El Gobierno argentino pone en cuesti¨®n la eficiencia del modelo sanitario por la pandemia
La vicepresidenta, Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner, reflota la idea de reformar el sistema de salud para integrar servicios p¨²blicos y privados
La pandemia ha puesto bajo m¨¢xima presi¨®n al sistema sanitario argentino. La escasez de camas en terapia intensiva para pacientes de covid-19 ha obligado a una coordinaci¨®n sin precedentes entre centros p¨²blicos y privados, el personal sanitario est¨¢ exhausto y el costo de los insumos m¨¦dicos se ha disparado. El pasado febrero, adem¨¢s, ...
La pandemia ha puesto bajo m¨¢xima presi¨®n al sistema sanitario argentino. La escasez de camas en terapia intensiva para pacientes de covid-19 ha obligado a una coordinaci¨®n sin precedentes entre centros p¨²blicos y privados, el personal sanitario est¨¢ exhausto y el costo de los insumos m¨¦dicos se ha disparado. El pasado febrero, adem¨¢s, el esc¨¢ndalo de un ¡®vacunatorio VIP¡¯ contra la covid-19 que funcionaba en el ministerio de Salud visibiliz¨® un problema de desigualdad en el acceso a la atenci¨®n m¨¦dica. En este escenario, y con la pandemia en el centro de la agenda medi¨¢tica, la vicepresidenta argentina, Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner, ha reflotado esta semana la necesidad de una reforma sanitaria para integrar uno de los sistemas m¨¢s fragmentados de Am¨¦rica Latina.
En Argentina, la cobertura de la sanidad p¨²blica es universal. Cualquier persona que concurre a un centro de salud es atendido de forma gratuita, incluso sin ser residente. A¨²n as¨ª, solo el 36% de la poblaci¨®n utiliza el sistema p¨²blico. La mayor¨ªa ¡ªel 47%¡ª utiliza las llamadas obras sociales, un sistema que se financia con parte del salario de los empelados en relaci¨®n de dependencia y est¨¢ administrado por los sindicatos. Otro 15% de la poblaci¨®n paga un seguro privado, conocido como prepaga, ya sea ¨ªntegro de su propio bolsillo o abonando la diferencia al aporte que realizan a la obra social.
El refuerzo del sistema de salud p¨²blico para hacer frente a la pandemia y la campa?a de vacunaci¨®n han supuesto una inversi¨®n multimillonaria en un pa¨ªs golpeado por tres a?os de crisis econ¨®mica, que en 2020 registr¨® una ca¨ªda r¨¦cord del PIB del 9,9%. Seg¨²n el presidente argentino, Alberto Fern¨¢ndez, se han movilizado recursos por m¨¢s de 1.700 millones de d¨®lares.
¡°El sistema se ha integrado a las patadas y a la fuerza, porque lo impuso la realidad¡±, dijo el lunes pasado Fern¨¢ndez de Kirchner en un acto p¨²blico. ¡°Las prepagas no tienen d¨®nde colocar a la gente, porque no tienen lugar, porque lo p¨²blico va a lo privado y lo privado a lo p¨²blico¡±, agreg¨®. La vicepresidenta argentina ya hab¨ªa propuesto meses atr¨¢s reformar el sistema de salud, pero ahora pidi¨® dejar atr¨¢s las divisiones pol¨ªticas y reabrir el debate ante el riesgo de nuevas pandemias en el futuro que vuelvan a llevar al l¨ªmite el sistema sanitario: ¡°Lo peor que le puede pasar a una sociedad y a un gobierno es negarse a discutir la realidad¡±.
A cinco meses de las elecciones legislativas y en medio de la segunda ola por la pandemia de coronavirus, no parece que hubiese margen para encarar una reforma de semejante magnitud. Pero el martes, la ministra de Salud, Carla Vizzotti, confirm¨® la existencia de reuniones con obras sociales y seguros privados para analizar posibles cambios, mientras que l¨ªderes de prestadores de medicina prepaga arremetieron contra el Gobierno. Y hablaron de un plan oculto que solo busca la nacionalizaci¨®n del sistema privado de salud, aquel que atiende al 15% de la poblaci¨®n m¨¢s pudiente.
¡°La estatizaci¨®n de un sistema puede producirse de hecho o de derecho. En este ¨²ltimo caso, las autoridades elevan un proyecto al Congreso, este se debate y se aprueba de cara a la sociedad, y si fuese posible a la luz del d¨ªa¡±, dijo en rueda de prensa el presidente la Uni¨®n Argentina de Salud y la prestadora privada Swiss Medical Group, Claudio Belocopitt. ¡°Pero si alguien decidiera tomar de hecho el sistema de salud privado, primero deber¨ªa desfinanciarlo, ponerlo al l¨ªmite de su capacidad operativa, arrodillarlo y mantenerlo as¨ª hasta que colapse y su capacidad de atenci¨®n sea deficitaria. Entonces sobre los escombros, las ruinas y la salud de millones de argentinos, se expondr¨ªa como un relato la excusa perfecta de que debe nacionalizarse bajo el supuesto de que el sistema no est¨¢ en condiciones de dar respuestas sanitarias¡±, continu¨®.
El Gobierno ha autorizado a las empresas de medicina privada un aumento escalonado del 23,5% desde el pasado diciembre, similar a la inflaci¨®n registrada en el ¨²ltimo medio a?o. Sin embargo, seg¨²n Belocopitt, los costos se han encarecido mucho m¨¢s que la inflaci¨®n general. ¡°Los medicamentos de terapia intensiva desde marzo subieron el 140%¡±, puso como ejemplo antes de anunciar que ir¨¢n a la Justicia para poder aplicar mayores subidas a las pactadas. Hoy, un plan familiar de salud promedio (dos adultos y dos ni?os) oscila entre los 15.000 y los 30.000 pesos mensuales (entre 159 y 320 d¨®lares). Es una cifra imposible de pagar para la mayor¨ªa en un pa¨ªs donde el salario m¨ªnimo es s¨®lo ligeramente superior: 21.600 pesos. Incluso en Buenos Aires, la ciudad m¨¢s rica del pa¨ªs, la proporci¨®n de personas con seguro privado lleva a?os en descenso: del 32% de 2015 al 28% de 2020. El diferencial se vuelca al sistema p¨²blico.
Auge de las desigualdades
Sin embargo, los recursos econ¨®micos no son el ¨²nico obst¨¢culo. Los expertos destacan la gran ineficiencia de un sistema tan atomizado, en el que conviven un sistema p¨²blico con casi 300 obras sociales y un centenar de empresas de medicina prepaga. Adem¨¢s, la excesiva burocracia desespera a muchos argentinos. ¡°Vemos todos los d¨ªas que en el sistema de salud la atenci¨®n que recibe una persona depende de su cobertura m¨¦dica, de d¨®nde vive, de los recursos que puede movilizar para hacerse atender, de los contactos que tiene y de que sepa c¨®mo y d¨®nde moverse¡±, dice Mat¨ªas Ballesteros, doctor en Ciencias Sociales y especialista en sociolog¨ªa de la salud.
¡°Lo que hizo la pandemia fue visualizar esto y la gente sali¨® a decir que no es justo, como se pudo ver muy claramente con las vacunas y con la disponibilidad de camas en terapia intensiva. Pero pasa tambi¨¦n con otros temas, como la falta de insumos b¨¢sicos. Por ejemplo, est¨¢ habiendo problemas con la entrega de insulina en los centros de salud primaria¡±, agrega.
Carlos, quien prefiere no dar su apellido, confirma el problema de distribuci¨®n de insulina. Tras varios intentos frustrados en el centro de atenci¨®n primaria, tuvo que salir a comprar ese medicamento esencial para su padre, diab¨¦tico. Cuenta que tambi¨¦n fue clave la mediaci¨®n ¡°de un contacto en una organizaci¨®n pol¨ªtica¡± para lograr que su padre, quien se atiende a trav¨¦s de la obra social de los jubilados (PAMI), no fuese derivado a un centro con muy mala reputaci¨®n a 50 kil¨®metros de su casa, como le ofrecieron en un primer momento, sino a otro mucho mejor en Buenos Aires.
¡°Las inequidades existentes se agudizaron y se hicieron m¨¢s visibles¡±, dice la investigadora Betina Freidin, especializada en salud y desigualdades sociales. En un estudio realizado el a?o pasado en un barrio vulnerable del conurbano de Buenos Aires detectaron que siete meses despu¨¦s del inicio de la pandemia se manten¨ªa suspendido el servicio regular de odontolog¨ªa que ofrec¨ªa a diario el centro de salud y que de los cinco especialistas atend¨ªa tan s¨®lo uno los casos urgentes. Ante el aumento de las barreras para acceder a la salud, muchos desisten o van s¨®lo cuando se trata de casos muy urgentes, agrega. Pol¨ªticos, personal sanitario y expertos en salud coinciden en la necesidad de una reforma del sistema, pero no en c¨®mo hacerla.
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