15 a?os de c¨¢rcel para uno de los mayores pederastas de la historia de Francia
El cirujano Jo?l Le Scouarnec ha sido condenado por abusar de cuatro menores y tiene pendiente otro juicio por haber agredido a m¨¢s de 300 ni?os y ni?as durante 30 a?os en los hospitales donde trabaj¨®
Cada 3 de diciembre durante a?os, por su aniversario, Jo?l Le Scouarnec escrib¨ªa, en grandes caracteres, ¡°soy pederasta¡± en su ordenador. El d¨ªa de su 70 cumplea?os, comenz¨® a pagar por ello. El antiguo cirujano franc¨¦s fue condenado la noche del jueves a 15 a?os de c¨¢rcel por violaciones y abusos sexuales cometidos contra cuatro menores, dos de ellas sus sobrinas. Es solo el comienzo de un largo proceso contra el que es considerado como uno de los peores pederastas de la historia reciente de Francia. Le Scouarnec, que perpetr...
Cada 3 de diciembre durante a?os, por su aniversario, Jo?l Le Scouarnec escrib¨ªa, en grandes caracteres, ¡°soy pederasta¡± en su ordenador. El d¨ªa de su 70 cumplea?os, comenz¨® a pagar por ello. El antiguo cirujano franc¨¦s fue condenado la noche del jueves a 15 a?os de c¨¢rcel por violaciones y abusos sexuales cometidos contra cuatro menores, dos de ellas sus sobrinas. Es solo el comienzo de un largo proceso contra el que es considerado como uno de los peores pederastas de la historia reciente de Francia. Le Scouarnec, que perpetr¨® la mayor¨ªa de sus cr¨ªmenes contra ni?os que ingresaban como pacientes en los hospitales donde trabajaba, todav¨ªa tiene al menos otro juicio pendiente por los abusos contra 312 menores identificados en los diarios en los que registr¨® los cr¨ªmenes que perpetr¨®, con total impunidad, durante 30 a?os.
Justo antes de que el jurado se retirara a deliberar la condena, que fue decidida tras largas horas de deliberaciones, Le Scouarnec, que afrontaba una pena m¨¢xima de 20 a?os, asegur¨® que no iba a pedir indulgencia. ¡°No pido ni perd¨®n ni compasi¨®n (¡) solamente el derecho a convertirme en un hombre mejor¡±, dijo, seg¨²n contaron varios abogados presentes en la sala a los periodistas.
Casi hasta el final, el cirujano digestivo, que por su trabajo ten¨ªa mucho contacto con menores, hab¨ªa negado los hechos. La principal prueba de sus cr¨ªmenes, sus diarios, no eran m¨¢s que fantas¨ªas, asegur¨® una y otra vez. Pero esa fachada ha comenzado a ¡°derruirse¡±, cont¨® la abogada de las dos sobrinas que lo han llevado a juicio en la ¨²ltima de las cuatro jornadas de audiencias, celebradas a puerta cerrada. El mi¨¦rcoles, a solo 24 horas del veredicto, Le Scouarnec acab¨® reconociendo parte de los hechos. ¡°Todo lo que dicen es verdad¡±, admiti¨® con lo que la prensa francesa ha descrito como una ¡°vocecilla¡± respecto de las acusaciones de sus sobrinas, que hoy tienen 30 y 35 a?os, pero que eran menores cuando sufrieron los abusos de su t¨ªo. Las otras dos v¨ªctimas que lo han puesto por primera vez en el banquillo de los acusados son una paciente que ten¨ªa cuatro a?os cuando sufri¨® los abusos, en 1993, y su antigua vecina Lucie, el nombre ficticio para proteger la identidad de la ni?a de hoy 10 a?os, seis en el momento de los hechos, que abri¨® el ba¨²l de los horrores del llamado cirujano de Jonzac.
Su secreto salt¨® por los aires el 24 de abril de 2017, cuando Lucie le cont¨® a sus padres que el vecino le hab¨ªa ense?ado la ¡°colita¡± a trav¨¦s de la verja que separaba sus casas. Su madre lo denunci¨® al d¨ªa siguiente en la gendarmer¨ªa de Jonzac, en el departamento suroriental de Charente-Maritime donde ahora ha sido juzgado. Poco a poco, se descubri¨® un panorama cada vez m¨¢s inquietante. No solo el vecino, J?el Le Scouarnec, hab¨ªa sido condenado en 2005 a cuatro meses de c¨¢rcel con exenci¨®n de pena por consultar y difundir im¨¢genes pornogr¨¢ficas de un menor, pese a lo cual sigui¨® trabajando en una especialidad que a menudo le hac¨ªa tener contacto con ni?os. Adem¨¢s, lo de su peque?a vecina no fue solo un acto de exhibicionismo, tambi¨¦n le hizo una penetraci¨®n digital forzada, seg¨²n las pesquisas.
Y Lucie no fue su ¨²nica v¨ªctima. Tras la noticia de su detenci¨®n, llegaron las tres otras denuncias del primer juicio ahora concluido.
En casa del cirujano se hallaron archivos digitales con al menos 300.000 fotograf¨ªas pederastas. Ante los investigadores, Le Scouarnec confes¨® su ¡°atracci¨®n¡± por los ni?os y su ¡°bulimia¡± por este tipo de im¨¢genes, aunque neg¨® las penetraciones forzadas. Tambi¨¦n encontraron unos diarios ¨ªntimos, comenzados en 1990, donde, bajo los t¨ªtulos vulvettes (vulvitas) y quequettes (colitas), figuran los nombres de cientos de ni?os y ni?as y los actos a los que los habr¨ªa sometido, aunque su defensa alega que no est¨¢ clara la l¨ªnea entre hechos y fantas¨ªas de una mente enferma.
La justicia abri¨® una segunda investigaci¨®n para identificar a potenciales v¨ªctimas desde los a?os 80. El pasado octubre, Le Scouarnec fue imputado en Loirent, Breta?a, en un segundo caso de violaciones y agresiones sexuales contra 312 v¨ªctimas potenciales registradas en sus diarios. Seg¨²n la agencia France Presse, ha reconocido algunos hechos, pero no todos.
Tampoco se descarta que sigan surgiendo m¨¢s casos. Algunas v¨ªctimas ni siquiera sab¨ªan que lo eran hasta que la polic¨ªa, tras leer los diarios, las contact¨® para verificar los hechos. Como Marie, abusada cuando fue operada de apendicitis, con diez a?os, en Vannes, una de las ciudades donde Le Scouarnec ejerci¨® su carrera profesional y, tambi¨¦n, la criminal. Seg¨²n relat¨® a la cadena France 2 en marzo, cuando iba a comenzar el juicio que finalmente fue retrasado hasta esta semana por la pandemia de coronavirus, no recordaba nada hasta que, en el oto?o de 2019, la polic¨ªa le dio a leer los p¨¢rrafos que la concern¨ªan. ¡°Describe mi desnudez sobre la mesa de operaciones, me describe f¨ªsicamente¡±, explic¨® Marie, seg¨²n la cual en otro momento, el m¨¦dico relata los hechos, la violaci¨®n y el placer sentido. ¡°Dan ganas de vomitar¡±. Ahora, Marie, v¨ªctima de depresiones buena parte de su vida y de problemas de intimidad, cree que todo comenz¨® en esa mesa de operaciones y en ese m¨¦dico en el que confiaron ella y sus padres, como tantos otros.