Baleares recomienda las compresas textiles o el sangrado libre como alternativas para una menstruaci¨®n sin pl¨¢sticos
El Gobierno auton¨®mico patrocina una gu¨ªa con un abanico de opciones, como la copa o las bragas menstruales, que no generan residuos para el medio ambiente
La cruzada contra los productos de un solo uso, que ha desembocado en normativas que proh¨ªben las bolsas y el menaje de pl¨¢stico o las toallitas h¨²medas, tambi¨¦n alcanza los productos de higiene menstrual. El Gobierno de Baleares promociona una gu¨ªa elaborada por la fundaci¨®n medioambiental Rezero con recomendaciones y alternativas para avanzar en una menstruaci¨®n que no genere desechos perjudiciales para el medio ambiente, como las compresas de tela, la copa, las bragas menstruales o el sangrado libre, que se basa en aprender a notar cuando ...
La cruzada contra los productos de un solo uso, que ha desembocado en normativas que proh¨ªben las bolsas y el menaje de pl¨¢stico o las toallitas h¨²medas, tambi¨¦n alcanza los productos de higiene menstrual. El Gobierno de Baleares promociona una gu¨ªa elaborada por la fundaci¨®n medioambiental Rezero con recomendaciones y alternativas para avanzar en una menstruaci¨®n que no genere desechos perjudiciales para el medio ambiente, como las compresas de tela, la copa, las bragas menstruales o el sangrado libre, que se basa en aprender a notar cuando se evac¨²a la menstruaci¨®n mediante su retenci¨®n con la musculatura del suelo p¨¦lvico y su posterior expulsi¨®n en el inodoro. Seg¨²n un estudio de esta entidad, durante el a?o 2019 en las Islas Baleares se consumieron m¨¢s de 135 millones de unidades de productos menstruales, que dieron lugar a 1.600 toneladas de residuos. La recogida de estos desperdicios de las aguas del archipi¨¦lago cuesta anualmente 50.000 euros a las arcas auton¨®micas.
La gu¨ªa y el estudio forman parte de la campa?a Nuevo periodo. Por una menstruaci¨®n libre tambi¨¦n de residuos que ha sido posible gracias a una subvenci¨®n de 3.900 euros de la direcci¨®n general de Residuos y Educaci¨®n Ambiental dependiente la Consejer¨ªa de Medio Ambiente y Territorio del Gobierno de Baleares, donde el lunes se celebr¨® una rueda de prensa para presentar la iniciativa impulsada por esta entidad que trabaja en Barcelona y Mallorca en el campo de la reutilizaci¨®n y el reciclaje con el objetivo de llegar a la completa eliminaci¨®n de residuos. En los ¨²ltimos a?os, el Ejecutivo presidido por la socialista Francina Armengol ¡ªque gobierna en coalici¨®n con Podemos y los econacionalistas de M¨¦s¡ª ha hecho bandera de la sostenibilidad y en la reciente Ley de residuos y suelos contaminados ya se incluye el fomento de los productos de higiene reutilizables y biodegradables. Baleares fue una comunidad pionera en prohibir las bolsas desechables de pl¨¢stico, que no se podr¨¢n distribuir desde enero del a?o que viene despu¨¦s de que el Tribunal Constitucional fallara este verano en favor de la comunidad aut¨®noma sobre las discrepancias que manten¨ªa con el Gobierno central por la aplicaci¨®n de la medida.
Los datos incluidos en el informe inciden en que los productos menstruales, junto con las toallitas h¨²medas, son de los 10 principales art¨ªculos pl¨¢sticos que se encuentran con m¨¢s frecuencia en las playas y las superficies marinas. Un paquete de compresas contiene la cantidad equivalente a cinco bolsas de la compra, mientras que el 90% de una compresa y el 6% de un tamp¨®n ¡°es pl¨¢stico¡±, seg¨²n se desprende del estudio.
¡°Un conocimiento importante del propio cuerpo¡±
Con el fin de evitar los costes medioambiental y econ¨®mico, la gu¨ªa recomienda el uso de compresas de tela, que se unen con cierres de presi¨®n o velcro a la ropa interior, permiten la respiraci¨®n de la zona, tienen un coste de 10 euros y una vida ¨²til de hasta 10 a?os. Otro de los productos aconsejados, adem¨¢s de la m¨¢s conocida copa o la ropa interior menstrual que irrumpi¨® en el mercado hace pocos a?os, es la esponja marina que se utiliza tambi¨¦n para la higiene diaria de los beb¨¦s. Sin embargo, se trata de un ¨²til que requiere ¡°m¨¢s tiempo y pr¨¢ctica¡± y se advierte de la controversia que ha generado su uso ¡°por los riesgos asociados a infecciones por la proliferaci¨®n de hongos y bacterias¡±. La esponja tiene un precio medio de entre 10 y 15 euros, se cambia cada seis meses y es f¨¢cilmente reciclable, aunque precisa de limpiezas exigentes antes de su uso.
Como alternativa m¨¢s ecol¨®gica la gu¨ªa propone la citada pr¨¢ctica del sangrado libre. ¡°Requiere un importante conocimiento y control del propio cuerpo. A pesar del esfuerzo inicial para aprender a desarrollarla, con la pr¨¢ctica la retenci¨®n del flujo termina siendo inconsciente¡±, se explica en el manual. Con el tiempo, matiza el documento, se puede aprender a retener la menstruaci¨®n en el interior y expulsarla cuando se ha llegado ¡°a una sensaci¨®n de plenitud¡±.
La ginec¨®loga Margarita Torres, miembro de la Sociedad Balear de Ginecolog¨ªa, cree que pueden ser alternativas viables pero no son factibles para todas las mujeres. ¡°No son aplicables a una persona que sale de casa a las ocho de la ma?ana, llega a las cinco de la tarde y tiene un sangrado que consideramos normal para una menstruaci¨®n¡± porque, seg¨²n explica, en los casos de sangrado abundante o co¨¢gulos ser¨¢ imposible retener el flujo ¡°por mucho ejercicio p¨¦lvico que se realice¡±. Mientras que las compresas de tela se utilizan cada vez m¨¢s, comparte los recelos sobre el uso de esponjas marinas porque al no ser productos farmac¨¦uticos hay m¨¢s riesgo de sufrir una infecci¨®n en personas inmunodeprimidas. ¡°Yo no me pondr¨ªa sustancias que no estoy totalmente segura de que son est¨¦riles, porque hay mujeres se pueden poner un tamp¨®n y a veces se olvidan¡± concluye.
Estigmatizaci¨®n y etiquetas
El manual incide, sobre todo, en las alternativas que se ofrecen a las mujeres para rebajar el uso de productos reutilizables, pero apenas hace referencias a pr¨¢cticas o recomendaciones para un sector acaparado por varias multinacionales al que se?alan por no hacerse cargo de los residuos derivados de los productos que lanza al mercado ¡°porque no tienen ning¨²n tipo de responsabilidad sobre ellos¡± y los costes de su eliminaci¨®n recaen finalmente en las Administraciones y los ciudadanos en forma de impuestos. Otro de los apartados ahonda en la ¡°estigmatizaci¨®n¡± que arrastra la sociedad acerca de la regla y que, afirma el texto, juega contra el inter¨¦s de las mujeres, que se ven expuestas a los anuncios que lanzan los fabricantes de compresas y tampones ¡°con el mensaje de que necesitan comprar sus productos para poder sentirse c¨®modas y sexys¡±. La gu¨ªa se refiere a lo largo del texto a ¡°personas menstruantes¡± al considerar que la regla afecta a diversos colectivos m¨¢s all¨¢ de su g¨¦nero ¡ªcomo hombres transg¨¦nero o personas no binarias¡ª y evita el uso de la etiqueta ¡°higiene¡± para hablar de los productos para la menstruaci¨®n porque con ello pretende romper con el prejuicio de que es ¡°algo sucio y que huele mal¡±. ¡°Los t¨®picos m¨¢s destacados son que la menstruaci¨®n es sucia, molesta y hay que esconderla. Es lo que se respira en muchos anuncios de productos de un solo uso¡± reza el documento, que critica precisamente la utilizaci¨®n en esos anuncios de un l¨ªquido azul para semejar la sangre menstrual.
Seg¨²n los datos recogidos en el documento, una mujer utiliza de media 32 productos de un solo uso por regla, lo que se traduce en 14.000 unidades a lo largo de su vida f¨¦rtil que generan 180 kilos de residuos. Econ¨®micamente, deriva en un gasto de 416 compresas o tampones al a?o, con un desembolso de entre 21 y 125 euros que suponen entre 749 y 4.493 euros durante toda la vida f¨¦rtil. El uso del abanico de productos alternativos frente a los tradicionales permitir¨ªa, seg¨²n la gu¨ªa, un ahorro anual de entre 18 y 119 euros por persona al a?o.