el pa¨ªs sudamericano este a?o, ha provocado una fuerte conmoci¨®n. A los llamados para que se haga justicia se le est¨¢n sumando voces de quienes exigen que se atajen las causas de un problema invisibilizado: la violencia que sufren los ni?os, que se ha incrementado durante una cuarentena que en Bolivia ha sido muy estricta, y que est¨¢ resultando especialmente complicada para madres solteras y de escasos recursos como la de Esther.
El domingo que la mataron, Esther se hab¨ªa quedado en casa cuidando de su hermana de tres a?os, mientras su madre sal¨ªa a vender fruta en un mercado para mantenerlas a ellas dos y a un beb¨¦ de nueve meses, al que se llevaba a trabajar. Los cuatro viv¨ªan en una habitaci¨®n sin ba?o alquilada en un complejo de viviendas que compart¨ªan con otras familias de bajos recursos en El Alto, una ciudad construida principalmente por migrantes pobres del occidente de Bolivia que hicieron de esa ciudad-dormitorio de La Paz la segunda urbe m¨¢s poblada del pa¨ªs. Seg¨²n la versi¨®n de la Fiscal¨ªa, al principal sospechoso, un vecino de esa casa, se le vio la ma?ana del domingo en la habitaci¨®n de la ni?a junto a otro hombre, un conductor del taxi donde supuestamente se la llevaron y desde donde tiraron su cuerpo en una calle de la zona Luis Espinal de El Alto. Hay un tercer detenido que es un vendedor de CDs que, seg¨²n un comunicado del Ministerio P¨²blico, ¡°constantemente abordaba a la ni?a con regalos de su mercader¨ªa y que presentaba una actitud sospechosa¡±.
¡°Esther simboliza y representa a muchas ni?as en Bolivia que viven en la pobreza y cuyas madres tienen que salir a trabajar¡±, afirma Jessica Echevarr¨ªa, directora de la Red Ciudadana contra el Infanticidio y el Abuso Sexual. ¡°El ver ese cuerpecito abandonado, vejado, ha hecho que todo un pa¨ªs despierte porque la sociedad ven¨ªa siendo muy indiferente con la situaci¨®n de violencia y maltrato hacia los ni?os¡±. Adem¨¢s, ese organismo registr¨® al menos 400 casos de violaciones y 12.605 casos de violencia intrafamiliar en los que las v¨ªctimas fueron menores.
Por eso, Virginia P¨¦rez, jefa de Protecci¨®n de la Ni?ez y Adolescencia de Unicef en Bolivia, cree que el caso de Esther es solo la punta del iceberg. ¡°Bolivia es uno de los pa¨ªses de Sudam¨¦rica con mayores ¨ªndices de violencia intrafamiliar, contra la mujer y contra la ni?ez¡±, dice al advertir que las estad¨ªsticas oficiales presentan un subregistro, seg¨²n los datos de su organizaci¨®n, porque muchos casos nunca se llegan a reportar o se quedan en el camino.
Y, como la mayor¨ªa de las situaciones de violencia y abuso infantil se registran en los propios hogares o en entornos cercanos, P¨¦rez cree que la estricta cuarentena que se vive en Bolivia est¨¢ poniendo a los ni?os en una situaci¨®n muy complicada en la que se ven encerrados con sus agresores y alejados de sus escuelas y redes de apoyos, en un momento en el que los sistemas de protecci¨®n de la ni?ez est¨¢n debilitados por falta de recursos. La situaci¨®n, dice, ha sido agravada por la pandemia, ya que los programas de atenci¨®n a la infancia no han sido considerados esenciales, pese a que ¡°los casos de violencia contra la ni?ez y violencia sexual se multiplican m¨¢s r¨¢pido que los contagios de coronavirus¡±. Hasta junio, la covid-19 ha dejado 1.300 ni?os contagiados y ocho fallecidos.
¡°Hay un lavado de manos de parte del Estado que declara la cuarentena, luego declara la flexibilizaci¨®n de la cuarentena, pero no otorga ning¨²n tipo de soluci¨®n para los ni?os y las ni?as que no est¨¢n en el colegio ni para las madres¡±, lamenta Mar¨ªa Galindo, l¨ªder del movimiento feminista Mujeres Creando. Seg¨²n sus c¨¢lculos, en los cuatro meses de emergencia por el coronavirus, Yola Cavillo, la madre de Esther, pudo haber recibido como m¨¢ximo un bono de 500 bolivianos (72 d¨®lares), una ayuda bastante inferior a los m¨¢s de 2.100 bolivianos del salario m¨ªnimo vital.
La titular de la Defensor¨ªa del Pueblo, Nadia Cruz, tambi¨¦n critic¨® que el Gobierno interino de Jeanine ??ez no haya generado ¡°una pol¨ªtica efectiva para proteger a la ni?ez y adolescencia¡± durante la cuarentena. Tras hacerse p¨²blico el caso, la presidenta dijo que no tolerar¨ªa ¡°ning¨²n tipo de violencia¡± y su ministro de Seguridad Ciudadana, Wilson Santamar¨ªa, adelant¨® que fortalecer¨ªan las pol¨ªticas de prevenci¨®n de la violencia hacia mujeres y menores, pero no se ha detallado ning¨²n plan hasta el momento.
Al presentar al principal sospechoso ante los medios, el ministro de Gobierno, Arturo Murillo, dijo que ??ez hab¨ªa pedido que buscaran 30 a?os de c¨¢rcel, la pena m¨¢xima contemplada por la legislaci¨®n para el agresor. Pero en las calles, en medio de la indignaci¨®n, la petici¨®n popular va m¨¢s all¨¢: de cadena perpetua a castraci¨®n qu¨ªmica e incluso pena de muerte. ¡°Es la primera vez que todo el pa¨ªs se pronuncia de esta manera contra un infanticidio¡±, advierte Echevarr¨ªa. ¡°Nosotros estamos trabajando desde 2017 con este tema y lo que queremos es que de una vez por todas se d¨¦ el debate y que, al igual que en Colombia, se apruebe la cadena perpetua para violadores y asesinos de ni?os¡±.
Sin embargo, para Mar¨ªa Galindo, el caso no est¨¢ indignando al pa¨ªs como deber¨ªa. ¡°Bolivia se convulsiona peri¨®dicamente con los infanticidios, los feminicidios. Hay dolor, hay una sensaci¨®n de impotencia, pero al mismo tiempo hay un deseo muy perverso de no analizar las cosas y de no actuar contra las causas¡±, razona. ¡°La sociedad lo que quiere de alguna manera es ver en el asesino un monstruo, un enfermo mental. Descargar, hacer una catarsis de su rabia, pero no est¨¢ dispuesta a discutir las causas y las l¨®gicas que hacen que Bolivia sea el pa¨ªs con mayor tasa de feminicidio, violencia sexual y machista¡±. La Comisi¨®n econ¨®mica para Am¨¦rica Latina y el Caribe de la ONU (Cepal) coloc¨® el a?o pasado el pa¨ªs a la cabeza de los ¨ªndices de asesinatos machistas en Sudam¨¦rica.
Para ella, entre los motivos que acabaron con la vida de Esther hay algunos estructurales como la institucionalizaci¨®n de la ¡°irresponsabilidad paterna¡± por la que muchos padres abandonan a sus hijos dejando la crianza a las madres sin enfrentar ning¨²n tipo de consecuencias. ¡°La de Esther era una madre con tres ni?os y ah¨ª hay una irresponsabilidad paterna, una incapacidad del Estado de dar soluci¨®n y por otro lado una situaci¨®n de extrema pobreza¡±, concluye.