Delk¨¢der deja sus cargos ejecutivos en PRISA tras m¨¢s de 50 a?os de periodismo
El exdirector adjunto de EL PA?S y exdirector de la SER ser¨¢ presidente de honor de la radio
Augusto Delk¨¢der, gaditano de 71 a?os, ha dejado sus cargos ejecutivos en PRISA ¡ªcoordinador editorial del grupo y presidente de la Cadena SER¡ª y ha sido nombrado presidente de honor de esa red de emisoras, a la que est¨¢ vinculado desde 1987. A lo largo de sus m¨¢s de 50 a?os como periodista ha ejercido los principales cargos directivos en el grupo....
Augusto Delk¨¢der, gaditano de 71 a?os, ha dejado sus cargos ejecutivos en PRISA ¡ªcoordinador editorial del grupo y presidente de la Cadena SER¡ª y ha sido nombrado presidente de honor de esa red de emisoras, a la que est¨¢ vinculado desde 1987. A lo largo de sus m¨¢s de 50 a?os como periodista ha ejercido los principales cargos directivos en el grupo.
Cuando pas¨® a la radio era director adjunto de EL PA?S, diario al que se incorpor¨® en su fundaci¨®n, en 1976. Interrumpi¨® brevemente su presencia en este peri¨®dico para dirigir el Diario de C¨¢diz y, de vuelta al peri¨®dico de PRISA, ocup¨® varios cargos hasta que, en 1979, Juan Luis Cebri¨¢n lo nombr¨® subdirector. Desde 1982 desempe?¨® el cargo de director adjunto, y cinco a?os m¨¢s tarde fue enviado a la Cadena SER. All¨ª fue sucesivamente director de Informativos, subdirector y, en 1990, director al cargo de las distintas cadenas del grupo hasta que un a?o m¨¢s tarde asumi¨® el puesto de director general. Fue luego consejero delegado de la SER y de Uni¨®n Radio y director de la Unidad de Medios de PRISA.
El m¨¢s viejo recuerdo de sus noches de periodismo tiene como testigo, en 1968, a su maestro Fernando Fern¨¢ndez, cuando ¨¦l apenas hab¨ªa cumplido 18 a?os. Celebraban un tard¨ªo cierre del Diario de C¨¢diz cuando apareci¨® un cable de Efe que contaba la irrupci¨®n de los tanques sovi¨¦ticos en Praga. ¡°Paramos la edici¨®n, y esa es una imagen estupenda¡±, recuerda. En EL PA?S la noche m¨¢s c¨¦lebre fue la del 23-F, que lo tuvo en pie hasta el d¨ªa siguiente sin saber mientras tanto si iban a sacar un peri¨®dico o iban a verlo quemado.
Quienes han trabajado con ¨¦l ratifican el esp¨ªritu imbatible de un periodista en pie de guerra. Las redacciones que ha dirigido, en EL PA?S, en el Diario de C¨¢diz, en la SER, almacenan un extenso anecdotario de su relaci¨®n con el oficio. Por ejemplo, la noche en que muri¨® Paquirri, el 26 de septiembre de 1984. Consciente de que aquella noticia conten¨ªa todos los asuntos propios de la cultura sentimental espa?ola, espole¨® a los redactores para lograr que esa cobertura terminara haciendo de aquel peri¨®dico el m¨¢s vendido de su historia hasta entonces. Lo consigui¨®.
Nunca ha sido de muchas palabras, y las que dice parecen titulares. Su frase m¨¢s c¨¦lebre es ¡°en caso de duda, haz periodismo¡±, y los que han trabajado con ¨¦l saben de la importancia profesional que Delk¨¢der le daba a ese objetivo.
Su marcha a la SER fue para ¨¦l, ¡°un reto y un desgarro¡±, explica. ¡°Jes¨²s de Polanco, Cebri¨¢n y Javier Baviano me enviaron a trasladar all¨ª la cultura de PRISA¡±, recuerda ahora. ¡°Era un ascenso, pero tambi¨¦n era un trauma porque el papel era mi vida. Lo que pas¨® luego fue que la radio me ha cautivado y muy pronto aquel desgarro se convirti¨® en amor por ese medio¡±.
Siempre presente
En la SER ha vivido un v¨¦rtigo tan incesante como el que se le supone ahora a la prensa, que en esta ¨¦poca tambi¨¦n da noticias a cada minuto. A su memoria vienen las cintas de una conversaci¨®n telef¨®nica del dirigente socialista Txiki Benegas que hicieron tambalear al PSOE, o el desastre del Prestige. Consolid¨® la enorme transformaci¨®n de la SER, l¨ªder de las ondas durante 25 a?os, hasta hacerla una orquesta global que da cohesi¨®n al di¨¢logo espa?ol.
A los que ejercen ahora el periodismo, Delk¨¢der les recomienda ¡°hacer de la curiosidad la inspiraci¨®n de todas las preguntas a que obliga el oficio¡±.
Ha sido periodista de d¨ªa y de noche, de linotipia, de pantalla y de voz. Su hijo Jaime, ahora m¨¦dico, se admira: ¡°Aunque trabajara tanto y estuviera tanto fuera de casa, nunca nos dej¨® la impresi¨®n de que no estuviera con nosotros¡±. Los que trabajamos con ¨¦l tuvimos siempre la misma sensaci¨®n, que siempre estaba por all¨ª, aunque no se le viera.
En su despacho sigue teniendo un recorte de la columna del Diario de C¨¢diz en la que Fernando Fern¨¢ndez contaba el ¨²ltimo paseo de su secci¨®n legendaria, De Cortadura a la Caleta, y que fue hallada, a su muerte, en su chaqueta. Un emblema de su pasi¨®n por el oficio. ?l no se jubila, dice. Dentro le sigue dictando pasiones el veneno del oficio.