Los ejemplos de c¨®mo gestionar una crisis estaban en otros sitios. En otros sitios bien lejos. En el valle de la Bekaa (L¨ªbano), en Manhi?a (Mozambique) o en el centro log¨ªstico de Acnur en Budapest (Hungr¨ªa). Un pediatra especializado en malaria, un coordinador log¨ªstico, un trabajador humanitario y una gestora sanitaria, todos expertos en lidiar con situaciones desfavorables en pa¨ªses de renta baja, aportan su conocimiento en paliar las consecuencias de una epidemia, una cat¨¢strofe natural o un conflicto b¨¦lico sobrevenido. Cuando irrumpi¨® la crisis del coronavirus, Occidente asist¨ªa al estreno de una pel¨ªcula de la que en estas zonas del mundo donde las situaciones extremas se viven con frecuencia ya se sab¨ªan los di¨¢logos.
Prefiero empezar a andar aunque no tenga todo claro. Con un 70% de la informaci¨®n es suficiente. Luego vas corrigiendo el tiro. A veces preparas un avi¨®n y organizas el env¨ªo y en el ¨²ltimo momento metes un pal¨¦. Si no act¨²as, la gente se te muere
Vicente Escribano
Director de Log¨ªstica y Aprovisionamiento de Acnur
A este ingeniero qu¨ªmico de 67 a?os la pandemia de la covid-19 le pill¨® de sopet¨®n doblemente. Jubilado desde hace unos a?os, Acnur le reclut¨® meses antes de que pasara todo esto para cubrir la baja de un compa?ero. No esperaba volver a lo grande. Escribano, que est¨¢ confinado en su casa de El Masnou (Barcelona), se?ala dos claves para afrontar una crisis repentina. Una, preparaci¨®n y protocolos. Y recurre a una met¨¢fora, que no ser¨¢ la ¨²ltima, para explicarlo. ¡°Cuando el coche de F¨®rmula 1 entra en boxes, todo el mundo sabe lo que tiene que hacer. Incluso el que solo se dedica a limpiar el casco al piloto¡±, ilustra este valenciano pero barcelon¨¦s de adopci¨®n. Y dos, actuar porque la gente se est¨¢ muriendo. ¡°Luego se va calmando todo. El personal que est¨¢ en el terreno env¨ªa informes y vas haciendo
ajustes. Pero al principio hay que moverse. Aunque no lo tengas todo bajo control¡±. Escribano se refiere al env¨ªo de mascarillas, medicamentos o a la veintena de enseres clasificados como b¨¢sicos para cualquier cat¨¢strofe. Acnur cuenta con ocho almacenes para emergencias distribuidos en cuatro continentes con los que es capaz de atender a 600.000 personas en 72 horas. Los env¨ªos salen en aviones con capacidad entre 5 y 100 toneladas, depende de la emergencia. Hay veces que incluso se mandan paquetes en la bodega de vuelos regulares y as¨ª se ahorra dinero. Escribano, que insiste en que la clave es entender las necesidades para poder responder de manera efectiva, define la crisis del coronavirus como ¡°otro animal¡± comparado con cualquier situaci¨®n con la que haya lidiado.
Copenhague - Am¨¢n - Dub¨¢i
Acra - Duala - Kampala
Nairobi - Ciudad de Panam¨¢
Tiendas de campa?a - Lonas de pl¨¢stico - Redes antimosquito - Mantas esterillas para dormir - Utensilios para cocinar - Linternas solares - Bidones de pl¨¢stico - Cubos - Jab¨®n - Sets de higiene personal - Utensilios para labrar - Chubasqueros
La cadena de suministro se ha colapsado en esta pandemia, algo muy dif¨ªcil que ocurra en otras emergencias y que ser¨ªa letal en un campo de refugiados o en una regi¨®n arrasada por un cat¨¢strofe natural. No hay f¨®rmulas secretas para traer mascarillas cuando nadie las consigue si no se aumenta el porcentaje de pago por adelantado al que est¨¢n habituados ¨Cde un 30% a un 50-60%¨C. ¡°En estas
situaciones apenas ayuda que sea tema humanitario¡±.
Escribano, que ha vivido en seis pa¨ªses fuera de Espa?a durante 17 a?os, apunta a un problema estructural: ¡°Como este material sanitario tiene m¨¢rgenes muy peque?os, la producci¨®n se centra en China, India y Vietnam. Tal vez haya que empezar a fabricarlas de manera local¡±.
Josep Zapater es el jefe de la oficina de Acnur en el Valle de la Bekaa (L¨ªbano), un asentamiento semipermanente que acoge a medio mill¨®n de refugiados sirios. Garantiza junto con su equipo que lleguen los materiales necesarios para brindarles cobijo y protecci¨®n. Este licenciado en Filosof¨ªa de 51 a?os lleva lidiando con situaciones l¨ªmite desde que aterriz¨® en 2016 a esta zona interior inh¨®spita, fronteriza con Siria. Zapater lleg¨® a los pocos d¨ªas del peor atentado suicida en a?os en la zona. Cuatro terroristas hab¨ªan matado a cinco libaneses cristianos. ¡°El trabajo humanitario no consiste solo en repartir madera y pl¨¢stico. Hay mucha negociaci¨®n. Hay que convencer al ej¨¦rcito, a los gobernadores¡¡±, afirma este barcelon¨¦s, que lleva media vida en esto. Su primera decisi¨®n fue atender a las v¨ªctimas ¨Clibaneses cristianos, no sun¨ªs sirios como la mayor¨ªa de los que atiende en la Bekaa¨C. El personal se mostr¨® en contra por las reacciones que pod¨ªa generar. Zapater se acerc¨® a sus casas y les entreg¨® vales de gasolina, un bien muy preciado para calentarse en esta regi¨®n que alcanza los 10 grados bajo cero en invierno.
Zapater maneja un presupuesto de 13,4 millones de d¨®lares anuales y cuenta con un equipo de 112 trabajadores, la mayor¨ªa de ellos libaneses. Las bajas temperaturas, el fuego para calentarse y las construcciones de pl¨¢stico son causas de numerosos incendios. La Defensa Civil ¨Cun cuerpo con unas funciones similares a las de los bomberos en Espa?a¨C y Cruz Roja entran al foco del incendio. El personal de Acnur aguarda para atender y reunir a las familias separadas y reconstruir el campo con material procedente de los 170 almacenes con los que cuentan en el mundo. ¡°No puedes tomar decisiones desde la oficina. Te tienen que ver trabajar¡±, explica este hombre curioso y con cierto gusto por el riesgo, que ha ejercido en Camer¨²n, Rep¨²blica Centroafricana (¡°la situaci¨®n all¨ª era imposible¡±), Afganist¨¢n, Colombia, Bosnia¡
La situaci¨®n para los refugiados es muy complicada. Lo m¨ªnimo es ser capaz de tener una conversaci¨®n sencilla en su propio idioma. Tienes que estar en el terreno
Josep Zapater
La gente observa todo el d¨ªa c¨®mo te comportas y el trato que das a los refugiados. Puedo tener una conversaci¨®n en ¨¢rabe, conozco la cultura de la Bekaa, entiendo la delicada situaci¨®n que tiene L¨ªbano con Siria, me he empapado de su historia. Todo esto te otorga autoridad para guiar al personal
Josep Zapater
Jefe de la oficina de Acnur en el Valle de la Bekaa (L¨ªbano)
Seco y desprovisto de grandes discursos. El liderazgo que Zapater ejerce en el campo de refugiados del valle de la Bekaa se basa en estar muy cerca de su equipo y huir de cualquier manipulaci¨®n emocional. ¡°Para guiar al personal y que te sigan tienes que haberlos escuchado antes. Cuanto m¨¢s los conoces, m¨¢s f¨¢cil es reaccionar con rapidez, detectar talento y darles m¨¢s responsabilidad¡±, cuenta este amante de la l¨®gica matem¨¢tica y la filosof¨ªa del lenguaje. Zapater atiende por tel¨¦fono desde la oficina de Acnur en la Bekaa, ubicada en una antigua f¨¢brica de zumo a las afueras de Zahle y por donde pasan un millar de refugiados al d¨ªa para realizar distintos tr¨¢mites.
Escribano, que est¨¢ al cargo del centenar de trabajadores de la Unidad de Log¨ªstica de Acnur, en Budapest (Hungr¨ªa), se?ala otro
aspecto en la relaci¨®n con su equipo: ¡°Darles espacio para que tomen sus decisiones, que hagan cosas que t¨² no har¨ªas. Est¨¢n los protocolos pero tambi¨¦n hay espacio para cierta creatividad¡±. Antes de formar parte de Acnur, Escribano trabaj¨® como jefe de Operaciones en diversas multinacionales. Preguntado por la sobreexposici¨®n en el terreno de algunos alcaldes estos d¨ªas, responde que la clave es no molestar. ¡°Hay que medir este tipo de cosas y a?adir valor, pero cuidado con hacer perder el tiempo a tus colegas para que est¨¦n pendientes de ti¡±, a?ade. No duda, sin embargo, del efecto que causa la visita de un alto cargo a la zona cero de un conflicto. ¡°Con que le hagan una foto ya ayuda¡±.
y lidera desde hace siete a?os un proyecto de investigaci¨®n sobre la malaria en Manhi?a (Mozambique). Radicado en Barcelona, viaja entre seis y diez veces al a?o a este pa¨ªs costero del sureste de ?frica. ¡°No puedes esperar mucho para tomar decisiones. No pasa nada por reconocer despu¨¦s que te has equivocado, las auditor¨ªas se realizan a posteriori. Pero hay que asumir decisiones¡±, a?ade este investigador que ensalza la solidaridad cient¨ªfica de estos d¨ªas.
Las regiones vulnerables y las situaciones extremas son m¨¢s exigentes para los sanitarios. La escasez de recursos demanda m¨¢s talento. ¡°No vale un buen m¨¦dico, se necesita un excelente sanitario. Tienes que hacerlo mejor con menos¡±, afirma Bassat, que tiene a su cargo en varios proyectos a unos 50-60 trabajadores. El centro cuenta con 700 empleados mozambique?os. Ni siquiera en las emergencias la cantidad se impone a la calidad. ¡°Mejor tener un buen trabajador en la primera l¨ªnea que 100 mediocres¡±, apunta este sanitario que nada m¨¢s acabar la carrera se present¨® en M¨¦dicos Sin Fronteras con ¡°un curr¨ªculum de media p¨¢gina¡±. Mientras le daban golpecitos en la espalda le espetaron: ¡°No pierdas la vocaci¨®n, pero vuelve m¨¢s adelante¡±.
Josep Zapater arranc¨® su carrera como becario en la sede de la agencia de la ONU para los refugiados, en Ginebra. Ciudad cara, trabajaba en una gasolinera para completar sus ingresos. Este barcelon¨¦s que insiste en desmitificar la labor de los trabajadores humanitarios visita a menudo a las autoridades locales. Es parte de su trabajo o al menos ¨¦l lo entiende as¨ª. ¡°La clave es generar confianza. Para eso hay que reunirse con el ej¨¦rcito, visitar a los alcaldes de los pueblos cercanos, hablar con los l¨ªderes religiosos. El primer a?o es muy complicado. Tienes poca informaci¨®n al llegar¡±, abunda Zapater en la idea de atesorar conocimiento para guiar con solvencia.
Tenemos una m¨¢xima en la Bekaa: puedes faltar a un bautizo pero no a un entierro. Si se muere la madre de un comandante del ej¨¦rcito cancelas tus reuniones y vas al funeral. Si se muere el hijo de un refugiado, lo mismo. El valor de las relaciones personales en situaciones complicadas como conflictos o crisis es mayor
Josep Zapater
Los derechos humanos no son el lenguaje universal. No. Lo que todo el mundo entiende y en lo que todo el mundo cree es en la justicia. Dar a cada uno lo suyo. Se trata de ser directo y amable, y no mentir. Claro que hay que motivar a la gente pero un buen punto de partida es no mentir
Josep Zapater
Jefe de la oficina de Acnur en el Valle de la Bekaa (L¨ªbano)
Puede constituir una obviedad lo expuesto con anterioridad, pero no por ello resulta de f¨¢cil aplicaci¨®n. Josep Zapater, 51 a?os, media vida en Acnur, toma la distancia m¨¢s corta entre dos puntos a la hora de comunicar. ¡°Con el personal y con los refugiados uno tiene que ser franco y sincero. La ¨¦pica es peligrosa. Hay que mostrarles el coraz¨®n pero decidir con la cabeza¡±. Escribano, que mueve lonas de pl¨¢stico o kits de higiene de un lado a otro del mundo para atender a personas vulnerables desplazadas, concede unas gotitas de ¨¦pica ¡°porque ayudan a motivar¡±. Aunque afirma que lo que de verdad sirve es obtener resultados.
¡°Nos animamos cuando se consiguen mejoras. Cuando empiezas a ver aviones que llegan a los sitios, que entregan mascarillas¡±. Hace dos d¨¦cadas que Quique Bassat fue a Mozambique por primera vez como estudiante de Medicina. Este pediatra de 45 a?os del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), una alianza entre organismos p¨²blicos y Fundaci¨®n La Caixa, no es partidario de los mensajes del estilo ¡°todo ir¨¢ bien¡±. Pero hace una ligera concesi¨®n: ¡°En momentos muy sombr¨ªos pueden generar un poco de esperanza. Pero solo si son transparentes y se dan en un contexto m¨¢s amplio¡±.
El flujo de informaci¨®n en momentos de crisis es constante a pesar de la ausencia de certezas. Tanto los que aguardan en sus casas como los que por su trabajo atienden a enfermos, damnificados o desplazados requieren directrices claras y un parte sencillo. ¡°Nadie te va a criticar por decir que estamos muy mal pero que si hacemos esto y lo otro a lo mejor la progresi¨®n va a ser m¨¢s r¨¢pida¡±, explica Bassat, que no comulga con las met¨¢foras b¨¦licas. ¡°El mundo de las enfermedades se asocia a la lucha contra un enemigo, se habla de las defensas, de las armas... Es una manera vulgar de no querer afrontar un di¨¢logo directo y denota falta de recursos en el lenguaje¡±.
Y a?ade: ¡°Se puede comunicar de manera simple, mandar un mensaje comprensible para ni?os y adultos con distinto nivel cultural. Se puede ser t¨¦cnico y preciso¡±. Hacer llegar los mensajes a poblaci¨®n tan desprovista de recursos como los refugiados es complicado. Para convencer a personas con hambre de que se tienen que lavar las manos como medida de protecci¨®n, Zapater y el personal de Acnur han recurrido a la propia poblaci¨®n. ¡°Los refugiados participan en cursos de formaci¨®n sobre la covid-19, no solo son receptores pasivos de la asistencia¡±. Se encargan de transmitir despu¨¦s el mensaje al resto de compatriotas.
explica por qu¨¦ es tan importante hacer part¨ªcipe a toda la sociedad a todos los niveles. Burton atiende por videollamada desde su casa de Ginebra (Suiza). ¡°Una de las cosas que hemos aprendido de epidemias pasadas es que hay que involucrar a toda la comunidad para hacer llegar el mensaje¡±, afirma esta australiana que lleva tres a?os y medio en el cargo. La informaci¨®n no solo llega a los refugiados a trav¨¦s del personal de Acnur sino que recurren a asociaciones, grupos de j¨®venes, de mujeres, personas influyentes de la zona. Lo que en ingl¨¦s se entiende por community y que en un sentido m¨¢s amplio y ligado a las Ciencias Pol¨ªticas se llama sociedad civil.
Burton, que trabaja en Acnur desde hace 15 a?os, reconoce que sab¨ªan muy poco al comienzo de la crisis de la covid-19, como todo el mundo. ¡°Tienes que actuar, no puedes esperar. Por supuesto que no quieres mandar un mensaje err¨®neo. Tomas decisiones basadas en la evidencia que manejas en el momento¡±, afirma, consciente de que las directrices pod¨ªan cambiar de un d¨ªa para otro. ¡°Hay que estar preparado para pedirles al personal y a los refugiados algo diferente a lo que les hab¨ªamos dicho con anterioridad¡±, explica con un acento neutro.
Hay que tomar decisiones y contarlo. Las crisis son como montar en bicicleta, si no te mueves te caes. Es muy dif¨ªcil comunicar que no puedes tomar decisiones
Josep Zapater
Hemos de ser muy estrictos. El personal sanitario, los trabajadores de Acnur y el resto de compa?eros de otras ONG se exponen a un riesgo elevad¨ªsimo. Para ellos son las mejores mascarillas, diferentes a las que lleva la gente para ir al supermercado. Cuando hab¨ªa escasez, desinfect¨¢bamos y reutiliz¨¢bamos algunas. Siempre seg¨²n criterios cient¨ªficos
Ann Burton
Jefa de Salud P¨²blica de Acnur
La regla no escrita del valle de la Bekaa es ¡°espera lo inesperado¡± y ah¨ª caben incendios, inundaciones, atentados y ahora el virus dichoso. La Bekaa es tradicional, no tiene nada que ver con el sofisticado Beirut. Hay zonas dominadas por clanes que poseen misiles y artiller¨ªa y donde el ej¨¦rcito no tiene autoridad. ¡°El personal sabe lo que hay cuando firma los papeles y motivaci¨®n no les falta. Ahora bien, les brindamos protecci¨®n. Si quieres ser exigente con ellos, tienes que respaldarles, estar cerca¡±, resume Josep Zapater, que organiza a un centenar de trabajadores libaneses ¡°formados y con sus ideas¡± y 12 expatriados. El respaldo desde que empez¨® la Gran Reclusi¨®n, como se empieza a conocer a este enclaustramiento, lo hallan en un plan claro y efectivo para reducir el riesgo de contagio y as¨ª tambi¨¦n proteger a los refugiados.
El personal humanitario sigue unos protocolos de seguridad para reducir el riesgo de contagio durante la covid-19
Un plan de salud mental:
Los trabajadores tienen un psic¨®logo a su disposici¨®n en todo momento.
Protecci¨®n b¨¢sica:
Est¨¢n equipados con guantes y mascarillas y dem¨¢s enseres para minimizar el riesgo de contagio.
Alojamientos separados:
En los campos se han habilitado unas estancias para que el personal no tenga que regresar a sus casas y se reduzca el riesgo de contagio de su familia.
Vicente Escribano, que tras la crisis de 2008 dej¨® la empresa privada y se enrol¨® en Acnur, explica desde su posici¨®n de encargado de Log¨ªstica y Aprovisionamiento el esfuerzo en proteger al personal: ¡°Estamos hablando con las autoridades de Banglad¨¦s para levantar un hospital. La prioridad es enviar equipos de protecci¨®n para nuestra gente. No queremos que el personal caiga y tengamos un problema doble¡±. Al cuidar a los trabajadores se protege a los refugiados o a los enfermos. Ann Burton explica las medidas que han tomado para teleasistir a los m¨¢s vulnerables.
La poblaci¨®n no se ha vuelto contra los refugiados en L¨ªbano. No les ha se?alado. ¡°Les honra. Junto a la crisis sanitaria existe una crisis econ¨®mica. Pero nada tiene que ver con ser el pa¨ªs que cuenta con m¨¢s refugiados por n¨²mero de habitante¡±, explica Zapater, que se lleva muy bien con los libaneses porque muestran respeto, si les apoyas responden de manera positiva y por su peculiar sentido del humor.
¡°Son gente dura, te provocan, te ponen a prueba. Te lanzan puyas y tienes que responder. Pero siempre desde el humor y de manera amigable¡±, explica este amante de la poes¨ªa y la cultura persa. Habla persa, de hecho. Y ¨¢rabe, franc¨¦s, ingl¨¦s y catal¨¢n. ¡°Si te achantas en las reuniones no te respetan. Se da mucho entre los hombres este tipo de humor¡±, relata este diplomado en Relaciones Internacionales, que cada cuatro a?os suele tomar una excedencia. Las vacaciones las pasa en Barcelona para esta vez cuidar de su gente. ¡°Mis padres ya est¨¢n grandes¡±, dice en una traducci¨®n literal del catal¨¢n.