Un superincendio tan grande como la ciudad de Sevilla
Para el servicio de extinci¨®n de Andaluc¨ªa, la brutal expansi¨®n del fuego de Huelva, uno de los mayores de la d¨¦cada, tiene m¨¢s que ver con el abandono rural que con el cambio clim¨¢tico
Estaba siendo un a?o tranquilo en incendios forestales en Espa?a hasta que el jueves 27 de agosto, a las 14.30 horas, salt¨® la alarma en Almonaster la Real, en Huelva. Ya en las primeras fotos que llegaron del fuego ¡ªjunto a una carretera¡ª, estaba claro que iba a ser muy dif¨ªcil de apagar. Como explica Juan S¨¢nchez, director del Centro Operativo Regional del Infoca, el servicio de extinci¨®n de incendios de Andaluc¨ªa, cuando los efectivos que acudieron p...
Estaba siendo un a?o tranquilo en incendios forestales en Espa?a hasta que el jueves 27 de agosto, a las 14.30 horas, salt¨® la alarma en Almonaster la Real, en Huelva. Ya en las primeras fotos que llegaron del fuego ¡ªjunto a una carretera¡ª, estaba claro que iba a ser muy dif¨ªcil de apagar. Como explica Juan S¨¢nchez, director del Centro Operativo Regional del Infoca, el servicio de extinci¨®n de incendios de Andaluc¨ªa, cuando los efectivos que acudieron primero al aviso mandaron las im¨¢genes tomadas desde el aire, antes de bajar con el helic¨®ptero a intentar sofocarlo, ¡°ah¨ª se ve¨ªa que estaba en un sitio muy malo¡±.
Seg¨²n el Centro de Coordinaci¨®n de la Informaci¨®n Nacional sobre Incendios Forestales, de los cerca de 8.700 fuegos que prenden ahora de media al a?o en el campo en el pa¨ªs, dos terceras partes de ellos son apagados por ese primer ret¨¦n de acci¨®n r¨¢pida y se quedan en conatos de menos de una hect¨¢rea. Del otro tercio, unos 2.951, solo un 0,4% llega a la categor¨ªa de grandes incendios: aquellos m¨¢s destructivos que superan las 500 hect¨¢reas. El de Huelva, que no se pudo dar por controlado hasta seis d¨ªas despu¨¦s, el mi¨¦rcoles de esta semana, oblig¨® a evacuar a m¨¢s de 3.000 personas y ha devastado entre 12.000 y 14.000 hect¨¢reas (seg¨²n las estimaciones del Infoca y Copernicus). Hay que esperar para conocer una valoraci¨®n m¨¢s precisa de los da?os en la zona, pero esta superficie quemada es tan grande como la ciudad de Sevilla. ¡°Por encima de las 10.000 hect¨¢reas no hay muchos¡±, incide S¨¢nchez. En concreto, desde el a?o 1968, el Ministerio para la Transici¨®n Ecol¨®gica y el Reto Demogr¨¢fico tiene registrados unos 25 fuegos que hayan calcinado m¨¢s de 10.000 hect¨¢reas de superficie forestal, buena parte de ellos, en el fat¨ªdico verano de 1994.
No se sabe todav¨ªa cu¨¢l fue el origen de las llamas, si bien surgieron junto a una carretera, la investigaci¨®n sigue abierta. En cualquier caso, sea o no intencionado, se esperaba un desastre as¨ª. Aunque en las ¨²ltimas d¨¦cadas ha bajado de forma significativa el n¨²mero de fuegos y de hect¨¢reas ardidas en Espa?a, desde hace tiempo se viene advirtiendo del mayor riesgo de los denominados superincendios, muy dif¨ªciles de parar y con grave peligro para la poblaci¨®n. En este caso, el responsable del Infoca asegura que no fue una gran fluctuaci¨®n meteorol¨®gica o condiciones excepcionales lo que provocaron que las llamas avanzaran desbocadas: ¡°La temperatura era alta, pero no extrema. Y hab¨ªa viento, pero constante¡±. Seg¨²n considera, este no ha sido un incendio de sexta generaci¨®n como los que se vinculan al cambio clim¨¢tico, sino uno de tercera generaci¨®n relacionado con otro de los grandes problemas con el fuego en Espa?a: el abandono del medio rural. Y a pesar de las miles de hect¨¢reas devoradas por las llamas, S¨¢nchez asegura que pod¨ªa haber sido mucho peor: ¡°Nosotros est¨¢bamos viendo que en el peor de los escenarios lleg¨¢bamos a las 100.000¡±.
¡°Este es de los mayores incendios de Andaluc¨ªa, posiblemente, el segundo en extensi¨®n despu¨¦s del de 2004 [otro tambi¨¦n en Huelva que calcin¨® unas 30.000 hect¨¢reas]¡±, comenta Gustavo Luque, uno de los bomberos forestales que estuvo en primera l¨ªnea luchando contra este fuego, tres jornadas en el turno de noche, el m¨¢s duro, cuando no hay apoyo de los medios a¨¦reos y cuesta m¨¢s orientarse. Como cuenta, este incendio era muy dif¨ªcil de apagar. La continuidad de la masa forestal provoc¨® que las llamas no dejaran de encontrar combustible a su paso en forma de madera, ramas, hierbas... Una de las consecuencias de dejar de usar y limpiar las masas forestales. Aunque en el ¨¢rea calcinada hab¨ªa mucha zona de pastizales y matorrales, este miembro de un ret¨¦n helitransportado, que apaga incendios desde tierra desde hace 15 a?os, incide sobre todo en la virulencia del fuego cuando avanza por las copas de los ¨¢rboles. ¡°Se han sembrado plantaciones de eucaliptos como si fueran patatas, buscando el m¨¢ximo rendimiento. Cuando el negocio de la celulosa y las madereras se ha terminado, pues hay plantaciones que se han quedado abandonadas¡±, destaca Luque. ¡°Esto hace el incendio m¨¢s peligroso. Un fuego de copa donde haya mucho pino o mucho eucalipto junto es imposible de apagar. Eso es como si fueran cerillas, va arrasando todo lo que coge¡±.
Para romper esa continuidad de la vegetaci¨®n, el bombero forestal relata como en Huelva han tenido que entrar en muchas zonas con buld¨®cer, ¡°tirando ¨¢rboles y raspando hasta el suelo mineral¡±. Mucho de su trabajo consisti¨® en quitar arboleda con la motosierra y realizar contrafuegos para cortar el avance de las llamas. Un esfuerzo agotador que se mezcla con el estr¨¦s del peligro del fuego y de ver c¨®mo se destruye todo. ¡°Es como pasar a una zona de guerra. Un compa?ero saltaba al incendio y vomitaba del estr¨¦s. Empezaba la jornada vomitando, y despu¨¦s segu¨ªa trabajando d¨¢ndolo todo¡±, narra Luque, que reclama una mejor gesti¨®n de las masas forestales en el pa¨ªs para prevenir estos fuegos tan dif¨ªciles.
En este incendio de Huelva han estado trabajando en turnos cada d¨ªa entre 400 y 500 bomberos forestales de media, adem¨¢s de un pelot¨®n militar y casi una treintena de medios a¨¦reos. Un enorme despliegue que muestra la gran cantidad de recursos para la extinci¨®n de incendios en Espa?a, muy superior a la de otros pa¨ªses europeos. Esto ha aumentado la eficacia para apagar los fuegos, pero no previene estos superincendios. Al contrario, al acabar antes con las llamas, hay m¨¢s madera acumulada que puede arder de pronto.
Aunque se ha se?alado la abundancia de eucaliptos en la zona como uno de los factores que ha agravado el fuego, como destaca Eduardo Rojas, decano del Colegio de Ingenieros de Montes, el problema no es una especie en concreto, ¡°todas se queman¡±, sino la estructura del bosque. ¡°En las zonas donde m¨¢s productivo es el eucalipto en el norte de Galicia no hay incendios¡±, asegura el ingeniero. ¡°Lo peor es el abandono, pues supone la acumulaci¨®n de elementos finos y secos en las masas forestales; el bosque cerrado quema, pero no tan r¨¢pido¡±.
¡°Este superincendio muestra lo que puede venirnos encima¡±, subraya Juanjo Carmona, ecologista de WWF, organizaci¨®n que a comienzos de verano present¨® un informe que alertaba de que cada a?o estamos expuestos a fuegos m¨¢s graves y peligrosos. En su opini¨®n, independientemente del origen del fuego, esto tiene que ver con la mala gesti¨®n de pinares y eucaliptos, y la p¨¦rdida de usos tradicionales.
El valor ecol¨®gico de la zona calcinada
La consejera de Desarrollo Sostenible de la Junta de Andaluc¨ªa, Carmen Crespo, tuvo que "pedir disculpas" despu¨¦s de asegurar que "la zona afectada por el incendio de Almonaster era de poco valor ecol¨®gico". Aparte de las zonas arboladas (con abundancia de eucaliptos), en el ¨¢rea calcinada hab¨ªa mucho pastizal y matorral, pero esto no quiere decir que no tuviera importancia. "La densidad de ¨¢rboles no confiere valor ecol¨®gico a una zona, pues una dehesa tiene poca densidad y no por eso resulta menos valiosa", se?ala ?ngel Lobo, ingeniero de la consultora forestal Agresta S. Coop y conocedor de la zona afectada. Como explica, aunque no sea comparable a espacios como Do?ana, las masas forestales calcinadas "tienen un valor funcional muy importante", por ejemplo, en la protecci¨®n del suelo. "Ahora la erosi¨®n va a degradar m¨¢s esos suelos", destaca. Estas masas forestales cumplen tambi¨¦n una funci¨®n para la fauna. La Sociedad Espa?ola de Ornitolog¨ªa ha indicado que el ¨¢rea destruida albergaba varias parejas de cig¨¹e?a negra y era zona de campeo de ¨¢guila imperial y buitre negro.