Drogarse y sobrevivir en pandemia
La pobreza severa agudizada por esta crisis ha agravado el desamparo y las carencias de miles de drogadictos
¡°Las tres primeras semanas del confinamiento sin consumir lo pas¨¦ muy mal con 60 kilos que pesaba. Lo habl¨¦ con mi pareja y aprovechamos el momento a ver si pod¨ªamos salir de la droga, y estuvimos 55 d¨ªas sin consumir hasta que lleg¨® la reca¨ªda. Ahora solo estamos con metadona y consumimos muy poco¡±. ?scar, de 41 a?os, sonrisa agria tras la mascarilla, bolsa de medicinas colgada del b¨ªceps, inhala rebujo (mezcla de coca¨ªna y hero¨ªna) y maldice la pobreza disparada en el Pol¨ªgono Sur de Sevi...
¡°Las tres primeras semanas del confinamiento sin consumir lo pas¨¦ muy mal con 60 kilos que pesaba. Lo habl¨¦ con mi pareja y aprovechamos el momento a ver si pod¨ªamos salir de la droga, y estuvimos 55 d¨ªas sin consumir hasta que lleg¨® la reca¨ªda. Ahora solo estamos con metadona y consumimos muy poco¡±. ?scar, de 41 a?os, sonrisa agria tras la mascarilla, bolsa de medicinas colgada del b¨ªceps, inhala rebujo (mezcla de coca¨ªna y hero¨ªna) y maldice la pobreza disparada en el Pol¨ªgono Sur de Sevilla. ¡°Ahora hay much¨ªsima m¨¢s gente buscando chatarra. La calle es dura y el rechazo de las personas por miedo al coronavirus es lo peor, mi pareja pide y ahora no saca ni la mitad que antes¡±, cuenta. La pandemia ha puesto del rev¨¦s la s¨®rdida rutina de miles de drogadictos. Personas que viven en la calle o de la calle gracias a la chatarra, la mendicidad, la prostituci¨®n, o el tr¨¢fico de drogas se vieron atrapadas por el s¨²bito encierro decretado el pasado 14 de marzo.
El confinamiento fue un vendaval que vaci¨® las calles de un d¨ªa para otro en los barrios deprimidos de Sevilla. Cientos de personas sin techo se refugiaron ¡ªmuchos a la fuerza tras ser detenidos por la polic¨ªa¡ª en tres pabellones habilitados por las Administraciones y un hostal donde los m¨¦dicos, enfermeros y ONG atenuaron el riesgo de una explosi¨®n de ira con tantos drogodependientes conviviendo juntos con s¨ªndrome de abstinencia generalizado. ¡°Fue un infierno y nos cogi¨® de sopet¨®n que no hubiera droga en la calle. ?C¨®mo confinas a gente inconfinable? Algunos reci¨¦n salidos de prisi¨®n que nos met¨ªan en los pabellones, con las mantitas y nosotros ajustando sus dosis de metadona. Casi todos ped¨ªan subirla¡±, relata Pilar Cordero, enfermera del centro de tratamiento ambulatorio de Pol¨ªgono Sur ¡ªque ha tratado este a?o a 882 adictos, el 66% por hero¨ªna y coca¨ªna, una cifra similar a la de a?os anteriores¡ª.
Durante el confinamiento, los opioides pasaron de ser la cuarta droga en n¨²mero de tratamientos a la primera, dada la fuerte dependencia que generan, seg¨²n datos del Ministerio de Sanidad. ¡°Nos sorprendi¨® durante el confinamiento la alta respuesta para mantener los tratamientos y que tuvimos 1.500 nuevas altas¡±, apunta Elena Presencio, directora de la ONG Proyecto Hombre, con 27 centros por todo el pa¨ªs. En Espa?a, 51.756 personas fueron atendidas con metadona en 1.069 centros durante 2018, ¨²ltimo a?o con cifras del Plan Nacional Sobre Drogas. Aunque este colectivo es huidizo y dif¨ªcil de apellidar, hay un descenso evidente en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas y en 2002 se produjo un pico de 90.488 personas atendidas por metadona.
Una ma?ana de noviembre la miseria del mono se lee en los gritos de una drogodependiente a la entrada del centro: ¡°?C¨®mo me voy a calmar si me he levantado a las siete con fr¨ªo? Los de Lipasam [la empresa de limpieza sevillana] me han tirado los papeles, todo, y ni con una denuncia me atienden en comisar¨ªa. Vengo sin comer, encogida y no estoy consumiendo nada, ?necesito mi tratamiento!¡±. Cordero la intenta tranquilizar: ¡°La metadona es un estupefaciente, no es aspirina, necesitas acreditar tu dosis¡±.
Hay adictos solteros, pero tambi¨¦n con familia y ni?os que dependen de sus ingresos para comer cada d¨ªa. ¡°Una situaci¨®n de crisis generalizada afecta de manera mucho m¨¢s cruenta a esta poblaci¨®n, que cubre necesidades diarias y tiene desactivados sus mecanismos de supervivencia, como la venta ambulante o la chatarra. Y las repuestas de las instituciones no son siempre tan ¨¢giles y sensibles como ser¨ªa deseable¡±, reflexiona el psic¨®logo Javier P¨¦rez, que atiende en el mismo centro sevillano a toxic¨®manos con una media de 40 a?os, el 85% hombres y el 15% mujeres, el 70% con antecedentes judiciales y muchos con enfermedades respiratorias, cardiopat¨ªas o sida.
Con la pandemia la soledad se ha recrudecido. ¡°Est¨¢n m¨¢s tristes, perdidos, desamparados y nerviosos. Por lo general tienen miedo del virus, aunque algunos no son conscientes de nada¡±, resume Cordero. ?scar aclara: ¡°La metadona te quita los dolores y el malestar, pero no las ganas de consumir¡±. El 15% de los drogadictos del Pol¨ªgono Sur sevillano est¨¢ en situaci¨®n de marginalidad extrema y con la pandemia se ha visto ¡°en situaci¨®n de eclosi¨®n, en un fin de v¨ªa¡±, apunta P¨¦rez sobre las dificultades para salir adelante en un entorno m¨¢s hostil que anta?o, con m¨¢s puertas cerradas para acceder a ayudas oficiales como talleres de reinserci¨®n laboral que se ha tragado la pandemia.
El miedo al pat¨®geno es en ocasiones relativo: ¡°Algunos pacientes acuden al centro con la misma mascarilla que les dimos hace tres semanas¡±, ejemplifica. La Diputaci¨®n de Sevilla, de quien depende el centro, ha establecido que el paciente que acuda sin mascarilla no debe ser atendido, pero prima la empat¨ªa: los toxic¨®manos m¨¢s marginales llegan sin ella, por lo que son sufragadas por los trabajadores del centro gracias a una colecta. ¡°Es responsabilidad del ciudadano acudir al centro con la mascarilla. Podr¨ªa haber una excepci¨®n, pero se las hemos pedido a la Junta, sin respuesta¡±, alega Jos¨¦ Tenorio, director de los 26 centros de drogodependencia que dependen de la Diputaci¨®n.
Tras decretarse el confinamiento, Vicente, de 51 a?os y rostro cadav¨¦rico, no entendi¨® que le sancionaran por estar en su esquina de siempre. ¡°Los polic¨ªas me metieron una multa de 12 billetes de 50 euros. ?D¨®nde iba a estar si no en la calle?¡±, lanza. Aparcacoches y chatarrero, ahora est¨¢ con metadona a 60 miligramos e inhala cuatro euros diarios de base (derivado de la coca¨ªna). ¡°La mayor¨ªa ha toreado la situaci¨®n como ha podido¡±, concluye P¨¦rez con un sabor agridulce.
Fuerte aumento de las incautaciones de droga
La aparici¨®n del coronavirus ha aumentado las incautaciones de drogas en lo que va de a?o. Entre enero y agosto, las intervenciones de coca¨ªna han subido un 22% respecto al mismo periodo del a?o pasado, un 17% las de hero¨ªna, un 214% las de MDMA (¨¦xtasis), un 6% las de Speed, un 9% las de marihuana y un 3% las de hach¨ªs, seg¨²n estimaciones de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
¡°La emergencia se ha notado con un periodo grav¨ªsimo por coca¨ªna, que ya sufre un boom desde 2019, como advierten las autoridades internacionales por la desmovilizaci¨®n de las FARC colombianas y otros factores. Eso s¨ª, el consumidor sigue recibi¨¦ndola al mismo precio, entre 58 y 60 euros el gramo¡±, ilustra Antonio Mart¨ªnez Duarte, comisario de la Brigada Central de Estupefacientes de la polic¨ªa.
Tras el desconcierto inicial del confinamiento, el mercado ha remontado. ¡°La paralizaci¨®n absoluta en marzo tuvo un baj¨®n muy pronunciado. Luego los narcos hicieron estocaje en puntos de salida de Marruecos y Colombia, y en el sur de Andaluc¨ªa. La recuperaci¨®n en V s¨ª se ha dado en la droga, hay un boom y ahora se notan las cifras¡±, apuntan fuentes de la Jefatura de Polic¨ªa Judicial de la Guardia Civil. ?Dificultades? ¡°Tuvimos algunas para hacer controles operativos, ya que se ve¨ªa a los buenos y a los malos. Marzo fue algo coyuntural, luego vino una fuerte subida en verano y una estabilizaci¨®n en septiembre¡±, a?aden desde el Instituto armado.
En Sevilla y otras ciudades los camellos se adaptaron porque hab¨ªa que mantener el mercado, y durante el confinamiento utilizaron repartidores de empresas como Glovo o Deliveroo para repartir la droga. ¡°El traficante no se pod¨ªa mover y tambi¨¦n utiliz¨® la paqueter¨ªa para mandar hach¨ªs y marihuana hasta pa¨ªses como Reino Unido, con paquetes de hasta 40 kilos. El ¨¦xito de la operaci¨®n depende de c¨®mo oculta la droga con el material, ahora higi¨¦nico y de limpieza¡±, ejemplifica Emilio Mateos, comisario de la capital andaluza.
El rebrote este verano de la violencia de los narcos, que en Andaluc¨ªa han embestido a los agentes de la polic¨ªa y la Guardia Civil, es en parte achacado a la presi¨®n de las bandas encargadas de la log¨ªstica, lazo entre las organizaciones compradoras y vendedoras, seg¨²n fuentes del Instituto armado.
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